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Con motivo del XX
Aniversario de los Sismos del 19 y 20 de
septiembre de 1985.
El
Dip. Luis Maldonado Venegas
(PC),
señaló que
se han cumplido 20 años desde
los sismos de gran intensidad que sacudieron
a buena parte del país, dejando una secuela
de destrucción, particularmente en la Ciudad
de México; no obstante el tiempo
transcurrido, aún no se conoce una cifra
fidedigna de las víctimas de ese fenómeno
natural, siendo un hecho el que se estima en
varias decenas de miles el número de
personas que fallecieron o fueron afectadas
en su patrimonio e integridad física; ya es
común referirse a la falta de capacidad de
respuesta por parte de las autoridades ante
la magnitud del siniestro, lo que observaron
los capitalinos fue una parálisis de los dos
niveles de Gobierno a quienes correspondía
hacer frente a la tragedia, ante esta
inacción empezó a desarrollarse una
respuesta por parte de la sociedad civil que
se organizó para ayudar a las víctimas y a
los sobrevivientes de los movimientos
telúricos, dando por resultado una febril
actividad que tuvo los mejores dividendos,
pues las tareas de rescate se multiplicaron,
no obstante las condiciones de inestabilidad
y desorden que prevalecieron en esos
momentos en la Ciudad de México, por ello,
además de lamentar la pérdida de las vidas
humanas ocurridas como secuela de los
terremotos de 1985, Convergencia desea hacer
una reflexión acerca de las repercusiones
sociales y políticas que ocasionaron los
sismos de hace 20 años, de no hacerlo
así, se correría el riesgo de caer en la
autocompasión, lo que no permitiría obtener
enseñanzas de esa experiencia, que si bien
fue traumática, mostró como ya dijo, el
camino de nuevas formas de organización y de
participación social que ya se venían
gestando en la sociedad mexicana, pero que
no habían encontrado los cauces adecuados
para mostrarse públicamente.
Expresó que para
Convergencia es claro que el país cambió
gracias a las formas que adoptó la
organización social para dar respuesta a la
gravedad de la situación que generaron los
sismos; es así que han obtenido enseñanzas
de esa experiencia; por ello, uno de los
principales impulsos que guía su acción
política al dar voz a las nuevas
organizaciones que emergen de la sociedad
civil, incorporando sus demandas y
plasmándolas en el quehacer parlamentario,
además de defender a toda costa los logros
que han alcanzado a través de su lucha
incesante sin aceptar por ningún motivo el
más mínimo retroceso en los avances
alcanzados; demandó que se instrumenten con
el rango de políticas públicas las acciones
encaminadas a consolidar un sistema de
protección civil a nivel nacional, con
objeto de hacer frente a situaciones de
extrema gravedad, como las vividas en el año
de 1985, no hay excusa para no hacerlo, pues
han sido testigos en años recientes de los
estragos que pueden causar los desastres
naturales.
El
Dip. Pedro Vázquez González (PT),
argumentó que ante el pasmo y
la paralización de las fuerzas públicas y de
socorro oficiales, fue el pueblo de México
el que a una sola voz y como un solo hombre,
acudió ante esta tragedia que marcó de
manera indeleble a esta Ciudad y al país
entero, nunca como ese 19 de septiembre de
1985 se sintió la solidaridad, la
fraternidad y la entrega incondicional de la
población a sus hermanos caídos en
desgracia; esta fecha es del pueblo de
México, por lo que demandó que no forme
parte del Santoral oficial, que no sea
secuestrada por la burocracia gobernante
para hacer ejercicios retóricos; preguntó
¿Tendremos que limitar la ayuda a los
mexicanos en desgracia formulando puntos de
acuerdo para que recuperen sus bienes o se
indemnice a sus muertos y heridos y para que
sigan demandando que se aplique con todo el
rigor de la ley a los responsables?,
¿Tendremos que legislar para que sea la
naturaleza, los estallidos, los incendios o
algún otro siniestro semejante, el indicador
que audite la obra pública?; de nada nos
sirve hacer leyes si quienes están
encargados de cumplirlas o de dirimir la
pertinencia de las mismas, viola la esencia
misma de su encomienda, pero que nadie evada
su responsabilidad; se tiene aún un buen
trecho en esta Legislatura para proteger y
preservar la vida y el patrimonio de los
mexicanos, no pueden caer única y
exclusivamente en lo que denuncian, precisó
que el mejor reconocimiento que pueden hacer
a quienes murieron o quedaron lesionados o
mutilados o a quienes perdieron su
patrimonio y todavía no lo recuperan, es
garantizar a través de la ley que esto no
vuelva a ocurrir.
El Dip. Guillermo
Velasco Rodríguez (PVEM), mencionó que han
pasado veinte años desde que ocurrieron los
terremotos más catastróficos que se
recuerden en la ciudad de México, aún se
encuentran frescas en la memoria las tristes
imágenes que fueron comunes durante los
funestos días del 19 y 20 de septiembre de
1985, al recordar lo que aconteció a la
ciudad de México debe sumir a todos en una
profunda reflexión: ¿Qué tipo de cultura y
prevención de desastres tenemos como país?,
sobre todo ahora que es posible sufrir
catástrofes por cualquier fenómeno natural;
el 19 de septiembre de 1985, un minuto y
medio bastó para que los capitalinos
descubrieran las condiciones en las que se
encontraban las construcciones, la capital
del país es una de las más sensibles en el
mundo y con la experiencia de esa fecha, se
comenzó a dar mayor interés a los estudios
técnicos y científicos para comprender de
qué manera los fenómenos naturales del
subsuelo repercuten en los daños
estructurales; el centro de la ciudad fue la
región que más daño sufrió en su
infraestructura urbana, con el sismo en este
sector, se perdió parte de la cultura
habitacional y social de los capitalinos al
desaparecer los centros familiares de
atención hospitalaria y las edificaciones
tradicionales. Aunque parezca extraño,
diversos estudios realizados fuera del país
indican que el tres por ciento de la energía
sísmica mundial se libera en México, lo cual
se traduce en la presencia de por lo menos
un sismo mayor de los siete grados Rigther
cada año en el país que indudablemente
afecta a la ciudad de México, la
sensibilidad de ésta se atribuye a que una
gran parte de las viviendas y oficinas están
edificadas sobre el territorio donde miles
de años atrás era el Lago de Texcoco, sólo
depende de la naturaleza el que ocurra un
gran sismo en nuestro país; la precaución y
evaluación de los riesgos ante una
contingencia deben ser incrementados, ya que
México es un país que por su situación
geográfica se encuentra altamente vulnerable
a los fenómenos naturales; es así que,
recordando los acontecimientos de hace 20
años y viendo la magnitud de las desgracias
humanas que pueden alcanzarse ante un
fenómeno natural, se deben fortalecer los
esfuerzos para asegurar que de ocurrir otra
situación semejante las pérdidas sean
menores y que las respuestas sean mejores
evitando negligencias y falta de
coordinación.
El
Dip. Francisco Javier Saucedo
Pérez (PRD),
dijo que hace veinte años se
reconstruyó la Ciudad de México, vulnerada
por la corrupción, la negligencia y la
irresponsabilidad acumulada, las
instituciones públicas no sólo se mostraron
incompetentes ante la magnitud del desastre,
sino que por la lógica corporativa y
autoritaria mostraron el verdadero rostro de
la clase política, no solidaria, temerosa,
refugiada en el extraviado principio de la
autoridad y empecinada en un retorno a la
normalidad de la cual precisamente se
generaron las causas del desastre; a lo
largo de 20 años han transcurrido desastres
asociados con fenómenos naturales y procesos
tecnológicos de todo el territorio nacional,
el recuento de la devastación se cuenta en
miles de muertes evitables, en el contexto
del debilitamiento de las instituciones de
la República por la aplicación de programas
ortodoxos de ajuste que han cuestionado
desde hace varios años e incluso han sido
criticados por organismos internacionales
como el Programa de las Naciones Unidas para
el Desarrollo; en este XX Aniversario de los
sismos, el mejor homenaje a quienes
reconstruyeron la ciudad, a quienes
dignificaron la vida entre los escombros, es
el redoblar esfuerzos, que los comprometa
por fortalecer a la sociedad; el mejor
homenaje a quienes murieron por el desastre
social es no perder la memoria histórica,
que a pesar del tiempo transcurrido tiene un
veredicto indiscutible: hay
responsabilidades por omisión, por
corrupción y arbitrariedades, por ello en la
reconstrucción nacional no podemos permitir
que nuevos desastres ocurran y que el propio
Poder Legislativo permanezca a la
expectativa; como representantes populares
debemos de asumir la obligación de dotar a
la sociedad de instrumentos jurídicos que
fortalezcan su participación en los asuntos
públicos, en la definición de nuevos
horizontes que construyamos juntos.
El
Dip. Ernesto Herrera Tovar
(PAN),
lamentó que hace 20 años
ocurrieran los sismos más catastróficos que
se recuerden en la ciudad de México, mismos
que sin duda alguna todavía se encuentran en
la memoria de todos, las tristes imágenes
que fueron comunes, las autoridades
reconocieron entonces 9 mil 500 muertos, 150
mil damnificados, 53 mil edificios
afectados, de los cuales 757 se colapsaron y
tuvieron que ser demolidos; daños
millonarios en infraestructura, vivienda y
servicios públicos que se vieron
paralizados; fueron días de duelo nacional,
la situación había salido de control
gubernamental, toda previsión fue rebasada
por mucho y solamente el ejército de auxilio
y solidaridad, que integraron cientos miles
de mexicanos, hizo posible el rescate de
cientos de víctimas que por días
permanecieron debajo de
los escombros.
Como nunca emergió el pueblo solidario, se
dió sin cortapisas y sin presiones, fue la
sociedad civil, los jóvenes en mezclilla,
las mujeres con su calor humano, los hombres
como eslabón de cadena interminable, en fin,
fue el pueblo de México el que curó al
herido, el que sepultó al muerto, el que
rescató al atrapado, el que consoló a la
viuda y al huérfano. México, su pueblo, su
gente, enfrentó la tragedia y consolidó ante
el mundo su ser solidario. Aún no
terminábamos de reponernos del primer sismo,
cuando al día siguiente, en un segundo
movimiento telúrico, la ciudad volvió a
sufrir pérdidas humanas y materiales,
ocurrido cuando el anochecer apenas cubría
la ciudad, el temor y la incertidumbre se
apoderaron nuevamente de la población
citadina, la reacción fue de temor, en
algunos casos de éxodo, como fue el caso de
la salida nocturna de cientos de habitantes
del centro de la ciudad que pernoctaron en
el Zócalo el día 20 de septiembre. Una
lección quedó clara en estos sismos, se debe
estar preparado, la naturaleza no espera y
su fuerza puede ser devastadora., si bien es
poco lo que se puede hacer para enfrentarla,
es mucho lo que se puede hacer para evitar
pérdidas humanas. Aunque no se disipa la
amenaza de un sismo de grandes dimensiones,
hoy en día estan seguros que una tragedia de
dicha magnitud no deberá suceder, dado que
han transitado de una posición reactiva a
una preventiva; esto frente a la defensa de
la vida y el patrimonio de millones de
mexicanos.
Se
cuenta hoy día con un Sistema Nacional de
Protección Civil, que organiza y coordina
los tres órdenes de gobierno y la sociedad
civil en las labores de prevención, atención
y reconstrucción de emergencias y desastres;
órganos especializados en la investigación
de los fenómenos naturales, así como su
impacto en nuestra sociedad; de igual manera
se cuenta con recursos económicos a través
del FONDEN y FOPREDEN, para encarar la
reducción de riesgos y atención a
calamidades y atención a las víctimas de
desastres naturales. Pero lo más importante,
se cuenta con una cultura de protección
civil y un pueblo solidario y una clara
conciencia de que para la ciudad de México,
los temblores de tierra han sido y seguirán
siendo su principal riesgo.
El Dip. David Hernández Pérez (PRI)
argumentó que es importante recordar los
datos estadísticos que reflejan la dimensión
de la tragedia, las cifras de muertos, los
edificios y construcciones destruidas, el
costo de la reconstrucción, entre otros
datos, es importante recordarlos; los
fatídicos recuerdos de muerte y destrucción
de aquél 19 de Septiembre de 1985, en el que
el miedo, la angustia, la incertidumbre y
sobre todo, la crisis colectiva, hacía presa
de todos los habitantes de la ciudad; casi
todos, porque un gran grupo de mexicanos
mostró su sentido de solidaridad, esos
hombres que actualmente siguen siendo
ejemplos a seguir a quienes popularmente se
conocen como "topos", a ellos, la Fracción
Parlamentaria del Partido Revolucionario
Institucional, desde esta tribuna, les
expresa el más sincero reconocimiento. La
experiencia que se vivió es de gran
importancia, toda vez que esa amarga
experiencia sirvió para adoptar medidas para
prevenir una catástrofe similar en un
futuro, ya que es fundamental puntualizar el
riesgo de una nueva tragedia, siempre estará
latente, es definitivamente una posibilidad
permanente. En el actual cotidiano pareciera
que la cultura preventiva, es reducida a
señalamientos, a carteles con indicaciones
de cómo se debe actuar en casos de
siniestro, y lo más avanzado que se ha hecho
fue la convocatoria a un simulacro que se
efectuó el día de ayer, incluso este
edificio no participó, y podríamos decir que
de hecho en la propia Secretaría de
Gobernación, las alarmas no funcionaron, al
parecer no sabían cómo hacer que
funcionaran.
Se debe reconocer, si, los avances. Hoy
se cuenta con un número de expertos en
actividades sísmicas, al tiempo de contar
con tecnología de punta en la medición de
éstas, así también de alarmas sísmicas que
permiten a la población de un tiempo
determinado para que ésta pueda ser
desalojada. ¿Es suficiente?, creen que no es
lo que realmente se requiere; hoy la
inversión es mínima, la regulación en
materia de construcción no atiende el alto
riesgo y si de una cosa deben estar seguros,
es de que estos eventos naturales seguirán
presentándose y si con esta seguridad de que
se presentarán los movimientos sísmicos, le
agregan por ejemplo que en el Distrito
Federal en lugar de invertir en
infraestructura hidráulica, se hicieron
segundos pisos y que las fugas de tuberías
provocan grandes huecos subterráneos, tengan
la seguridad de que se está incrementando el
riesgo, pero como en la naturaleza, en la
política las consecuencias no son
predecibles.
Finalmente los priístas consideran que lo
más rescatable y lo que estan obligados a
reconocer es que este Legislativo cree una
estancia especializada para que investigue y
atienda estos eventos sísmicos con una
visión de toma de decisiones de Estado. |
Estadística |
PRI |
1 |
PAN |
1 |
PRD |
1 |
PVEM |
1 |
PT |
1 |
PC |
1 |
Subtotal |
6 |
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