El C.
Dip. Manlio Fabio Beltrones Rivera (PRI),
comentó que hace justamente un año recibió
de esta Asamblea la honrosa distinción de
presidir la Mesa Directiva y conducir sus
debates y ha procurado tener presente lo
que le corresponde al Presidente de esta
Cámara: preservar el principio de libertad
absoluta en el ejercicio de la actividad
parlamentaria y velar por el equilibrio
entre éste y la eficacia de la Cámara en el
cumplimiento de sus facultades
constitucionales.
En el año
de ejercicio constitucional que concluye, la
Mesa Directiva, con el concierto solidario
de los Grupos Parlamentarios, propició el
ambiente y las mejores condiciones para que
la voz de los diputados se expresara con
entera libertad, sin condiciones ni
restricciones, como corresponde al
Parlamento de cualquier democracia moderna.
Preservando el derecho al libre ejercicio
del trabajo parlamentario hacia el interior
de esta Soberanía y defendiéndolo hacia
fuera cuantas veces fue necesario hacerlo,
seguros de que con ello contribuían a
salvaguardar la dignidad y la independencia
de esta Cámara y por supuesto, el principio
fundamental de la división de poderes.
Señaló
que en la expresión de las posiciones
diversas, hubo espacio para el
entendimiento, para la construcción de
acuerdos, para hacer posible la eficacia de
la Cámara en el cumplimiento de sus
cometidos constitucionales; un trabajo
tejido con el ánimo de entendimiento y
disposición al acuerdo de todos los
Diputados y Diputadas y en especial de los
Coordinadores de los Grupos Parlamentarios
quienes sin declinar en sus convicciones y
propuestas, fueron anuentes al diálogo y a
la concertación que fructificara en un marco
jurídico nacional, adicionando con nuevas
normas y reformando en lo sustancial para
cumplir el fin primordial de este órgano de
representación popular: renovar el andamiaje
jurídico que provea a una mejor convivencia
social.
Ha tenido
claro que al presidir esta Asamblea, el
cargo no implica privilegios superiores a
los de sus compañeros. Al conducir los
debates de este Pleno ha sido tan solo el
primero entre sus iguales y que ha sido por
la decisión y la confianza de sus colegas
que ha tenido el honor de presidir sus
trabajos.
Por eso
hoy, cumplida la encomienda que la Asamblea
le entregó, regresa a su curul con sus
pares, para seguir en el trabajo
parlamentario cotidiano, con el ánimo
renovado de contribuir a la búsqueda
permanente del apotegma señero que preside
el vestíbulo de este recinto histórico y que
nos recuerda todos los días el sueño
convertido en mandamiento de Morelos. -“Como
la buena ley es superior a todo hombre”, las
que dicte el Congreso “deben ser tales que
obliguen a constancia y patriotismo y
moderen la opulencia y la indigencia”.
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