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Pronunciamiento con
motivo del 60 Aniversario de la Carta de las
Naciones Unidas.
Síntesis:
Hoy estamos conmemorando
los 60 años de la firma de la Carta de las
Naciones Unidas, del 26 de junio de 1945.
Pocos días después de todas maneras Estados
Unidos decidió por sí y ante sí llevar a
cabo el genocidio contra dos ciudades
civiles, no estratégicas militarmente de
Japón, con las bombas atómicas de Hiroshima
y Nagasaki, el 6 de agosto de 1945.
Precisamente las palabras iniciales de la
Carta de las Naciones Unidas, contradice las
acciones genocidas contra el pueblo civil
japonés, cuando este imperio militarmente ya
estaba derrotado.
Pero a juicio del Grupo
Parlamentario de CONVERGENCIA el error
político y estratégico fundacional fue haber
aceptado la preeminencia de los 5 países
poderosos que hasta hoy tienen, de hecho el
control de la ONU, porque con su Derecho de
veto autoasignado, cualquier decisión
realmente global que tomen las otras 185
naciones, quedará obsoleta si alguno de los
países con Derecho a veto, la cuestiona. De
manera que en la defensa de sus intereses
particulares Estados Unidos de América,
China, Rusia (anteriormente URSS),
Inglaterra y Francia pueden inclinar la
balanza a cualquiera orientación
sociopolítica que a ellos convenga. Eso es
lo que ha determinado que no se hayan podido
solucionar cuestiones históricas en varios
países enfrentados, y, en regiones
exactamente localizadas donde los intereses
de uno u otro país con Derecho de veto estén
en peligro.
El Grupo Parlamentario
de CONVERGENCIA observa de este modo que
así, vetando tales o cuales Resoluciones
colectivas de los organismos de la ONU, como
el Consejo de Seguridad o la Comisión de
Derechos Humanos o la UNESCO, FAO u OMS,
entre otros, esa élite de países controla al
mundo. Para el Grupo Parlamentario de
CONVERGENCIA otro de los aspectos esenciales
para el desenvolvimiento de la ONU, y, para
que pueda cumplir con estricta independencia
sus funciones pacifistas, conforme al marco
conceptual que le dio origen, reside en la
búsqueda de su totalidad neutralidad
jurídica, la cual no se puede ejercer
mientras la sede continúe funcionando en
Nueva York, Estados Unidos. el Grupo
Parlamentario de CONVERGENCIA considera que
debería buscarse que su funcionamiento
central se realice en una nación diferente,
por decirlo de alguna manera neutral:
Suecia, Suiza, Dinamarca, Finlandia o
Noruega, países que han dado muestras de
independencia y autodeterminación ante
problemas mundiales. |
Diputado
Jesús Emilio Martínez Álvarez
(PC)
Nota:
Sin intervención en tribuna.
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Pronunciamiento con
motivo del 149 Aniversario de la
Promulgación de la Ley de Amortización de
Bienes Eclesiásticos.
Síntesis:
El 26 de junio de 1856
se promulgó la Ley de Desamortización de
Bienes Eclesiásticos, mejor conocida como
Ley Lerdo. Esta ley marcaba de alguna manera
la concreción de la abolición de la
esclavitud, que decretara a su tiempo el
Padre de la Patria, abolición que no se
podía cumplir plenamente en la práctica
porque los hombres del campo no eran dueños
la tierra labrantía que ocupaban
ancestralmente. la Ley de Desamortización de
Bienes Eclesiásticos rescataba para la
República, y para la posible solución de los
problemas sociales, económicos y culturales
de México, casi las cuatro quintas partes de
las tierras labrantías, en poder del clero,
una gran parte de ellas mantenidas ociosas y
para la especulación.
Al aplicarse dicha Ley, se pudieron
descubrir una serie de anomalías legales y
legítimas, rescatando inclusive la
posibilidad de que la inmensa mayoría del
pueblo pudiera enterrar a sus muertos en los
cementerios que hasta esa fecha
prácticamente habían estado bajo el control
del clero católico, el cual mediante esa
“argucia terrenal”, poseía una forma sutil
de control en la parte final de la
existencia de los habitantes, y, podía
controlar las conciencias de los deudos.
Para el Grupo
Parlamentario de CONVERGENCIA, esta Ley vino
a impulsar el progreso y las posibilidades
de desarrollo al rescatarse tierras
nacionales, que de otro modo permanecían
incultivadas, y, rompió de tajo la falsa
legitimidad de la herencia colonial de las
Encomiendas, que volvían a los poseedores de
la tierra, “dueños de las vidas y haciendas”
de sus habitantes. A juicio del Grupo
Parlamentario de CONVERGENCIA se colocó con
la legitimidad de esa Ley, la grandeza de la
República, se reforzó la idea del Estado, y,
como lógica consecuencia continuaría la
concepción del Estado laico, que definiría
la separación entre la Iglesia y el
Estado. |