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Las Raíces Indígenas - Período
Postclásico
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Noticongreso
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Postclásico
/ fase de los imperios y
señoríos militares ( 1000 -1521 d.C. ) |
El postclásico
vuelve a ser una época de esplendor ( en opinión de
algunos autores no tan grande como el clásico ), basada
en la consolidación de nuevas unidades políticas y en
una compleja organización sociopolítica mantenida rígidamente,
no sólo por el temor a las sanciones sobrenaturales,
sino en buena parte por la fuerza de las armas.
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Hubo varias
alianzas o confederaciones de señoríos para tener más
fuerza y extender su dominio sobre otros pueblos. Típica,
y la mejor documentada, es la " Triple Alianza
" Tenochtitlan-Tezcoco-Tlacopan que dio pie al
imperio mexica, pero también las hubo entre los tarascos,
los mayas y otros grupos.
Estas formas
políticas requirieron de leyes que aseguraban la relación
entre sometedores y sometidos así como entre los aliados
dominantes entre sí; tal vez no eran algo totalmente
nuevo, pero a no dudarlo adquieren en esta fase mayor
relevancia y una formalización más plena. Son del postclásico
(aunque tengan antecedentes en otras épocas) las leyes
de que tenemos noticia, recogidas en las obras de los
cronistas, historiadores y aun tratadistas europeos
que pasaron al Nuevo Mundo.
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La amplia
base campesina de la sociedad estaba organizada sobre
principios de parentesco con descendencia unilineal,
los " barrios " o " aldeas '' de tipo
clánico identificadas con sus bases territoriales. Muy
por encima de ellos estaba la familia de los '' señores
". Menos seguridad hay sobre la exisrencia, número
y ubicación social de otros grupos.
Varios
autores nos hablan de " nobles '', pero si se analizan
con cuidado los texros resulta que éstos son los familiares
del señor, o bien, señores locales. También se menciona
a los sacerdotes como un grupo de gran influencia, paralelo
y a veces contrapuesto al de los nobles, sólo que al
examinar atentamente las biografías individuales encontramos
que las personas fueron '' nobles '' y " sacerdotes
" así como " jefes " militares, así es
que no se trata de estratos ni segmentos sociales diferentes,
sino de miembros de la familia señorial encargados de
funciones diversas.
Se afirma
igualmente que los mercaderes formaban un estrato social
colocado entre los nobles y los campesinos. Tal vez
no fuera exactamente así, sino que se tratara de un
"barrio" clínico con especialización ocupacional,
como había otros en el postclásico -plateros de Azcapotzalco,
plumajeros de Amantla, salineros, escultores, y muchos
más- que obtuvo un estatus especial.
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No
puede enrenderse el poder en las sociedades del
postclásico si se olvida su organización social.
En cada unidad socio-territorial y en cada nivel
de éstas ( "barrio", señorío sujeto,
gran señorío e " imperio " ) habría
un reducido grupo regente y una amplia base gobernada.
La organización política consistía de una pirámide
de señoríos, con una base muy amplia de señoríos
locales, agrupados en señoríos regionales, a su
vez formando grandes señoríos que en ocasiones
constituían un imperio. En la cima de un imperio
podía estar una confederación de tres ( o cuatro
) señoríos en vez de uno solo. Las funciones del
señor y su consejo eran las mismas en todos los
niveles: gubernativa, sacerdoral, jurídica y milirar,
pero las decisiones de cada señorío estaban limitadas
por las de los señoríos superordinados suyos.
El postclásico instaura un nuevo orden en el que
cada señorío respalda con la fuerza militar la
protección que le daban sus dioses.
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Se generaliza
la práctica -usual desde antes en la zona maya- de que
un señorío hiciera guerra a sus vecinos, para engrandecerse
incorporándolos y sometiéndolos al pago de tributo.
A veces se establecían estas alianzas pacíficas por
medio de matrimomos entre sus señores.
La omnipresencia
de la religión en la vida cotidiana, tanto privada cuanto
pública, no parece haber sufrido mengua durante el postclásico.
Todavía a principios del siglo XVII, en plena Colonia
y tras el denodado esfuerzo de la Iglesia cátolica por
desarraigar las antiguas creencias, Hernando Ruiz de
Alarcón y De la Serna recogieron abundantes "'conjuros"
que obtenían de los seres y fuerzas sobrenaturales la
protección paraactividades de toda clase.
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Incluso
las formas de comportamiento que se consideraban
dependienres de la naturaleza de la gente, de
las cosas, de animales y de plantas, habían sido
dictadas por los dioses o, por lo menos, derivaban
de que los dioses hubieran hecho el mundo como
era. Si no se seguían -más por inadvertencia que
intencionalmente- los dioses enviaban castigos
que podían aquejar al infractot o a los de su
"barrio". Había también una serie de
disposiciones sobre ofrendas, duras tareas, autosacrificios
y abstenciones cuyo cumplimiento o incumplimiento
acarreaba los consiguientes males. Puesto que
varias de éstas se dirigían a personas en condiciones
especiales, donde la falta podía ser notada, se
podía aplicar a los infractores el castigo al
que se hacían merecedores. Por ejemplo, los jóvenes
del telpoehcalli debían barrer los templos en
la noche, bañarse con agua fría y cumplir otras
tareas esforzadas; ellos y los sacerdotes se sometían
a la abstinencia sexual ( salvo en ocasiones especiales
), y así sucesivamente. Los infractores podían
padecer castigos sobrenaturales, pero además sufrían
severos castigos que podían llegar hasta la muerte.
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Lo importante
es que aun en los casos en que había penas aplicadas
por la sociedad, ésta lo hacía en nombre de los dioses,
en adición a los castigos que éstos enviaran a los infractores,
y se exigía una más estricta observancia a los señores-sacerdotes,
presumiblemente porque dada su naturaleza divina, los
errores en que incurrieran ponían en más grave riesgo
y predicamento a toda la sociedad.
Había penas
establecidas para ciertas faltas como el homicidio,
el aduiterio, la violación, el el robo o la desobediencia
a los mandatos del señor. Las penas más comunes eran
la muerte y la obligación de senir al acreedor hasra
cubrir la deuda. ( Códice de delitos y castigos ).
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