Nuestro siglo - La unidad nacional y el Congreso de la Unión

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El 12 de septiembre de 1940, la Cámara de Diputados declaró Presidente electo a Manuel Avila Camacho, cuyo gobierno estuvo basado en la conciliación y la unidad nacional.

Esta política produjo un cambio mínimo pero significativo en la composición de la cámara baja, pues si bien hasta antes de 1940 todos los diputados eran miembros del partido oficial, después de ese año, los partidos de oposición lograrán ingresar a la cámara y constituir el 5% del total. Esto rompió con la tradición que por años impidió la más mínima oposición en el Legislativo. La tarea principal de Avila Camacho consistió en estabilizar el sistema social y político puesto en peligro por las intensas reformas cardenistas, eliminar los resabios de radicalismo y conducir al país por la vía de un mayor crecimiento industrial, y para ello aprovechó la coyuntura económica creada por la Segunda Guerra Mundial, iniciada en 1939.

Ante el panorama internacional y el ingreso de los Estados Unidos a la guerra el 8 de septiembre de 1914, después del ataque japonés a Pearl Harbor, hubo la necesidad de reforzar el espíritu de unidad entre las distintas fuerzas políticas. Uno de los primeros frutos se dio en el Congreso; ambas cámaras acordaron la creación, con los miembros de las dos fracciones en pugna, del Comité Parlamentario Antifascista.

Así surgiría, en febrero de 1943 con el apoyo del PR y del presidente Ávila Chamaco, y bajo el imperativo de la unidad nacional, la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP). Durante la asamblea constitutiva se diría que la necesidad de organizar al nuevo sector surgió de la necesidad de contrarrestar a los elementos contrarrevolucionarios que amenazaban dividir a la familia mexicana.

Sin embargo, este organismo sirvió para institucionalizar la disciplina y el reclutamiento de una clase política ( funcionarios, legisladores, gobernadores, etc. ) y para " equilibrar " a las representaciones camerales de los otros dos sectores. Del 1 de febrero al 22 de marzo de 1941 la XXXVIII Legislatura de la Cámara de Diputados sesionó para estudiar varios proyectos de ley, entre ellos, la iniciativa presidencial de reformas a la Ley Federal del Trabajo, cuyo objeto era " regularizar " el derecho de huelga, a fin de evitar que se hiciera mal uso de las prerrogativas que el mismo derecho concedía a los trabajadores.

También por iniciativa del presidente de la República, se reformó la Ley de Secretaría y Departamento de Estado y se creó la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, con el propósito de apoyar el cumplimiento de los postulados del artículo 123 constitucional: auxiliar al trabajador en sus relaciones con la clase patronal y responsabilizar al Estado para que promoviera la elevación integral de los trabajadores.

Por otro lado, el Ejecutivo reformó la Ley de Cámaras para evitar que se mantuviera un solo frente patronal, poderoso económicamente y en manos de un sector extremadamente conservador. Así que propuso separar a los comerciantes de los industriales, y a éstos entre sí. De esa manera, además de la ya existente Confederación de Cámaras Patronales (Coparmex) surgieron las confederaciones de Cámaras de Comercio (Cocanaco), de Cámara Industriales (Concamin), de Industria de Transformación (Canacintra). La reforma agraria disminuyó considerablemente con relación al sexenio anterior.

En 1942 se modificó el Código Agrario que favoreció el desarrollo de la pequeña propiedad en detrimento del sistema ejidal, principalmente del ejido colectivo tan apoyado durante el cardenismo; al mismo tiempo se redujo en forma importante el apoyo a las organizaciones de masas. Las aspiraciones de miles de campesinos por obtener tierras, créditos accesibles, o de legalizar su propiedad, se toparon con la lentitud de un aparato burocrático que bien pronto enfriaba las esperanzas de obtener una solución satisfactoria.

Después del hundimiento de los barcos petroleros mexicanos " Potrero del Llano " y '' Faja de Oro '', por submarinos nazis, el presidente de la República informó al Congreso de la Unión de la situación internacional y éste le concedió facultades extraordinarias para declarar el estado de guerra entre México y las potencias del Eje. Producto de esta situación, en agosto de 1942, entró en vigor la Ley del Servicio Militar Obligatorio para los jóvenes mayores de 18 años. Días después quedó constituido el Consejo General de la Defensa Civil, organismo creado con motivo del ingreso de México a la guerra. El ex presidente Lázaro Cárdenas fue designado Sectetario de la Defensa Nacional, nombre que desde 1937 había adoptado la Secretaría de Guerra.

A partir de que México rompió su neutralidad y se situó en favor de los países aliados, las relaciones con los Estados Unidos mejoraron considerablemente. Este acercamiento redundó en un notable impulso al crecimiento económico del país; se fortaleció el comercio exterior, lo que benefició la importación de maquinaria agrícola e industrial y la exportación tanto de mano de obra como de productos agrícolas, fundamentales para la captación de divisas .

Asimismo, el Congreso autorizó al presidente el envío de tropas mexicanas a los frentes de guerra, a fin de salvaguardar la integridad y soberanía de nuestro territorio. Pues si bien la fracción IV del artículo 89 de la Constitución facultaba al Ejecutivo para disponer de las fuerzas permanentes para la seguridad interior y la defensa exterior, tal facultad en lo que concierne a la salida de contingentes armados fuera de los límites del país, se encontraba condicionada por la autorización del Senado en virtud de lo dispuesto por el artículo 76 constitucional. Así, en 1944 fue enviado al Pacífico el Escuadrón 201.

En poco tiempo y como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, México inició el tránsito de una economía predominantemente agraria a una de tipo industrial. La Ley de Industrias de Transformación creada en 1941, constituyó el primer paso para rodear a la creciente actividad industrial de la protección necesaria para sobrevivir a la competencia extranjera, además permitió a través de estímulos fiscales y tarifas arancelarias altas, la creación de una estructura fabril mecanizada destinada a satisfacer el mercado interno.

En este mismo año, el Ejecutivo sometió una iniciativa para crear la Ley del Seguro Social. En la exposición de motivos el presidente destacó la importancia de proteger al trabajador de los riesgos tanto en el desempeño de sus funciones como de aquellos derivados de la vejez, las enfermedades generales o la muerte prematura. Además pretendía ser un complemento al salario del obrero, en la medida que otorgaba prestaciones que de otra manera le sería difícil obtener. Con base en esta ley surgió en 1943 el Instituto Mexicano del Seguro Social.

En el aspecto educativo, el gobierno se dio a la tarea de realizar una cruzada nacional de alfabetización. En agosto de 1944, por iniciativa presidencial, se expidió la ley que promovía la Campaña Nacional contra el Analfabetismo. Su importancia fue evidente ya que en esa época el país contaba con un 47.88% de analfabetos, es decir, casi la mitad de sus habitantes no sabía leer ni escribir. La educación en esta época se concibió como un medio indispensable para la unidad y la industrialización. Era necesario inculcar un nacionalismo, a la vez que preparar obreros calificados, técnicos y científicos útiles al desarrollo nacional. Si bien la reforma del artículo 3° no se llevó a cabo sino hasta fines del periodo avilacamachista, en 1942 se promulgó una nueva Ley Orgánica de Educación. Para unificar los programas y métodos de estudio en todo el país se creó el Consejo Nacional Técnico de la Educación. También se restablecieron en 1942 las Misiones Culturales, grupos de maestros, artesanos, etc., encargados de llevar educación a comunidades aisladas. Se crearon diversas instituciones como la Escuela Normal Superior y el Instituto de Capacitación del Magisterio. La iniciativa privada creó por su parte el Instituto Tecnológico de México y el Instituto Tecnológico de Monterrey.

A pesar de la aparición de nuevos partidos en la esfera política, la XXXIX Legislatura de la Cámara de Diputados estuvo formada casi en su totalidad por miembros del PRM. De 147 diputados, 144 pertenecian al partido oficial mientras que 3 eran " independientes '', es decir, disidentes del PRM, ya que ni el PAN ni la Liga de Acción Política, fundada en 1940 por Narciso Bassols, lograron hacer llegar a algunos de sus candidatos.

En julio de 1943 habría de renovarse la Cámara de Diputados, cuerpo en el que la izquierda oficial había dominado los dos años anteriores por su alianza con el líder Leobardo Reynoso y los suyos frente al grupo avilacamachista de Alfonso Corona del Rosal. Esta situación incomodó al presidente, pues la minoría izquierdista había llegado a convertirse en un grupo de bloqueo dentro del aparato oficial y ello implicaba un serio obstáculo para su proyecto de unidad nacional. Así las cosas, había tres opciones a seguir: apoyar a la izquierda, inclinarse por la derecha o tratar de fortalecerse. Las dos primeras significaban el sometimiento del Ejecutivo y la última implicaba continuar la centralización política en torno a la figura presidencial.

Esta última pareció ser la más viable, sobre todo porque la situación de guerra presentaba muchos elementos a su favor; entre ellos, disciplina y trabajo. Con estas perspectivas Avila Camacho preparó el terreno para imponer en la nueva legislatura, un grupo de diputados que le fueran fieles políticamente. Para lograrlo tomó como medida reformar la Ley Federal Electoral. En la exposición de motivos se decía que era necesario modificar los plazos del proceso electoral de tal forma que la integración de autoridades municipales coincidiera con la renovación de poderes federales.

Así pues, en el proyecto de reformas se fijó la renovación de la Cámara de Diputados para cada tres años a partir de 1943, mientras que la de Senadores se haría cada seis a partir de 1946, al igual que el cambio en la Presidencia de la República. La Cámara baja aprobó la iniciativa sin discusión y con dispensa de trámites. La de Senadores la aprobó por unanimidad. Sin embargo, esta reforma dejaba intacto el sistema electoral controlado hasta entonces por las autoridades locales.

En décadas anteriores la Cámara de Diputados había sido un centro de debates en donde diversas corrientes que atravesaban al partido se habían confrontado, pero a finales del mandato de Avila Camacho en nombre de la " unidad nacional ", poco a poco la uniformidad en las cámaras se fue convirtiendo en la regla.