De
reformas al articulo 41 de la Constitucion Politica de los Estados Unidos
Mexicanos y al Codigo Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, en
materia de partidos politicos y sindicatos nacionales, presentada por el
diputado Eric Eber Villanueva Mukul, del grupo parlamentario del PRD, en la
sesion del martes 30 de abril de 2002
El suscrito diputado federal de la
LVIII Legislatura del Honorable Congreso de la Unión, integrante del grupo
parlamentario del Partido de la Revolución Democrática con fundamento en los
artículos 71, fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y en el artículo 55, fracción II, del Reglamento para el Gobierno
Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, propongo
reformas al artículo 41, fracción III, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y a los artículos 1, 4, 6, 36, 38, 69, 82, 83, 84, 86
y 117 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, con
base en la siguiente:
Exposición de Motivos
Cuando en julio del año 2000, se
logra el desplazamiento del grupo y partido dominante que durante siete décadas
había detentado el poder en nuestro país, los actores políticos que habían
participado en la contienda electoral y algunos estudiosos y analistas de los
fenómenos de la alternancia, se preguntaban si este cambio decidido por el voto
ciudadano en las urnas, impulsaría también el rompimiento de las formas y modos
de hacer política, y de las relaciones y estructuras autoritarias enmarcadas en
el Estado corporativo mexicano formado y alentado por los gobiernos federales
hasta esa fecha.
Esos estilos de hacer política y
de organización corporativa los encontramos desde el nacimiento mismo del
partido que surge de la Revolución y convertido posteriormente en el Partido
Revolucionario Institucional, que llevó a la presidencia de la República a
todos sus candidatos, estableciéndose una simbiosis entre partido y gobierno. Y
es por esta razón que se les llegó a identificar como dos piezas clave del sistema
político mexicano.
Lamentable fue comprobar en los
hechos hasta un pasado muy reciente, la falta de independencia de los poderes legislativo y judicial,
-contrariamente a lo que debiera darse en una verdadera democracia- lo que
anulaba el espíritu del régimen republicano y la división de poderes contenidos
en nuestra Constitución General.
En este ambiente asfixiante de la
vida política mexicana, el partido oficial y el gobierno buscaron un contrapeso
para legitimar el ejercicio del poder en el país, creando en el año de 1963 la
figura jurídico-electoral de los diputados de partido, y avanzando en 1978 con
la institución de un sistema electoral mixto en el que surgen los diputados de
representación proporcional. Así, surgió un acercamiento burdo, desde la
cúpula, a un precario régimen de partidos políticos; sin embargo faltaba lo
esencial para que este régimen fuera real, es decir, que hubiera en los hechos
elecciones libres, competitivas y equitativas. Sólo sobre la base de esto
podría darse un verdadero poder legislativo autónomo y representativo, así como
la posibilidad real de la alternancia en el gobierno.
No obstante la tímida apertura del
régimen, a partir de 1987 y en el lapso de los siguientes trece años en que se
realizan cuatro reformas electorales. Dichas reformas que fueron sin duda
primordiales en el largo camino hacia la democratización en nuestro país, pues
estuvieron acompañadas por los cambios que se gestaron en la cultura política
de la sociedad mexicana que en gran medida, gracias a ello, tuvieron éxito.
Hoy podemos afirmar que fue el
cambio social el que empujó el inicio de la transición política mexicana; fue
la sociedad que en 1968 tuvo su primer despertar con el movimiento estudiantil
y años después en las décadas de los años 70 y 80 permitió el surgimiento de
organizaciones campesinas independientes del control corporativo que se había
instituido desde el Estado. Por esos años, también se logró el fortalecimiento
del movimiento sindical independiente y se van dando expresiones cada vez más
críticas de la prensa que poco a poco fue perdiendo su subordinación al Estado.
En la contienda electoral del año
1988, el régimen político mexicano vivió las elecciones más controvertidas de
su historia, pues siempre existió las sospecha sobre el triunfo del candidato
del PRI, que se había enfrentado a la oposición real representada por el Frente
Democrático Nacional aglutinante de todas las fuerzas de izquierda del país,
ese momento reveló dos hechos que cambiarían la vida política del país: uno, se
marcaron las fisuras que después resquebrajarían el viejo entramado del régimen
político mexicano, y dos, la sociedad civil descubrió que con su voto podía
cambiar el destino de México.
El vuelco electoral de julio del
año 2000, que cimbró toda la estructura del poder en México fundamentalmente se
dio en el relevo del titular del Ejecutivo federal, tiene su importancia
histórica por haber logrado la alternancia en el poder; pero el esquema
centralista y autoritario del régimen es la herencia de la cual no se ha podido
desprender el actual gobierno del Presidente Vicente Fox.
El desplazamiento del partido que
por siete décadas detentó el poder en México se dio mediante una transición
tersa, sí, pero no de manera gratuita, porque los ciudadanos exigían en ese
momento, cambios en la conducción del quehacer gubernamental. Y hoy se mantiene
esa exigencia, porque la demagogia, la corrupción y la mentira son los signos
de la actual administración federal.
La transición política no avanza,
se ha quedado solamente en el discurso, pospuesta de manera indefinida. De 1989
hasta este año 2002, todos los presidentes de nuestro país incluyendo al
actual, hablan de modernización, pero se evita que ésta llegue a la esfera
política, se concentran en la reforma económica neoliberal tratando de
perfeccionar el modelo, se reforman leyes, se privatizan activos del gobierno,
se adelgaza al Estado, se instalan mesas para la Reforma del Estado, pero no se
tiene la voluntad política para avanzar.
Continuar con el proceso de
transición es una necesidad histórica en un contexto de desgaste de nuestro
sistema político y en un escenario de alternancia en el gobierno. La situación
que se vive actualmente y que tal vez sea la tónica en el futuro político del
país es la que hoy, se presenta en la distribución del poder, ya que tenemos un
escenario de mayorías divididas: el titular del Ejecutivo federal de un partido
y el Congreso de la Unión con partidos que por sí mismos no pueden formar
mayoría para la toma de decisiones.
Los
partidos políticos
En este marco, los partidos
políticos juegan un papel indiscutible en la lucha por la conquista del poder
mediante vías institucionales. El artículo 41 constitucional, los define como
entidades de interés público que adquieren su real significado como promotores
de la participación del pueblo en la vida democrática y como organizaciones de
ciudadanos, que hacen posible el acceso de éstos al ejercicio del poder
público.
Sin embargo, un análisis de su
quehacer político arrojaría en el presente serias dudas sobre su actuación,
tanto en el plano de las contiendas constitucionales, como en el funcionamiento
al interior de los mismos. Basta sólo escuchar el desencanto que la sociedad
tiene por todas las promesas incumplidas -que al calor de las justas electorales
los partidos políticos hacen a los ciudadanos a través de sus candidatos-, y no
se diga si éstos llegan a triunfar y ya en el ejercicio del poder, no sólo
incumplen sus promesas, sino que actúan en algunas ocasiones saqueando los
bienes y recursos públicos a su cargo, cayendo en actos de corrupción,
nepotismo, autoritarismo, tráfico de influencias y hasta la complicidad o
comisión de delitos penales como el homicidio.
Ello ha provocado que la sociedad
y los electores que votaron por determinado partido se vayan distanciando de él
y vean con desdén e indiferencia los llamados que recurrentemente se les hace
para seguir contando con su participación.
No constituye menor causa de
irritación, las considerables sumas que anualmente se destinan en el presupuesto
de egresos a los partidos políticos, las costosas campañas publicitarias a
través de los diversos medios de comunicación con las que, gracias a su
frecuencia y mensaje reiterativo logran imponer al candidato con menos
compromiso social, en la preferencia del elector. Sin un contenido de fondo en
sus propuestas, las campañas electorales han llegado a sustituir el mensaje
mediático sobre los principios y programas de acción de los partidos.
Mención aparte merecen las
contiendas internas para los diversos cargos que organizan los principales
partidos políticos nacionales. Esta situación provoca que la organización
política sea a la vez juez y parte, y entre en una dinámica de confrontación
interna innecesaria, que llega a violentar en ocasiones las disposiciones
reglamentarias propias. Se está en contra del fraude electoral y sin embargo en
los propios partidos se repite el esquema criticado, es el caso; de elecciones
con padrones de militantes que no corresponden a la realidad, de una
infraestructura electoral deficiente y de cuadros pobremente capacitados para
cumplir eficaz y transparentemente estas tareas.
Recientemente hemos atestiguado el
relevo en las dirigencias de las tres fuerzas políticas principales del país;
dos de ellas, PRI y PRD, desarrollaron estos eventos que al final fueron
cuestionados, con resultados poco creíbles para la opinión pública por todas
las anomalías y vicios que salieron a relucir, por cierto, muy conocidos por
una gran mayoría de mexicanos.
En el caso del PAN, el cambio de
su dirección nacional se encuentra lejos de haberse efectuado en condiciones
democráticas, más bien su relevo se realizó de forma y modo extraordinariamente
cupular, con métodos electorales más cercanos al siglo XIX que a nuestra época.
Por si esto fuera poco, los
cambios en las direcciones nacionales del resto de los partidos que integran el
espectro nacional, no va más allá, en la mayoría de los casos, de lo que decide
el grupo familiar enquistado en su control.
Los partidos políticos se
desarrollan cuando se conquista y ejerce el sufragio universal directo y
secreto. Este mecanismo de expresión de la soberanía y de la voluntad popular
esta íntimamente vinculado a la presencia de un poder legislativo real y
activo.
La posibilidad de que en México,
la democracia sea una realidad en todos los ordenes de la sociedad mexicana
depende en mucho de que los partidos políticos nacionales sean congruentes con
su declaración de principios y sus disposiciones reglamentarias, con lo cual
garanticen internamente un clima democrático. Sobre todo, cuando observamos que
en más de un partido político con peso nacional, las dirigencias exigen un
respeto del voto en las justas constitucionales, pero no viven internamente de
acuerdo a las normas que exigen a los demás.
Por todo la anterior, los partidos
políticos en México deben construir vínculos profundos con la sociedad civil y
convertirse en expresiones políticas reales de la misma y establecer puentes
sólidos con las instituciones públicas que conforman el Estado nacional, para
superar, la estrechez y autoritarismo que aún existe en nuestra vida política.
Los
sindicatos nacionales
El desarrollo de una democracia
profunda en los países, hoy denominados del primer mundo, especialmente
europeos, tuvo su origen en las luchas obreras por el sufragio universal,
directo y secreto; estas dieron lugar a la primera formación de las grandes
asociaciones sindicales de masas, ampliando de este modo; la vida democrática
de esas naciones.
La historia jamás se repite del
mismo modo, pero nunca deja de ser una maestra que permite acceder al ser
humano a mejores condiciones de vida. En este sentido histórico, la
democratización mexicana demanda instaurarla en los niveles básicos de la vida
social, como es el caso de los sindicatos nacionales.
El sindicalismo mexicano que se
forja después de los acontecimientos políticos de 1910-17 se caracteriza por el
control que el Estado ejerce sobre sus diversas organizaciones. Si en alguna
instancia de la vida nacional el Estado ha impedido la existencia de organizaciones
democráticas e independientes es en ámbito del movimiento obrero.
Las grandes organizaciones de
trabajadores mexicanos han sido controladas desde la cúpula estatal mediante
diversos y complejos medios jurídicos, económicos, sociales y políticos. Cuando
éstos han sido insuficientes para controlar la disidencia de los obreros; el
gobierno y los patrones han recurrido al asesinato y a la represión abierta.
El gobierno acudió en diversas
épocas a realizar concesiones a los trabajadores para mantener el control sobre
los mismos: el reconocimiento a líderes y sindicatos oficiales, la concesión
parcial a las demandas obreras, la cooptación de dirigentes y su incorporación
al partido oficial y gobierno en turno.
El clima anterior, provocó una
vida sindical vertical y corporativa, impidiendo la posibilidad de sindicatos
representativos y democráticos. Por ello, la lucha obrera en México en las dos
últimas décadas se ha caracterizado por recuperar la vida democrática en sus
organizaciones sindicales y por construir nuevas organizaciones con un perfil
más tolerante e incluyente.
A pesar de los avances al interior
del movimiento obrero, es innegable que en su seno priva aún el verticalismo y
el autoritarismo, lo cual se refleja en la ausencia de asambleas, congresos,
consultas y elecciones obreras realmente democráticas. La tarea democrática
estaría incompleta si no incorporamos a los sindicatos a esta nueva etapa
política de México; por ello, es de interés público que en la vida sindical se
desarrolle una nueva cultura obrera, en la cual sean los propios trabajadores,
sujetos de su destino. Esto dará lugar a una vida social más amplia y
democrática en el país.
El
Instituto Federal Electoral; coadyuvante democrático en las elecciones internas
de los partidos y sindicatos nacionales
Los planteamientos antes
señalados, llevan a concluir que la superación cualitativa de los procesos
electorales internos tanto de sindicatos como de partidos políticos nacionales
demandan la participación de un organismo que por sus características garantice
que dichos procesos se lleven a cabo con imparcialidad, transparencia,
legalidad y equidad, lo cual asegure que se realicen en un clima efectivamente
democrático.
Por consiguiente, se considera que
el Instituto Federal Electoral es la institución adecuada para llevar a cabo
estas tareas, en la medida en que es un organismo autónomo del Gobierno y de
los partidos políticos. Esta situación permite definir a este Instituto como un
órgano de Estado. El Instituto gracias a su autonomía, profesionalismo y
eficacia -elementos de los cuales dan cuenta tanto ciudadanos como partidos
políticos-, se ha convertido en un promotor de la democracia en México,
reconocido por todos los actores políticos nacionales. El IFE es el elemento
coadyuvante idóneo, por su imparcialidad, capacidad de organización y
experiencia, para transparentar y dar credibilidad democrática a los actos
electorales internos de sindicatos y partidos políticos nacionales, sin que
ello implique violentar, intervenir o limitar la vida interna de dichos
organismos.
La participación del IFE como
árbitro imparcial, eficaz y creíble en las elecciones internas de los partidos
políticos y de los sindicatos nacionales, será una aportación democrática de un
valor incuestionable para quienes aspiramos a una vida política en México
apegada a los principios de legalidad y justicia.
Este Instituto y el Tribunal
Federal Electoral del Poder Judicial se han convertido en garantes de un
autentico régimen electoral, plural y competitivo.
Señoras y señores diputados:
Como antes se ha señalado en el
cuerpo de esta iniciativa, la Reforma del Estado se encuentra estancada, no
avanza y no se vislumbra voluntad de emprenderla por parte del gobierno del
presidente Vicente Fox; y el país que entro en la transición democrática en
julio del año 2000 reclama que ésta, por una necesidad histórica y en un
contexto de desgaste de nuestro sistema político, continúe y se fortalezca.
Que es impostergable su
consolidación, a efecto de desmantelar el viejo régimen, suprimiendo los
resabios del autoritarismo y corporativismo y las formas de hacer política, así
como también la necesidad de emprender las reformas de las instituciones y del
marco jurídico que las sustentan.
Que por tales razones, la
iniciativa que hoy se presenta tiene la finalidad de que una entidad del Estado
Mexicano que ha probado su profesionalismo e imparcialidad en los comicios
electorales, sea dotada de nuevas atribuciones, con la finalidad de pueda
organizar las elecciones internas de los partidos políticos y los sindicatos
nacionales, que esta nueva función del IFE contribuirá a dar legitimidad a
dichos organismos, lograr la certidumbre que reclama la sociedad y contribuir
de este modo a la profundización y consolidación de la democracia en el país.
Por lo anteriormente expuesto y
con fundamento en lo dispuesto por la fracción II del artículo 71 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, me permito poner a la
consideración del H. Congreso de la Unión, por conducto de esta Cámara de Diputados,
la siguiente iniciativa de decreto de
reformas al artículo 41 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y a los artículos 1, 4, 6, 36, 38, 69, 82, 83, 84, 86 y 117 del
Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales.
Artículo
Primero. Se reforma la fracción tercera del artículo 41
constitucional para quedar como sigue:
Artículo
41. ...
...
I. ...
II. ...
...
...
...
...
...
...
...
...
El Instituto Federal Electoral tendrá a su cargo en forma
integral y directa, además de las que determine la ley, la organización de las elecciones internas de los partidos políticos y
sindicatos nacionales, las actividades relativas ... términos que señale la
ley.
Artículo
Segundo. Se adiciona el inciso e) al numeral 2 del artículo Primero
del Código Federal de Instituciones Políticas y Procedimientos Electorales para
quedar como sigue:
Artículo
1.
...
Este Código reglamenta las normas
constitucionales relativas a:
a) al inciso d) ...
e) La
función estatal de organizar las elecciones internas de los partidos políticos
y de los sindicatos nacionales.
Artículo
Tercero.- Se adiciona el numeral primero del artículo 4 del
Código Federal de Instituciones Políticas y Procedimientos Electorales para
quedar como sigue:
Artículo
4.
1.- Votar en las elecciones
constituye un derecho y una obligación del ciudadano que se ejerce para
integrar los órganos del Estado de elección popular, así como también en el caso de los militantes y agremiados votar para
integrar los diversos cargos de los partidos políticos y los sindicatos
nacionales.
2. ...
3. ...
Artículo
Cuarto. Se adiciona el inciso a) del numeral 1 del artículo 6 del
Código Federal de Instituciones Políticas y Procedimientos Electorales para
quedar como sigue:
Artículo
6.
I. Para el ejercicio del voto los ciudadanos deberán
satisfacer, además de los que fija el artículo 34 de la Constitución, los
siguientes requisitos:
a) Estar inscritos en el Registro Federal de Electores en
los términos dispuestos por este Código, y
en el caso de las elecciones internas de los partidos políticos y de los
sindicatos nacionales deberán además, exhibir su credencial de militantes o
agremiados.
b) ...
2. ...
Artículo
Quinto. Se adiciona el inciso l) y se modifica el inciso k) del
numeral l, se adiciona el numeral 2 al artículo 36 del Código Federal de
Instituciones Políticas y Procedimientos Electorales para quedar como sigue:
Artículo
36.
1. Son derechos de los partidos políticos nacionales:
a) al inciso j) ...
k) Gozar
del apoyo del Instituto Federal Electoral si así lo disponen, para la
realización de sus elecciones internas, corriendo los gastos que se originen,
por cuenta de los mismos.
l) Los demás que le otorgue este Código.
2.- Son
derechos de los sindicatos nacionales:
a) Gozar
del apoyo del Instituto Federal Electoral si así lo disponen, para la
realización de sus elecciones internas, corriendo los gastos que se originen,
por cuenta de los mismos.
Artículo
Sexto. Se adiciona el inciso t) y se modifica el inciso s) del
numeral 1, se adiciona el numeral 3 al artículo 38 del Código Federal de
Instituciones Políticas y Procedimientos Electorales para quedar como sigue:
Artículo
38.
1. Son obligaciones de los partidos políticos nacionales:
a) al inciso r) ...
s) Aceptar
las resoluciones y acuerdos que emita el Instituto Federal Electoral respecto a
sus elecciones internas, dejando a salvo el derecho de impugnación a los
candidatos que pudieran sentirse agraviados.
t) Las demás que establezca este Código.
2 ...
3. Son obligaciones
de los sindicatos nacionales.
a) Aceptar las
resoluciones y acuerdos que emita el Instituto Federal Electoral respecto a sus
elecciones internas, dejando a salvo el derecho de impugnación a los candidatos
que pudieran sentirse agraviados.
Artículo
Séptimo. Se adiciona el inciso h) al numeral 1 del artículo 69
del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales.
Artículo
69.
1.- Son fines del Instituto:
a) al inciso g) ...
h)
Contribuir a la celebración de las elecciones internas de los partidos
políticos y de los sindicatos nacionales.
2. ...
3. ...
Artículo
Octavo. Se adiciona con el numeral 3 al artículo 82 del
Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales para quedar como
sigue:
Artículo
82.
El Consejo General tiene las
siguientes atribuciones:
a) al inciso z) ...
2. …
3.- El
Consejo General en el caso de las elecciones internas de los partidos políticos
y sindicatos nacionales tiene las siguientes atribuciones:
a)
Registrar las candidaturas de las elecciones internas nacionales que presenten
los partidos políticos y los sindicatos nacionales.
b) Efectuar
el cómputo total de la elección para las dirigencias nacionales, hacer la
declaración de validez y otorgar las constancias respectivas.
c) Resolver
los recursos de revisión que se presenten.
d) Dictar
los acuerdos necesarios para hacer efectivas las anteriores atribuciones, y los
que se requieran en los procesos internos de elección de los partidos y
sindicatos nacionales.
Artículo Noveno. Se adiciona con el
numeral 2 el artículo 83 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos
Electorales, para quedar como sigue:
Artículo
83.
I. Corresponden al Presidente del Consejo General las
atribuciones siguientes.
a) al inciso o) ...
2.
Corresponden al Presidente del Consejo General en el caso de las elecciones
internas de los partidos políticos y los sindicatos nacionales las siguientes
atribuciones:
a) Recibir
de los partidos políticos y de los sindicatos nacionales las solicitudes de
registro de los candidatos a las dirigencias nacionales.
b) Ordenar
previo acuerdo del Consejo General, la realización de encuestas, a fin de
conocer las tendencias electorales el día de la jornada electoral.
c) Dar a
conocer la estadística electoral, una vez concluido el proceso electoral.
Artículo Décimo. Se adiciona con el
numeral 2 el artículo 84 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos
Electorales, para quedar como sigue:
Artículo
84.
1. Corresponde al Secretario del Consejo General:
a) al inciso q) ...
2.
Corresponde al Secretario del Consejo General en el caso de las elecciones
internas de los partidos y sindicatos nacionales, las siguientes atribuciones:
a) Integrar
los expedientes con las actas de computo por cada entidad federativa o sección
sindical y presentarlos oportunamente al Consejo General.
Artículo
Décimo Primero. Se adiciona el numeral 2 al artículo 86 del Código
Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, para quedar como sigue:
Artículo
86.
1. La Junta General Ejecutiva se reunirá por lo menos una
vez al mes, siendo sus atribuciones las siguientes:
a) al inciso m) ...
2. La Junta
General Ejecutiva en el caso de las elecciones internas de los partidos
políticos y sindicatos nacionales, se reunirá según lo determine el Consejo
General mediante acuerdo y tendrá la siguiente atribución:
a) Resolver los medios de impugnación que le competan, en
contra de los actos o resoluciones del Secretario Ejecutivo y de las juntas
locales del Instituto Federal Electoral.
Artículo Décimo Segundo. Se adiciona
el numeral 4 al artículo 117 del Código Federal de Instituciones y
Procedimientos Electorales, para quedar como sigue:
Artículo
117.
1. Corresponde a los Presidentes de los Consejos
Distritales:
a) al inciso l) ...
2. ...
3. ...
4.
Corresponde a los Presidentes de los Consejos Distritales en el caso de las
elecciones internas de los partidos políticos y los sindicatos nacionales, las
siguientes atribuciones:
a) Recibir
las solicitudes de registros de las diversas candidaturas estatales y
municipales de los partidos políticos nacionales y las correspondientes a las
diversas secciones sindicales que existan en el país.
b) Expedir
la Constancia de Mayoría y Validez de las elecciones estatales y municipales de
los partidos políticos y sindicatos nacionales, a los candidatos que hayan
obtenido la mayoría de votos.
c)
Custodiar la documentación de las elecciones, hasta que haya concluido el
proceso electoral correspondiente.
d) Recibir
las solicitudes de acreditación que presenten los ciudadanos mexicanos, o las
agrupaciones a las que pertenezcan para participar como observadores durante
los procesos electorales internos de los partidos políticos o de los sindicatos
nacionales.
Transitorios
Artículo
Primero. El presente decreto entrará en vigor al día
siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.
Palacio Legislativo de San Lázaro, México, DF,
a 30 de abril de 2002.
Diputados: Eric Eber Villanueva Mukul, Miguel Bortolini Castillo, Cuauhtémoc
Montero Esquivel, Rodrigo Carrillo Pérez, Uuc-kib Espadas Ancona, Rubén Aguirre
Ponce, Mario Cruz Andrade, Alejandro Gómez Olvera, Tomás Torres Mercado, Elías
Martínez Rufino, Ramón León Morales, David Sotelo Rosas, Bonifacio Castillo
Cruz, Pedro Miguel Rosaldo Salazar, Alfonso Oliverio Elías Cardona (rúbricas).
(Turnada a las
Comisiones de Puntos Constitucionales y de Gobernación y Seguridad Pública.
Abril 30 de 2002.)