.En
el epiclásico varios pueblos que vivían más allá
del límite septentrional de Mesoamérica se desplazaron
hacia el sur, tal vez a raíz de una baja en la
producción natural de sus tierras, desertificadas
por cambios climáticos.
Los
invasores arrasaron e incendiaron Teotihuacán
y posiblemente otras capitales. Agredidos por
los invasores y con sus campos de labranza reducidos
por el cambio, los mesoamericanos próximos a la
frontera se vieron obligados a echarse sobre sus
vecinos, a veces en forma pacífica y otras de
manera armada, y estos vecinos hicieron lo mismo
con otros, y así sucesivamente hasta que toda
Mesoamérica se vio afectada, dando al traste con
el esplendor que había alcanzado la civilización
mesoamericana durante el clásico.
|
|
El
proceso duró por lo menos trescientos años, tendiendo
a atenuarse con forme avanzaba hacia el sur. Todo
ello produjo cambios en la organización política
y social así como en la visión del mundo y es
de suponerse, por consiguiente, que hubiera cambios
en las leyes que regían los nuevos patrones de
relación.
La
estructura social seguía basada en el parentesco.
De esta manera se ubicaba a cada persona en relación
con las demás de la sociedad del señorío. Igualmente,
según fueran las funciones de su familia, le daba
derecho al usufructo de determinadas tierras o
a desempeñarse en tal o cual oficio. Se mantuvo
la posición privilegiada de los señores, por encima
del resto de la sociedad.
|
La
fuerza de la autoridad seguía descansando en gran
parte en el respaldo que daba a las leyes el haber
sido implantadas por los dioses. No obstante,
los acontecimientos mismos permitían a la gente
del pueblo tener ciertas dudas. Si un señor era
derrotado, los súbditos tal vez concluyeran que
el vencedor tenía tras sí un dios más poderoso,
o que simplemente había perdido el favor de los
dioses; fuera como fuere, se abría la posibilidad
de no acatar lo que ese señor ordenara. Por razones
parecidas, u otras también era posible desobedecer
al invasor que se había erigido en nuevo señor.
En consecuencia, se necesitaba una fuerza pública
que sometiera a la obediencia a los desafectos.
Aparentemente, esta fuerza pública estaba constituida
primero por antiguos guerreros invasores, pero
más adelante los descendientes de estos guerreros
pueden haber formado un grupo o clase militar
de ''nobles" encargada también de la defensa
de las fronteras.
La
organización política constaba de señoríos de
magnitud más bien modesta, unidos a sus respectivas
cabeceras para formar señoríos mayores, que no
alcanzaron las dimensiones de los imperios teocráticos
que los precedieron, tal vez porque debían mantenerse
por la fuerza de las armas y no sólo por el prestigio
y gracia de los dioses.
Con
las grandes obras de irrigación del periodo clásico
florecen esplendorosamente los rasgos culturales
mesoamecanos: una sociedad estrarificada y rígidamente
controlada por medios religiosos, estructurada
sobre los principios del parentesco. Los canes
( algunos de procedencia extranjera ) se especializaban
en algunos trabajos y ocupaban aldeas o barrios
propios.
|