Febrero
2002
Presentación
La Secretaría de Servicios Parlamentarios,
a través de la Dirección General de Recursos Humanos y el Centro de
Capacitación, ha organizado una serie de conferencias a cargo de expertos,
con el objeto de difundir sus experiencias en las actividades de apoyo
parlamentario.
La presente publicación pretende que tales
experiencias sean aprovechadas por todas las personas que no pudieron
asistir y para aquéllas que se integren al quehacer parlamentario.
Curso de Técnica Legislativa
8 de mayo de 2002
(Clase 1/6)
Expositor: Mtro. Imer Flores Mendoza.
Investigador del Instituto de Investigaciones
Jurídicas de la UNAM.
El título ya de entrada da algunas pistas
de por dónde me quisiera ir; creo que hay varios temas importantes:
Constitución, democracia, reforma del Estado. A grandes rasgos explicaré
el por qué de cada uno; empezaré con el segundo, el tema de la democracia.
El primer problema grave es ¿qué queremos
decir con democracia? Puede ser una cosa tan vaga como decir "todo
y nada". Quisiera que nos pusiéramos en el mismo punto de partida
para entender esta palabra, y que de ahí arrancáramos.
Todos hemos escuchado que México está transitando
a la democracia, o que seguiremos transitando a la democracia y que
muy probablemente nunca lleguemos a ella. Habrá otros que digan que
ya llegamos o que ya es necesario superar esta fase de transición; a
ellos les diría que debemos pensar en una etapa de consolidación de
instituciones democráticas, la cual yo entiendo como un proceso en el
que tenemos que institucionalizar la democracia en México, y que forzosamente
implica cambios en nuestra Constitución.
Hemos sufrido muchas adecuaciones, hemos
pasado por diferentes etapas; no podría pensar en una democracia si
no hubiéramos ya pasado en alguna época por ahí de los años 50-
cuando se reconoció el voto a la mujer para las elecciones federales.
Creo que eso fue un primer paso importante; como segundo, me atrevo
a pensar en la década de los sesentas, cuando se introdujo, aunque tímidamente,
la fórmula de diputados de Partido, en el que de alguna forma se reconoció
que no se podía pensar en un Partido monolítico y que podía haber alguien
que no pensara igual que éste, por lo que debería dársele un espacio
en el Congreso o en los órganos de discusión y deliberación.
Yo pensaría lo mismo de las reformas del
63 y de principios de los setentas, los cuales considero que son
una consecuencia muy directa del 68, donde algunos de los rubros
del pliego petitorio de los universitarios consistían en que los jóvenes
querían más espacios, y en consecuencia se bajó tanto la edad para recibir
la ciudadanía activa, como la pasiva, esto es, para votar y para ser
votado: de 21 años se redujo a 18, y para ser diputado y senador se
bajó a 21, respectivamente.
Esos procesos igualitariamente muy coyunturales
(el voto a la mujer, los diputados de Partido, la disminución de la
edad para recibir las ciudadanías activa y pasiva), parecerían muy raquíticos,
pero creo que son parte de los pasos que hemos tenido que dar hacia
una verdadera presión a la democracia, sobre todo siendo como antes
lo que deseábamos entender por tal; ahí lo cortaría como en general
la reforma del 67, la famosa llamada "Reforma Reyes Heroles";
la del 86, conocida también como la "Reforma Bartlett",
y las reformas siguientes, las del ex presidente Salinas; la del 91,
y luego la que fue también muy importante: la del 96 ya con el
Presidente Zedillo.
Quisiera que se quedaran con la idea de
que la agenda legislativa no se ha agotado; todavía hay muchos temas
en ella; y creo que se tienen muy claros -al menos al respecto del fortalecimiento
del Poder Legislativo tenemos temas como para "aventar para arriba"-;
me gustaría que se pensara que aquí, al interior del grupo, vamos a
hacer lo que queramos: nosotros somos el Congreso, vamos a discutir
algunos temas y tomaremos posturas para ver qué tan posible es en un
momento dado llegar a algún tipo de compromiso.
Sin duda alguna, estas reformas a las que
hacía mención dieron un reflejo muy importante en la Constitución; en
lo personal, no creo que todo sea un problema que se tenga que reflejar
en ella. En este sentido, eso nos mete al tema de la Reforma del Estado
cuya fecha clave me parece que sería por ahí del sexenio de Salinas,
cuando publicó un artículo en Nexos, reformando al Estado, aunque
sobre todo se iba por el lado de lo que ya conocemos mucho de privatización,
de regulación del marco, de apertura comercial, y de los flujos de inversión
y del comercio, como anunciando la necesidad de que se hiciera una reforma
política, y si se acuerdan un poco del esquema en el que el Lic. Salinas
se caracterizaba precisamente por esa parte de la reforma económica,
y la bandera del entonces candidato del PRI, Luis Donaldo Colosio, era
precisamente el momento de hacer las reformas del poder, la reforma
política como un paso en este mismo contexto de la reforma del Estado.
Hoy en día casi todos cuando pensamos en
la reforma del Estado, la identificamos sobre todo con esos puntos de
la Mesa de Muñoz Ledo; creo que hoy todavía esta reforma tiene algunos
temas más amplios, como la cuestión energética y otros, que serían propios
de una agenda más bien de reformas de Estado que de reforma política.
Hay muchos errores que se le reprochan
a Salinas, pero él pudo haber empezado a hacer en procesos más sólidos
de reforma política, porque tenía un país mucho más estable. Ahora suena
más complicado, de hecho parte del experimento éste de sentarnos, dialogar
y deliberar, va orientado un poco a ver qué tanto podemos conseguir
consensos, pues es difícil, aunque de alguna forma creo que es más fácil
lograrlo entre nosotros, que no tenemos moldes tan rígidos de Partido,
pues cuando entramos a una lógica de Partido entramos a un toma y daca.
Supongo que algunos de ustedes que trabajan en comisiones, imagino que
se preguntan ¿Cómo es posible que mi trabajo se vaya a la borda nada
más por una cuestión de mero interés de un Partido?
Ahí están los tres grandes temas que me
gustaría que viéramos; de alguna forma, cuando hable de Constitución
va a salir una disyuntiva, y de hecho quizá lo que conocemos como separación
de poderes yo diría división de poderes y derechos humanos- será
otro corte que tendremos para movernos un poco.
Empezaría con lo que entendemos por democracia.
La definición tradicional que tenemos es la democracia es el gobierno
del pueblo; Demos, pueblo; cratos, poder: el gobierno del
pueblo, pero ésta es una explicación muy simple, la de Lincoln me parece
mucho más contundente, más sólida, tiene algunas ventajas: el gobierno
del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. El del nos indica
que ese poder pertenece al pueblo, ¿qué indicará la idea por el pueblo?,
que lo tiene que ejercer el pueblo, a través del pueblo. ¿Para?,
en beneficio de. Entonces, si alguien me pregunta si en México vivimos
en una democracia, yo le diría que no, porque no veo el beneficio para
mí.
Me parece que en buena medida podríamos
pensar que esta definición da la idea de una democracia ideal, y no
está mal que podamos pensar o imaginarnos cuál sería la mejor forma
de democracia; yo creo que una en la que el poder sea del pueblo, donde
él mismo o de alguna forma a través de sus representantes lo pueda ejercer,
y donde él sea quien se vea beneficiado de las decisiones políticas.
Como ideal me parece que es claro, y creo
que eso es a donde le tenemos que apuntar; lo interesante es que tenemos
que hacer todo lo necesario para ser congruentes y movernos en ese nivel.
Ésa sería una primera idea de la etimología
y un concepto de democracia, aunque estamos hablando sobre todo en un
concepto ideal. Me gustaría partir de dos ideas que concretamente se
centran en ese problema de que no quedaría muy bien parado cuando pensáramos
por el pueblo, que tiene que ser por el pueblo mismo, entonces nos salta
a la vista el problema de las democracias representativas, y más o menos
la historia es muy clara.
Cuando la democracia nació -y pensemos
que los orígenes se los atribuimos sobre todo a los griegos- era relativamente
fácil que la gente se reuniera en una asamblea. Por ejemplo, en este
salón podemos hacer una democracia un tanto directa, porque sí podemos
oír más o menos a todo mundo, pero ¿cómo hacemos para escuchar a cien
millones de mexicanos?, ¿podemos hacer una democracia directa? Pues
no. He ahí el punto entre los que abogaban por democracia directa léase
Rousseau-, y aquéllos que abogaban por la representativa, y sobre todo
pienso en los federalistas estadunidenses Madison y Hamilton.
Una democracia directa funciona en sociedades
pequeñas; una representativa es una democracia grande. Sí, en una sociedad
simple, una democracia directa; en una sociedad compleja, no nos queda
otra más que una representativa.
Ahí podríamos quizás introducir un pequeño
matiz, y en ese sentido me parece que hay una definición que da la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de 1948, que me parece fundamental.
En su artículo 21, dice: "Toda persona tiene derecho a participar
en el gobierno de su país, directamente o por medio de sus representantes
libremente elegidos". Creo que podemos sacar esa división en por
el pueblo, pero por el pueblo ya sea democracia directa o a través
de sus representantes, democracia indirecta, mejor conocida como democracia
representativa. La primera, podemos identificarla con la de los antiguos,
y la segunda, con la de los modernos.
Ese aparente problema que nos presentaban
las palabras por el pueblo quizás nada más es una cuestión de
que le metamos un pequeño matiz, por el pueblo, directa o indirectamente,
y esto a través de sus representantes.
Aquí tenemos otro nuevo problema: tenemos
que crear los mecanismos efectivos para que la gente de verdad esté
representada por quienes haya elegido. Hemos caído en el exceso de una
virtual simulación, y quizá ustedes están familiarizados con esto, pero
si le preguntamos a cada uno quién es el Diputado de su Distrito, inclusive
a ustedes que trabajan aquí, nos podríamos llevar sorpresas y no necesariamente
muy gratas.
Aquí cabe una frase muy fuerte de Rousseau:
los ingleses se sienten muy libres. Sí, son muy libres el día
que van a las urnas a votar, pero una vez que votaron ya no tienen nada,
porque el Parlamento hace y deshace lo que quiere.
Lo que varios mexicanos hemos criticado
es el darles "un cheque en blanco". Eso hacemos: votamos,
ahorita la elección más clara es la del 2 de julio, y les dimos un cheque
en blanco a diputados, a senadores, al Presidente, a gobernadores, a
todos los diferentes niveles, y nos llevamos la sorpresa de que no pasa
nada porque todos están encontrados. Creo que ahí hay una fuerte desesperación,
debido a que no hay un canal claro entre nosotros y nuestros representantes.
Si en una democracia directa eso está dado ¿cómo le hacemos para participar
por el pueblo? Sí, a través de nuestros representantes, pero necesitamos
tener un vínculo más claro entre unos y otros, y no nada más que se
reduzca al día de las elecciones, no nada más es entre el candidato
y el electorado, sino entre el ciudadano y el representante.
Si no, diríamos que es el gobierno por
el pueblo quien solamente vota y elige a sus representantes y ya luego
no vuelve a saber nada de ellos; no, entiendo que si estamos tomándonos
un poco esta idea en serio de que sea por el pueblo, reconocemos que
no puede ser directa, sino indirectamente; en ese sentido debemos tener
un vínculo muy fuerte con los representantes.
Nos está pasando lo que decía Rousseau
del Parlamento inglés: los mexicanos nos sentimos muy libres, muy democráticos;
votamos el 2 de julio, pero de ahí otra vez volvimos a los grilletes
y nuevamente estamos presos porque no hemos pasado a una verdadera democracia.
En ese sentido, todavía nos hace falta consolidar sobre todo en
ese nivel que estábamos manejando- canales y no nada más aquél que se
reduce al día de la elección, sino uno que esté permanentemente abierto
no de elección a elección, sino todos los días.
En la agenda están todos estos temas de
cómo vincular más a los representantes. Ya muchos diputados de todos
los partidos van a sus distritos y cuentan qué han hecho; más o menos
creo que ya es una práctica, pero habría que ver si eso debería institucionalizarse;
todos tienen que rendir cuentas.
¿Qué mecanismos podríamos instaurar para
que en un momento dado digan los electores de equis Distrito que ya
no están de acuerdo con su representante, y que en ese momento le revocan
el mandato? En otros países los hay, es cuestión de un poco de imaginación.
Para cerrar eso, quisiera que sentáramos
esta idea de que frente a todos esos mecanismos, que ya veremos más
a fondo, de la democracia representativa, tenemos otros de democracia
directa, y entonces este ejemplo de rendición de cuentas, revocación
de mandatos altos, son de los mecanismos típicos de democracia directa
o semidirecta, y en alguna forma a esto se pueden sumar sin duda alguna
todos estos esquemas de plebiscito y de referéndum, que en general marcan
un esquema de consulta al pueblo.
En su momento lo haremos más claro, pero
tampoco es que todo eso sea la opción, de hecho es muy criticable, y
en la sexta República Francesa con Charles de Gaulle se le criticaba
mucho el abuso que él hacía del plebiscito y del referéndum. Cuando
la Asamblea no lo apoyaba, apelaba directamente al pueblo. Era una forma,
válgase la expresión, muy antidemocrática de recurrir al pueblo para
tomar decisiones autoritarias.
Por ejemplo todavía no está regulado
y considero que eso ya de entrada es criticable- lo de la consulta del
segundo piso del Periférico. Me parece muy irresponsable, porque es
una forma muy fácil: Ustedes me pidieron un segundo piso; yo lo hago.
El caos vial, etcétera: Pero es que ustedes querían un segundo piso.
No se están analizando realmente las propuestas.
En lo tocante al pueblo mexicano, el fenómeno
de la abstención, de la no participación, de no involucrarse en los
problemas ni de la comunidad ni en los locales o nacionales.
Tengo la impresión de que no nada más es
brincar del día de la elección a la elección, sino todos los días, y
sin duda alguna es un tema que está en este aspecto de crisis de la
representación en general, la cual de alguna forma toca a los partidos
políticos.
Parcialmente estoy de acuerdo en que tenemos
un nivel bajo de participación; si lo medimos nada más con las elecciones,
el resultado es inclusive sorprendente. Tenemos un porcentaje bastante
alto de participación, pero es parte de la misma que estamos haciendo;
no basta nada más con que participemos el día de la elección, sino que
me parece que debemos hacerlo constantemente.
El problema es que tenemos un proceso político
demasiado desvirtuado, en donde, cuando surgen todas estas consultas
ciudadanas para el tema de tal cosa, no cree uno en ellas. Ya sabemos
que traen un proyecto, y que lo único que quieren es más o menos llamar
a dos o tres personas que van a coincidir con ciertas cosas y luego
van a decir que ese proyecto salió de esas mesas.
Entonces ¿para qué se presta uno a esos
simulacros, a esas farsas. Creemos en esas formas de expresión, porque
ya las vemos un tanto desvirtuadas; entiendo que somos un poco escépticos,
ahí el reto es voltearnos, o sea, cómo hacerle para interesamos y participar
en todos los niveles, en los de consultas, en los de día a día en el
periódico, haciendo valer nuestros derechos, etc. Hay muchos temas que
me parecen importantes.
Tradicionalmente hablamos de la democracia
y la pensamos como una forma de gobierno, pero también tenemos que verla
como un modo de vida que sin duda alguna es en el sentido del espíritu
verdadero del artículo tercero, cuando habla de la educación y se hace
referencia a la democracia; tenemos que entenderlo así.
El modo de vida de los mexicanos ha sido
autoritario, y tengo varios ejemplos, uno es el caso muy desafortunado
del lunes, del señor éste que atropella a los niños. Ahí hay varias
personas involucradas y el problema de una cultura arbitraria, no democrática,
y no estoy pensando nada más en el señor, sino en todo el grupo.
Eso es parte del reto: tenemos que brincar
a instituciones democráticas, pero también con una cultura igualmente
democrática. Ahí es donde siento que estamos bastante atorados, porque
todavía tenemos una cultura muy autoritaria, pues no nada más es un
problema de institución. La cuestión es ¿cómo nuestras instituciones
deben reforzar una cultura democrática y a su vez reforzar instituciones
democráticas?
Decía yo que el caso de los niños, en el
que había una serie de acuerdos que la señora o el kinder tenía que
respetar que debía quedar libre la mitad de la calle-, y no lo
hizo, ni tampoco el señor. Eso tenemos de cultura mexicana, una cultura
arbitraria.
Es reprobable lo que hizo esta persona,
pero me parece que tan arbitrario él como la directora, en ese sentido
cuál de los dos era peor. Yo creo que no vamos a llegar muy lejos para
determinar cuál era el más malo de los dos, pero de que la otra debe
tener su historia atrás, también, sobre todo si es acuerdo que la mitad
de la calle es para los demás. Tenemos que aprender a hacer valer nuestros
derechos.
Otro problema es cómo se maneja la información.
No podemos vivir en un país democrático donde la información no sea
de todos. En este caso, si me preguntan, no puedo defender al señor
por atropellar, pero creo que lo estamos prejuzgando. Él tenía una locura
temporal; en ese momento alguien que avienta el coche a unas personas,
así como lo hizo él, tiene que haber estado fuera de sí.
Ahora, lo que los medios le han hecho ha
sido lincharlo. ¿Ustedes creen que un juez va a dejarlo salir? No va
a poder hacerlo, aunque considero que tendría una excusa, en el sentido
de estar en una locura temporal, y sí, hay que enviarlo a un psiquiatra,
pero en mi opinión no tendría por qué estar en la cárcel. Yo sé que
es muy difícil, lo de la vida de los niños es aparte, pero él en su
momento estaba fuera de sí. Efectivamente, el manejo que todavía se
le da a la información puede ser muy arbitrario, otra vez no democrático,
y es para echarle todo el peso a una persona.
Parte de lo que decíamos de nuestros derechos:
si tenemos derecho a recibir y a dar información, también a que no se
abuse de ella. En este caso, el señor ya está juzgado por la opinión
pública. Para mí ese argumento sería muy criticable o no, pero cuando
Carlos Salinas sale a defender a su hermano y dice que a éste ya lo
juzgaron en el foro de la opinión pública, pregúntense quién de aquí
podría aceptar que Raúl salga libre. Nadie, porque nos han bombardeado
a tal grado, que debe estar adentro; imagínense qué pasaría si lo sacan
mañana.
Viene un poco más adelante del poder lógico
y dentro de ese aspecto la parte de los medios de información, todavía
tengo algunas cosas para que platiquemos un poco de eso, pero sin duda
alguna coincido que clave dentro de este aspecto de la democracia es
hacer valer nuestros derechos, y uno que está tomando muchísimo peso
es el derecho a la información, y no a cualquier información, sino una
de calidad, verdadera, no nada más mero sensacionalismo o alarma.
Me preocupa que a veces hemos renunciado
a tratar de educarnos y salvarnos los de las generaciones de arriba
y hemos pensado que basta con educar a las de abajo. ¿Se acuerdan del
Camen Rouge (sic), en Camboya?, el sacar a los niños de sus comunidades
para educarlos, porque los adultos estaban viciados, sucios, y había
que dejarlos; ellos estaban limpios. Me preocupa que podamos caer en
eso, tenemos que trabajar también con nosotros.
También me inquieta que si tenemos una
cultura autoritaria no basta con esos ejercicios, muy legítimos, pensando
en los niños, sino que también debemos poner muy en orden nuestra vida
de adultos. Me da la impresión de que choca más lo que hacen los adultos
con lo que se les enseña a los niños. El ejemplo de campañas de cuestiones
ambientales: Papá ¿por qué tiras la basura? No, papá. Me puedo
imaginar a más de un padre diciéndole: ¡cállese, chamaco! No sabe
lo que dice. El reto es que debemos saber cómo atacar los dos frentes.
Pero me estoy desviando un poco de dos
aspectos que me gustaría retomar: la palabra democracia se ha vuelto
muy complicada, y entonces forzosamente le hemos tenido que poner apellidos
o calificativos, y ahí hay al menos dos sentidos que de alguna forma
se relacionan un poco con este aspecto: uno, lo que voy a entender como
democracia formal, y otro, como democracia real.
La democracia formal se ha traducido sobre
todo en que ese esquema de que la democracia adjetiva o procedimental
quiere hacer descansar a la democracia en esta premisa, por el pueblo,
directa o indirectamente.
Una democracia en donde haya reglas del
juego, en donde se le pida a uno que vaya a votar cada seis años, cada
tres, y ya se cumple con el esquema de democracias; es simplemente cumplir
con una de las reglas del juego. Aquél que resulte electo por mayoría
será nuestro representante, quien tendrá un cheque en blanco para hacer
lo que quiera y así hasta dentro de tres o de seis años que tengamos
que votar, y otra vez democracia adjetiva o procedimental, aunque yo
creo que debemos empezar con esta democracia formal.
Entonces, para que coincida nuestra democracia
tenemos que lograr que efectivamente vivamos en una de verdad, en la
que todos nos veamos beneficiados, no sólo los ricos, sino también los
pobres; no sólo los niños, sino también los adultos. Se tiene que abarcar
a todos los niveles.
Decía, y adelantaba un poco, que no es
sólo una forma de gobierno, sino también un modo de vida; el reto es
ése, no nada más tener instituciones democráticas en el nivel del gobierno,
sino tener modos de vida democráticos desde la familia.
Necesitamos educarnos en una cultura democrática,
donde deliberemos y discutamos. Imagino que a alguno de ustedes le ha
pasado que está discutiendo algún tema con alguien, y éste se sale y
dice contigo no puedo discutir, y se va. Efectivamente, no es
un problema solamente de información, sino también de educación: aprender
a cómo discernir.
Todavía vamos a regresar un poco a la división
de poderes, ya algo había comentado, y créanme, no es una cuestión de
que al país lo va a salvar el Ejecutivo, no es que llegue el Mesías
y nos vaya a salvar, porque no hay algo menos democrático que pensar
en ello.
Pero no es nada más un problema del Poder
Legislativo, ni del Ejecutivo y me atrevo a meter también al Judicial,
y si quieren, al IFE, a los tribunales u órganos autónomos-, es un problema
de todas las instituciones y de toda la cultura, no únicamente el gobierno,
sino también la sociedad debe "ponerse las pilas".
Quería decir algo más acerca de esto de
los poderes. El fin de semana salió en La Jornada una nota que
decía que el Presidente dispone, el Congreso propone, y la Corte manda.
En esa lógica, si el Presidente dispone y dispone mal, llega el Legislativo,
le "cambia la jugada" y queda peor; luego llega la Corte y
como eso ya está muy mal, y no puede hacer milagros, pues ahí vamos
todos mal. Es un problema, sin duda alguna, institucional, pero en todos
los niveles.
No solamente es una opción de tener reglas
del juego democrático y de cómo elegimos a quienes nos representan,
y que haya toda una Ley Orgánica del Congreso de la Unión, un Reglamento,
discusión de debates y comisión; no basta con eso si no entramos también
a analizar los resultados; la parte sustantiva de que los beneficios
sean para todos, que analicemos.
Frente a estos aspectos de democracia,
me parece que el ideal nos da los tres aspectos: uno, el de la titularidad.
¿De quién es la democracia? Del pueblo. Segundo, el por, que
indicaba el ejercicio. Aquí ya veríamos un aspecto de dos posibilidades
(democracia directa y democracia representativa); y tercero, el para
que es esta parte de los beneficios y sobre todo ligado a la idea de
los resultados.
En cambio, mientras el ejercicio es un
problema únicamente de fijar reglas, y ahí tenemos unos principios muy
claros: sufragio universal, igualdad política y regla de la mayoría.
De ahí me parece que nos haría falta seguir un poco la vía de qué alternativas
hay, o democracia directa o representativa. Podemos superar la crisis
de la representación, cómo tendríamos que trabajar en eso, o sea, ¿es
posible o estamos atados de por vida a una democracia representativa,
o hay formas de superarla? Y en el sentido de la democracia directa
¿qué tanto podrían ser parte de la solución, ya no del problema?
Retomando: ya vimos la primera parte etimológica.
A mí me gusta mucho hablar de este esquema formal, un aspecto material
o real, y uno ideal. Identifico al ideal con aquélla sentencia de Lincoln,
a la que desde el principio hice referencia, y que me parece muy clara.
La formal tiene que ver sobre todo con esa parte de una democracia adjetiva
o procedimental que se traduce básicamente en reglas, que son muy simples.
El procedimiento para votar y para ser
votados. ¿Qué requisitos se necesitan para ser candidato; qué requisitos
se necesitan para ir a votar? En ese sentido, se puede reducir, una
democracia muy simple, o una nada más de ir el día de la selecciones
y ya.
O bien, si quieren verlo en otro nivel,
todas las reglas del debate parlamentario, por ejemplo, podrían ser
parte de la democracia procedimental o adjetiva, pero me parece que
otra vez tenemos el problema de que no es suficiente.
Considero que sobre todo en esa definición
ideal de integrar los tres aspectos, los diferentes niveles, si pensamos
en el por, ya decíamos, la etimología no resolvía esta parte
de el gobierno por el pueblo, ni la parte de ¿de quién es el poder?
Del pueblo.
La de las reglas, pues son reglas para
hacer el por, ya sea por medio del pueblo, directamente, o a
través de los representantes que éste tiene, de manera indirecta, y
la parte del resultado, en ese sentido, sobre todo de poner el para.
Tenemos que pensar que para ser una verdadera
democracia tiene que ser un gobierno de nosotros o sobre el pueblo,
que sea en el que nosotros tengamos parte o participemos: por.
Entiendo que hay un problema práctico, ya que no podemos participar
todos directamente, entonces aunque hacerlo aunque sea de manera indirecta,
y eso ya es un reconocimiento importante.
Creo que un aspecto que no debemos perder
de vista es que debe ser para el beneficio de todos. Por ejemplo, un
caso que está muy en boga: la expropiación de los terrenos para el aeropuerto.
En lo personal, considero que sí se justifica el argumento de utilidad
pública; es para la utilidad pública de todos, pero como no se tiene
una tasa razonable para el beneficio de la utilidad pública, van a ser
unos cuantos los que van a usufructuar el aeropuerto, comparado con
la gente que tiene los terrenos hoy en día.
Me parece que esa expropiación podría ser
muy criticada desde el punto de vista de si siguió un procedimiento,
democracia formal, adjetiva, procedimental, pero no se está trabajando
en un nivel de beneficiar a las personas expropiadas. En el sentido
de que tiene que haber una indemnización, lo cual no significa siete
pesos metro, sino un precio razonable por el valor de este terreno.
No debemos dejar de lado esta parte; tenemos
que estar muy pendientes de los resultados y de que los beneficios,
si queremos llegar a una democracia, sean para todos; si sólo queremos
llamarnos oligarquía, entonces sí que sea nada más para los ricos, pero
si de veras queremos tomar en serio la idea de democracia, tenemos que
lograr que los beneficios sean para todos, y no nada más en el nivel
de utilidad pública.
Yo creo que habría que empezar por el beneficio
directo de los campesinos, y todo lo demás sin duda alguna se justifica,
y si no, algunos de los aspectos de la democracia ideal encierra muy
bien esas tres notas: el del, el por y el para.
Ahora, hay que ver si somos congruentes
o consistentes. Decía yo que hay dos niveles en los que me gustaría
que fuéramos avanzando. Hoy me gustaría que trabajáramos en el nivel
de pasar de la democracia directa a la representativa, y dejar entrever
hacia dónde podemos movernos dentro de la democracia.
Partía yo de esta idea de interpretación
del artículo 21, de la Declaración Universal de Derechos Humanos de
Naciones Unidas, que dice: "toda persona tiene derecho a participar
en el gobierno de su país directamente o por medio de sus representantes,
libremente elegidos". Nos está dando la pista de qué significan
tanto la democracia directa como la representativa, y al menos tienen
un punto en común: las dos implican una especie de participación, la
del pueblo, de manera directa o indirecta.
De ahí ya decíamos que una democracia directa
puede servir para una sociedad pequeña o simple y en cambio, una democracia
representativa, para una sociedad grande o compleja, y que más o menos
jugábamos con que ésta pudiera ser la democracia de los antiguos, mientras
que la otra sería la de los modernos. Quizás podríamos poner como ídolos
o iconos de cada una de ellas: Rousseau y Madison.
El propio Rousseau criticaba la democracia
directa y decía que tampoco era tan fácil, porque se necesitan muchas
condiciones que no la hacen viable, eso de que sea una sociedad pequeña,
que sean un número reducido. Es decir, que sea una sociedad más o menos
uniforme. Él reconocía que era un ideal el cual fue severamente criticado
por parte de los federalistas estadunidenses. Cuando ellos tienen que
buscar un modelo para organizarse, dicen que democracia directa no,
porque sería un caos, pero estaban huyendo de la monarquía, así que
tenían que encontrar algo que tuviera los beneficios de las dos, pero
no sus perjuicios.
En ese sentido llegan a un esquema de democracia,
de cualquier forma un tanto centralizada, presidencial, y el mecanismo
que encuentran en ese esquema es la representación, como la forma clave.
La democracia representativa, sobre todo
en el esquema de Madison, va a tener unas ideas muy sólidas, con ciertos
temores, porque eran los primeros que se aventuraban a hacer una democracia,
a tener representantes. Estamos hablando de 1776, cuando se independizan
de Inglaterra.
Así pues, quisiera que se vieran con el
mérito de experimentar y encontrar una nueva forma que sea una fórmula
exitosa, que a ellos les ha dado bastantes buenos resultados; aunque
a otros también les serán muy criticables.
Lo interesante es que dentro de esa democracia
representativa hay diversos autores que han tratado de analizar y de
encontrar diferentes subtipos. Hay quienes, siguiendo un modelo y
aquí estoy siguiendo el de Mc Dickson (sic) identificaron a la
democracia, primero, como una protección. ¿Qué sería la clave de la
democracia, de ese esquema de protección?, ¿para qué creamos una democracia?
Para protegernos a nosotros mismos, a nuestra vida y a nuestras propiedades.
Por supuesto que es un esquema que cuadra
mucho con todos estos pensadores utilitaristas ingleses. Esa idea ya
más de uno la debe haber escuchado. En lugar de darle el poder a uno
sólo que nos oprima a todos, tenemos que darnos el poder a todos, para
protegernos unos de otros.
Me parece muy gráfico, sobre todo pensando
en ese esquema de que si pensábamos que antes vivíamos en la ley del
más fuerte, o que cómo le hacemos para convencer al más fuerte de que
ahora nos tenemos que proteger todos. Debemos hacerlo caer adentro de
unas reglas en las que todos poseemos igual derecho a protegernos. No
nada más que sea la regla de la fuerza, sino algo más racional.
Frente a ese esquema de protección, McFirson
(sic) identifica que en una segunda instancia, la democracia
implica más bien una cuestión de progreso, y sobre todo, está pensando
en John Stuart Mill, en el sentido de una idea un poco más romántica
de pensar en que la democracia tiene que posibilitarnos tener una forma
de vida que nos ayude, en el sentido de lo que tenemos en el Artículo
tercero, que se caracterice por el constante mejoramiento, con el progreso.
Son necesarias reglas del juego, no sólo
para protegernos a nosotros y a nuestras propiedades, sino también para
que garanticen que pueda haber un progreso. Que en lugar de vivir en
un estado de naturaleza, podamos vivir en un estado civil en el que
haya no sólo reglas del juego para proteger nuestros derechos y nuestra
vida, sino también que nos den los mecanismos para ir progresando y
avanzado.
Un tercer punto de McFirson (sic)
es que habla de la democracia como una forma de equilibrio, y aquí está
pensando en un autor más contemporáneo, Shumpether (sic) quien
hace un estudio de las élites, y de cómo hay en Estados Unidos al menos
dos élites. Un ejemplo muy gráfico es el del caso de Costa Rica, porque
tiene dos partidos fuertes; tiene dos élites, cada una de las cuales
debe competir por el voto de todo el pueblo. Entonces, ya no es nada
más a nivel de que la democracia me proteja mis derechos, mi vida, mi
propiedad, sino que además me tiene que garantizar que yo pueda progresar
y que mantenga un cierto equilibrio de fuerzas.
También en esa parte de reglas del juego,
no nada más es lo que diga o haga uno, ya sea lo que todo mundo tiene
que hacer, sino que haya un balance de fuerzas. Él decía, y el ejemplo
de Estados Unidos es muy claro: tenemos dos partidos, el Demócrata y
el Republicano, y ambos van alternando, más o menos, la presidencia.
Es un poco la idea de varios autores que
creen que la democracia se tiene que identificar con un esquema de alternancia;
creo que viene por este lado de que haya una competencia entre élites.
Entonces, la democracia en ese sentido también tiene aspecto de competencia,
de equilibrio de fuerzas; no es solamente una, sino varias las que compiten.
De un nivel de protección, de progreso,
de equilibrio, hay que regresar a un nivel en el que tenemos que enfatizar
el aspecto de la participación. Esto de alguna forma a mí sobre
todo- me gusta, porque me da la idea de que podemos pensar en una manera
de superar el problema de la democracia directa y de democracia representativa,
y hablar de un tercer tipo de democracia a la que podríamos llamar participativa.
Quisiera hacer algunas aclaraciones: democracia
participativa, en un principio, puede sonar a pleonasmo, una reiteración,
y apelo a una cita de Jovany Sartory (sic) que, para el libro
de Ingeniería Constitucional dice que ingeniería constitucional
también puede ser un pleonasmo, porque ingeniería implica construcción,
y la construcción implica construcción (sic). Pero dice que hay
ocasiones en que se nos olvidan ciertas cosas, y otras en que es bueno
recordar lo que se nos había olvidado. En mi opinión se nos había olvidado
que la democracia implicaba participación, y en ese sentido, me parece
que es muy legítimo de la democracia participativa. ¿Por qué? Tenemos
que poner más énfasis en la importancia de la participación. Ahí estoy
de acuerdo en que no es una cuestión de que todo mundo venga al Congreso,
no, hay que mantener el esquema de reglas de cómo vamos a hacerlo, pero
no cerrarle el paso a la gente y dejarlo nada más con una votación,
a que sea el representante el único que participe.
Es decir, tendremos ciudadanos de primera
aquello que están en el Congreso-, de segunda, de tercera y de
cuarta todos los que estamos afuera del Congreso. Ustedes, quizá,
en una de esas categorías, entran como de segunda.
Quisiera que no perdiéramos de vista es
primera nota de la democracia participativa; que, aunque sonara como
un pleonasmo, me parece que se justifica, en el sentido de que tenemos
que poner mayor atención en el aspecto central de la democracia, que
implica participación.
La definición que nos da la Declaración
de los Derechos Humanos decía: "Todo mundo tiene derecho a participar
del gobierno". No hay ninguna otra que haga referencia al gobierno
del pueblo, o sea, todo mundo tiene derecho a participar. Entonces me
parece que ése es el núcleo más fuerte de la idea de democracia, que
si se nos olvida, la estamos dejando fuera; ya inclusive en democracia
directa, reconocemos que participamos de manera directa, y que en la
democracia representativa lo hacemos de modo indirecto, a través de
nuestros representantes.
En el esquema de democracia participativa,
quisiera enfatizar sobre todo ese primer aspecto de que no sería pleonasmo,
al contrario, creo que es algo a lo que debemos regresar, a hacer democracia
participativa.
Hay quienes identifican a la democracia
directa con la participativa; yo en lo personal insistiría en que no
va por ahí la cosa: una democracia participativa puede ser tanto directa
como representativa. Ahí la cuestión es más bien de que al interior
de la democracia representativa tengamos canales, para que de todos
modos el pueblo pueda seguir participando: rendición de cuentas, revocación
de mandatos, consultas al pueblo, plebiscito, refrendos, como quieran.
Que siempre haya mecanismos en que la gente pueda participar.
Eso de democracia participativa no creo
que podamos identificarlo solamente con la democracia directa; creo
que es una idea que trata de superar los defectos, tanto de la democracia
directa, como de la representativa.
Participación ¿en qué? Nos agotamos de
participar, con ir el día de la votación, llenar unas boletas que a
veces ni entendemos bien qué quieren decir, y las depositamos en las
urnas, ¿eso ya hizo una democracia participativa? Yo creo que no. Entonces,
¿participativa en qué mas? En dar un seguimiento que sea constante,
que haya mecanismos, quizás estos que decíamos de rendición de cuentas,
de revocación de mandatos, etc.; pero también necesitamos participación
en el ejercicio, en la toma de decisiones, ¿cómo? Que de veras salgamos,
y que todos los días estemos participando en algún proceso democrático,
en los diferentes roles: como padre, jefe de oficina, etc.
Un punto clave es el de los derechos, ¿se
supone que la democracia va a proteger nuestros derechos? Yo quisiera
que mi participación se vea reflejada en que se respetan mis derechos.
El ejemplo del que hablábamos: si había un convenio de que a la mitad
de la calle, se tenía que hacer valer y respetar. Me parece que está
muy claro; es un nivel de qué cosas tenemos que meter para decir que
nos sentimos en una democracia, beneficios, ya lo habíamos dicho muy
general, pero ahorita decíamos derechos.
Beneficios, regresándonos un poco a esa
idea, económicos y sociales, no sólo que la riqueza se concentre, no
nada más unos cuantos, sino que también que yo vea mis beneficios; el
ejemplo del aeropuerto tiene una utilidad para todos, pero creo que
nadie puede decir que no va a obtener ninguna utilidad. Inclusive los
productos de un campesino salen y se van a otros lugares a través de
los medios de transporte o de comunicación. En ese caso, los aeropuertos
podrían ser un mecanismo. Hay varios niveles.
Yo estaba pensando más que en materias,
en qué lugares habría que ser más participativos. En el caso mexicano
¿dónde debemos participar? Está muy claro; estamos viendo una serie
de decisiones, la democracia es para que todo nos vaya bien, pero actualmente
eso no se cumple. En el país, en términos de la democracia, se requiere
de una participación ciudadana total.
¿Hacia dónde tenemos que canalizar todo
este esquema? Hacia consolidar instituciones y una cultura democrática.
¿En qué foros se debe manifestar éstas? Ya lo dijimos, en todos los
roles que estamos jugando.
Tenemos que aprender también a canalizar
los ímpetus, las fuerzas, las ganas, y sobre todo, me parece que va
en función de la toma de decisiones, pero en un paso previo a esto,
un proceso de discusión, de deliberación.
Tenemos que aprender a discutir desde chicos,
si la gente con la que tenemos una cuestión de pronto dice "yo
contigo no puedo hablar", y se sale, eso no forma parte de la democracia.
Debemos trabajar por tener una democracia en todos los niveles, y eso
va sobre todo por el lado más que de la toma de decisiones, de la discusión
de deliberación previa. Principalmente en esta democracia participativa
estoy pensando en una idea muy hablada de una democracia deliberativa
y donde deliberemos en varios lugares.
Tomando esto de nuestros roles, no nada
más es que deliberemos; sin duda alguna, el pueblo es clave, debemos
tener mejor información para poder deliberar. Cómo vamos a deliberar
algo que no sabemos; debemos tener educación, ése es otro aspecto importante.
Es en el nivel de pueblo no manipulado
por los medios de información, el de una discusión abierta que no se
rompe en cuanto alguien dice no poder hablar contigo, y se sale. Una
discusión que no se rompe por cuestiones autoritarias es todo un proceso
de cambiar estructuras mentales, culturales y de todos los niveles.
¿Cuál se supone que es el órgano máximos
de deliberación en un país? La Asamblea, el Parlamento, el Congreso,
la Cámara, o como quieran llamarle. El debate al interior del Congreso
¿está a la altura de lo que estamos esperando? ¿hay deliberación? Creo
que ahí todavía nos falta más debate, más discusión. Cuando de veras
hagamos consultas a la gente, cuando de veras haya debate y deliberación,
lo lograremos.
Al interior del Ejecutivo todo mundo pensamos
que a Fox nadie le hace caso, porque no tiene operador político, no
tiene quién vea más allá de las botas, ¿qué está pasando? Porque quizás
no hay una buena deliberación al interior, y lo único que hizo el Gabinete
de Fox fue lo mismo de antes :sí, señor Presidente. Lo que usted
diga, señor Presidente.
Al interior del Poder Judicial, concretamente
la Suprema Corte, a qué va un tanto de manifiesto con todas estas controversias
constitucionales, a que en el país ya no hay un discurso monolítico,
en el que lo que decía el Presidente era lo que hacía el Congreso, y
lo que el Judicial aplicaba. Lo interesante es que al interior del Ejecutivo,
del Legislativo y del Judicial nos están faltando todavía procesos de
discusión, de deliberación, al interior de cada uno.
No es nada más participar por participar,
sino entrarle a la toma de decisiones, y todavía más importante, a la
parte previa de la deliberación y de la discusión. Nos hace falta trabajar
más a ese nivel.
Curso de Técnica Legislativa
Sesión del 9 de mayo
de 2002
(Clase 2/6)
Vamos a empezar con una parte crítica.
Por supuesto que quizás todo lo que he dicho ahorita no se apega a lo
que pasa en México; no creo que seamos una democracia directa, ni una
verdaderamente representativa, entendida bien, ni creo que seamos una
democracia participativa, ni mucho menos una deliberativa.
Yo estoy un poco dentro del marco teórico,
¿cuáles son las posibilidades? Sí veo indicios de cada una de ellas,
y creo que hay que ir reforzando cada uno de los niveles. Sigo pensando
que todavía estamos muy lejos de la democracia, en el sentido de que
todavía veo muchos más factores autoritarios en todos lados.
El mito éste de que el mercado va a resolver
todo no se ha cumplido, porque si no lo ha resuelto en mucho tiempo,
no lo va a hacer de un día para otro. No creo que el Estado pueda desaparecer
por completo; soy de la idea de que sí, el Estado tiene que ser mínimo
o lo más pequeño posible, porque es un mal necesario. Coincido un poco
en ese nivel de que se deben tener unos mínimos de redistribución en
los que todos tengan educación, toda esa parte de un nivel garantizado
mínimo, me parece que sí es clara.
Los excesos de tener aparatos estatales
más grandes nos cuestan mucho, y creo que buena parte de lo que estamos
pagando de deudas tiene que ver con haber malentendido esto.
No se preocupen, nadie está diciendo que
tengan que correr a la gente que trabaja en la Cámara de Diputados,
pero por ejemplo, mi argumento es que debemos tener menos diputados
y más órgano de apoyo, luego lo platicaremos más concretamente, pero
no debemos tener miles de representantes; necesitamos que se haga el
trabajo y que se haga bien; necesitamos tener mil trabajadores, aunque
tengamos diez representantes.
¿Cuántos diputados son de verdad, que suben,
que bajan, que participan? Es interesante observar cómo transcurre un
día normal de un diputado aquí, independientemente de su formación,
de su preparación, les llegan diariamente toneladas de oficios diversos
de los sectores público y privado, correos electrónicos, demandas y
solicitudes; además, les requieren sesiones de trabajo de su grupo parlamentario,
de las comisiones de trabajo legislativo, aparte el trabajo en su distrito,
su trabajo de "la grilla", de regresar a su Estado con su
proyecto político, es decir, en términos honestos, no creo que pase
del 20 por ciento de los diputados que honestamente revisen su documentación,
toda su correspondencia, que atiendan puntualmente los trabajos con
responsabilidad en las comisiones, y que tengan suficiente tiempo para
ir a su entidad federativa. Realmente se requiere de tiempo completo
y de mucha entrega, y deja mucho qué desear. Es impresionante la demanda,
la expectativa que tiene el pueblo de sus representantes, y creo que
reprobarían.
Estamos empezando con una crítica; trato
de seguir un molde, entonces voy haciendo diferentes niveles. Ahorita
estoy en un nivel muy general de democracia.
Quizá salta mucho lo del Legislativo por
cuestiones obvias, pero ahorita platicamos, sobre todo porque estamos
hablando de democracia representativa, y a nuestros representantes típicamente
los identificamos con el Poder Legislativo. Principalmente por eso,
creo que estamos cargados hacia ese lado, pero necesitamos mucho mejor
Legislativo, mucho mejor Ejecutivo y mucho mejor Judicial.
Todavía hay aspectos muy deficientes, el
Ejecutivo ha hecho cada barbaridad. Yo confío mucho en el Poder Judicial,
pero también ha hecho lo mismo. Concretamente, el Ejecutivo utiliza
algunas fracciones de legislación ordinaria para echar abajo en un momento
dado el impuesto a la fructuosa, cuando lo de la reforma energética
en la parte que hizo, entonces, todos esos aspectos de fundarse en cuestiones
contrarias a la Constitución me parecen muy criticables. Creo que todas
esas controversias se las tienen que resolver, y decir que ésas son
las facultades propias del Ejecutivo o del Legislativo. Ahí es donde
el legislador, por ejemplo, tiene que decir "yo soy quien tiene
que ejercerlas". Ése es otro nivel.
Les decía yo que la Corte tampoco se salva,
y hay cada cosa que dice, por ejemplo, de la controversia constitucional
del Estado de Oaxaca me parece que, ya después si quieren lo platicamos,
se fueron muy lejos.
Me parece que comparados cómo estábamos
antes, estamos mucho mejor, sobre todo porque entiendo que ahora sí
tenemos un Ejecutivo, un Legislativo y un Judicial, cuando antes no
teníamos más que un Presidente. Buenos o malos, eso ya es otro problema,
pero ya los tenemos. Antes no había esperanzas de que llegara una reforma
y que el Legislativo se la cambiara por completo al Presidente; ahorita
ya tenemos una oposición más franca.
Hay mucha manipulación de la información
y se le está pegando al Legislativo y al Ejecutivo; ahora la que está
mejor es la Corte, pero también en cuanto se equivoque le van a pegar
duro.
La cuestión de la información no es nada
más de los flujos, sino que también debemos tener la capacidad para
analizarlos, y sin duda alguna no es nada más que tomemos lo que dicen
los medios, porque éstos pueden servir a intereses muy particulares.
Necesitamos saber qué dicen los medios, pero también tener otras fuentes.
Que la información sea pública, que suban información a Internet.
Ahí el ejemplo curioso fue el de Fox, lo
de las toallas famosas. Él fue solito, sin que nadie le dijera nada,
quien subió las adquisiciones de la Presidencia a la Internet, y alguien,
revisándolas, dijo: "¿cómo que unas toallas de tanto?" entonces
no nada más es la cuestión de los medios, sino ya de la apertura de
información pública que, a mí, por ejemplo, ese argumento de Zedillo,
que se negaba a dar información del Fobaproa, no me parece válido, porque
eso ya es deuda pública y por ende, debemos tener la información pública;
no es una deuda de los banqueros, sino una ya contratada por nosotros.
Creo que hace falta una institucionalización
democrática, pero necesitábamos trabajar en el nivel de tener una cultura
democrática; todavía tenemos una cultura muy autoritaria, entonces ésa
es buena parte de nuestros problemas. Quisiera centrar un poco el debate,
porque siento que nos estamos dispersando y quisiera darle 2 ó 3 rutas.
Quisiera hacer algunas críticas a la democracia,
no quisiera que se tuviera la idea de que nos va a resolver todo, porque
en buena parte parece que nos ha creado más problemas.
Me parece que Bobio tiene ese pequeño artículo
o esa expresión de las "falsas promesas de la democracia",
y dice:
"el nacimiento de una sociedad
pluralista y diversificada; la no reivindicación de los intereses
del pueblo que se mantienen sobrerrepresentados; la persistencia
de oligarquías que forma parte de la élite gobernante; el espacio
para participar se encuentra restringido, limitado o cerrado; la
subsistencia del poder invisible que evita la transparencia del
ejercicio del poder y la falta de educación permanece."
No sé si crean que todo se aplica a México.
Nuestra sociedad se ha diversificado y pluralizado, pero eso ha causado
más problemas: ¿a quién le hacemos caso?, ¿a qué intereses seguimos?
"Los intereses del pueblo están sobrerrepresentados"
¿quién tiene la posibilidad de acercarse a nuestros representantes?
Creo que ya salía un poco esa insinuación. O sea, es más fácil que Slim
o los banqueros se acerquen a nuestros representantes, por cualquier
ciudadano común y corriente.
"La persistencia de oligarquías que
además forman parte de la élite gobernante", o sea ¿ustedes creen
que Slim sólo es dueño económico de México?
"El espacio para participar se encuentra
restringido, limitado o cerrado?, parte de lo que discutíamos.
"La subsistencia de un poder invisible
que evita la transparencia del ejercicio del poder" o sea, apenas
ahora con eso de la información vamos a empezar a trabajar contra la
manipulación, que es otra forma invisible de poder.
Y sexto, "la falta de educación",
y a ésas quizás me bastaría con agregar un punto: también parte del
problema es que la democracia por un lado ha aumentado las demandas,
y qué pasa con la capacidad de respuesta, a ésa sí apelo a su más mínima
lógica de economía, disminuye nuestra capacidad de respuesta.
A mayor demanda en este caso- menor
capacidad de respuesta. Si tenemos demandas del rico, del pobre, del
educado, del no educado, y nuestra capacidad de respuesta cada vez va
a ser menor primero y segundo; si cada vez estamos más diversificados
o con posiciones antagónicas, es más difícil darles la razón a los dos
al mismo tiempo.
Es decir, ¿podríamos ser panistas y perredistas
al mismo tiempo? Yo creo que no. ¿Podríamos ser de un sector del PRI
y panistas? Quizás sí, ¿y de un sector del PRI y perredistas? Quizás
también, pero por lo menos panistas y perredistas, como que es agua
y aceite.
Lo que estamos viviendo es un gobierno
dividido, un gobierno en el que la fuerza del Poder Ejecutivo no está
reflejada igual en el Poder Legislativo. Entonces, no cualquier cosa
que diga el Ejecutivo, al no contar con la mayoría, va a pasar. En ese
sentido, parecería que se necesita crear consensos; creo que el esquema
de gobierno dividido es favorable; el problema es cuando todavía estamos
atorados, y aquí tenemos tres principios que me parecen que son claves
de la democracia: sufragio universal, igualdad política, regla de la
mayoría, que ya más o menos los hemos tocado, y quisiera dejar aquí
el esquema de la elección, votación de la representación en sí, y de
los partidos políticos.
Me parece que buena parte del problema
es que los partidos políticos no están obedeciendo a una lógica democrática;
no creo que vivamos en una democracia, sino más bien en una "partidocracia",
en un esquema. Será discutible, y lo podemos analizar y ver.
No siento que estemos en ese esquema de
gobiernos divididos que les digo, me parece muy favorable- porque
no hemos visto que se logren consensos que sumen fuerzas.
Es cierto, sin duda nuestro sistema era
bueno, por lo menos fue el más estable de todo el mundo; con pros y
contras, pero fue el sistema más estable. Eso de estar más de 70 años
en el poder, nadie. El más cercano es Castro. Era una estabilidad política
y creo que todo sistema se tiene que caracterizar por cambios, por modificaciones,
por transformaciones, y sí se debe tener un mecanismo, una especie de
acelerador de cambios, y también un freno. Ahí hay una constante de
alguien que acelera y de alguien que frena.
En nuestro sistema era una estabilidad
política. Ahora nos pasamos al otro extremo: una inestabilidad política,
y tenemos no sé si sea la palabra más exacta- una estabilidad
jurídica, pero por lo menos las reformas se tardan más tiempo en pasar,
ya no hay una reforma tan constante.
La incertidumbre, la inseguridad, están
sobre todo en el campo político, pero hay una mayor certeza en ese sentido
jurídico. Quizás, al menos quisiera yo jugar con eso ahora. El reto
es pasar a un sistema que sea estable en lo político y en lo jurídico.
Quizás sería ingobernable el de antes, porque había un cambio constante
de las leyes, en el que no hacían reglas del juego claras, y uno no
sabía cuáles estaban en vigor, porque se las cambiaban cada vez.
Ahí sin duda alguna necesitamos trabajar
en el nivel, tanto de la estabilidad política, como de la jurídica,
y no nada más de un extremo al otro. Quería destacar este punto, sobre
todo ligado a la gobernabilidad.
Si siguen dándose ciertos factores de inestabilidad
¿podremos llegar al extremo de ingobernabilidad? Sí. Ahora todavía tenemos
un factor jurídico de estabilidad, que creo que da un poco de certeza
en ese sentido.
Como en otra época, lo que daba certeza
era la estabilidad política. El reto es pasar al otro extremo, tener
estabilidad jurídica y política.
Ahí la frase obligada es de Winston Churchill:
"la democracia es la peor forma de gobierno", con excepción
de las demás, las otras todavía son peores. Los griegos le preguntaban
al sabio Solón que cuál era la mejor forma de gobierno, y él respondía:
"decidme para qué tiempo y para qué país", porque cada una
puede ser buena para un lugar y un tiempo determinados.
En otro esquema, en esto de formas de gobierno,
siempre jugamos con esta idea de la monarquía, la aristocracia, la democracia,
y luego vienen las formas corruptas, la demagogia, la oligarquía y la
tiranía, y muchos autores coinciden en decir que cuando la monarquía
es buena, es la mejor forma de gobierno, pero cuando ésta degenera,
es la peor.
La democracia, aparentemente, es la peor
de las formas buenas, pero es la menos mala de las formas malas. Quizás
hemos optado por ese esquema de "sabemos que esto tiende a ser
malo, pero por lo menos es el mal menor". Sé que es una observación
quizás muy simplista el decir "por eso hay que quedarnos en la
democracia". Yo creo que el esquema de la democracia es, sobre
todo, una consecuencia obligada de los tiempos en que vivimos, en el
sentido de la Declaración de los Derechos del Hombre, que nos dan derechos
a todos.
Todos tenemos que participar en el gobierno
de nuestros países; todos los países tenemos que ser más o menos democráticos,
creo que es una constante importante del tiempo en el que estamos viviendo.
O al revés, vamos a ser muy congruentes y entonces no queremos una democracia,
sino una monarquía.
Tendríamos primero el problema de buscar
quién podría ser nuestro heredero al trono. Alguien podría decir: "por
ahí está Esteban Moctezuma, que es heredero de Moctezuma y de Cuauhtémoc,
y de todos ellos"; yo creo que más de uno diría que no.
Vamos a hacerlo una aristocracia, entendida
en los términos de los mejores; yo creo que nadie podría decir que no,
pero como eso por lo general se tiende más a una oligarquía, pues tampoco.
Los plebiscitos, o sea, la consulta del
pueblo, me parecen un mecanismo muy importante que se debe tomar en
serio, y que hay que regular bien. Que no se vale, sin tener toda la
estructura para regularizarlo, convocar una decisión formal, no hacer
consultas para cualquier asunto, porque podemos irnos al otro extremo
de hacer cosas muy irresponsables, entonces yo me puedo imaginar que
empezaran a hacer la construcción el segundo piso y que alguien dijera
por ahí: "oiga, no, pero es que van a cerrar tales calles o va
a haber más tráfico". "No, no, usted nos dijo que nos daba
un cheque en blanco para que le hiciéramos el segundo piso; nos vamos
a tardar varios años, mientras aguántense los embotellamientos, pero
una vez que quede el segundo piso ya todo va a ser paz y tranquilidad".
Creo que más bien es cuestión de trabajar primero en las rutas alternas,
y ya después habría que hacer algo interesante con el Periférico.
Me parece que podemos caer en los extremos:
las cosas no son buenas o son malas, son herramientas, y como tales
las podemos usar bien o mal, y si las usamos de más a veces las desvirtuamos;
si las usamos de menos, también. Al Legislativo creo que en su momento
le podríamos criticar que ha pecado más bien por defecto, por no hacer
cosas. Antes, por ser muy sumiso el señor Presidente, ahora porque no
ha actuado.
En todos estos esquemas de transición hablamos
de brincar del autoritarismo a la democracia, y no nos hemos metido
de verdad a la parte de la oligarquía; vamos a pasar de un lado al otro,
y en las dos los oligarcas son como los aliados. Salgamos del autoritarismo
donde yo era parte, y vayamos ahora a la democracia, donde de todos
modos voy a ser parte.
Me parece que debemos de ser muy críticos
acerca de qué es la democracia y qué condiciones necesitamos cumplir
para de veras poder calificar dentro de una democracia. Estamos en este
esquema de, transitando de una tiranía con una complicidad de la oligarquía,
a una ahora- especie de demagogia donde la oligarquía es cómplice
de la demagogia.
En lo personal espero que en algún momento
lleguemos hasta las formas puras; no les pido que vayamos hasta una
monarquía o hasta una aristocracia, me conformo con que de veras lleguemos
a un nivel de democracia pura, donde tratemos de quitarle alguno de
estos excesos que no necesariamente nos han ayudado.
Para esto hay que seguir trabajando en
algunos otros aspectos, en principios claves de la democracia, para
ver si somos consistentes o no, y en dado caso qué tenemos que hacer
para podernos decir democráticos.
Algo que en el descanso platicábamos era
que muchos países que se dicen muy democráticos, también tienen sus
problemas. Estados Unidos es muy criticable por muchos lados, pero ahí,
por ejemplo la diferencia entre el candidato del Partido Demócrata y
el del Republicano, en distancias ideológicas es muy pequeña, y si a
eso le agregan que los dos dependen de las grandes empresas trasnacionales,
decían, y era un chiste muy corriente, que la diferencia entre Bush
y Gore es la velocidad con que corren al llamado de las transnacionales.
Llegan con centésimas de segundo de diferencia, pero ésta es la única
diferencia que hay.
Quizá no sea viable llegar a una democracia
pura, pero por lo menos que sí vayamos avanzando en algunos aspectos.
Sobre todo me interesa irnos a algunos principios fundamentales; una
democracia, para serlo, tiene que implicar el sufragio universal, ahí
es donde sin duda alguna tenemos que precisar algunos aspectos.
En Grecia existía el sufragio universal,
pero el universo era muy pequeño: eran los hombres mayores de cierta
edad, padres de familia, y no cualquiera, sino los que tenían recursos
económicos. Era una democracia y había sufragio universal, pero era
muy restringido en el sentido de que sólo era para aquéllos que eran
ciudadanos, y los ciudadanos plenos eran un grupo muy pequeño.
El aspecto que hay que tener muy claro
es si queremos llamar a algo democracia, es el principio de sufragio
universal. Saliéndonos de la democracia directa, tradicional, donde
los ciudadanos eran este grupo pequeño, pensamos ahora ¿a quiénes comprende
el sufragio universal? Todos los mexicanos mayores de 18 años, en el
caso de México ¿De veras se observa el sufragio universal? Digamos que
más o menos bien está la posibilidad de que quien quiera, lo único que
tiene que hacer es ir a hacer su trámite ante el IFE, recibir su credencial
el sistema del IFE más o menos sí nos garantiza que las credenciales
le van a llegar a cada quien a tiempo-, y entonces sí más o menos todo
el mundo va a poder participar en las elecciones.
En el nivel de sufragio universal creo
que sí hemos avanzado, pero no hay que irnos muy atrás; antes el sufragio
universal, los ciudadanos sólo eran los hombres; fue hasta 1954 cuando
se les dio capacidad plena a las mujeres, para también incorporarlas.
Ése sería un primer punto que me parece
clave: si empezamos a tener cualquier tipo de restricción en relación
con el sufragio universal, en aquellos lugares ya salió lo de los caciques
¿habrá sufragio universal? Pues no, si llega el cacique y le dice: "Aquí
tenemos tantas boletas y todas van a ser para acá", ahí no hay
sufragio universal, no se le está dando la oportunidad, porque sólo
está siendo uno quien está tomando elección por todos.
O sea, todos estos excesos que conocemos
como "ratón loco", "urna embarazada", tampoco son
ejemplos de que se respeto el sufragio universal. Si votan los muertos,
si votan los no natos, no es un sistema de sufragio universal de todos
los ciudadanos, y por ciudadanos entendemos que son los que están activos,
vivos.
El segundo principio que me parece importante
de una democracia, y de ahí habrá que ver si no se debe implicar un
poco más, sería la idea de la igualdad, pero como la igualdad material
es un poco más complicada, hemos reducido la igualdad en ocasiones de
democracia a un aspecto formal y la hemos identificado con la igualdad
política. Todos tenemos derecho a votar y, en igualdad de condiciones,
a que mi voto valga exactamente igual que el de Slim, que el voto de
cualquiera de los de aquí, aunque ya sé que no, en este esquema de igualdad
política, sin duda alguna sí, pero en un nivel material real, por supuesto
que no.
En ese esquema de igualdad política sí
es importante fomentar la igualdad, pero concretamente, garantizar que
en procesos políticos todos tengamos el mismo derecho; no somos como
en la Inglaterra victoriana, donde se le daban más votos a los que había
estudiado una licenciatura, y menos a los que no, ¿cuántos votos tenemos
cada uno? Uno, aunque tengamos que votar por siete o en equis número
de boletas diferentes, seguimos teniendo un solo voto y todos tenemos
sólo uno.
Pero imagínense, bien podemos adoptar un
esquema inglés y decir que a los que tengan licenciatura se les van
a dar dos votos; a los que tengan maestría, tres votos; a los que tengan
doctorado, cuatro; a los que tengan cien pesos, uno; a los que tengan
mil pesos, dos
Y ha pasado, en la Inglaterra victoriana así era;
sistemas para proteger a los nobles, a los educados, también ésa era
la lógica: cerrarle la puerta a los plebeyos.
Creo que eso no sería muy democrático,
no es un sistema abierto; en ese sentido, la idea de la democracia implica
una apertura. Se da el problema de la igualdad política. Si revisamos
que todos tenemos derecho a voto pues sí, todos somos iguales, al menos
en el sector político ¿pero basta esa igualdad política en una democracia?
Si nos queremos quedar en un nivel de democracia formal, sí, pero si
queremos pasar a un nivel de democracia más sustancial, más material,
por supuesto que no.
Es necesario crear condiciones para que
de veras todos tengamos una igualdad, y ahí es donde entra ese aspecto
de lo que se mencionaba desde el principio: debemos tener mecanismos
de redistribución, mecanismos para generar una igualdad, por eso parto
un poco de este problema de los mínimos; garantizar unos mínimos para
que todo mundo pueda partir de un mínimo de igualdad y de un mínimo
de condiciones, y de ahí subir.
Creo que la igualdad material es muy difícil
de alcanzar, pero por lo menos no hay que cerrarle la puerta. De entrada,
el primer aspecto que salta siempre: ¿de veras somos iguales los hombres
a las mujeres? Biológicamente, no, pero quizás somos desiguales en otro
sentido. Quería destacar que se necesitan forzosamente cuotas, en todos
los lugares tiene que haber igual número de hombres que de mujeres.
La igualdad en ciertos aspectos tampoco
es tan alcanzable. No todo mundo viene de traje, una amplia mayoría
me incluyo- pero no todos, luego, no necesariamente todos se visten
igual, es decir, no tenemos por qué ser iguales en todo. El extremo
de que para ser democráticos tenemos que ser iguales en todo, sería
un poco el esquema socialista.
Castro es muy orgulloso en ciertas cosas,
y dice "Aquí todos somos iguales, amolados, pero todos estamos
iguales"; hasta él tiene esas críticas de que hay un sector cercano
a él que no está tan igual. A veces ese criterio de igualdad es difícil
de verdad, ¿cómo sería si todo mundo fuera igual? Yo creo que hasta
sería aburrido.
Esa fórmula de Aristóteles de tratar igual
a los iguales y desigual a los desiguales, tiene una parte que me parece
en un sentido igualitario muy poderosa, pero por lo general se presta
a los abuso; alguien ya lo decía hace rato: "Como no somos iguales
en México, entonces el peso de Slim es mayor", o nos preocupa más
que si un mexicanito cualquiera se enoje con el sistema y diga: "Yo
ya no quiero saber nada más del sistema; me voy a ir al otro lado
a trabajar", eso no es tan grave, pero que Slim no se nos vaya
a ir. Es el dinero.
Sin duda alguna la parte de la igualdad
política que a la hora de votar cada quien tenga el mismo voto, me parece
muy simple, pero el reto es que de veras se manifieste y se refuerce
esto.
Tenemos que fijar cuotas de qué tanto porcentaje
de las candidatas de un Partido sean mujeres, pues no necesariamente.
Todavía no he mencionado los partidos políticos, pero a ese extremo
quizás no necesariamente tenemos que llegar. ¿Si es necesario que haya
participación de mujeres? Yo diría que sí. ¿Si es necesario que haya
participación de pobres? Creo que sí, para que podamos pensar que todos
los sectores están representados, tendríamos que hacer muestreos que
sean representativos del todo.
Me gusta mucho esta imagen de pensar en
nuestros representantes, y que los viéramos de veras como un microcosmos
de todo el electorado, pero ¿lo ven así? Yo, como ideal, creo que todos
estamos de acuerdo en que sería ideal que fuera un microcosmos, pero
¿cómo está la composición?, ¿sí refleja ese macrocosmos o no es como
un grupo de élite?
Hablando de lo que es la igualdad y sobre
todo de lo que son condiciones, en qué sentido y en qué proporción voy
a dar yo la igualdad. Creo que cada pueblo, de una manera distinta uno
de otro, va evolucionando en la escala que acaba de plantear, de esa
transición de las tiranías a la demagogia; de la demagogia a la democracia.
Cada pueblo va a entender también en cierto
sentido su proporción de igualdad. No puedo comparar en algún sentido
a una sociedad más liberada, más desarrollada, que tiene una cultura
política distinta a la distinta a la nuestra, que estamos "en cascarón".
Esta cuestión de las cuotas ha despertado
muchos estupores, tanto en las élites políticas y en las económicas,
porque también en cierto modo nuestra sociedad está permeada de una
resistencia a no tolerar o a no permitir este tipo de cosas, no solamente
en cuestiones de género, sino también raciales, de avance educativo.
No basta con decir que somos iguales, porque
el artículo 4º de la Constitución dice que "El varón y la mujer
son iguales ante la Ley"; en el artículo 1º, en una intervención
un poco más forzada dice que todos tenemos el mismo derecho a las garantías,
entonces, de alguna manera, nos está dando una igualdad ante todos nuestros
derechos, pero esa prohibición a la discriminación fue un punto importante;
ya teníamos la prohibición a la esclavitud, que es también otra idea
importante en relación con la igualdad.
La de la discriminación me parece un avance
importante en el nivel de igualdad, un avance democrático, en ese esquema
de tratar que no sólo a los indígenas se les dé mayor representación,
sino a cualquiera, a los pobres frente a los ricos, a las mujeres frente
a los hombres, a los no educados frente a los educados, a los de minorías
religiosas ante la mayorías, y ahí hasta lo de las preferencias sexuales,
los "hetero" contra los "homo".
Esa reforma es muy criticable, porque no
se atrevieron a decir "preferencias sexuales", dijeron "preferencias",
entonces no me pueden discriminar si a mí me gusta el champagne, y no
me gusta la cerveza. Hay que aprender a llamar a las cosas por su nombre.
Ahí debieron haberle puesto "preferencias sexuales", no "preferencias".
Luego decía que en lugar de decir "discapacidades",
dijeron "capacidades diferentes", pues todos tenemos capacidades
diferentes, todo mundo puede alegar "Me están discriminando porque
me tardo dos horas en pasar una cuartillas, y mi compañero se tarda
una hora". Esa reforma me parece un gran avance, aunque tiene sus
defectos.
Me parece que democracia, si la entendemos
como el gobierno de todos, implica que de alguna forma todos debemos
participar; no sé si podamos decir que implica que todos tengamos que
participar de la misma manera, pero por lo menos en ciertos aspectos,
y sobre todo de igualdad política. Está claro el argumento de que debemos
tener el mismo derecho de votar, para que podamos pensar que estamos
en una democracia.
Nadie pensaría que la Inglaterra victoriana
era una democracia, pues era claro que era una monarquía, donde se le
daba derecho de votar a unos, a unos más y a otros menos.
Por un lado es importante tener igualdad
política, pero no basta con eso; en ese sentido, los regímenes socialistas
habían puesto el dedo en la llaga diciendo: "No basta con eso,
necesitamos más igualdad". A veces los defectos también pueden
irse a otros extremos, si a todo mundo le damos igual. En un régimen
socialista, donde a todo mundo le damos una bolsa de arroz, una de café,
si a mí no me gusta el café o el arroz, la bolsa me sale sobrando.
En ocasiones, por querer tratar igual a
la gente, no estamos respetando sus diferencias; creo que no debemos
perder de vista que tampoco podríamos homogeneizar todo, ponerlo todo
igual.
Creo que parte de los efecto del régimen
socialista fue haber matado la capacidad de iniciativa de ser diferentes,
y por poner a todos en un mismo paquete, perdieron de vista la posibilidad
de generar cosas nuevas.
La mayoría no siempre es la mayoría numérica,
no se les olvide.
Un aspecto positivo que yo veía de la igualdad
en un avance democrático, sería esta parte de la reforma: agregarle
a las cláusulas de igualdad que tenemos la de la prohibición de la discriminación.
Eso me parecía un buen avance. No necesariamente tenemos que pasar un
esquema en que todo sea tan rígido y tan acartonado.
No necesariamente tendríamos que estar
todos iguales; creo que es importante la parte de los mínimos, de que
tengamos el mínimo de oportunidad para empezar igual, que ya dependa
de nuestros méritos el subir o no, pero que no esté cerrado de entrada
o que ya estén favorecidos nada más unos sectores.
Decía yo un ejemplo negativo, ahora de
lo de la igualdad: en México nos hemos caracterizado por esta discusión
de que somos muy machistas. Yo trabajo en la UNAM, soy investigador,
tengo mi seguro, y mi esposa, por ser mi esposa, tiene derechos. Ahí
somos muy paternalistas, protectores de las mujeres, y entonces le dan
seguro a mi esposa y a mis hijos.
A la inversa, si la señora, una investigadora
del Instituto, está casada y tiene hijos, éstos sí, sin duda alguna
tienen seguro, ¿pero el esposo? Por todas estas presunciones machistas
que tenemos, no, pues él no necesita, él trabaja en algún otro lado,
pero es parte de una cultura no democrática.
Ya después hablaremos un poco sobre derechos
humanos, pero si copiamos la institución del ombudsman de Suecia,
supongo que el problema de derechos humanos en Suecia debe ser muy diferente
al de México; buena parte de los problemas que tiene allá van por el
lado de que haya igualdad entre los sexos.
Por ejemplo, si mi esposa está embarazada
y tiene todos esos beneficios de tantos meses para amamantar, yo, esposo
en Suecia, tengo el mismo derecho, los mismos días; a veces lo ejerce
uno u otro, pero en las sumas pueden ser tanto el papá como la mamá
quien disponga de los días ¡Se imaginan eso en México! Para nada.
Ahora imagínense, casos de la vida real,
casos trágicos: han oído hablar de que alguna vez se complica el parto
y al final se muere la madre y queda el bebé, ¿el señor tiene derecho
o no a disponer de ese tiempo para amamantarlo? No lo tiene, por nuestra
interpretación cuadrada, pero si no está la mamá, alguien tiene que
hacerlo. Son problemas muy culturales.
Ya no vayan más lejos con parejas de homosexuales,
uno diría, pues es su pareja, entonces tendría derecho a meterlo al
ISSSTE. Son temas difíciles. Me parece que para que pensemos en una
democracia debemos trabajar en problemas de igualdad en este tenor,
que no es meramente que votemos y que tengamos el mismo voto.
Quisiera hablar acerca de la regla de la
mayoría. Todos estos principios son iguales o son aplicables tanto a
la democracia directa, como a la democracia representativa, pero es
claro en una representativa que no nos podemos mover para donde quiera
todo mundo; ante la imposibilidad de que haya unanimidades o consensos
absolutos, por lo general tenemos que optar por una regla y la que ha
resultado ser la más práctica, la más evidente, es la mayoría.
Me parece que sin duda alguna el ejemplo
de las reglas de mayoría es muy claro, Locke, Rousseau, "la voluntad
de la mayoría", diría Locke, "la voluntad general", diría
Rousseau.
En algunos niveles malentendemos a la democracia
cuando la queremos equiparar a lo que diga la mayoría. Es una regla
práctica de cuando tenemos un conflicto ¿a dónde tenemos que irnos?
Hacia donde nos lleve la mayoría, pero creo que nos hace falta ir hacia
donde nos lleve la mayoría, pero sin dejar desprotegida a la minoría.
No es nada más que digan 50% más uno, si
empezamos a hacer consensos o a matizar propuestas nos venimos un poco
para abajo. No vamos a hacerlo pensando en que nos pusiéramos de acuerdo
en la reelección; creo que en una de ésas alcanzamos una mayoría muy
raquítica de que sí estamos de acuerdo con la reelección, pero si vamos
a ser mayoría, a tener reelección y a introducir una fórmula atenuada,
es decir, que no puede reelegirse más que dos o tres periodos consecutivos,
que no puede brincar de Cámara a Cámara, si empezamos a ponerle algunas
de ésas quizá podemos sumar más gente a la idea.
Si la abrimos de reelección absoluta, así
de indefinida, yo creo que sería muy dividida la votación, pero si empezamos
a ponerle acotada, tantos periodos, como más reglamentada, creo que
podríamos tener una base más amplia de apoyo, y en ese sentido se está
tomando una opinión, tanto de los que en una primera instancia estarían
de acuerdo y los que estarían en desacuerdo.
Aquí quiero apuntar que la idea de que
la democracia no es nada más los que están de acuerdo o los que se ponen
de acuerdo; no sólo en consenso, sino también el disenso hay que tomarlo
en cuenta. Creo que el error ha sido que le damos un cheque en blanco
a cualquiera que alcance la mayoría, y no va por ahí, se trata de tomar
en cuenta todos los intereses.
Para cerrar este punto de la democracia
y ligado a eso de la mayoría, me gustaría enfatizar dos aspectos. Uno,
efectivamente, que muchas veces tenemos que la mayoría no es tal, sino
una minoría. Me explico: en muchas ocasiones tenemos una mayoría que
bien puede fragmentarse, y tenemos varias minorías, y le damos toda
la razón al que tenga la minoría más alta. Entonces, podríamos tener
un presidente electo en México, con un 30%, y a ése le daríamos el 100%
del Poder Ejecutivo.
Ahí hay un problema de que no siempre la
mayoría es la mayoría numérica, y el que hay veces en que esa mayoría
ni siquiera refleja al total, simplemente sucede que en una democracia
representativa no está representada la mayoría; al final de cuentas
los representantes son 500, una minoría de la mayoría, y ésta tiene
todo el cheque en blanco que gobierna para todos, y puede haber muchos
más que estén en contra o que no compartan lo que dijo.
Aparentemente tenemos una mayoría de mujeres;
no se refleja. Aparentemente tenemos una mayoría de pobres, que tampoco
se refleja. Si fuera esa la razón, deberíamos tener en el Congreso mayoría
de pobres, de mujeres, de indígenas y de analfabetos. Eso de la mayoría
tiene unos mecanismos muy curiosos en los que se distorsiona, y no necesariamente
la mayoría refleja a la mayoría del pueblo.
Y con esto cierro, con una frase de Tucídides,
que me parece clave: Tucídides, en la oración fúnebre de Pericles hace
decir a éste algo así como que "Nuestra Constitución es llamada
una democracia porque el poder está en manos no de una minoría, sino
de todos". Yo le agregaría: "En una democracia, para entenderla
como tal, el poder debe estar no en manos de la mayoría, no en manos
de la minoría, sino en manos de todos". Me parece que ése es el
gran reto, ver cómo le hacemos, pero que de veras el poder esté en todos,
no nada más en Slim, no nada más en Fox, ya no me voy a los cien diputados
que me dicen que sí trabajan, a los cinco que son los que sobresalen
en los medios, a los otro cinco senadores. Si revisamos hay cien personas
que manejan este país, es una minoría del todo.
Curso de Técnica Jurídica.
Sesión del 14 de mayo
del 2002
(Clase 3/6)
Respecto de la democracia hemos dicho que
es el gobierno del pueblo por el pueblo, y hacíamos referencia a la
parte del pueblo y que la identificamos como una concepción ideal de
democracia. Por otra parte veíamos a la democracia como adjetiva o procedimental,
que se basa básicamente en las reglas del juego para que veamos como
pueden ser que la democracia sea el gobierno por el pueblo, y por último
señalábamos a la democracia con un carácter sustantivo o material en
el sentido de que los beneficiarios de la democracia somos nosotros
así como los ejercicios que esta conlleva.
Muchos autores que le han agregado o han
hablado de diferentes características o diferentes formas de ver la
democracia: como equilibrio, como protección, pero la que me parece
más importante de resaltar es la parte de la democracia como representación
o democracia participativa.
No solamente la democracia participativa
se identifica con la democracia directa, también en buena parte se relaciona
con la idea de representar a los que no pueden estar presentes, de ser
una forma de participar de aquellos que no podrían participar de manera
directa, para que puedan participar al menos de una manera indirecta.
La participación es en muchas cosas pero sobre todo en las deliberaciones
lo cual nos da una idea de una democracia deliberativa.
Otro aspecto era que la democracia debe
ser entendida como una forma de gobierno, en donde siempre que hablamos
del gobierno de uno es monarquía; gobierno de varios o de unos cuantos
es aristocracia; y gobierno de todos o del pueblo, la democracia entendiendo
no sólo como una forma de gobierno sino como un modo de vida.
Algunos principios claves para la democracia,
a nivel de forma de gobierno como la igualdad, la que bastaría con que
esta fuera política o de voto, pero si pensamos en la democracia como
una forma de vida es necesario otro tipo de igualdad, es necesario buscar
una igualdad material o de condiciones o al menos una igualdad de oportunidades,
es decir que se pueda ejercer o manifestar todos los días y a todas
horas.
Ante la imposibilidad de que el cuerpo
político se pueda mover para todas direcciones es necesario que se mueva
donde lo lleva el mayor número, la mayor fuerza. Esto es muy bueno,
eso es una regla muy práctica pero que aún tiene algunos problemas la
regla de la mayoría. En este sentido debemos reconocer algún tipo de
regla práctica que nos ayude a tomar decisiones cuando tengamos duda,
si, que gane la mayoría, pero eso no quiere decir que nos olvidemos
o que la mayoría se olvide constantemente de las minorías.
Dentro de los pasos de la Reforma del Estado,
que no solo se remonta a los 90s, sino a diversos aspectos: uno clave
es en el que se reconoce el voto de la mujer, reconociendo que no sólo
somos hombres; la incorporación de los diputados de partido, fue reconocer
que no nada más era que hubiera partidos, sino que esos tuvieran una
representación más efectiva; la reducción de la condición para adquirir
la ciudadanía activa y pasiva, es reconocer que no sólo somos mexicanos
adultos, sino también jóvenes a los que se les daba más espacio.
En ese sentido se podría argumentar que
se vive una transición hacia la democracia, respecto de la reforma constitucional
en materia indígena, aparentemente tiene más críticas que argumentos
en su defensa, y podría ser precisamente el punto de incorporar con
un mejor marco a los pueblos y comunidades indígenas, de la cual uno
de sus méritos fue incluir la cláusula de la no-discriminación.
Respecto de la frase de Toussent "
Nuestro pueblo es llamado a una democracia por que el gobierno no está
en las manos de una minoría o de una mayoría, sino de todos, de todo
un pueblo" en lo que hemos tenido avances, pero quizá en el rubro
en el que estamos todavía más atrasados es en el nivel económico, de
pobres y ricos a lo que habría pensarse en crear mecanismos para que
haya una mayor democracia en ese sentido.
La democracia en sí tiene muchos problemas,
si ampliamos la base a todos los hombres, mujeres, educados, no educados,
indígenas, mestizos, pues estamos planteando una masa de demandas que
van a ser mucho más amplia y si ampliamos las demandas la capacidad
de respuesta va disminuyendo. Si existe un nivel en el que si deliberamos,
aunque tengamos muchas demandas, podremos jerarquizar o priorizar cuales
son las más importantes y de ahí ir cubriendo las necesidades y en ese
sentido ir mejorando.
En primera instancia la democracia se presenta
como un problema, porque tenemos más demandas y la capacidad del gobierno
disminuye para dar respuesta a estas demandas. No debemos esperar que
la respuesta venga nada más a nivel de gobierno, sino que tenemos que
trabajas a nivel sociedad para no depender de los beneficios que nos
dé el gobierno.
Criticando la democracia, habría que poner
énfasis en tres niveles; la cuestión de las elección-votación; la representación;
y los partidos políticos.
Elección-votación, en una democracia directa,
uno de los mecanismos principales es no tanto las elecciones por que
ahí están directamente los que son ciudadanos, sino las votaciones,
el votar si están de acuerdo o no con tal medida.
Una cultura de un constante voto, de un
constante pronunciamiento en uno o en otro sentido, no es tanto la parte
de elección de representantes, sino de elección de alternativas. Es
algo consustancial a la ideal de democracia, a la idea de participación
de la representación, de la necesidad de elegir y de votar. El problema
es que no basta con que nos llamen a elegir y a votar cada 3 o 6 años,
para ser consecuentes o congruentes con la democracia, nuestra elección
y nuestra votación debe ser constante.
Un primer problema, es que no podemos reducir
la elección-votación, a ciertos periodos, o contra-argumentar que el
pueblo es lo suficientemente inteligente para votar y elegir a sus representantes
pero es demasiado tonto como para que lo estemos consultando constantemente.
Uno segundo problema es sin duda, el que se relaciona con la cuestión
de elección entre qué y qué, para que podamos elegir tenemos que tener
una verdadera alternativa.
Se supone que la democracia tiene que ser
muy tolerante, donde tiene cabida todas las posturas, creo que hay que
defender ese punto de que podrá ser más radical y más que ser tolerante
con todas las posturas.
En algunos aspectos hay que ser intolerantes
con los intolerantes, o sea, con una postura extrema radical, algo así
es el argumento de Lorenzo Meyer porque yo sí estoy partiendo de la
idea de que hay dos aspectos que deben ser claros y que no están a discusión:
derechos fundamentales y división de poderes, como notas claras para
poder hablar de un Estado constitucional y democrático. En lo personal
criticaría a México, que tengamos quizá más de estos tres partidos fuertes
que tenemos. Ya del cuarto, quinto para arriba me parecen excesos, por
que si creo que deban tener cabida todas las posturas, al interior de
la izquierda puede haber muchas posturas, pero al final de cuentas es
izquierda, al interior de la derecha puede haber muchos, pero al final
de cuentas es derecha.
La democracia tenemos que verla como un
progreso, como evolución, como un cambio, curiosamente el país más estático
en ese sentido, el menos democrático, sería Estados Unidos.
Su fórmula en ese sentido también ha sido
buena por que ha sido permanente, pero ahí hay dos niveles diferentes
de democracia, Estados Unidos tiene varios problemas de agenda pendiente
constante, una de ellas es el abrir el sistema a más partidos; la segunda
es el financiamiento de las campañas, allá el financiamiento es privado
y tiene un sistema de regulación muy sofisticado, muy elaborado, pero
al final de cuentas no pueden limitar lo que una persona física quiere
dar. Si tienen reestructurado cuánto puede dar una persona moral, una
compañía cuanto puede poner, si pero además la compañía hace que cada
uno de sus trabajadores o da a nombre de cada uno de sus trabajadores
determinada cantidad. Por lo tanto un principio claro de las elecciones
y las votaciones para que podamos pensar en una democracia, es que sean
libres y que todo mundo pueda participar en condiciones de igualdad.
En el caso de los indígenas, precisamente
para que participen en igualdad de condiciones, no basta con que los
hagamos votar por mestizos para puestos de elección popular, es darles
la oportunidad de votar por un representante indígena.
Lo anterior causa algunos problemas para
nosotros, suena contradictorio algunas de las cosas que habíamos dicho,
pero que dejemos que en una comunidad por usos y costumbres no voten
las mujeres y decidan nada más los hombres, podrá ser o sonar que es
en detrimento de las mujeres frente a los hombres, pero en ese sentido
estamos favoreciendo a los indígenas frente a los mestizos.
Ahí creo que tendríamos que tener cuidado
de si queriéndolos meter a nuestros moldes, según nosotros por organizar
libertad, igualdad, no estamos haciendo exactamente lo opuesto. Reconocer
los usos y costumbres es paso adelante, y no esta a discusión, por ejemplo
en el derecho a votar, el ir a las comunidades y decirles que ojalá
puedan incorporar a las mujeres.
Retomando la cuestión de la elección-votación,
falto por decir que dentro de ese marco en que todo está relacionado
con el sistema electoral, a través del sistema electoral y los mecanismos
de elecciones, votaciones, elegimos a nuestros representantes y tenemos
configurado todo un sistema de partidos.
Una primera cosa que me parece que es importante
recordar es la libertad, basta con decir que tenemos elecciones, a las
cuales la gente no va a votar se abstiene, en una estricta lógica de
es mi libertad ir a votar o no, hay países como Israel, que ha optado
por un mecanismo en el que la votación es mandatoria, es decir es obligatoria,
queda como un derecho pero en el nivel de obligaciones queda en un nivel
de obligación moral o a alguien le niegan algo o hay alguna sanción
por no haber ido a votar. Por lo que podría haber la posibilidad de
que el voto en México fuera en un momento dado obligatorio o mandatorio
o que quedara siempre en un esquema potestativo.
En dado caso que se opte por un esquema
de obligatoriedad, parece que es claro que tenemos que tener una sanción,
porque si no otra vez va a quedar un poco en letra muerta y aclarar
que el ejercicio sea compulsivo, no quiere decir que no podamos tener
un ejercicio libre.
Ir al extremo de un esquema de voto obligatorio
o mandatorio no parece ser muy democrático, pero se plantea como una
posibilidad sobre todo para aquellos que les preocupe el que tengamos
un alto índice de abstención.
Cuando tienes pocas opciones y no hay mucha
diferencia entre dos, no tienes un incentivo para votar ya sea a favor
o en contra, cuando no hay más opciones como que existen más incentivos
para votar por la que a ti te gusta, o por lo menos para que no gane
la que no te gusta.
Una primera parte es esa cuestión de obligatorio
o potestativo, siendo este último más democrático, lo que parece más
congruente con el ejercicio de nuestro libre voto pueda partir inclusive
desde ir o no a las urnas.
La cuestión de que si el voto puede ser
igual o desigual, al respecto tenemos que tener un nivel igualdad en
el voto, pero no basta, en su esquema de igualdad política en la que
todo el mundo tenga un voto, se tiene que garantizar las formas en que
de veras nuestro voto sea o tenga el mismo peso.
Un sistema va a ser mucho más democrático
si tiene un sistema en el que se convoque a elecciones mucho más constantes,
para quienes creen que hay que reducir el periodo, por ejemplo, del
legislativo e inclusive del ejecutivo, a cuatro años o a dos, pues parece
que se han amparado un poco en este argumento.
El problema va más del lado, de a que tipo
de cosas nos convocan a votar, a pronunciarse, más que a los representantes
sino a los temas a los que nos convocan, pudiendo caer en el otro extremo
de que se nos convoque a todo y a nada a la vez.
Muchas veces no podemos nosotros elegir
a todo mundo sino que tenemos que confinarlo a ciertos espacios. Ahí
concretamente el problema que se presenta es, cómo, y eso se relaciona
con lo del peso del voto igual, si nosotros no tenemos, más o menos,
un mismo tamaño de electorado, por distrito o por circunscripción, de
alguna forma podemos estar alterando o diluyendo el voto de algunos.
El último punto que trataríamos sería el
de ¿Por quién votamos en una elección?. En principio parecería o se
supone que votamos, cuando estamos buscando el principio de mayoría
se supone que votamos por el candidato, la persona, pero cuando votamos
para la proporcionalidad, ahí no es claro por quién votamos ¿por la
lista, no por el partido y ahí más concretamente por la lista del partido.
Parece bastante criticable, por que se
supone que tenemos unos representantes electos por el principio de mayoría
y tenemos otros elector por el principio de representación proporcional,
tendríamos que tener quizá dos boletas diferentes, una para mayoría
y otra para proporcionalidad y dentro de la proporcionalidad que aunque
el partido analizará una lista de sus candidatos, nosotros prioricemos
o jerarquicemos.
La democracia no sólo es que haya alguien
que gobierno, sino que ese que gobierne, tome en cuenta las visiones
de todos y en ese sentido no sólo la mayoría sino la minoría.
La votación proporcional, puede ayudar
para tener una mayor representatividad, entre representatividad y gobernabilidad
a veces suena hay caminos excluyentes, pero no necesariamente, por que
podemos tener una mayor representatividad sin tener un detrimento de
la gobernabilidad o viceversa.
Cuando teníamos, la cláusula de gobernabilidad
era que, al que ganaba además se le daba un extra para que tuviera en
el Congreso 50 por ciento más uno. Una vez que las fuerzas políticas
se fueron diluyendo y en lugar de un solo partido hegemónico dominante,
se paso a un sistema más competitivo donde hay tres fuerzas políticas
principalmente, y ya no es tan fácil, además de haber quedado excluida
la cláusula de gobernabilidad con lo que ya no se garantiza que el que
gane la mayoría tenga el 100 por ciento.
El esquela de proporcionalidad puede ser
más o menos puro, porque no podría ser puro absolutamente, para que
fuera así tendríamos que estar exactamente el mismo número de personas
que votaron representadas en el Congreso. La cláusula de gobernabilidad
es el extremo de la representación más impura.
En México tenemos un sistema de representación
llamado mixto, en la Cámara de Diputados, tenemos 300 diputados electos
de manera uninominal es decir por el principio de mayoría y 200 diputados
pro el principio de proporcionalidad, al respecto tengo mis dudas, por
que al momento en que sólo les pedimos una votación y de la misma votación
obtenemos dos cosas, pareciera que lo único que se hace es reforzar
un sistema mayoritario en donde unos cuantos representantes son electos,
en base a la fórmula de proporcionalidad de la elección total.
Para cambiar nuestro esquema de votación
y adoptar un criterio que busque en la mayoría incorporar elementos
de proporcionalidad, no basta alcanzar la mayoría absoluta sino que
es necesario para conformar la mayoría tomar en cuenta el voto de las
segundas y terceras opciones o preferencias.
Los sistemas mixtos son verdaderamente
los que tratan de convocar criterios de gobernabilidad o de mayoría,
de proporcionalidad y representatividad en un mismos proceso.
Respecto al Senado, no creo que fortalecer
implique necesariamente aumentar o duplicar el número, lo que más bien
obedeció a un botín político en el que el partido dominante al abrir
al Senado para que haya una representación mayor de senadores de otros
partidos, y lo que es más criticable es ver como se asignaban los escaños,
dos son de mayoría, en tercer puesto es de primera minoría lo que parece
bastante acertado, en el esquema de que si queremos abrir a una mayor
representatividad parece una buena idea. Lo que parece un exceso es
que la cuarta parte sea elegida por el principio de proporcionalidad.
Queda claro que los dos senadores de mayoría y el de primera minoría,
están representando al Estado, ¿ y que pasa con el otro de representación
proporcional? En el momento en que analicemos en esquema de proporcionalidad
habrá estados que queden sobrerrepresentados y estados que queden subrepresentados.
No necesariamente tenemos que tener más
legisladores para que el Poder Legislativo sea más fuerte, podríamos
reducir los legisladores pero tendríamos que tener mejores cuerpos de
apoyo parlamentario.
Como alternativa a la representación proporcional,
pudiendo ser que para cada estado haya tres senadores, y la regla sería
pedirle a cada partido que nos nomine un máximo de 2 candidatos, en
lo individual y no como formula.
Entonces si vamos a tener seis candidatos,
dos de un partido, dos de otro y dos de otro, votaríamos en la individual
por cada uno hasta un máximo de tres candidatos, o sea, cada uno de
nosotros votamos por los tres senadores que queremos. Entonces si yo
doy mis dos primeros votos a un partido mi tercer voto a quien se lo
voy a dar.
Entonces tenemos que en un esquema así
de votación en la que nos podamos, o asea, sin tener que entrar a fórmulas,
por que si entramos a fórmulas pues ya vemos que pasa, tenderíamos a
concentrar el voto en menos, que si entramos a voto por persona, pudiendo
obtener resultados mucho más interesantes.
En lugar del esquela de dos mayorías, dos
por mayoría, y por fórmula que es criticable, el de primera minoría
es una buena idea y los de proporcionalidad estarán sobrando. En lugar
de levantar ese esquema lo que hacemos es elegir a los tres senadores
por mayoría, pero conforme a una proporcionalidad del total de sus votos,
los tres que tengan mayoría, y que además esta la alcanzan con todo
un esquema de proporcionalidad, por que es mucho más proporcional el
que tiene esos tres, porque estamos contemplando los votos de todo el
mundo.
Buena parte del problema de la crisis de
representación y de lo que ya habíamos hablado de la crisis de partidos,
se refleja si no tenemos un buen sistema de representación, los partidos
políticos son pieza clave en un sistema de representación, si el sistema
está viciado de entrada, los partidos no parece que estén lejos del
sus vicios. Una de las cosas es ¿ cómo darle el monopolio a los partidos
para la nominación de candidatos? Si nada más los partidos políticos
tiene un monopolio, tengo que ir con el partido y tengo que ganar la
nominación. Inclusive el problema de que hay candidatos que en un partido
no obtiene el registro y salen a buscarlo en otro partido, parte del
problema, es de que en un momento dado si alguien sale elegido y salió
a buscar otro partido ganando la elección, demuestra que los procesos
internos de los partidos a veces están viciados o mal manejados.
Para cerrar con lo representación, no basta
con que al que gane la mayoría se le dé el 100 por ciento de la representación,
sin duda tiene derecho a gobernar, él ganó, pero creo que tiene que
reflejar de alguna forma la fuerza real con la que entra.
Claro que en una elección, como en el caso
del Presiden, donde solamente votamos por una persona contra otras,
aunque gane con el 30 por ciento, en señor es Presidente 100 por ciento,
o sea tiene el 100 por ciento de las atribuciones.
La democracia tiene sus peros, sus problemas,
pero sobre todo parece que en el nivel de la representación tiene muchos
más, no hemos logrado hacer que nuestros representantes de veras nos
representen, si fueran verdaderos nuestros representantes no tendríamos
problemas, de veras nuestras quejas se oirían.
Curso de Técnica Jurídica.
15 de mayo del 2002
(Clase 4/6)
La democracia directa, como punto claro
tenemos que decir es "la participación que tiene que ser de una
manera directa" entendiendo claramente quienes son los ciudadanos.
Ante el esquema de sociedades grandes,
de sociedades complejas en las que no podemos participar todos de manera
directa, se han creado mecanismos de democracia indirecta o democracia
representativa. Ante la crisis de la representación y la crisis de la
democracia, ante la crisis de los partidos políticos, una de las salidas
o una de las posibles rutas de análisis es ¿qué tanto tenemos que rescatar
a la democracia representativa con mecanismos de la democracia directa?.
Una elección de mayoría parece ser más
representativa que una elección de proporcionalidad, la de proporcionalidad
podría ser más representativa si tuviéramos, en lugar de listas cerradas,
listas abiertas, pero aún en el Sistema Mexicanos parece ser muy cuestionable
el grado de representatividad porque hacen falta muchos mecanismos.
Pareciera que más bien estamos en un esquema de partidocracia ya que
en principio no gana el candidato por la persona sino por el emblema
del partido que lo está apoyando.
Una cosa criticables es que se les de a
los partidos políticos el monopolio para las candidaturas, pues parece
como están los partidos políticos no son la única o no deben ser la
única vía de acceso a la posibilidad de contener por cargos de elección
popular, al respecto el COFIPE (Código Federal de Instituciones y Procedimiento
Electorales) es muy claro al señalar que para poder uno ser candidato
a un cargo de elección popular se necesita el respaldo de un partido
político.
Respecto a los pros y los contras de la
democracia directa y representativa, valdría cuestionarse ¿ sería viable
llamar a asambleas populares? Parecería una locura, no podemos abrir
la democracia a todos y a todas horas, sería un caos, nos hace falta
ser muy diferentes para poder pensar en que la asamblea popular nos
podría servir, lo que es un mecanismo de democracia directa o semi-directa
el convocar a la gente para que en la asamblea popular tome ciertas
decisiones.
En el caso de Suiza, cada año hay un día
en el que se llama a la asamblea popular, y todo mundo se reúne se discuten,
platica, delibera sobre los temas y la asamblea popular toma ciertas
decisiones y le da ciertas órdenes al legislativo y al ejecutivo con
base en lo que la asamblea popular decidió.
En nuestro caso, habría que ver de que
forma podría ser posible, ver a que nivel a qué hora y en que forma,
de la forma podríamos pensar que el municipio o inclusive las colonias,
o como cuando viene esas juntas vecinales, que de alguna forma quieren
ser como una asamblea popular para que se escuchen los clamores de la
gente.
Otra cuestión es la consulta popular, que
se ha utilizado cierta forma y se reconoce en niveles locales pero no
federales. Hay ciertos temas en los que es conveniente llmar o consultar
al pueblo, creo que habría que precisar muy claramente en que sentidos
y en qué condiciones y no dejarlo a como está ahorita en el que se les
ocurre, convocan y no tienen ninguna fuerza, pareciese que ahí lo que
hace falta es toda una instrumentación para que las consultas populares
tengan una verdadera repercusión. No existe nada en contra de que se
consulte a la gente, lo preocupante es que no haya reglas claras de
en qué casos se le va a consultar y cuales van a ser los efectos de
esa consulta, y no pueden consultarlo de un día para otro.
En ese sentido las consultas al pueblo,
parece que es necesario tener canales, sea como sea, sea que efectivamente
se va aun distrito y pregunta, entrevista, o dos que ponga uno una página
electrónica y les diga por favor háganme llegar sus comentarios, o correos
electrónicos, pónganse en esa lista y me dan sus opiniones. En un nivel
informal parecería que es una buena opción, pero a otro nivel, en el
nivel más formalizado, parecería que sí tenemos considerar la parte
de plebiscito y de referendo y tendríamos que ser muy precisos a que
nos referimos.
Plebiscito, o sea plebis pueblo,
cito decir, es el decir del pueblo, entonces preguntar al pueblo cuál
es su decir, cuál es su pronunciamiento en tal o cual situación.
El referendo tiene una nota en la que si
bien es parte o también entraría dentro de consultas al pueblo, de plebiscitos,
de escuchar el decir del pueblo tiene efectos o debería tener efectos
más jurídicos, de refrendar, ratificar lo que ya se dijo.
Por lo general se utiliza el esquema de
la reforma legislativa, que una vez que se refrenda tal o cual artículo
se le pasa al pueblo para que el lo refrende y diga "estoy de acuerdo
o no estoy de acuerdo con tal reforma o con tal ley".
En el nivel de referendo legislativo quizá
no sea necesario, pero hay otro en el que parece que sí sería clave
o habría que ver qué tan viable o necesaria sería y que sería el refrendo
constitucional, es decir cuando haya una reforma a la constitución.
El acto es el dar validez a lago que ya
nos pasa como válido, pero que nos están consultado para darle una validez
definitiva, o sea refrendar la postura, la validez de algo.
A nivel constitucional parece que es un
poco más, justificable, sobre todo aunque alguien podría alegar lo mismo,
¿para que? Si ya tiene tu representantes, si ya además, estás representado
no sólo por los legisladores, sino también por las legislaturas de los
estados, como que sonaría que no es necesario aquí esta cuestión. La
reforma a la Constitución debe ser o es el parteaguas de donde se regula
toda mi vida o donde tengo, quizá que dar mi voto para estar de acuerdo
yo con ciertas medidas. En el caso de la ley parecería más difícil que
en el caso de la Constitución, parece que podría ser un mecanismo que
podríamos adoptar e igual, otra vez la cuestión no es decir si y a dejarla
ahí abierta, sino precisar en que casos habría que implementarlo o en
que casos no.
Otro punto sería el hecho de que se tuviera
la iniciativa popular, el artículo 71 constitucional, nos dice quienes
tienen derecho de indicativa: el presidente de la República, los Diputados
y Senadores al Congreso de la Unión, y las legislaturas de los estados.
¿ a quién más debería tener derecho de iniciativa? La suprema Corte
de Justicia al menos en las partes de sus leyes orgánicas o de su parte
de estructura de Poder Judicial, y quizá para otras cosas considerando
que es el poder que lidia o aplica las leyes.
El mecanismo de la iniciativa popular es
una forma muy útil para aquellas minoría que se sienten que quedaron
rezagadas, que quedaron relegadas del proceso político, entonces, tiene
un mecanismo para decir no, aquí una iniciativa para que se cambie o
se adecue tal o cual aspecto.
Al as iniciativas populares por lo general,
siempre le pedimos que vengan acompañadas de un mínimo de firmas, por
supuesto que en el caso mexicano le pediríamos copia de su credencial
de elector, firma etcétera, y esas iniciativas tendrían que venir acompañadas
de un mínimo de un porcentaje, puede ser decir, 100 mil electores, puede
ser decir 1%, el 2% el 5% del electorado nacional, equis porcentaje,
ahí es quizá cuestión de precisar, de decir que temas si y en que temas
no se permite.
Una iniciativa no necesariamente es todo
un estudio muy elaborado de, se adicionan y modifican los artículos
tal y tal, es decir que bien puede ser una iniciativa muy general, decir,
que se modifiquen tales o cuales aspectos de tal o cual, una cosa más
concreta. Es solicitar que todas las iniciativas populares cuenten al
menos con una exposición de motivos, un tema central que es el que quieren
modificar o que quieren que se introduzca y pedir lo más avanzado que
lo puedan hacer, que lo hagan así, con fracción tal, podría ser complicado.
Parte de la crítica es que veamos a la
democracia o que la reduzcamos a las reglas de la sociedad, a la sociedad
política, cuando hablaba de modo de vida, es pensando en que esa democracia
tiene que alcanzar no sólo a la sociedad política, sono también a la
sociedad civil.
Tenemos que tener canales, para que la
sociedad civil pueda de alguna forma manifestarse y participar, asamblea
popular, consulta popular, iniciativa popular.
La cuestión es como hacer el vínculo entre
los dos niveles, dentro de la sociedad política estan desvinculados
de la sociedad civil, tan es así que han tenido que surgir todas estas
asociaciones y organizaciones, que parecen una aberración, para que
si se supone que ese era el trabajo que tenían que hacer los partidos
políticos.
Asamblea popular, consulta popular e iniciativa
popular, ¿cómo mantenerlos ligados? Viene un esquema de decir, tenemos
que tener mecanismos para renovar a nuestros funcionarios, para exigirles
rendición de cuentas y para inclusive llegar al extremo de revocarles
el mandato, es decir que en la representación política debe haber instancias
para revocar en un momento dado mandatos.
El tema sin duda es ver cómo estructurarlo,
en que casos procede exigir la revocación del mandato, la remoción del
funcionario, la rendición de cuentas debería ser en general para todos,
tienen que estar rindiendo cuentas. Se requiere este tipo de instrumentos
, que de alguna manera sirvan de correa de transmisión entre los representantes
y los representados, pero hay varios riesgos, uno de ellos es la utilización
de estos instrumentos como justificante de acciones predeterminadas
sin un sustento real, mediante la manipulación de la necesidad de la
gente o de la propia información.
Respecto a los grupos que pueden manipular
este tipo de instrumentos, hay un riesgo muy grande de los sectores,
las minorías activas que tiene además poder económico.
Una referencia, respecto a que la sociedad
no siempre es política sino a veces es social, la sociedad vive normalmente
su cotidianidad y se vuelve política cuan hay afectación de sus intereses,
y entonces vemos grupos de repente muy espontáneos que se unen en torno
a causas comunes.
El movimiento social se convierte en política
cuando hay causas comunes y llega a ser a veces tan fuerte que de ahí
llega a emerger lideres que representan aquí esa voluntad en el Congreso,
como en el caso de los damnificados por las explosiones en Guadalajara
por ductos de PEMEX.
Alguna forma de juicio político entra en
este paquete, o sea es de lo que queda ahí, un poco como vamos a rendir,
como vamos a exigirle, entonces juicios de responsabilidades de servidores
públicos, juicios políticos. Lo que no se vale es contra quienes procede,
contra todos menos contra el Presidente.
Si nosotros seguimos manteniendo el juicio
político, este finaliza en el Senado de la República, que finalmente
se convierte en un tribunal especial y que también es inconstitucional
el sentenciar a los políticos de esa forma, nada más habría dos tipos
de responsabilidades, las administrativas y las responsabilidades penales
y crear las fiscalías, pero no fiscalías anticorrupción especializadas
y que sean las fiscalías las que penalicen las responsabilidades penales.
Si el Ejecutivo es nuestro primer mandatario,
él es uno de nuestro representantes, entonces tenemos que trabajar en
los vínculos con él, tenemos que ir poco a poco saliéndonos de del sistema
presidencialista fuerte y entonces hay que irlo acotando.
¿Cómo vamos a vincular a nuestros representantes
con el electorado? En el caso del Poder Judicial no ha sido, o no ha
tenido que ser visto como un órgano representativo, en el sentido de
que precisamente, por sus funciones sería un tanto contradictorio, lo
que queremos es garantizarle su independencia, se le podría criticar
de muchas cosas pero no de antidemocrático, en el sentido de que de
alguna forma tiene que tener otros criterios para que midamos qué tan
democrático puede ser.
Puede ser representativo en el sentido
de que de veras yo me sienta que puedo acudir a los tribunales, que
yo me sienta, que confíe en que van a resolver de acuerdo a derecho,
tener una confianza en los tribunales me parece que es parte también
ahí el tema. Representativo no es nada más aquellos a los que hacemos
elección directa o votamos por ellos un día en una elección, la cuestión
de la representación puede ser un poco más amplia, es una cuestión de
que en sus procesos participen sin quieren el Poder Legislativo, El
Poder Ejecutivo, para nombrar a los ministros de la Corte, Legislativo
y Ejecutivo para nombrar los integrantes del IFE, o Legislativo y Ejecutivo
para nombrar a los miembros de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
La Constitución como estatuto jurídico
que regula el poder es una idea muy clara, pero cual es la relación
derecho y poder, pareciera que es la idea de las dos caras de la misma
moneda parece como muy gráfica, la cara y cruz de la misma moneda. Que
implica el poder, muy gráfico implica el si yo puedo hacer algo, tengo
la fuerza, tengo el poder, el poderío, el mandato, entonces poder es,
idea de la posibilidad de la fuerza de hacer algo, es una idea que podemos
identificar con fuerza, implica también que alguien tiene la facultad
de mandar, incluso de imponer la obediencia a su mandato. Pero también
tiene poder aquel que puede resistir a la obediencia o a la imposición
de un mandato, teniendo así dos ideas de poder como mandato-obediencia
y como mandato-resistencia.
Hobbes veía el poder de dos forma a veces
como un conflicto y otras veces como una solución al conflicto, como
una colaboración.
El tiene claro que el poder a veces implica
conflictos, que de alguna forma son luchas por el poder, pero por el
otro lado el ve y encuentra o cita esta idea del monstruo marino, que
es el único que nos va a poder salvar del tirano. En ese sentido, viendo
al poder otra vez como una relación que aveces implica tensiones, luchas,
discusiones, problemas, fracciones, etc, y otra que lo ve como colaboración,
como unión de fuerzas, como unión de espíritus.
La tipología clásica se remonta a Aristóteles
y es rejuvenecida por Loocke, y habla de tres tipos de poder, el paternal,
pe patronal y el político.
El paternal, pues de alguna forma el nombre
ya esta dicho, es una relación entre el padre y el hijo, el patronal
en Aristóteles es entre el amo y el esclavo, y en el poder político
entre el gobernante y el gobernado.
En el caso de un poder paternal, se supone
que el padre ejerce el poder o el interés del hijo, pero esto si lo
traemos a la política, cuando se desvirtua esto, podemos hablar de un
sistema paternalista o de un paternalismo.
En el poder paternal, lo ejerce el amo
sobre el esclavo, pero ya no en beneficio del esclavo, sino en beneficio
del amo.
Nuestro gobernante se siente que es el
amo e es el capitán y nosotros somos sus esclavos y sus galeotes, degeneramos
en una forma que podríamos llamar ya no de paternalismo, sino clientelismo.
Por último, dentro del poder político el
interés se debe ejercer en interés de ambos, si la clase política en
interés también de la clase social, eso sería como lo ideal, el problema
es que nos hamos quedado en un nivel en donde la clase política, los
gobernantes sólo ejercen en su interés y no en el interés de todos.
Esa tipológia clásica, sin duda alguna
puede ser útil, puede ser muy ejemplificativa, sobre todo, creo yo para
esa parte de los intereses que están en juego y también en un momento
dado, para cómo pueden degenerar algunos de estos esquemas.
Respecto al populismo y podríamos pensar
en demagogia, hay una tipología más moderna, la cual se remonta con
Bertran Rossell y mas recientemente con Bobbio o Bovero, que va a hacer
referencia a tres tipos de poder, habla del poder económico, ideológico
y político, y la nota que van a usar ellos es identificar, de que medios
se vale cada uno de estos para llegar a sus objetivos, por supuesto
que el poder económico se vale de los medios de producción, el ideológico
de persuación y de convencimiento, y el político efectivamente, pues
se vale principalmente de los medios de coacción, del monopolio legítimo
de sus medios.
Russell dice " Hay muchísimos más
poderes, has muchísimas más clasificaciones, peor al final de cuentas
éstos son los que parecen que son los más importantes y los que de alguna
forma pueden englobar a los demás"
De alguna forma si la Constitución es el
estatuto jurídico del poder, y regresando a la Declaración de los Derechos
del Hombre y del Ciudadano, la declaración francesa y el artículo 16,
decía " Toda sociedad en la cual la garantía de los derechos no
está asegurada ni determinada la separación de poderes, carece de constitución".
Pareciese que en estatuto jurídico del poder esta en dos aspectos, la
parte de que haya derechos fundamentales reconocidos, garantizados,
etc, y la parte de que haya toda una regulación, una reglamentación
de la división de poderes.
Sigue sin duda alguna la parte de los poderes
privados, están regulados ya en las constituciones y en nuestras leyes,
pero mientras el poder público que es el poder político esta regulado,
un 90 por ciento, los poderes privados pareciera que están regulados
solamente el 10 por ciento.
En el caso de que los que tengan poder
político y poder económico coincidan no es una derrota ni debemos pensar
que ya no se puede hacer nada, no porque al interior de cada sector
pareciera que en cada uno podemos encontrar las grupos, es decir, los
intelectuales no todos están a favor del capital, no todos están a favor
de Fox, hay grupos, o no sólo hay medios de información, que todos están
a favor del Presidente, etc. Sino también hay canales de televisión
alternativos o noticieros alternativos o locutores en el radio, hay
posibilidades para buscar vías y la Cámara de Diputados debe ser un
primer lugar donde, de alguna forma de repente parece que hace eso,
lo malo es que también da la impresión de que, después de aclarada la
situación, cambian el sentido.
También en poder político debe tener, creo
yo, algún margen de negociación frente a otros poderes, como en algún
momento un país pobre tiene un cierto margen frente a un país rico.
Poniendo un poco más de énfasis en la cuestión
de la división de poderes, por una parte se encuentra una competencia
horizontal de Poder Legislativo - Ejecutivo - Judicial y por otra par5te
la competencia vertical que es Federal - Local _ Municipal, y por último
la parte temporal es decir de ponerle tiempo, ponerle límites.
Curso de Técnica Jurídica.
Sesión del 16 de mayo
del 2002
Clase 5/6
El papel que juega la relación de derecho
y poder, en buena parte es de colaboración y en otra se puede ver como
de limitación de uno sobre de otro, refiriéndonos al fenómeno mexicano,
anteriormente existía una estabilidad política, con una inestabilidad
jurídica o al menos constitucional, en la actualidad quizá sé esta del
otro lado, es decir que predomina una inestabilidad política con mayor
estabilidad jurídica, lo que deja ver que el derecho y poder a veces
uno funciona como el acelerador y el otro como el freno. Hay veces que
invocamos al derecho para hacer cosas y otras veces para frenarlas,
o al revés a veces invocamos al poder para hacer cosas y otras para
frenarlas.
Esta relación está constantemente oscilando
en funciones de controlar, de frenar, de limitar, de ejercerse o de
abusarse, etc. Haciendo énfasis en la división de poderes, como la mejor
o una de las mejores formas de limitar el ejercicio del poder.
Una división horizontal del poder, donde
el Ejecutivo frene o limite al Ejecutivo y el Legislativo frene o limite
al Judicial, y el Judicial al Ejecutivo, son temas de gran interés en
los que debemos trabajar para mejorar la relación de poderes, poniéndolos
en un plan de complementariedad. El aspecto de la división de poderes
puede estar un poco desvirtuado, esos argumentos de separación de poderes,
históricamente fueron utilizados para proteger al monarca, al Ejecutivo,
frente al Legislativo.
Un ejemplo de cómo en nuestro sistema,
más que división de poderes, se esta en una concepción de separación
de poderes, es concretamente en el formato del Informe de Gobierno del
Ejecutivo Federal. Esta es una ideal muy rígida de separación de poderes,
donde ningún poder debe intervenir en los otros, no se puede concentrar
el poder en más de uno de estos poderes, en una sola persona o corporación.
Lo que sucede sólo cuando así conviene, por ejemplo en el caso del Presidente,
puede concentrar o concentraba en su persona cuestiones legislativas,
cuestiones ejecutivas y cuestiones judiciales, característica del presidencialismo
mexicano en el que el Presidente tiene tantas funciones legislativas.
Primero, tiene derecho de iniciativa, segundo,
derecho de veto y dentro de esa parte él es quien manda promulgar y
publicar, en ese sentido y desde el punto de vista legislativo, él ya
invade bastantes aspectos, por otra parte tiene la facultad reglamentaria
la que se ha desvirtuado porque permite que él haga lo que quiere.
Por otra parte el Poder Judicial, que es
de todos sabido que antes de la reforma de 1994, quién designaba a los
jueces y a los ministros de la Corte era el presidente, con el proceso
de que el Senado los ratificaba, pero esa ratificación era por un Senado
que era del mismo partido que el Presidente.
Si algo ha faltado ha sido una verdadera
división de poderes, que hemos tenido algunos rasgos de separación de
poderes, pero mal entendidos en este esquema.
En la otra parte del esquema de división
de poderes vertical, es decir federación, o nivel federal, nivel estatal
y nivel municipal, en lo que hay que trabajar es en dejar muy claro
de cuáles son las competencias de cada quien.
Las controversias constitucionales, son
un mecanismo muy acertado para que cada ámbito de atribuciones sea respetado
y vigilado.
Algo que es clave o central, es el que
tengamos o separemos que los cargos de senador, diputado son limitados,
que duran en su encargo seis y tres años, si es presidente municipal
que dura en su encargo seis años, o gobernador o presidente, pero que
se sepa eso de antemano.
La idea de la reelección no es algo que
en un momento dado ataque la división de poderes, porque estaría el
plazo: es decir si un diputado dura en el encargo tres años y es reelecto
podrá ser reelecto por otros tres años pero también como parte del argumento,
no sería conveniente que los diputados se quedaran eternamente. Sería
una postura moderada de atenuarlo y limitarlo, al introducirle como
limitante un máximo de nueve años consecutivos o doce consecutivos,
es decir limitar la posibilidad de cuántos años podría estar en una
Cámara y que quizá tampoco se valga pasar de una a otra. Como en el
caso de los legisladores de representación proporcional que sin ser
electos por el pueblo, pasan de una cámara a otra y van y vienen, lo
que resulta más criticable ya que no bastaría con limitar a los que
resulten electos por mayoría sino también tener una precisión conforme
a qué hacer con los de representación proporcional.
Hay otra parte que se refiere a la cuestión
de la división social o la participación social, en donde se tendrían
que dar más espacios para que la ciudadanía participe, dar más posibilidad
de que los organismos no gubernamentales tengan voz en presentar demandas
es otra parte, de crear una división de poder en que no nada más sea
del poder de la sociedad política, sino también que haya una división
de poderes o de ejercicios de poderes a nivel de la sociedad civil.
No nada más en nivel de Ejecutivo, el Ejecutivo
Federal, sino en un nivel mucho más amplio; horizontal, vertical, temporal,
inclusive social, como esos órganos autónomos como la Comisión de Derechos
Humanos, el Instituto Federal Electoral, pues parte de esos órganos
autónomos, pues parte del argumento era que hubiera participación más
social, más ciudadana.
Las fuentes formales y las fuentes reales,
una fuente real quizá pudiera ser Carlos Slim en México, no es ningún
legislador, ni juez, como fuente formal no lo tiene, pero si tiene ese
acceso a los canales para acercarse a unos cuantos diputados o a unos
cuantos senadores o a los líderes de una fracción partidista, a los
líderes de otra, y explicarles las conveniencias de tales o cuales cosas
y convencerlos. Es decir no siendo una fuente real, lo único que tiene
que hacer es que una fuente formal lo pueda apoyar.
Ha habido fuentes reales ya en el pasado,
que podríamos pensar en ellas como fuentes históricas, a las que recurrimos
frecuentemente. Por ejemplo cuando recurrimos a la exposición de motivos
de tal ley, se dice tales o cuales cosas, en ese sentido la exposición
de motivos es una fuente histórica, aunque no siempre por que en las
exposiciones de motivos no siempre tiene claridad.
Ha habido de alguna forma algún tipo de
fuente real, algún hecho histórico, algún documento que en un momento
podemos rastrear ahí cuales son las causas reales, los intereses materiales
que dan lugar a una reforma, a una ley etc.
Para nuestros efectos nos interesan las
fuentes formales, no olvidando que atrás de esa fuente formal hay una
fuente real o en ciento esquema podemos encontrar una fuente histórica.
Tenemos básicamente tres grandes fuentes
y una cuarta como subsidiaria. La primera; en nuestro país hemos tenido
una tradición muy legalista, en el sentido de que tenemos el pensamiento
de referirnos a que "la ley soluciona los problemas, "hay
que crear leyes"
No es la aplicación, no es la implementación,
ni cambiando leyes con lo que se solucionan problemas, eso es un pensamiento
falaz, pero ese ha sido buena parte de nuestro razonamiento. Sin duda
hemos pecado demasiado en confiar en la ley y en ese sentido en el proceso
o procedimiento legislativo.
Una segunda fuente es a través del proceso
jurisdiccional o jurisprudencial, refiriéndonos a en las soluciones
judiciales y muy especialmente a la jurisprudencia.
La cuestión de las resoluciones judiciales,
las opiniones de las cortes, de los órganos jurisdiccionales sobre todo
la Suprema Corte, en cuanto tenemos una serie de lagunas, de contradicciones,
tiene que entrar a solucionar esas lagunas, esas contradicciones y en
un momento dado un pronunciamiento que haga la Corte o el Poder Judicial,
será vinculatorio para el resto del poder Judicial.
De alguna forma ya es una fuente del derecho
y queda vigente para todos los demás, todavía no queda en un nivel obligatorio
para los ciudadanos invocarlo, pero por lo menos, para las Cortes, para
así conocerlas, las jurisprudencias que sean aplicables.
Una tercera fuente de derecho sería lo
que podemos identificar como una especie de proceso consuetudinario,
lo conocemos como costumbre, usos y costumbres, la costumbre quizá es
por un lado, desde Roma, implicaba dos elementos, una inventerata constante,
práctica de uso costumbre, pero que sea reiterada o sea, que no haya
lugar a dudas, esa es la práctica constante, reiterada, inventerada,
y por el otro lado, no es cualquier uso o costumbre el que cuenta, sino
aquellos que tenemos una opinión de que son jurídicamente necesarios
"opinium juris, necesitatis" la opinión son jurídicamente
necesario y la inventerata consuetudo idea de una repetición reiterada.
Con relación a las costumbres, sin duda
alguna, sobre todo pensando en ese esquema de la materia indígena, que
es necesario tener que reconocer que no todo es la cultura occidental
en un país como México, donde tenemos una composición pluriétnica, hay
que tomar en cuenta forzosamente los usos y costumbre de esas comunidades
o pueblos indígenas, incorporándolos claramente.
En el esquema de las costumbres desde Roma
también, se manejan que puede haber costumbres secundum lege, es decir
que secundaban lo que decía la ley. La ley dice una cosa y la práctica
y lo que cree la gente coincide con lo que dice la ley.
Hay otras que las podemos caracterizar
como prate lege, es decir que va más allá de lo que dice la letra de
la ley, en una parte coinciden con ella pero la costumbre puede ir un
poco más adelante.
Debemos destacar que también puede haber
costumbres contra lege, donde entran buena parte de estos usos y costumbres
indígenas que pueden ir inclusive en contra de lo que dice la ley, por
supuesto aclarar muy bien conque criterios, que cuando la costumbre
indígena vaya en contra de lo que dice la ley deba prevalecer la costumbre
y uso indígena interior de esas comunidades.
Cuando la costumbre dice lo mismo que la
ley, es una afortunada coincidencia, cuando dice algo más de lo que
dice la ley, eso es la función que típicamente le hemos dado a la costumbre
donde la reconocemos. Pues si la ley no complementa lo que dice la ley
no nos afecta, va un poco más allá, precisa algunos aspectos.
Si los usos y costumbres van en contra
de lo que dice la ley, no siempre quiere decir que la ley esta bien,
no sólo para algunos grupos marginados, para grupos alternativos, sino
también inclusive cuando por ejemplo en el Artículo 130 constitucional,
cuya reforma fue en el 92, decía que todas las ceremonias para los efectos
tienen que realizarse al interior de los templos llamados para esos
efectos iglesias, y pasaba que todos los 12 de diciembre peregrinaban
de un lado a otro, entonces ahí, era una costumbre contraria a la ley,
y tan es así que en su momento se tiene que cambiar la constitución,
por que es contraria a lo que pasa todos los días.
Pero pueden haber costumbres contrarias
a las leyes, como en el caso de los linchamientos, que ya se ha vuelto
regla general, reiterada, inventerata, etc. Si les preguntamos a esos
grupos que linchan, ellos creen o ellos argumentarían que están actuando
de manera jurídica, tomando la justicia en sus manos, pero que ellos
podrían quizás hacer algún tipo de argumento de porque lo están haciendo
así.
En nuestro país la ley se encuentra en
un pedestal, y la jurisprudencia reducida a una función secundaria,
supletoria de la ley, de precisar algunos puntos y de alguna forma en
ciertos casos, cuando hay una laguna, si se le deja un poco más de apertura
a las jueces para que ellos colmen la laguna y entonces en un momento
creen derechos y una jurisprudencia etc.
En el caso del proceso consuetudinario,
si la jurisprudencia tiene un segundo lugar, los usos y costumbres tienen
el tercero y mucho más abajo, por ejemplo si no todos, si algunos de
los usos bancarios y mercantiles. Por otro lado, debería ponerse más
atención a los usos y costumbres de los pueblos indígenas.
En México se le da primacía al proceso
legislativos, en tanto en los casos de los países anglosajones, como
Inglaterra y Estados Unidos, se da una primacía al procesos jurisdiccional.
Es inconveniente tener una edición tan
rígida de la ley y de la jurisprudencia, tenemos que aprender a verlas
como complementarias, ya que en el proceso de aplicarlas no es una cuestión
tan mecánica, sino que entran a un proceso en el que los jueces tiene
forzosamente que interpretar, utilizando los diferentes métodos que
existen, el literal, el exegético, el sistemático etc., para que se
pueda pasar a la aplicación. Pero al interior de esos procesos, en algunos
casos nos encontraríamos, que no tenemos una norma exactamente aplicable
al caso, entonces tenemos la necesidad de proceder a crear una nueva
norma, este procedimiento es llamado el de integración. Es decir a partir
del derecho existente y de las normas previstas y los casos si previstos,
tenemos que integrar derecho o crear una norma aplicable para un caso
no previsto.
En términos generales la integración es
un proceso que parte de analogías, en las cuales podemos pensar o hablamos
de analogía legis, cuando tenemos una norma en una ley, lo que tenemos
que hacer es crear e integrar por analogías es la ley aplicable al caso
no provisto, pero inclusive queda un supuesto en el que no tuviéramos
nada de donde tomar los supuestos, y que tuviéramos que integrar, en
ese sentido la analogía no es con la ley sino que es con la analogía
juris, que se va al cuarto nivel y es el argumento de los principios
generales del derecho.
En algún momento dado si el juez no tiene
materia prima de cómo decidir y no encuentra analogías, en esos casos
extremos el juez tendrá que resolver y tendrá que proceder a integrar
y a actuar casi como si fuera un legislador, de todos modos no es que
él cree derecho de cero, sino que va a tener que hacer analogías conforme
a los principios generales del derecho y razonar cual es el razonamiento
a aplicar.
En buena parte del proceso del derecho,
tenemos dos procesos el de interpretación y el de integración, y quedan
de forma muy paralela, pero sobre todo lo que nos da la ideal que hay
que recurrir en algunos casos a los principios generales del derecho.
Considerar a la doctrina como fuente formal
de derecho es un error, lo que pasaba es que en Roma en alguna época,
la doctrina se consideraba fuente del derecho, pero porque el Rey o
el Monarca delegaba en ciertos juristas la facultad de hacer leyes,
no por que lo diga Burgoa es derecho, podría decirlo bien y convencernos,
pero no necesariamente porque lo diga él, es derecho. Es una buena opinión
doctrinaria, etc. Podría ser en ese sentido más bien una fuente real
más que una fuente formal.
Cuando hablamos a veces de principios generales
del derecho también nos referimos a la equidad, que serán una parte
de los principios generales del derecho. Debemos tratar igual a los
iguales, desigual a los desiguales y aplicar el derecho al caso y a
la persona concreta.
Frente a esos proceso de interpretación
e integración, también mencionaríamos el proceso de reforma a la Constitución,
que sería otro esquema, otro mecanismo, es muy parecido al procedimiento
legislativo, lo único que tiene es que conforme a un principio de reforma
dificultada de la constitución, tiene algunas notas extras. Concretamente
lo relativo a las dos terceras partes de los votos de diputados y senadores
presentes y la mayoría de las legislaturas de los estados.
Al interior del proceso legislativo, tenemos
diferentes fases, sobre todo la primaria, que inicia con el momento
en que se presenta la iniciativa.
La Constitución, en el artículo 71 señala,
quienes tiene derecho de iniciar leyes y nos dice básicamente que tiene
tres o hay tres posibilidades: Que se presente una iniciativa por el
Presidente de la República; los diputados y senadores al Congreso de
la Unión; y Legislaturas de los Estados.
Una primera nota, sería ¿ a quien más en
dado caso sería interesante que contemplaramos en este artículo? Quedaría
como cuarta fracción, al Poder Judicial, respecto a su Ley Orgánica
a través del Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
en cuya reforma sólo se les daría la posibilidad para cuestiones internas
de la propia Suprema Corte. Suena lógico si además consideramos que
son ellos los que todos los días tiene que ver con las leyes, pues ellos
seguramente sabrían dónde están fallando.
No necesariamente se tendría que limitar
esa facultad, lo que se quiere dejar ver es que relativo a su Ley Orgánica,
suena como para garantizar su independencia.
Los contra argumentos, es que sería una
barbaridad dejarles iniciativa a ellos por que la tenían los legisladores
y que sería, en un momento dado una invasión de esferas, el otro contra-argumento
es que en un momento dado si se les diera esa facultad, los jueces serían
como "juez y parte" porque ellos mismos hicieron la ley.
¿ Quién más faltaría de tener facultad
de iniciativa?, la iniciativa popular, de la que decíamos que quizá
habría que ponerse muy preciso que porcentaje, en que materias, etc.
Por supuesto que no podrán en materia de fortalecimiento del Poder Judicial
o de la Ley Orgánica, porque quedan fuera de su ámbito, pero habría
que pensar en qué materias podría haber iniciativas populares.
La Asamblea Legislativa, es una legislatura,
técnicamente no de un estado, el Distrito Federal no es un estado, pero
si es una parte integrante de la Federación, y como tal es igual a las
de las otras partes integrantes. Si tiene las funciones legislativas
y si es parte de la Federación, debe estar en igualdad que las otras.
En el caso de las reformas constitucionales nunca se le solicita su
aprobación. En el nivel de iniciativas si se le han admitido iniciativas,
la más reciente es la del Fortalecimiento del Distrito Federal, por
lo tanto si cuadra dentro del término Legislatura de los Estados para
el proceso de iniciativa, tiene también que cuadrar para el término
legislatura de los estados, para el proceso de aprobación de una reforma
a la Constitución.
Independientemente de los nombres que se
le dé, es una legislatura, es una asamblea legislativa, deliberativa,
acotada si quieren, pero es una asamblea a fin de cuentas, como parte
integrante de la Federación, tiene el mismo derecho para estar participando
en esos procesos.
Un segundo punto es la exposición de motivos,
de manera uniforme todas las iniciativas tiene que tener. El Reglamento
para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos
Mexicanos no nos dice si tiene que ser un párrafo o si tiene que ser
la mitad o más de la exposición de motivos y lo mínimo de la reforma.
Si se requiere de alguna forma que nos expliquen por qué la procedencia
de esa reforma, la conveniencia, la necesidad etc. Que es un poco esa
parte de invocar factores reales.
Los pasos subsecuentes del proceso legislativo
son la discusión, la aprobación, la sanción, la promulgación, la publicación
y la iniciación de vigencia o entrada en vigor.
El artículo 71 nos dice que todas las iniciativas
pasarán a Comisiones, y que las que presenten diputados o senadores,
se seguirán el reglamento de debates. El 72 nos precisa y aclara a que
hay dos cámaras un de origen y otra revisora y pueden ser indistintamente
con la salvedad de todo aquello que tenga que ver con empréstitos, contribuciones,
tropas que es materia que forzosamente tiene que pasar primero por la
Cámara de Diputados como Cámara de origen.
La Cámara de Diputados en principio supone
que representa al pueblo, en tanto que la de Senadores a las entidades
federativas.
En el proceso de discusión y aprobación,
lo que se hace es tener etapas sucesivas de discusión y aprobación,
primero en la cámara de origen y luego en una segunda cámara la de revisión.
Al interior de cada una de ellas, primero
tiene que discutirse y luego aprobarse, y así en la otra cámara. Al
interior de cada una de ellas primero pasa a comisiones, donde se discute
y se aprueba y después para al pleno donde se discute y se aprueba.
La sanción es hacer o no hacer las observaciones,
es el ejercicio o no del derecho de veto, y en si momento ordenar que
se publique la reforma, la promulgación es la orden de publicación,
y sería el acto de que aparezca publicada en el Diario Oficial de la
Federación, la vigencia es a partir de la fecha que indica el Diario,
que puede ser al día siguiente de su publicación o en una fecha determinada.
¿Quién hace las iniciativas en este país?.
Tradicionalmente era el Ejecutivo ahora podemos reconocer o admitir
que ya esta permeando e inclusive parecerán que son mas las presentadas
por el Legislativo.
La eficiencia terminal de las iniciativas
del Presidente era del 100%, la eficacia termina de las de los diputados
y senadores, están muy bajas 10%, de cada 10 iniciativas se aprueba
una o menos.
Cuando se distribuyen o se envían a las
comisiones, se mandan a dos o tres comisiones, la reglamentación da
cinco días para emitir el dictamen, eso es imposible, y es donde se
requiere hacer una reforma en ese sentido modificar el artículo que
lo reglamenta.
Lo otro es ver la posibilidad de no enviarlas
a tantas comisiones, porque hay veces que se mandan a cuatro o cinco
comisiones.
Otro punto modular, es el problema del
periodo de sesiones, sin duda alguna es necesario alargar los periodos
de sesiones, lo que es un problema no de técnica legislativa es mucho
más político.
Otro asunto sería lo del servicio civil
de carrera, es necesario profesionalizar a los legisladores y para ellos
la reelección, no sólo es profesionalización sino también implica una
mayor vinculación por que ellos se someterían a que la gente vote por
ellos después, quedando más ligados convenciendo con su trabajo diario.
Con relación a la reelección, parece criticable
pero junto con esta se debería reducir el número de diputados y senadores,
ampliando los recursos destinados a toda el área de apoyo parlamentario,
a gente que colabora en comisiones.
Curso de Técnica Legislativa
Sesión del 21 de mayo de 2002
(Clase 6/6)
Estamos comentando aspectos generales sobre
las reformas para fortalecer al Poder Legislativo. Algo de lo primero
que salió fue la cuestión de los periodos de sesiones, y concretamente
en la propuesta del PAN veíamos que era ampliar ambos periodos a tres
meses y medio el periodo que empieza cuando no entra el Presidente en
funciones, de septiembre al 15 de diciembre, y a 4 meses, de septiembre
al 31 de diciembre, en el año que entra en funciones.
El primer periodo no podrá prolongarse
sino hasta el 15 de diciembre del mismo año, excepto cuando el Presidente
de la República inicie su encargo en la fecha prevista por el artículo
83, en cuyo caso las sesiones podrán extenderse hasta el 31 de diciembre
de ese mismo año, básicamente cuatro meses.
El segundo periodo dice la Exposición
de Motivos- debía ser también de cuatro meses, aunque en la Gaceta
Parlamentaria dice 30 de mayo, dejándolo otra vez en tres meses;
debería haber dicho 30 de junio. A mí me impactó que la Exposición de
Motivos dice una cosa distinta de la Gaceta, aunque yo sé que
pudo haber un problema a la hora de imprimir ésta, pero también pude
ser que desde la propia iniciativa haya venido mal hecho el proyecto.
Pero entonces esa parte de cuatro meses de receso, en los que además
queda la posibilidad de convocar a periodo de sesiones extraordinarias.
Ese modelo de ampliar un poco más los periodos
no me parece tan malo, pero quizás si fuera de cinco y cinco, y dejar
los dos de verano en medio. Lo del periodo de sesiones se relaciona
con el trabajo en comisiones. ¿Cómo afectan aquéllos a éstos? Mi preocupación
es que me da la impresión de que el trabajo en comisiones queda ligado
al periodo. Habría que pensarle si tendríamos que desligarlo, porque
éste sí puede empezar al primer día de las sesiones, pero tiene que
acabar diez días antes del último día para las votaciones, por decir
algo.
Tendríamos que revisar bien cuáles serían
sus funciones, y si tiene que estar tan circunscrito por la cuestión
del periodo de sesiones. Yo sé que aquí me van a decir que no los haga
trabajar los otros meses, porque con los que tuvieron que trabajar fue
suficiente.
Aunque está planteada la obligación de
seguir teniendo reuniones cuando menos una vez al mes, mi duda es si
con eso basta, y también la parte que hemos visto, de que es tan dispar
el trabajo entre las propias comisiones. Por ejemplo, eso de fortalecer
al Poder Legislativo me parece que no debe depender del periodo de sesiones,
sino que debería estar instalada permanentemente. ¿Qué periodo tenemos
para revisar algo que es bastante trascendente? El trabajo de comisiones
se mueve más independientemente de lo que yo pensaba, pero habrá que
ver si se trabaja un poco más en eso.
Quería "soltar" algunas ideas
de la iniciativa para que lo fuéramos pensando, tenemos al rato que
aprobarlas, que discutirlas.
Creo que quedó muy claro quiénes tienen
derecho a iniciativa, artículo 71 de la Constitución: el Presidente
de la República, los diputados y los senadores al Congreso de la Unión,
y las legislaturas de los estados.
Básicamente hacíamos el ejercicio de presentar
iniciativas, y cada quien tendría en su momento que decir en su calidad
de qué lo hace: Presidente de la República, Diputado, Senador no
hay diferencia entre un diputado de representación proporcional y uno
de mayoría, eso no es problema-.
La cuestión de las legislaturas de los
estados: yo pertenezco o vengo en nombre de la legislatura del estado
tal, y presento tal iniciativa. Para los efectos del 71, al menos en
ese sentido sí se le contempló como una legislatura estatal, la parte
de la presentación de iniciativas está muy clara en cuanto a quiénes
tienen derecho, y simplemente con fundamento en el artículo 71 presento
mi iniciativa y ya.
En las iniciativas hemos encontrado que
siguen siendo muy dispares: todas traen un paquete muy uniforme y han
agarrado una forma en que la exposición de motivos es muy amplia, y
la reforma a veces muy concreta. Pero sí se ha vuelto la regla general
una exposición de motivos muy desarrollada, que especifica varios puntos,
al grado de que, por ejemplo ahora lo mencionaba- esta exposición
de motivos hablaba de tres meses y medio, cuatro meses, y a la hora
de pasar a la ley, a su proyecto de iniciativa, ya no los contemplan,
ya no están expresos.
¿Qué deberíamos hacer? Imagino que alguien
en una sesión dirá que se les brincó la exposición de motivos contra
el proyecto y que se tiene que adecuar. 30 de junio. Quisiera que vieran
cómo ése es un problema de técnica legislativa. No podemos decir algo
en la exposición de motivos y algo diferente en el proyecto de iniciativa.
Este caso no fue el único, también tenían
el problema de cuando dicen muy claramente en la Exposición de Motivos
que la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos se tienen que presentar
a más tardar en noviembre, y quieren bajarlo al 15 de octubre, pero
a la hora de ponerlo en el proyecto de ley otra vez dice noviembre.
¿Por qué no podemos ser congruentes con nuestra exposición de motivos
y el proyecto de iniciativa?
Quisiera destacar la importancia que se
le ha dado a la exposición de motivos, aunque en el fondo lo que se
va a discutir es el proyecto. En la exposición de motivos podemos decir
muchísimas cosas, que pueden ser muy inconsistentes con lo que estamos
haciendo en la iniciativa.
¿Se acuerdan cuando hablaba yo de las fuentes
formales del Derecho? El procedimiento legislativo es una fuente formal;
lo que digan los legisladores, eso será, y a la hora de recurrir a las
fuentes materiales, podemos recurrir a la exposición de motivos, pero
tenemos que ahí no siempre tendremos una voluntad, una expresión clara
de cuál era el sentir, de en qué sentido se querían pronunciar.
A mí me entra la duda de si quiere o no
el PAN hacer estas reformas; quiero creer que sí, que "se les barrió"
y que fue un problema de técnica legislativa, aunque algunos dirán "plan
con maña".
Varias cosas llamaron mi atención de la
Exposición de Motivos: el PAN se pronuncia por un sistema presidencial,
de equilibrio de poderes, federalista, municipalista, democrático y
constitucional. Yo me hubiera quedado con que dijera sistema democrático
y constitucional, porque tenemos el problema de un sistema presidencial,
de equilibrio de poderes, federalista, municipalista, etc., eso es una
nota.
Justifica o explica un poco de mi interés
por, primero, hablar de democracia, y luego de Constitución. Creo que
sin duda alguna en nuestro país hace falta no sólo esa parte de consolidar
la democracia, las instituciones democráticas y la cultura democrática,
sino hacerlo a través de un sistema constitucional real, y no lo que
hemos tenido.
Vamos a seguir en general con los rubros
y posteriormente regresamos al procedimiento. Dicen ellos: "reelección
inmediata de legisladores", argumentos con los que desde su punto
de vista se profesionalizará a los legisladores. Yo soy un poco de esa
idea, y de alguna forma son muy consistentes; no nada más es profesionalizar
a ellos, sino también a la gente que colabora con ellos.
La cuestión del Servicio Civil de Carrera
dice: "Servicio Legislativo de Carrera para la Profesionalización
de los Empleados". Una ventaja colateral que le veo a la reelección
inmediata de los legisladores es que el legislador no está buscando
los favores del Partido. Si yo ahora, México, D.F., a 2002, soy Diputado,
no estoy buscando los favores del electorado, sino los de mi Partido,
para que en el 2003 me manden de Diputado Local, o me reincorporen a
la Administración Pública, o para que me manden como candidato a Gobernador
de mi Estado.
Decía yo que de alguna forma le veo esa
ventaja colateral a la reelección inmediata de legisladores, en el sentido
de que la decisión final deja de ser partidaria o que nada más se decida
al interior de los partidos, sino que el futuro de cada quien estoy
pensando concretamente en los legisladores- no dependa de los favores
del Partido, sino de los del electorado.
De alguna forma ya algunas de estas decisiones
equivocadas de partidos, denominadas candidatos para gobernadores de
Estado, y que alguien más se va por la vía libre y agarra el apoyo de
otro Partido y les gana la contienda, ya deja entrever que los partidos
van a tener que ser muy cuidadosos en eso; pero aun así subsiste la
posibilidad de que alguien se quiera "trepar" en el Partido,
en la cúpula.
Otra vez no estamos viviendo en una democracia
o en un sistema de méritos, en una "meritocracia", sino en
una "partidocracia" donde lo que cuenta es estar bien con
la cúpula del Partido.
Esa parte de alguna forma me da la idea
de que hay una mayor ciudadanización: otra vez le devolvemos algún poder
a los ciudadanos, al menos el poder efectivo de decir quiénes van a
ser sus legisladores, y eso garantiza o promueve una mayor independencia
de los representantes en relación con los partidos políticos, al quedar
más vinculados a los electores.
Las exposiciones de motivos algunas veces
pueden ser muy aburridas, pero en ocasiones se vuelven interesantes.
Muchas se van por una serie de aclaraciones: "cuando decimos esto
no queremos decir esto otro" El ejemplo típico: la reforma en cuestión
de materia indígena decía: "no queremos construir fuero especial
indígena; no queremos que se entienda que va a haber un territorio al
interior del territorio nacional; no queremos
" una serie
de aclaraciones.
Ahí habría que ver que queda abierta la
posibilidad, por lo menos para los presidentes municipales. Yo tengo
la impresión de que no sería mala idea, a ese nivel y con alguna limitante,
como en el mismo caso de reelección de legisladores, de hasta un máximo
de tantos periodos, precisamente por todas esas sospechas de caciquismo
que luego nos brincan.
Creo que ese era el punto, cuando alguien
diga que va a sacar la reelección del Ejecutivo, ya que los legisladores
hicieron la reelección de legislativos. Alguien ya prevé; puede uno
regresar a la exposición de motivos y decir: "en ningún momento
quisiéramos abrir la puerta para que se hable de ese tema, que será
un tabú o una cuestión de nuestra historia, que la revolución mexicana
se inició precisamente contra eso, que es más o menos lo que dicen aquí.
Ya será cuestión de entrarle a otro nivel de argumentos.
¿Qué dice nuestra Constitución en lo tocante
a la reelección? Únicamente que no podrán ser reelectos para el periodo
inmediato. Reelección, en principio, sí hay, lo que sucede es que hay
una limitante que dice que no sea mediata; aquí el punto es abrirla
a una reelección inmediata, si lo hacemos, habría la posibilidad de
hacerla limitada o ilimitada, como de alguna forma está mediata. Como
está ahorita es ilimitada: ¿cuántas veces puede ser uno Diputado o Senador?
Las que sean.
Las posibilidades. En este caso concretamente
estamos hablando de reelección inmediata, y además la propuesta es limitada
a que los diputados puedan ser reelectos por tres periodos consecutivos
más y los senadores nada más por uno; en ambos caso el total suma 12
años.
Tenemos un problema que no resuelve la
iniciativa, y que me parece todavía más grave. De nada sirve que hagamos
esto, si no atacamos el otro aspecto. Hay muchos legisladores que son
reelectos de manera inmediata; no son reelectos para la misma cámara
ni para el mismo nivel, sino que pasan de una cámara a la otra, o de
un congreso federal a uno local.
Estamos hablando de la reelección de manera
expresa y de una reelección tácita; me parece que ese punto también
habría que cuidarlo, y la cuestión hablaba de reelección inmediata para
el periodo. No aclaraba que si uno es Diputado o Senador, no puede brincar
al otro, y dijeron "como no soy de una o de otra, no tengo problema
y puedo repetir al siguiente periodo.
Pero imaginemos en este caso la forma de
darle la vuelta a la reelección inmediata y limitada: sería de dos periodos
en una cámara y dos en la otra, uno, dos, y seguimos. Así se desvirtúa
la propuesta de que al final de cuentas en algún lado aparece en la
exposición de motivos que se fortalezca el crear cuadros y relevos.
Por supuesto que hace falta ponerle una
nota que indique que no se podrá pasar de una a otra y, en dado caso,
se seguirán y no podrán ser legisladores de manera consecutiva por más
de 18 años, por decir algo.
Ahí hay un problema, porque necesitamos
tomar en consideración este fenómeno; vamos a estarle dando vueltas
brincando del otro lado. Uno de los propósitos del objetivo era que
hubiera un mayor movimiento de legisladores, pues se está desvirtuando,
si no tenemos el cuidado debido para meterlo ahí.
Un segundo problema es que la iniciativa
más o menos toma en cuenta lo de los suplentes, pero luego lo deja medio
vago. Les leo cómo lo pone:
"Los senadores propietarios o los
suplentes que hubieran estado en ejercicio podrán ser reelectos por
un periodo consecutivo. Los diputados propietarios o los suplentes que
hubieran estado en ejercicio podrán ser reelectos hasta en tres periodos
consecutivos".
Pero ahí bien podríamos hacer una misma
oración general y en una segunda meterle que los primeros por un periodo
más, y los segundos por tres. Luego dice: "Los senadores y diputados
propietarios que hayan sido electos en los términos del párrafo anterior
no podrán ser electos para el periodo inmediato con el carácter de suplentes".
Yo no veo ningún inconveniente en que en
un primer periodo alguien sea Diputado Propietario y para un segundo,
Suplente. Entra en funciones, cuenta dentro de ellas; al siguiente lo
pueden seguir nombrando suplente, pero se siguen contabilizando sus
años de servicio.
Queriendo evitar que en un momento dado
alguien, después de sus 12 años, sea suplente y vuelva a correr, porque
sólo haría falta que el propietario declinara. Con la otra aclaración
ya no sería necesario hacer eso.
Por querer redundar esa disposición para
que no pudieran volverse a meter, están dejando a los que pueden haber
empezado como propietarios, que en un momento dado vayan como suplentes,
siempre y cuando no excedan del juego este de tres periodos. Están siendo
reelectos, ya sea como propietarios o como suplentes, hasta en un máximo
de tres periodos, entren o no en funciones.
Yo entiendo que si uno va en una fórmula
de propietario y de suplente, a uno lo están reeligiendo, aunque sea
suplente. La previsión ya está en el primer párrafo. En lo personal,
el segundo párrafo me sale sobrando, aunque entiendo que querían evitar
ese tipo de estratagemas, artificios para meter a alguien cuando ya
no tiene derecho; pero de todos modos está dejando abierta la posibilidad
de brincar de una Cámara a la otra, lo cual me parece todavía más grave.
Un segundo nivel en el que también se debería
trabajar, y que no lo dice la iniciativa, es: ¿qué vamos a hacer con
los de representación proporcional? Porque vamos a pensar que ésos cuentan
como reelectos. Si cada seis años o cada tres cuando los ciudadanos
fueran a las urnas y volvieran a votar, volvieran a aparecer una vez
y otra.
¿Los plurinominales pueden ser electos
o no? Debemos entender que en el caso de los de representación proporcional
no son reelectos, y en ese sentido no se les aplica esta regla, o bien,
sí son reelectos, aunque no por vía directa, sino indirecta, a través
de las listas y de la votación; sí entran en un proceso de reelección
en donde el Partido tiene que ganar tales votos para que alguien siga
reelecto. Entonces de alguna forma podríamos alegar que se le puede
aplicar esta misma regla de tres periodos a diputados, y de un periodo
a senadores; o sea, doce años, en cualquiera de las dos. Pero aun así
yo insistiría en el problema de que a los de representación proporcional
todavía los tenemos que amarrar más.
Hay gente que tiene, en representación
proporcional, doce años garantizados en servicios, sin haber pasado
nunca por un voto directo. Me parece que deberían tener su propio apartado
que dijera: "en el caso de los de representación proporcional podrán
ser reelectos a través del principio de mayoría", y de todos modos
computan para los efectos del artículo 59 en este caso, de que nada
más por tres periodos consecutivos, etcétera.
Como ésos son los consentidos del Partido,
así los dejamos, ya después vemos qué hacemos con ellos. Nuestro sistema
todavía es más bien "partidocracia", y eso es preocupante.
Tenemos que precisar esa regla: si la aplican
o no a los de representación proporcional, y en qué medida les afecta,
o en su caso, a los propietarios y a los suplentes. Aún nos falta mucho
por trabajar.
"El Congreso expedirá la ley que regulará
su estructura y funcionamiento internos" y luego viene toda una
frase: "Así como las bases para la formación y actualización de
funcionarios, así como para el funcionamiento del servicio de carrera
legislativa, la cual se regirá por los principios de legalidad, honradez,
lealtad, imparcialidad y eficiencia en el desempeño de sus funciones".
¿Tiene que constar esto en la Constitución? Yo creo que no.
Quería señalarlo como un problema de técnica
legislativa, de dónde nos están fallando las cosas. Otra falla ya
la había mencionado- es que en la Exposición de Motivos cambian las
fechas. Viene otro rubro de mayor control, de mayor fiscalización, de
crear comisiones de investigación, etc. Habría que profundizarlas un
poco más.
Luego, manejan en el 116 una interesante:
"Los diputados propietarios a las legislaturas de los estados o
los suplentes que hubieren entrado en ejercicios, podrán ser reelectos
para el periodo inmediato en los términos que señalan las constituciones
de los estados".
A mí me gusta una parte de la idea: que
los estados se pronuncien y que lo dejáramos a ellos; pero ya les están
imponiendo la parte de reelección inmediata, sin saber si quieren o
no; habría que preguntarles primero. Me preocuparía que de todos modos
habría que fijar ciertos principios o decir: "con base en los mismos
principios que se aplican para los legisladores federales" sin
cerrar, que a fuerza tienen que aplicar, entrarle a la reelección inmediata.
Sobre todo me preocupa que si a nivel federal optamos por un nivel limitado,
no creo que a nivel local, aunque las legislaturas de los estados lo
dijeran, otra vez por el temor a los caciques se aceptara la reelección
indefinida.
El acierto es que se tiene que hacer algo
que les competa precisar a los estados, que ellos decidan si quieren
o no y no treparlos desde el centro, por un lado, pero por el otro,
si se trepan a este carro de la reelección inmediata de legisladores,
tienen que adoptar algún principio limitado, alguna nota.
Para cerrar con la Exposición de Motivos,
deseo destacar dos cosas: una es cómo a la hora de hacer iniciativas
recurrimos al Derecho Histórico, y concretamente en el caso de la reelección
de legisladores tenemos dos referencias históricas: 1) la Constitución
de 1917, que disponía que se pudiera dar la reelección inmediata de
legisladores, y claramente la no reelección del Ejecutiva; pero fue
objeto de una reforma en la que el PRI decidió que para consolidar o
institucionalizar el poder no convenía tener la reelección, porque se
iban a eternizar los mismos diputados y mejor tenerlo limitado, para
tener que repartir el botín cada tres años. 2) 1964, cuando Lombardo
Toledano, en el Partido Popular Socialista presenta una iniciativa para
que se reintroduzca la reelección inmediata, la cual pasa en la Cámara
de Diputados, pero en la de Senadores se queda atorada. Tomen en cuenta
que era el periodo en que se habían introducido los diputados de partido
en la Cámara de Diputados; se discutió, se aprobó y llegó a la de Senadores,
donde no había diputados de minoría, y se quedó estancada.
El otro nivel que me interesaba es la parte
del Derecho Comparado. ¿De dónde sacamos la materia prima de nuestras
exposiciones de motivos? Buena parte de lo que dicen en otros países,
y aquí concretamente lo utilizan para el asunto de la ampliación del
segundo periodo de sesiones ordinarias, diciendo que en Alemania hay
una asamblea permanente que se reúne y que cierra sesiones cuando lo
estima pertinente, y que en Inglaterra el Parlamento sesiona casi durante
todo el año. En otros países, como Francia, Italia y España se inclinan
por establecer dos periodos de sesiones, fijando en caso las fechas
de inicio y cierre de los mismos.
Lo interesante es ¿por qué siempre buscamos
a Alemania, Inglaterra, Francia, Italia todavía a España, lo entiendo
un poco más-? Quizás debemos compararnos con los que son más parecidos
a nosotros: los países de América Latina, porque ¿se aplicará acá lo
que ocurre en Zimbabwe? El ejemplo que decíamos de la Comisión de Derechos
Humanos: como el ombudsman de Suecia; hay que tener esas figuras,
pero que haga las funciones más o menos parecidas, y no estar persiguiendo
lo del 68.
Quiero anotar que algunos compañeros, para
un puntito de cinco líneas abusan mucho de la exposición de motivos,
lo cual a veces ocasiona contradicciones. Al final, se tienen 10 cuartillas
de exposición de motivos y un cuarto de cuartilla del punto. Habrá que
buscar un punto intermedio.
Regresamos al proceso legislativo, y nos
olvidamos de la exposición de motivos. Llega una iniciativa, y en su
interior vemos una exposición de motivos; tenemos que alguien la presenta
ya habíamos referido quiénes podrían presentar-, y quizás en un
momento dado deberíamos contemplar a alguien más del derecho de iniciativa
de leyes. Me parece que por un lado el tema sería iniciativa popular,
la del Poder Judicial o aquellos órganos autónomos para darse sus propias
leyes orgánicas, que me parecen muy legítimas; me cuesta trabajo pensar
en que le diéramos una iniciativa de ley al Poder Judicial, porque sería
muy difícil que él echara abajo o declarara inconstitucional algo que
este Poder hizo; podrían hacerlo, pero suena contradictorio.
En su artículo 73 nuestra Constitución
prevé: "Todo proyecto de ley o decreto cuya resolución no sea exclusiva
de alguna de las cámaras se discutirá sucesivamente en ambas, observándose
el Reglamento de Debates sobre la forma, intervalos y modo de proceder
en las discusiones y votaciones".
Entonces, si bien tenemos primero una presentación
de iniciativa, ya vimos que de todas las hojas, bastantes van a ser
de exposición d emotivos, ya la minoría va a ser la iniciativa en sí,
tenemos que la Constitución en ese primer párrafo del artículo 72 nos
dice que se tendrá que discutir sucesivamente en las dos cámaras. Aquí
ya entra la teoría: a la primera le llamamos cámara de origen u originaria,
y a la segunda, cámara de revisión o revisora.
Fracción A. Aprobado un proyecto en la
cámara de su origen pasará para su discusión a la otra, si ésta la aprobare
se remitirá al Ejecutivo, quien si no tuviera observaciones que hacer
lo publicará inmediatamente.
Ésa es la ruta fácil, presentamos la iniciativa,
pasa a la cámara de origen, se aprueba, entiendo yo que en 50% más uno,
pasa a la cámara revisora, si se aprueba pasa al Presidente de la República,
quien si no tuviera observaciones que hacer lo mandará a promulgar,
es decir, que se publique en el Diario Oficial para que de ahí entre
en vigor o inicie su vigencia. Ésa es la ruta fácil, la prevista por
esta fracción.
Nos faltaría aclarar que al interior de
las cámaras de origen y revisora se discute primero en comisiones y
después en el Pleno, pero eso atañe más a la organización interna de
las cámaras y a cómo están funcionando entre ellas.
Más adelante una fracción nos dice que
puede ser indistintamente cuál es la cámara de origen y cuál la revisora,
con la excepción de la Ley de Egresos, del Presupuesto, de los Empréstitos
y del Reclutamiento de Tropas. Ésa sería la fórmula simple, la de la
fracción A.
Fracción B. Se reputará aprobado por el
Poder Ejecutivo todo proyecto no devuelto con observaciones a la cámara
de su origen dentro de 10 días útiles, a no ser que corriendo este término
hubiere el Congreso cerrado o suspendido sus sesiones, en cuyo caso
la devolución deberá hacerse el primer día útil en que el Congreso esté
reunido.
Aquí se abre una segunda posibilidad: en
el momento en que el Presidente tiene que hacer sus observaciones, si
ejerce su derecho de veto se regresa a la cámara de origen.
Tiene una limitante interesante: 10 días
hábiles para hacerlo; si no lo hiciere, se entiende que la ley ya está
aprobada, aunque él no la mande publicar. Al menos esa posibilidad que
teóricamente se maneja de un veto de bolsillo, no existe, porque la
propia ley lo prevé, si no lo ejerce en 10 días y no la manda publicar,
su derecho de veto entra en vigor, entonces no existe en principio la
posibilidad de veto de bolsillo en el caso mexicano.
En Estados Unidos les falta esa regla de
los 10 días y por eso dicen que se le puede meter al bolsillo la iniciativa
y se manda el veto, en lugar de ejercerla de manera expresa y mandarla
a la cámara de origen.
El único problema que se presenta interesante
es qué hacemos con eso de que si está cerrado o suspendido el Congreso,
entonces dice "al día útil siguiente". La pregunta sería,
si era por una cámara de origen, no está sesionando la cámara, pero
sí la Comisión Permanente, hasta que se vuelvan a instalar las sesiones,
se entrega. Yo soy más bien de la opinión de que debería existir la
posibilidad de entregársela a la Comisión Permanente, porque si no tenemos
el problema de la falta de certidumbre.
Pueden pasar cuatro meses y no sabemos
si el Presidente va a ejercer o no: "como no estás reunida, todavía
estoy pensando si lo ejerzo o no". Creo que deberíamos ser más
precisos y decir si será devuelto al Congreso, ya sea a la cámara de
origen o en su defecto a la Comisión Permanente. Ahí habría una pequeña
precisión.
C. El proyecto de ley o decreto desechado
en todo o en parte por el Ejecutivo será devuelto con sus observaciones
a la cámara de su origen; deberá ser discutido de nuevo por ésta,
y si fuese confirmado por las dos terceras partes del número total
de votos, pasará otra vez a la cámara revisora; si por ésta fuese
sancionado por la misma mayoría, el proyecto será ley o decreto
y volverá al Ejecutivo para su promulgación.
Nótese aquí, siguiendo el supuesto de que
el Ejecutivo hubiera ejercido el derecho de veto, y formulado observaciones,
lo regresa a la cámara de origen; al interior se requieren dos terceras
partes para que vuelva a pasar en un momento dado a la cámara de revisión,
y si esto también la aprueba por dos terceras partes dice la Constitución-
pasa directamente para que el Presidente la promulgue, ya no le dan
la posibilidad de formular observaciones; ahí me parece muy claro que
le está brincando su derecho de veto, porque le está diciendo que la
está pasando por dos terceras partes de ambas cámaras, matando su derecho
de veto.
Dice aquí mismo: "las dotaciones de
ley o decreto serán nominadas", pero eso pudo haber estado en cualquier
fracción.
D. Si algún proyecto de ley o decreto
fuese desechado en su totalidad por la cámara de revisión, volverá
a la de su origen con las observaciones que aquélla le hubiera hecho.
Si examinado de nuevo fuese aprobado por la mayoría absoluta de
los miembros presentes, volverá a la Cámara que lo desecho, la cual
lo tomará otra vez en consideración, y si lo aprobare por la misma
mayoría, pasará al Ejecutivo para los efectos de la fracción A,
pero si lo reprobase no podrá volver a presentarse en el mismo periodo
de sesiones.
Nótese que dice "la misma mayoría"
y "mayoría absoluta", pero no precisa cuál mayoría absoluta,
si 50% más uno, o si dos terceras partes.
Todas las votaciones en un Congreso son
de mayorías absolutas. En el nivel de aprobación o no de una ley o de
una reforma, lo que sea, no hay más que dos opciones, entonces forzosamente
para ser aprobado tiene que ganar una con 50% más uno.
Cabe la remota posibilidad de que hubiera
un empate de 50 a 50, entonces tendríamos que buscar una forma de desempatarlos,
pero todas sería mayoría absoluta, de los presentes, aquí me parece
que está mal decir "mayoría absoluta", entiendo que querían
decir "dos terceras partes", pero no lo dicen.
Lo habíamos tocado el otro día, "mayoría",
yo entiendo que hay dos mayorías: la absoluta, que es forzosamente 50%
más uno, y la relativa, que es cualquier porcentaje, el que gane, gana.
Al interior de la absoluta hay dos notas,
una es que el 50% más uno la podemos llamar como simple, y podemos aplicar
alguna calificada o compleja en donde requiramos dos terceras partes,
70%, equis porcentaje. De alguna forma ese mismo criterio de simple
y calificada lo podemos utilizar en la mayoría relativa siempre, y una
calificación de que le digamos, pero para que valga tu mayoría relativa
tienes que haber alcanzado al menos el 40%. Creo que esta parte de votación
de mayoría absoluta relativa cuenta es lo que cuenta.
Concretamente, en supuestos de si fuera
la cámara de revisión la que lo rechazara por completo, lo devuelve
a la de origen, la cual si por una mayoría absoluta lo vuelve a pasar,
la revisora tendría la obligación de revisarlo y si lo aprueba otra
vez por mayoría absoluta, lo pasa al procedimiento normal, si no, se
rechazará y no procede. No se puede presentar en el mismo periodo de
sesiones.
Aquí otra vez el problema es mayoría absoluta
y mayoría, cuando lo que querían decir era una mayoría de dos terceras
partes; para que podamos entender que vuelve a pasar, necesitamos una
calificación de dos terceras partes, y no nada más de una mayoría absoluta,
sin precisarla, y que la cámara de revisión también la aprobara por
esas dos terceras partes para que ya pasara al Ejecutivo; ésa es otra
falla de técnica legislativa, nuestra fracción D.
E. Si un proyecto de ley o decreto
fuese desechado en parte o modificado o adicionado por la cámara
revisora, la nueva discusión de la cámara de su origen versará únicamente
sobre lo desechado o sobre las reformas o adiciones sin poder alterarse
de manera alguna los artículos aprobados.
Si las adiciones o reformas hechas
por la cámara revisora fuesen aprobadas por la mayoría absoluta
de los votos presentes en la cámara de su origen, se pasará todo
el proyecto al Ejecutivo para los efectos de la fracción A.
El supuesto D era en caso de que se rechazara
toda, pero si fuera parcial, sólo hubiera modificaciones o notas, se
puede pasar a la cámara de origen y ésta llas toma en cuenta y las aprueba
como las mandó la de revisora, las regresa o las pasa directamente al
Presidente.
Si las adiciones o reforma hechas por la
cámara revisora fuesen reprobada por la mayoría de votos en la cámara
de su origen, volverán a aquélla para que tome en consideración las
razones de ésta, y si por mayoría absoluta de votos presentes se desechara
en ésta una revisión, dichas adiciones o reformas, el proyecto en lo
que haya sido aprobado por ambas cámaras se pasará al Ejecutivo para
los efectos de la fracción A.
Si no hay total acuerdo, pasa a revisora,
y lo que estén de acuerdo lo pasan y lo que no, en un momento dado se
desecha y queda para la siguiente.
Si la cámara revisora insistiere por la
mayoría absoluta de votos presentes, todo el proyecto no volverá a presentarse
si no, hasta el siguiente periodo de sesiones, a no ser que ambas cámaras
acuerden por la mayoría absoluta de sus miembros presentes, que se expida
la ley o decreto sólo con los artículos aprobado que se reserven los
adicionados o reformados para su examen y votación en las sesiones siguientes.
La redacción y la fracción suena más complejo
de lo que en realidad es. Decíamos que la fracción E, mientras la D
es en caso de reprobarlo totalmente, la mandan y regresa para que diga
si está de acuerdo con las observaciones; si por dos terceras partes
lo regresa, tú tienes para poderlo aprobar, pasarlo por dos terceras
partes. Si no, se presenta al siguiente periodo de sesiones.
El supuesto E, que contiene varios al interior,
parte de que pueda haber un acuerdo en una parte y en un momento dado
le formula sus observaciones; si la cámara de origen dice que está de
acuerdo con todas ellas, ya directamente nos vamos al Presidente, sin
tener que regresar a la revisora. Con las que esté de acuerdo o no,
sólo la cámara revisora podrá revisar los puntos de desacuerdo, y si
ya se ponen en un acuerdo lo podrán pasar al Ejecutivo, si no, otra
vez se pasará al siguiente periodo de sesiones, o si se ponen de acuerdo
por mayoría, le pueden dar otra vez entrada o publicarla con lo que
están de acuerdo, y desechar con lo que no.
Ésas son las hipótesis de nuestro procedimiento,
pero básicamente el punto donde se puede atorar una iniciativa es en
ejercicio de veto, en que ni la cámara revisora ni la de origen lo aprueben.
Lo del veto de bolsillo ya vimos que no
cuenta. Si el Presidente no ejerce su derecho de veto en diez días,
ya entra en vigor la reforma; si no, hay que precisar más algunos aspectos
del procedimiento para que sea mucho más claro, pero ése es otro punto.
Voy a dejar las fracciones F y J para el
final; sigo con la G: "G. Todo proyecto de ley o decreto que fuese
desechado en la cámara de su origen no podrá volver a presentarse en
las sesiones del año", y peor aún si se desecha en el primer periodo
de sesiones, no se puede presentar ni en el segundo. Aquí de plano no
se puede sino hasta el siguiente año.
H. La formación de las leyes o decretos
puede comenzar indistintamente en cualquiera de las dos cámaras, con
excepción de los proyectos que versaren sobre empréstitos, contribuciones
o impuestos, o sobre reclutamiento de tropas, todos los cuales deberán
discutirse primero en la Cámara de Diputados (
) cámara de origen
y cámara de revisión, cualquiera de las dos, salvo en estos casos en
los que será forzosamente la cámara de origen la de diputados. Empréstitos,
contribuciones o impuestos y reclutamiento de tropas.
I. Las iniciativas de ley y su decreto
se discutirán preferentemente en la cámara en que se presenten, a menos
que transcurra un mes desde que se pasen a la comisión dictaminadora
sin que ésta rinda dictamen, pues en tal caso, el mismo proyecto de
ley o decreto puede presentarse y discutirse en la otra cámara.
Aquí tenemos también un problema de práctica
curiosa: ¿qué pasa si se presentó una iniciativa en Senadores y una
en Diputados? Suena muy ordenado; como llegó a la de Diputados, empieza
a discutirse ahí, ya después, si no se discutió en un mes, la empieza
a discutir Senadores. Eso suena muy fácil, pero tenemos todavía los
problemas de qué pasa cuando tenemos varias iniciativas. Entiendo yo
que todas se acumula, ¿pero qué tenemos si se presentan unas en Diputados
y unas en Senadores? Yo entiendo que el esquema tradicional es, recurriendo
a los principios del Derecho, primero en tiempo, primero en Derecho.
Yo, Cámara de Diputados, fui la primera a la que se me presentó la iniciativa,
yo voy a abstraer o a acumular todas las iniciativas, y ya luego te
hago llegar mi dictamen una vez aprobado, o en última instancia, quizá
no necesariamente tengamos que optar por ese mecanismo, por que se discutan
en ambas cámaras. Ahí el problema es a la hora de que llegue una que
apruebe primero, entonces ¿la otra se va al bote de la basura o qué
va a pasar con la segunda?
Los excesos son "el pan nuestro de
cada día" Creo que es un problema que de alguna forma con mejores
leyes, inclusive la propia Constitución se podría ser mucho más preciso.
Eso se presta para abusos o por lo menos para mencionar que hay al menos
dos grandes abusos en ese proceso legislativo; los voy adelantando:
uno ha caído en el abuso de los artículos transitorios, los cuales por
definición deben transitar y en un momento dado no deben ser permanentes,
sino expirar en algún momento, cuando se cumplan las condiciones o términos
y quedar sin efecto. Ahí los dejamos como buena reliquia, pero sus efectos
terminan, de ahí la idea de que son "transitorios", no deben
ser permanentes. Me parece que eso es un primer defecto.
Un segundo es que en su momento también
se había abusado de la fe de erratas, y la Constitución se reformaba
a partir de ésta. Se debe ser muy claro en sanciones, responsabilidades
de los funcionarios que incurran en esas fallas.
Hay un proceso legislativo extraordinario
especial que concretamente me interesa mucho, y cuya regulación también
deja mucho que desear, que es el procedimiento de reforma a la Constitución,
que en principio está previsto por el 135 de la Constitución.
La presente Constitución puede ser adicionada
o reformada para que las adiciones o reformas lleguen a ser parte de
la misma, se requiere que el Congreso de la Unión, por el voto de las
dos terceras partes de los individuos presentes acuerden las reformas
o adiciones y que éstas sean aprobadas por la mayoría de las legislaturas
de los Estados. El Congreso de la Unión o la Comisión Permanente, en
su caso, harán el cómputo de los votos de las legislaturas y la declaración
de haber sido aprobadas las adiciones o reformas; pero no nos dice quién
tiene derecho a iniciativa, ni cuál es el procedimiento, no nos dice
nada más que esta calificación que pone, que básicamente es dos terceras
partes de Cámara de Diputados, más dos terceras partes de la de Senadores,
más, en otro nivel, dice mayoría y otra vez tenemos ese grave problema
de qué quisieron decir con esto.
Recurriendo a una interpretación sistemática,
encontramos que en el artículo 72, en la fracción F, dice en la interpretación
"reforma o derogación de las leyes o decretos se observarán los
mismos trámites establecidos para su formación".
De todos modos dice de las leyes o decretos
y lo que hacemos es que son decretos por el que se reforma la Constitución,
decreto por el que se da ley, decreto
ahí ese punto de que no fuera
reformas a la Constitución, sino reformas a la ley, por la parte de
los decretos es donde lo jalamos; pero de todos modos si no fuera con
este artículo, estaríamos todavía peor, porque no tendríamos de dónde
más agarrarnos. Al menos con base en la interpretación a partir del
72, fracción F, podemos decir que es el procedimiento legislativo ordinario
con estas calificaciones, lo que hace un legislativo extraordinario
especial.
De todos modos dice de las leyes o decretos
y lo que hacemos son decretos "por el que se reforma la Constitución;
decreto por el que se da ley", etc. Ahí ese punto de que no fueran
reformas a la Constitución, sino a la ley, por la parte de los decretos
es donde lo jalamos, pero aun así, si no fuera con este artículo, estaríamos
todavía peor porque no tendríamos de dónde más agarrarnos. Al menos
con base en la interpretación a partir del 72, fracción F, podemos decir
que es el procedimiento legislativo ordinario con estas calificaciones
lo que lo hace un legislativo extraordinario o especial.
Si no están convencidos con esa interpretación,
yo en un momento dado tampoco lo estoy; me parece que la laguna es todavía
más grave porque no dice nada; entonces vámonos por qué quiso decir
esta "F".
¿Quién tiene derecho de iniciativa para
presentar una reforma a la Constitución? Pues los mismos que tienen
derecho a iniciativa de ley: el Ejecutivo, el Legislativo, Cámara de
Diputados o de Senadores, y las legislaturas de los Estados. De alguna
forma sí es cierto lo que decimos de la fracción F; lo mismo que pasa
para la formación debe pasar para la reforma y en ese sentido pasaríamos
a cámara de origen y cámara revisora.
Lo único que le pedimos es que de entrada,
tanto la cámara de origen, como la revisora, diputados, senadores, en
el orden que sea, la aprueben con dos terceras partes, para que pueda
pasar a la otra cámara, y ésta también tiene que aprobar por dos terceras
partes.
Ya teniendo las dos terceras partes de
diputados y las de senadores, tenemos que mandarla a las legislaturas
de los Estados. Entonces sale de aquí a 32 puntos, todo en lo que cada
uno se divide en 4, a 32 puntos. Ahí creo que ya empiezan nuestros problemas,
vamos a dejarlo muy simple y evitamos las intervenciones muy rebuscadas
para agrandar los problemas.
Por mayoría de las legislaturas de los
Estados, quizás podamos todos estar de acuerdo en que no aclara si es
mayoría absoluta, simple, calificada; podríamos hacer argumentos para
pedir que fueran dos terceras partes del total de las legislaturas,
pero creo que la interpretación más tradicional, la que hace más sentido,
es pensar en que es una mayoría simple del total de las legislaturas
de los Estados son 50% más uno, entonces si son 32, tendrían que ser
17. Ahí estoy tomando en cuenta que la del Distrito Federal sí cuenta
también para estos efectos. Dejémoslos 17 sobre 32 ó 16 sobre 31, eso
no hace la mayor cosa.
Una vez que tenemos las legislaturas de
los Estados, el voto se regresa; todos éstos al Congreso de la Unión
o a las cámaras y a la Comisión Permanente, para que haga el cómputo.
Tenemos el problema de que en ese sentido
sería mayoría, y para conformarla ¿será necesario esperarnos a que lleguen
los 32 o bastará con que cuando tengamos las 17 o las 16 que sabemos
es el límite, en ese momento procedemos a la declaración.
Ahí la tarea está un poco dividida; el
ejemplo reciente fue otra vez la reforma constitucional en materia indígena,
donde no se esperaron a cubrir que regresaron todas, y cuando tenían
las 17 la presentaron. Ahí viene una discusión que nos sé cómo vean
ustedes: ¿nos tenemos que esperar a que estén reunidas cuando tengamos
las mínimas requeridas?, ¿entramos al cómputo y a la declaración de
haber sido aprobadas?
Para una mayor legitimidad es necesario
tomar en cuenta todos los votos. Ahí el problema es que si se esperaban
a más, muy probablemente no sólo iban a alcanzar las 17, sino que iba
a quedar muy pareja, iba a quedar de 17, 15; en lugar de garantizar
mayor legitimidad hubiera perdido más, porque cuando la hicieron era
de 17, 8, que sonaba casi como dos terceras partes, aunque en ese momento
tenían un poco más que eso.
Efectivamente se desvirtuaría la naturaleza
del órgano revisor de la Constitución, que se entiende que debe mandarse
a todos los Estados, y tendríamos que esperar a que éstos nos dieran
su aprobación.
Hay quienes en el contrargumento dirían
que no necesariamente tendríamos que esperar. Imagínense un Estado que
no quiere, detiene indefinidamente al no mandar su sentido o paraliza
la reforma; ahí la fórmula sería muy fácil, simplemente tendríamos que
poner en la Constitución que tendrá que regresarlas en un plazo tal,
o que el proyecto que no se haya regresado en un plazo de tanto, se
tendrá por aprobado. Entonces ahí hay otro vacío que tiene la Constitución,
pero que en un momento dado también es fácil.
También quedaba la laguna de cómo se debe
aprobar al interior de cada legislatura de los Estados; lo curioso de
este asunto es el Decreto 152 de Reforma a la Constitución. Pasaron
151 decretos en este sentido sin que nos hubiéramos preguntado por el
procedimiento ese.
Estoy de acuerdo en que está mal; necesitamos
tener un procedimiento claro de cuál es. La razón era muy simple, con
un país, con un presidente de un Partido, con un Legislativo del otro,
con legislaturas de lo Estados del mismo, ¿cómo preguntarnos si todo
estaba aprobado?
Por supuesto que ahorita cobra mayor sentido
decir que tenemos ahora un país que refleja mucho más esas divisiones,
¿qué hacemos? Ahí vienen varias posibilidades: decía yo que hay al menos
dos a nivel federal y dos a nivel local; una, básicamente que la Constitución
diga: "nosotros, desde la Constitución Federal vamos a imponerles
mayoría simple, 50% más uno al interior de cada legislatura; mayoría
calificada, dos terceras partes.
La otra, es decir, desde la Constitución
Federal, y que sean cada una de las legislaturas de los Estados, la
que me diga qué porcentaje será el que va a utilizar. Si mayoría X calificada,
simple, etc. O si va a utilizar el mismo procedimiento que utiliza para
reformar su constitución local, que son más o menos los procedimientos
que siguieron estas legislaturas estatales eran o el de reforma a su
constitución local o el de aprobación de leyes, y ahí era donde venía
parte de la discusión: "no puedes hacerlo con el de leyes, porque
no es lo mismo; con lo de constitución local podría ser más aceptable,
porque como quiera, es tu reforma constitucional local y tu reforma
constitucional federal", entonces, eso todavía se parece más, pero
sin duda alguna nos hacía falta tener un procedimiento más claro.
Además de los problemas que preveía o que
traía éste de mayoría de las legislaturas de los Estados era esta otra
parte: por un lado era del total de las legislaturas, y por otro, al
interior de cada una de ellas. Ese artículo tiene esos problemas que
son graves.
Otro que se alegaba era que en un momento
dado decía que los Estados que no hubieran aprobado, los primeros ocho,
entre ellos Oaxaca, que fue el caso más sonado, cómo es posible que
los otros 17 que sí la están aprobando, sean Estados que ni siquiera
tienen población indígena.
¿Recuerdan que lo habíamos tocado un poco
cuando decíamos que si sería conveniente incluir el referéndum popular,
para ciertos casos? Porque hay otros en los que queda claro que cuando
este tipo de reformas, que sean muy parciales de Estados que sí tienen
y Estados que no, no necesariamente tiene que ser aprobado por todos
ellos. Habría que ver si ése fue el mejor procedimiento o qué podemos
hacer en este caso.
Hay todavía un problema: ¿qué pasa una
vez que se devuelve al Congreso de la Unión o a la Comisión Permanente
en su caso, y ahí es donde en todo este proceso de las controversias
constitucionales en materia de la reforma de la Constitución en materia
indígena, hay varias posturas, y se ha vuelto un debate interesante.
¿Qué pasa? ¿se regresa esto? Yo, en lo
personal, creo que sí, ¿se regresa al Congreso de la Unión o a la Comisión
Permanente? Para que éstos se lo manden al Presidente, aquí la discusión
es si tiene o no posibilidad de hacer observaciones. Tenemos dos opciones:
una es que regresa al Congreso de la Unión o Comisión Permanente, y
ésta se lo hace llegar al Ejecutivo, para que éste ahí se abren
las dos posibilidades- ejerza o no, haga o no observaciones, y dos,
para que lo mande promulgar, publicar directamente.
Aquí hay una pregunta: ¿de alguna forma
hay quienes esas dos terceras partes de la cámara de origen, cámara
revisora, más la mayoría de las legislaturas de los Estados, han equiparado
todo ese procedimiento, todo este paquete, a una especie de constituyente,
a lo que en la doctrina llaman Constituyente Permanente.
La parte de la doctrina que sigue a Cash
Mill, Karl Lauren Stain (sic) y en México a Tena Ramírez, eso
es buena parte del argumento, ése es un poder constituyente, un poder
que está encima de los poderes constituidos, no puede ser que un poder
constituido le eche abajo algo a un poder constituyente.
El debate está ahí; en lo personal, soy
de la opinión de que sólo hay un constituyente: el originario, el convocado
ad hoc. En ese sentido soy contrario a la ortodoxia, porque esto
no es un constituyente, es un poder revisor de la Constitución que se
integra no por poderes constituyentes, sino por poderes constituidos.
La falacia de la Cámara de Diputados, de
la Cámara de Senadores, de las legislaturas de los Estados es decir
que cuando se unen dos o más de los constituidos, ya juntos formaron
un constituyente, pero yo no acabo de caer con ese argumento, me parece
todavía muy cuestionable.
Siguiendo a Smith, LawenStain (sic)
que dijeron que para poder tocar la Constitución se necesita un constituyente
permanente, sólo de alguien que tenga funciones constituyentes.
La decisión teórica debe ser entre poderes
constituyentes, poderes constituidos, y en otro nivel, dentro de estos
últimos, poderes revisores de la Constitución. Ahí es como yo lo entendería:
poder constituyente, un constituyente convocado ad hoc, un constituyente
originario. Poderes constituidos: Legislativo, Ejecutivo, Judicial,
legislaturas de los Estados.
Y efectivamente, tenemos en un cierto nivel
un poder revisor o reformador de la Constitución que se integra, en
este caso, como está previsto hoy por hoy, por Cámara de diputados,
Cámara de Senadores y legislaturas de los Estados.
Nos estamos desviando un poco de la pregunta
original, que era si el Presidente tiene o no derecho de veto. Entiendo
yo que parte del argumento era decir que como es un poder constituyente,
un poder constituido, no puede hacer algo en contra de lo que es el
poder constituyente.
Yo ahí tengo mis dudas de que esto sea
un poder constituyente, los veo como poderes constituidos. Ahora, el
Presidente tiene derecho a echar abajo algo que hicieron otros poderes;
eso podría ser en otro nivel de discusión, pero de alguna forma tiene
el derecho para modificar una reforma de ley o una ley. Pues en principio
está también modificando lo que hacen dos poderes constituidos.
No necesariamente dos mata uno, por lo
menos ese argumento no es el contundente. Entiendo que el nivel de aprobación,
el de dos terceras partes, hay quienes podríamos alegar de alguna forma
que es semejante a este procedimiento cuando se aprobaron por dos terceras
partes, lo mandamos sin que el Presidente pueda hacer observaciones.
Pero el problema es que en ningún lado dice eso, sino que la Constitución
dice lo contrario.
J. El Ejecutivo de la Unión no puede hacer
observaciones, no puede formular observaciones, no puede ejercer el
derecho de veto a las resoluciones del Congreso de algunas de las cámaras,
cuando ejerzan funciones de cuerpo electoral o de jurado, lo mismo que
cuando en la Cámara de Diputados declare que debe acusarse a uno de
los altos funcionarios de la Federación por delitos oficiales. Tampoco
podrá hacerlas al decreto de convocatorias, sesiones extraordinarias
que expida la Comisión Permanente.
Aquí en ningún lado dice que no pueda hacerlas
en relación con las reformas a la Constitución. Siguiendo el Legislativo
ordinario y su aplicación al procedimiento de reforma constitucional.
Yo les digo mi postura, estoy criticando cómo está previsto esto, no
que esté yo de acuerdo con que tenga derecho de veto. Yo lo resuelvo
de otra forma diferente, sin tener que recurrir a que los otros son
Constituyentes, pero es en otro nivel de argumento.
Quería que vieran cómo ahí no le está prohibiendo
que formule observaciones a reforma constitucional, ahí debería decirlo.
La llave de la Constitución del Estado libre y soberano de Veracruz,
dice: "no podrá hacer observaciones el Gobernador a las reformas
a la Constitución del Estado". Ahí sí lo dice expreso.
En este caso me da la impresión de que
sí se regresa al Congreso para que se lo pase al Presidente, pero siguiendo
una interpretación de lo que dice la Constitución.
Si alguien preguntara ¿qué es más conducente:
revisión integral o reforma, o convocar al Congreso Constituyente? Tendríamos
que convocar a este congreso, con unas reglas y unas bases de convocatoria
diferentes de las que utilizamos para legisladores, en lugar de entrarle
al paquete de siempre, a partidos, a que no se traben las cosas; ahí
está otra vez otra discusión, muy en boga, de qué conviene más, si se
los dejamos a los partidos no vamos a hacer nunca la reforma integral.
Parte del argumento es que ya tenemos mucho
más salvaguardas de que no vamos a empeorar. Yo ahí tengo mis dudas,
pero con esa fracción que decía yo, suena a que efectivamente el Presidente
tiene derecho de veto, inclusive frente a reformas a la Constitución.
En otro nivel, no me parece que sea suficiente
con el argumento de que los otros son poderes constituyentes; tenemos
que irnos a un argumento de principios de la Constitución, y en ese
sentido precisar que un poder reformador de la Constitución está en
otro nivel, frente a los poderes constituidos y que efectivamente el
Presidente no tendría facultades de hacer observaciones en caso de reforma
a la Constitución, pero habría que ponerlo ahí, en la fracción J, porque
falta y ahorita se presta a dudas.
En una de tantas de estas controversias
constitucionales en la materia indígena, se van contra el Legislativo
y contra el Ejecutivo, y le dicen al Presidente: "no ejerciste
tu derecho de veto; sabiendo que tú mandaste la iniciativa que estaba
bien, que estaba de acuerdo al 169, te la cambian toda, no ejerces tu
derecho porque en ese momento tendrías que haber dicho que están echando
por tierra todo lo que habíamos acordado en el 169, que ya es Derecho
mexicano, conforme al 133, y entonces tendríamos que regresar, tendrías
que haber ejercido tu derecho a veto". La respuesta del Presidente
o del Ejecutivo es muy simple: "yo no pensé tener derecho de veto
frente a una reforma a la Constitución".
Con base en lo que dice la Constitución,
el Presidente pudo haber apelado al 72, fracciones F y J, y hubiera
fácilmente ejercido derecho. Yo no estoy de acuerdo con eso, pero me
parece que deberíamos ponerlo expresamente en la Constitución.
Sanción, es ese derecho de veto, lo sanciona.
Atrás de un escrito, de un oficio, lo promulga y ordena al Secretario
de Gobernación que lo publique en el Diario Oficial. Luego viene esta
publicación y tenemos la decisión de la vigencia.
Aquí tenemos básicamente dos sistemas:
uno, entran en vigor en la fecha que uno dice, "tal día" o
"entra en vigor al día siguiente de su publicación", y ahí
tenemos todavía unas fracciones medio obsoletas, de que dependiendo
de la distancia del centro de población más cercano, entrará en vigor.
Parece maratón.
Los transitorios en buena parte son los
que regulan la forma en que va a entrar en vigor una iniciativa. Hay
que tener muy claro cómo usarlos, para incluir esos aspectos de iniciativa,
de entrada en vigor, muy precisamente, porque luego el problema es que,
si no los pusieron, cuándo entran en vigor.
Decía yo que había habido muchos abusos
en los artículos transitorios. Otra vez en esto de la reforma constitucional
en materia indígena había toda una parte que abogaba por redistritación,
de creación de municipios indígenas para que se eligieran representantes
indígenas al Congreso. Pero ya se borró de la iniciativa, del texto
del cuerpo, y se pasó al transitorio y quedó algo así como: "en
la medida de lo posible se tratará de fomentar que a través de la distritación
y la remunicipalización, que los indígenas tengan mayor representación".
En los transitorios abusamos mucho de "derogamos
todas estas fracciones, todas estas leyes", y luego, por si se
escapó alguna, "y todas las demás aplicables". Suena absurdo,
pero son prácticas muy comunes.
Todavía hay problemas. ¿Queda derogada
efectivamente en ese momento? Suena que, a través de la Constitución,
sí, en el mismo momento en que la ley o en ese caso los artículos lo
estipulan, quedan derogadas todas esas disposiciones.
Tenemos el problema de que todavía por
ahí alguien nos lo invoca y las autoridades lo siguen aplicando; pongamos
que en algún momento llega al Poder Judicial, a la Suprema Corte, y
ésta se tiene que pronunciar y la declara que ahora sí ha quedado sin
efectos; pero ya no se aplica desde el principio, eso suena muy bien
en el mundo ideal, pero en la práctica no ha sido tan claro.
Muchas veces tenemos contradicciones de
tesis, en donde por un lado están aplicando el artículo donde ya no
lo están aplicando, entonces la Corte tiene que entrar, analizar y decir:
"se resuelve porque tal artículo está derogado, entonces la interpretación
que debe proceder es tal".
Aquí quisiera destacar cómo hay una infinidad
de problemas de técnica legislativa importantes que hay que ir precisando;
hay que ir aclarando todas aquellas partes que nos hace falta ir llenando.
Me interesaba sobre todo que, regresando
a discusiones de principios de democracia, de principios de constitución,
veamos cómo permea toda esa discusión de técnica legislativa, porque
éstas no son nada más formales, está o deben estar en buena parte indebidas,
llenas de cuestiones relacionadas con principios constitucionales y
democráticos.
Cualquier palabra que ponemos se presta
para muchas interpretaciones. Entonces debemos ir aprendiendo cómo limitarlo,
cómo restringirlo, qué hacer. Yo ponía el ejemplo de esa fracción que
se preocupaba porque los suplentes no podían ser reelectos, pensando
en que no se le pueda dar la vuelta a la prohibición de la reelección
en tres periodos máximo o en un periodo, en caso de senadores. De alguna
forma siento que ese artículo sale sobrando. Entiendo la razón de ser,
que era cerrar las puertas a los que se quieren meter por la vía tramposa,
pero entonces hay que ser más precisos de qué queremos decir.
Me parecía que tampoco dice por ahí: "los
diputados podrán ser reelectos hasta por tres periodos, los senadores
podrán ser reelectos hasta por un periodo". No, habría que empezar
diciendo: "tanto diputados como senadores podrán ser reelectos,
en el primer caso, hasta por tantos periodos, en el segundo, hasta por
un periodo", el principio es reelección y el segundo es, en un
caso con esa nota y en el segundo caso con esta nota también. En lugar
de decir: "reelección con una nota", "reelección con
dos notas". Ésas son guías de técnica legislativa, ya más de la
redacción.
Siempre llama mi atención, entre otros,
los "y/os"; no necesariamente tiene que ser una más otra,
sino que puede ser ésta o esta otra. Ahí lo que se me ocurre como ejemplo
es el caso del PRI, cuando en la Catorceava Asamblea decidieron que
para poder ser nominado por el Partido se deberán cumplir dos requisitos:
uno, cargo de elección popular, y dice ahí "y cargo partidista".
Luego fueron haciendo su interpretación, y alegaban que no eran uno
más otro, sino que eran uno u otro; entonces en lugar de un "y",
debería de ser más bien un "o". Pero es en sentido de qué
palabras utilizamos, y cómo podemos caer en problemas por usar una palabra
u otra.
Regresando a lo del fortalecimiento del
Poder Legislativo, iniciemos el debate. En lo personal, no me acaba
de convencer esa fórmula de que debemos escuchar la postura de cada
uno de los partidos, que muchas veces no dice nada; más bien debemos
escuchar las posturas de quien quiera hablar sobre la reforma, quizás
con la limitante de que hablen como máximo dos por Partido, uno a favor
y uno en contra, o algo así.
Quizás parte de la nota sería que nuestro
procedimiento tiene que ser mucho más concretito, más rápido, más diligente;
inclusive tendríamos que pensar en el trabajo en comisiones.
Desde la designación de quiénes van a qué
comisiones, tenemos que trabajar en varios aspectos. Por ahí ve uno
que de repente hay diputados o senadores que andan en varias comisiones.
Entiendo por qué no salen las iniciativas, quizás habría que ser muy
precisos, quizás limitar el número de comisiones, porque me parece que
llega un momento en el que no podemos pensar que alguien está rindiendo
en el trabajo de comisiones.
Salvando esta cuestión de que tendríamos
que escuchar a todas las posturas, no sabría quiénes quisieran hablar
sobre el fortalecimiento del Poder Legislativo, y quizás enfatizar qué
aspectos les parecen importantes.