(Clase 1/3)
Expositor:
Dr. Enrique Cáceres Nieto
El constructivismo es un enfoque acerca
del derecho, que parte del supuesto de que la realidad social es un
constructo, es decir, aquello que consideramos completamente real.
Existen diferentes posturas acerca de la
relación entre sujeto cognocente y objeto de conocimiento, la primer
postura, el idealismo tiene la característica central de partir del
supuesto de que todo cuanto existe, existe porque se da al interior
del sujeto cognocente.
Así se aplicaría la idea de que el sujeto
congnocente es la medida de todas las cosas y que si no hay sujeto cognocente,
simple y sencillamente no existe nada, por que todo existe en función
de que haya alguien que lo conozca.
Tendríamos que contraargumentarle, que
hay muchas cosas fuera del sujeto congnocente que pareciera que son
contundentes y que existen independientemente de que hubiera sujeto
cognocente o no.
Otra postura radicalmente opuesta a la
anterior es el realismo, que nos dice que fuera del sujeto cognocente
está el mundo y lo único que hace el sujeto cognocente es percibir la
realidad tal cual es. Esta postura podría contra argumentarse preguntando
¿ donde dejan a las entidades matemáticas, los proyectos, un plan estratégico?
que son cosas que están en el mundo de las ideas, y por lo tanto no
son perceptibles.
Una tercer postura que llamamos fenomenalismo,
que se debe a Emanuel Kant, y nos dice que nunca podremos saber lo que
las cosas son, fuera del sujeto cognocente, tenemos algo, algo que se
llama noumeno, que significa lo que se manifiesta, y de lo único que
podemos dar cuenta, es de los fenómenos, las maneras en las cuales se
manifiesta el noumeno, es decir, fuera del sujeto cognocente hay una
especie de caos, lo único de que podemos dar cuenta, es de la manera
en que un sujeto cognocente estructura este caos y entonces conoce una
manifestación del mismo. conoce solamente los fenómenos.
Puede considerarse como una buena idea
de que hay una realidad objetiva, lo que es muy revisable, si es cierto
que en función del equipamiento sicofísico que tenemos se dan las distintas
manifestaciones que hagamos de un mundo neuménico y entonces el tipo
de realidad que consideramos.
Si asumimos que el hombre pertenece a una
sola especie y que por lo tanto tiene el mismo equipamiento sicofísico,
tendremos que llegar a la conclusión de que todo es trivial, porque
resultaría que todos los hombres perciben la misma realidad, es decir
que ante los mismos datos, ante los mismos elementos empíricos, podemos
percibir cosas distintas.
En el ámbito de las ciencias este principio
ya no es tan cierto o difícilmente los filósofos de la ciencia contemporánea
sostendrían la idea de que la ciencia es una estructura objetiva y que
todos los científicos a través de sus teorías ven lo mismo.
Einstein podría resumir muy rápidamente
con la siguiente frase " No es cierto que la realidad determine
mis teorías, más bien son mis teorías las que determinan lo que puedo
ver como realidad", lo cual quiere decir que la realidad es el
resultado de esquemas cognitivos que condicionan nuestra manera de percibir
y de comprender el mundo.
Yo sostengo que además existe, otro tipo
de realidad, que le llamo hermenéutica, que puede definirse como un
sistema de creencias que no necesariamente tiene contrapartida en el
mundo de los hechos y que determinan nuestras secuencias de pensamiento,
nuestros sentimiento, actitudes y conductas.
En función de nuestro sistema de creencias,
generamos incluso representaciones mentales y se condicionan secuencias
de pensamientos, actitudes y conductas.
De alguna manera, yo respeto mucho las
creencias religiosas y todo esto, esto no implica que Dios exista, pero
podemos decir que un última instancias, si no existiera un sistema de
creencias acerca de Dios difícilmente para nosotros Dios existiría.
Pude haber dos tipos de realidades, realidades
hermenéuticas espontáneas y realidades hermenéuticas inducidas. Una
realidad hermenéutica espontánea es la que se forma por la simple participación,
en un proceso de interacción en un contexto cultural determinado, como
el caso de las pautas morales, características de la cultura mexicana.
Las realidades hermenéuticas inducidas, son realidades que se generan
a través de procesos de interlocucion en los que hay una intencionalidad
explícita de generar esas realidades en el interlocutor.
Además de la realidad hermenéutica y con
su aporte en este concepto, podemos hablar de convergencia hermenéutica,
que se da cuando un grupo de sujetos comparten una misma realidad o
un mismo sistema de realidad hermenéutica, por ejemplo los miembros
de un partido político o de una cultura determinada, comparten el mismo
sistema de realidades.
Un concepto final es el modelo del mundo,
que tiene que ver con el sistema de realidades hermenéuticas personales,
y se refiere al hecho de que a través de un solo modelo de mundo se
puede generar un cambio en una convergencia hermenéutica, es decir normalmente
un solo hombre, una sola persona, es quien lleva a generar las revoluciones
filosóficas, científicas, etc. , impactando en la forma de pensar a
través de la comunicación, induciendo sus esquemas de pensamiento, llegando
a configurar la forma de pensar de los demás. De una manera tal que
todos empiezan a ver el mundo de la manera en la que la ve él.
Hay una relación importante entre lenguaje,
procesos mentales y realidades, esto nos permite hablar además ontológicamente
de dos niveles de realidad. La realidad ontológicamente objetiva es
una propiedad de las cosas que existen independientemente de los sujetos
cognocentes, por su parte la realidad ontológicamente subjetiva es cuando
su existencia depende de que haya un sujeto cognocente que la conozca.
Concretándolo con el Derecho es fundamental,
porque el derecho es un mecanismo que a través del lenguaje y de procesos
de interacción comunicativa, participa en la creación de realidades
hermenéuticas que dan lugar al surgimiento de realidades ontológicamente
subjetivas en la mayoría de los casos, algunas de las cuales están soportadas
en realidades ontológicamente objetivas.
Partiendo de que una base ontológicamente
objetiva puede dar lugar a dos realidades distintas ontológicamente
subjetivas, y el sustracto de las realidades ontológicamente subjetivas
no están en el mundo empírico, se encuentran en las realidades hermenéuticas
a partir de las cuales podemos ver en el mismos conjunto de hechos
La fuente última de nuestras realidades
hermenéuticas, es la norma jurídica que en última instancia es el lenguaje.
Una norma no es otra cosa sino una proposición
lingüística, que se encuentra en un código, que da lugar a la generación
de una realidad hermenéutica, que produce una cierta decodificación
de una realidad ontológicamente objetiva, que tiene como consecuencia
una lectura en términos de realidad ontológicamente subjetiva.
La relación con la argumentación es estrecha,
ya que argumentamos cuando tratamos de generar modificaciones en los
estados mentales de nuestros interlocutores, es decir, es un acto lingüístico
y lógico a partir del cual pretendemos convencer o demostrar una consecuencia
determinada a un interlocutor determinado para inducir en él un proceso
mental que dé lograr a una lectura del mundo que repercuta en términos
de conductas que lo modifiquen.
El en debate parlamentario, se emiten actos
lingüísticos, de comunicación, estructurados que tratan de llevar al
convencimiento de que ciertas conclusiones son las que se siguen de
determinadas premisas para, alterando los estados mentales de nuestros
interlocutores y obtener una respuesta, una reacción comportamental
predeterminada que nosotros queremos inducir.
En un contexto determinado puede ser que
algo sea entendido como una realidad hermenéutica valorada positivamente,
y en un contexto totalmente distinto valorada como negativa, incluso
en el ámbito jurídico podemos tener realidades hermenéuticas parciales.
Lo que sucede cuando estamos en un debate
argumentativo y contra argumentativo, es que estamos confrontando realidades
hermenéuticas de un sujeto con realidades hermenéuticas de otro sujeto,
los dos entran en un debate de argumentación, o bueno, en el escenario
ideal, deberán entrar en un debate racional de argumentación y contra
argumentación y a partir de ese debate determinar quién triunfa en el
proceso de racionalidad de carácter argumentativo. Lo que nos lleva
a la hermenéutica o a la convergencia hermenéutica es a la producción
de conocimientos, lo que se entiende como epistemología.
Podemos decir que en la base de la generación
de realidades hermenéuticas también se encuentra el método a partir
del cual las producimos.
Durante la evolución del pensamiento se
llegó a considerar que el conocimiento se podía obtener a través de
la fe, después llegó el momento en que el método científico se impuso.
Como hemos visto hay una relación muy importante
entre lenguaje y argumento y las consecuencias que trae aparejada la
argumentación, vamos a familiarizarnos con elementos de semántica del
discurso argumentativo.
La semiótica es una disciplina que estudia
las relaciones de significado, existen muchos tipos de semiótica, la
que nos interesa es la vinculada con el lenguaje humano e implica que
podemos analizar el lenguaje desde tres perspectivas distintas; desde
la semántica o enfoque semántico, la cual considera al lenguaje en función
de sus significados y no toma en cuenta su relación directa con los
usuarios, como el diccionario; La pragmática considera al lenguaje en
relación con sus usuarios, el uso de una palabra concreta en una comunidad
específica, poniéndose en contacto con el nivel socioeconómico, la extracción
cultural, los contextos en los que se usa y los distintos significados
que tiene; y por último la Sintáctica, que considera al lenguaje estableciendo
o estudiando las relaciones que existen entre los símbolos linguísticos
sin considerar los contenidos semánticos, ni tampoco la relación entre
el contenido semántico y los usuarios, como es el caso de las relaciones
entre los símbolos del álgebra.
Algunos conceptos de semántica, como el
signo lingüístico, que se debe a Ferdinand de Saussure, el célebre lingüista
suizo, que señalaba que el signo lingüístico consta de dos elementos,
uno llamado significante y otro significado.
El significante es la parte externa empíricamente
perceptible del signo lingüístico, como el sonido, el significado es
lo que asociamos al significante y que representamos mediante la asociación
mental.
No necesariamente puede haber significados
cuyo significante tenga una representación mental.
También puede haber expresiones que tengan
además de significado y representación mental, un referente.
En el caso del derecho tenemos expresiones
significantes, que tienen significado, que no tiene representación mental
y que no tienen tampoco referente, por lo menos no en la mayoría de
los casos, la expresión derecho subjetivo ¿ que tipo de referente podría
tener?
También puede suceder, que un mismo significante
tenga más de un significado en cuyo caso estamos en presencia de la
polisemia, a la cual es relevante poner atención, por que nuestros argumentos
pueden ser falaces. Si por ejemplo utilizamos una palabra en la premisa
mayor en un sentido y la utilizamos en la premisa menor con otro sentido.
Puede suceder que dos significantes compartan
el mismo significado de manera paralela, pero bien puede suceder que
una palabra sea polisémica y que sea sinónima de otra solamente en alguno
de los significados de su polisemia.
La antinomia es cuando dos palabras tiene
significantes diferentes.
La ambigüedad proceso producto, se refiere
a que la palabra es polisémica, pero que en un sentido uno denota a
un proceso, y en el otro la misma palabra denota al producto que se
obtiene de ese proceso.
La designación de una expresión, de un
significante, está determinada por el conjunto de propiedades que determinan
su significado, por el conjunto de propiedades que la definen.
Cuando yo me refiero a la palabra, digo
que estoy mencionando la palabra, cuando hago alusión a lo que refiere
la palabra, digo que la estoy usando.
Cuando menciono una palabra utilizo como
elemento para distinguir que la estoy mencionando, se debe poner esa
palabra entre comillas, una comilla de cada lado.
La designación de una palabra, es el conjunto
de propiedades constitutivas del significado de la palabra, es su definición.
La denotación de una palabra es el conjunto
de todas las entidades a las cuales me puedo referir con la palabra,
por ejemplo, la denotación de la palabra hombre, los denota a todos
ustedes, a los americanos, a los finlandeses, a los japoneses, a los
que han muerto o los que vendrán.
Designación: las propiedades que definen
el significado de la palabra.
Denotación: todo aquello a lo cual me puedo
referir con la palabra.
Entre designación y denotación existe una
relación inversamente proporcional, significa que entre más propiedades
designativas existirán en el significado de la palabra, más restringido
serán su dominio de denotación y a la inversa.
La connotación de una expresión es la carga
emotiva de esa expresión, puede suceder que dos expresiones tengan el
mismo significado y por lo tanto que tenga la misma denotación, pero
que tenga una connotación distinta.
La vaguedad, significa que la expresión
no tiene un conjunto definido de propiedades designativas que me permitan
determinar cuando utilizar la palabra con toda precisión y cuando no.
Hay dos tipos de vaguedad, la vaguedad
por requisito del quórum que es cuando no hay un conjunto de propiedades
designativas para saber cuándo utilizar la expresión, y vaguedad por
requisito de quantum, que se refiere a que no se sabe que tanto de una
misma propiedad debe estar presente, esto es muy relevante en nuestros
procesos de argumentación y contraargumentación, por que muchas veces,
alguien puede estar entendiendo el significado de una expresión, atribuyendo
ciertas propiedades designativas y el interlocutor puede no estar de
acuerdo, él puede estarle atribuyendo otro conjunto de propiedades designativas.
Lo anterior es parte también de lo que
hace la Corte cuando establece cuales deben ser las propiedades designativas
con las que se debe entender el significado de una expresión.
No puedo definir por exclusión, si no tengo
simplemente dos categorías y una de esas dos categorías es una categoría
absolutamente clara, es inapropiado en términos de técnica de la definición,
así es, técnicamente inadmisible y hay muchas otras cosas inadmisibles,
como las falacias ad
dominen, que es cuando en lugar de atacar
el argumento de la contraparte, lo que hago es atacar y descalificar
a la contraparte, para lograr el efecto de que se descalifique al argumento
por la descalificación indirecta de la contraparte.
Metalenguaje y lenguaje objeto; desde el
lenguaje podemos hablar de cosas, podemos hablar del mundo, pero a través
del lenguaje también podemos hablar del lenguaje. Cuando hablamos de
el lenguaje, desde un lenguaje, decimos que el lenguaje del que hablamos,
es el lenguaje objeto y el lenguaje desde el que hablamos del lenguaje
objeto, es un metalenguaje.
Para evitar hablar del lenguaje, del metalenguaje,
del metalenguaje, se habla también del nivel, tendríamos entonces, nivel
cero, nivel uno, nivel dos, así hasta el infinito.
En el debate parlamentario, debería hacerse
la metargumentación, es decir argumentar a nivel de metalenguaje, teniendo
como lenguaje objeto los argumentos de mis contrapartes, desafortunadamente
eso pasa muy poco, o es la descalificación al sujeto, o por otra parte
es, contestar con algo que no tiene nada que ver con el argumento que
señale la otra parte.
Una estipulación es una definición que
se emite de manera arbitraria, autoritaria, se puede decir para ciertos
efectos.
La expresión equivale a la parte externa
visible de una secuencia de palabras formada conforme a las reglas sintácticas
del español, el enunciado es la parte lingüística perceptible y la proposición
es el significado de esa cadena o secuencia de palabras o enunciados,
para formar un enunciado se implica, que se hayan utilizado las reglas
de sintaxis de un idioma determinado, gramaticales o sintácticas de
una lengua.
Hay distintos tipos de enunciados y preposiciones,
una preposición es descriptiva cuando expresa algo acerca del mundo
y puede ser evaluado en términos de verdadera o falsa que depende de
los contextos, es decir siempre que hacemos una afirmación acerca de
algo y este algo puede ser contrastado con el mundo y ser verdadero
o falso, estamos emitiendo una proposición descriptiva.
Las preposiciones prescriptivas, tiene
la característica de indicar conductas a realizar, no debe hablar del
mundo, sino indicar conductas a realizar, y no pueden ser evaluadas
como verdaderas ni falsas.
Las preposiciones performativas, son aquellas
que al pronunciarse generan un cambio determinado en el mundo, John
Austin dijo " Hay ciertas expresiones que parecen descriptivas,
se puede formular en presente del indicativo, sin embargo, me doy cuenta
que la función que cumple es otra totalmente distinta". Cuando
se utilizan las palabras crea cosas, ejemplo " te bautizo",
"te juro", hay ciertos verbos que se llaman realizativos que
tiene la consecuencia de crear cosas o estados de cosas en el mundo
cuando son emitidos, a las preposiciones que contiene estos verbos realizativos,
se le llama performativas, consta de distintas partes, una es el acto
locusionario que consiste en la emisión de la proposición, el acto locusionario
es la cosa que se hace al emitirlo. Así como las proposiciones descriptivas
podrán ser verdaderas o falsas, las perfornativas pueden ser afortunadas
o desafortunadas si no ocurre el acto locusionario.
Las condiciones de afortunabilidad, se
refieren a que el acto locusionario sea emitido por el sujeto concreto
que debe emitirlo, otra de ellas a que se emita dentro de un ritual
o respetando cierto procedimiento.
Otro tipo de proposiciones, son las expresivas,
las que además tiene dudosa clasificación, debe destacarse que un mismo
enunciado no solamente puede tener distintos significados, sino que
puede cumplir distintas funciones lingüísticas, algunas predominantes
con respecto a otras, es decir, puede ser que una proposición o un enunciado,
externamente sea descriptivo, pero que tenga aparejada una función principal
de carácter prescriptivo.
Las proposiciones, así como las palabras
se integraban en secuencia de palabras que integran enunciados o proposiciones,
las proposiciones se estructuran en unidades más amplias, que se conoce
con el nombre de discurso. Así como la proposición se expresa a través
de enunciados y los significados a través de significantes, los discursos
se expresan a través de textos, que es la manera en la que expresamos
un discurso específico y podemos identificar clases de discursos, así
podemos distinguir, por ejemplo, géneros literarios, uno correspondiente
al literario de la poesía, otro al de la novela, al de la narrativa,
etc
, todo en función de la característica de su discurso.
Lo anterior tiene que ver con la argumentación,
con que ésta es un tipo de discurso, estructurado de cierta manera en
el que tenemos premisas y de las premisas se siguen conclusiones, las
premisas están constituidas de enunciados y proposiciones y los enunciados
o proposiciones están constituidos de palabras, cada una de las cuales
tiene un conjunto de propiedades.
Para hablar de argumentos, tenemos que
hablar de proposiciones.
Como ejemplo de análisis de expresión sinónima,
veremos la palabra constitución, en un primer sentido sería constitución
física, constitución política, lo que quiere decir que es una palabra
polisémica, en la acepción jurídica un sinónimo sería Carta Magna, al
respecto existe un contexto y no podemos utilizar esta palabra de manera
equivalente, tampoco ley suprema, ya que esta expresión tiene un ámbito
de denotación más amplio que Constitución, el artículo 133 constitucional
dice que la ley suprema son la Constitución, los tratados internacionales,
las leyes federales, por lo cual tampoco es sinónima de constitución.
Acerca de que tanto funciona realmente
la Técnica de la Argumentación en las prácticas parlamentarias, en donde
hay votos por bloque por disciplina partidista, entonces habría que
decir que eso es una cuestión que habitualmente no tiene que ver con
la argumentación, de donde no podemos inferir que no tendríamos que
utilizar técnica de argumentación.
Tenemos que utilizar prácticamente expresiones
con la misma denotación, lo que estamos manipulando es la connotación
del lenguaje, una carga emotiva del lenguaje.
Pesamos la connotación de las palabras
para saber que tipo de impacto queremos crear en nuestros interlocutores.
Curso de Técnica Legislativa
Sesión del 13 de marzo de 2002
(Clase 2/3)
Mi intención es que el día de hoy veamos
algunas cuestiones de lógica, y que reservemos para la tercera sesión
ejercicios tanto de carácter semántico, como de carácter lógico. Creo
que hacer los ejercicios ayuda a que se afiancen más los conocimientos.
De nuestra clasificación proposicional
de enunciados descriptivos, prescriptivos, preformativos, expresivos,
vamos a tratar de identificar a qué categoría corresponden cada uno
de los siguientes:
La nieve es blanca. Es de carácter
descriptivo.
Aquí nos vamos a encontrar con un caso
muy interesante:
El cielo es el hábitat de los ángeles
y de los querubines; el infierno, de los demonios y de las almas
en pena. En principio, tiene una estructura que parece ser descriptiva;
sin embargo, tenemos aquí un pequeño problema que nos da lugar a
un tipo de enunciados que no vimos ayer, porque antes necesitamos
estar familiarizados con los descriptivos. ¿Este enunciado puede
ser evaluado como verdadero o falso? ¿Tenemos criterios para contrastarlo
como tal? No. Tiene una estructura de enunciado descriptivo, pero
en realidad es un enunciado de carácter metafísico que no nos está
hablando acerca del mundo, que no aporta conocimiento, sino representaciones
mentales.
Un Estado democrático es aquél que
cuenta con mecanismos eficaces de participación y control de la
función pública de modo cotidiano, y no únicamente para elegir a
sus gobernantes. En el fondo
es prescriptivo. Nos está diciendo que si quieres ser un Estado
democrático, entonces organízate de tal suerte que haya mecanismos
eficaces de control cotidiano de la función pública. La función
preponderante de este enunciado efectivamente es de carácter prescriptivo.
Con vista en las actuaciones del
presente expediente y de conformidad con las valoraciones probatorias
y elementos de derechos conducentes, declaro al señor Juan Pérez
responsable del delito de fraude, y lo sentencio a una pena de ocho
años en prisión. Preformativo.
Los verbos realizativos los tendríamos en declaro y en sentencio.
Al decir declaro, estoy declarando; al decir sentencio,
estoy sentenciando.
Determine cuál es la función lingüística
dominante en cada uno de los pasajes siguientes. Una
vez más vamos a identificar si la función es predominantemente descriptiva,
prescriptiva, preformativa o expresiva:
Después de la libertad y la justicia,
viene la importancia en la educación popular, sin la cual no puede
mantenerse de manera permanente ninguna libertad ni ninguna justicia.
En el fondo es prescriptiva; fíjense que podría parecer que tiene
una estructura descriptiva, pero en realidad no. Esto es relevante,
porque en nuestros procesos de argumentación y contrargumentación
cuántas veces no encontramos algo que puede tener la apariencia
de descriptivo, pero que en el fondo tiene una función prescriptiva.
También puede suceder que haya otros que aparentemente tengan una
estructura prescriptiva, pero que en el fondo tengan una función
descriptiva. Cuando tenemos uno con apariencia descriptiva, debemos
preguntarnos si tenemos criterios para evaluarlo en términos de
verdadero o falso, y en ese caso, si es una cosa o la otra, porque
en muchas ocasiones compramos un argumento tal como nos lo presentan,
simplemente porque tenga estructura descriptiva, y no nos preguntamos
si la afirmación que está implícita en la descripción es verdadera
o falsa, lo cual es fundamental para poder hacer una aceptación
o refutar un argumento. Tenemos que aprender a distinguir diversos
niveles de lenguaje, distintas funciones lingüísticas, para poder
identificar argumentos de distintas clases y contestarlos de distinta
manera.
La guerra es la mayor maldición
que puede afligir a la humanidad; destruye a la religión, destruye
a los estados, destruye a la familia. Cualquier flagelo es preferible
a ella. Hay que leer primero que puede haber más de una proposición;
es decir, que en un discurso ésta es una porción discursiva-
puede haber más de una proposición, y las distintas proposiciones
pueden ser de clases lógicas distintas. En este caso, vamos a analizar
la primera: La guerra es la mayor maldición que puede afligir
a la humanidad; si la consideramos descriptiva, ¿podría ser
evaluada en términos de verdadero o falso?, y si es evaluada así,
si es verdadera o falsa.
En mayor maldición ¿qué figura
de análisis del lenguaje, de las que vimos ayer, estaría presente?
No estamos hablando de la clasificación proposicional, sino de las
palabras mayor maldición, las cuales estarían afectadas de
vaguedad, con la variedad de que dependen de las propiedades designativas
que le atribuyen los diferentes sujetos; efectivamente se considera
que la guerra queda denotada por mayor maldición o
no. Hay una carga subjetiva de una persona que considera por una
definición que le atribuye mayor maldición, que guerra
queda denotada por mayor maldición. Pues demos la incidencia
de la vaguedad en una expresión, en la aceptación de la misma.
No hagamos la guerra. Todo
el texto en realidad cumple una función en su conjunto,
de carácter prescriptivo. El mensaje
sería No hagan la guerra.
Tenemos una claramente descriptiva:
destruye la religión, destruye los estados, destruye la familia.
Esto lo podríamos evaluar en términos de verdadero o falso; será
verdadero si efectivamente la guerra destruye la religión, si efectivamente
destruye la familia, si efectivamente destruye los estados; si no,
el enunciado sería falso.
El lenguaje, la sangre del alma
del Señor en la cual corren nuestros pensamientos y de la cual surgen.
Sería una proposición metafísica; eso nos la descarta como descriptiva.
Los enunciados metafísicos dan la apariencia de estar ofreciendo
conocimiento, de estarnos permitiendo conocer algo; mientras que
los expresivos sólo manifiestan los estados de ánimo. Cuando analizamos
y empezamos a ver qué tanto de un discurso en realidad es argumento,
nos podemos dar cuenta de que la mayor parte es mera relación hilada
de proposiciones, una detrás de otra, que no hay argumento consistente.
En esa porción discursiva una enorme cantidad es de carácter metafísico,
que en realidad no nos está aportando nada de conocimiento. Digamos
que un trabajo parlamentario y técnico tendría que prescindir de
la parte metafísica, y la parte no metafísica tendría que concretarse
a ser de carácter explicativo; es decir, un discurso construido
por enunciados descriptivos, susceptibles de ser evaluados como
verdaderos o falsos.
En el proceso parlamentario, la inferencia
final puede ser de carácter prescriptivo, por lo tanto, hay que
legislar en materia de, y no sólo eso, se legisla pretendiendo
que con ello se modifique el estado de cosas no deseado, para dar
lugar a uno deseado. Los argumentos son mecanismos para hacer manipulación
de procesos mentales; lo que voy haciendo es dar los elementos para
llevar a mi contraparte a que infiera lo que yo quiero que infiera.
Indicar en cada uno de los pasajes siguientes
cuál es la proposición si la hay- que se pretenda afirmar; si
puede suponerse que se pretende provocar alguna acción manifiesta, indicar
cuál es, y si expresa algo acerca del que habla, indicar qué es:
Benjamín Disraelí es un hombre
que se ha hecho a sí mismo y que adora a su creador.
Dependiendo de cómo interpretemos el significado de adora
a su creador, que es una expresión polisémica, podemos entender
que está diciendo que Benjamín Disraelí se quiere mucho, porque
él es su propio creador. Si le atribuimos un significado dos,
diría que Benjamín Disraelí quiere mucho a Dios; entonces vemos
cómo una sola expresión, adora a su creador, afectada
de polisemia, puede dar lugar a que el mismo enunciado exprese
más de una proposición. En cualquiera de sus dos interpretaciones,
el enunciado puede ser verdadero o falso.
¿Recuerdan que habíamos comentado que los
contextos pueden tener una incidencia en la atribución de significado
de los enunciados? Efectivamente, puede ser que el contexto histórico
sea el que le da un significado distinto a un enunciado, aunque no en
todos los casos.
La técnica de contrargumentación no solamente
se dirige a destruir argumentos completos, sino a echar por tierra proposiciones
aisladas de carácter descriptivo, de la siguiente forma: tengo una proposición
que en términos de lógica sería representada así:
Para todo X, si X es A, entonces X
es B. Esto es equivalente a No
existe ningún X tal que XA y X noB.
Hay muchos tipos de lógica: tenemos lógica
proposicional de primer orden, lógica cuantificacional, lógica de óntica,
lógica epistémica, lógica erotética ... y cada una nos sirve para cosas
distintas. Si yo quiero demostrar un axioma no me va a servir para nada
la lógica dialéctica, sino la lógica matemática, la lógica formal, particularmente
la lógica deductiva. Todas las lógicas son limitadas o son valiosas
en función de para qué las queremos utilizar.
La lógica matemática no nos permite explicar
procesos de argumentación reales; digamos que hay una frontera donde
se puede formalizar lógicamente, pero más allá de esa frontera hay muchas
cosas que ocurren en la práctica, que no puede explicar la lógica formal.
Para esos casos se habla de argumentación
informal y hay autores como Cohen, que tienen técnicas de diamagración
de argumentos, etc., que no es proponente lógica dialéctica, son técnicas
de análisis argumentativo que no utilizan la formalización lógica.
Cuando podemos hacer formalización lógica,
el rigor que nos lo permite es aplastante; cuando puedo formalizar un
argumento, la contraparte no tiene para dónde hacerse; si lo formalizo
y tiene que aceptar las reglas de inferencia lógica, no tiene ninguna
otra alternativa, más que aceptar la conclusión.
Tenemos que distinguir entre lo que se
llama el contexto del descubrimiento y el contexto de la justificación;
el primero tiene que ver con la forma en que elijo las premisas, y eso
está más allá de la lógica, pero una vez que nos desprendemos de la
fuente de la cual se eligieron, desde un punto de vista estrictamente
lógico, es tan formalizable, como lo era lo otro. Tan estructura lógica
tiene su argumento, como la tiene lo otro.
En el caso de la lógica, nos quedamos en
la parte a partir de la cual tengo las premisas y analizo los argumentos
y los debato, dando por supuesto el argumento dado, sin tener que meterme
a analizar cuál fue la fuente de la que surgieron las premisas; debato
con los argumentos hechos, no con sus fuentes.
Tenemos un texto jurídico, una ley, por
ejemplo, y tenemos un enunciado. Éste, como hemos dicho, puede tener
distintas proposiciones: proposición uno, proposición dos, proposición
tres, proposición cuatro. Puede ser que yo le atribuya el significado
uno y que obtenga la proposición uno a través de una interpretación
histórica, por decir algo.
Puede ser también que yo atribuya un significado
dos a través de una interpretación analógica, o que le atribuya un significado
tres a partir de una interpretación literal, o que le atribuya un significado
cuatro, a partir de la interpretación n; esto queda circunscrito
dentro del contexto del descubrimiento de la proposición.
La lógica no se mete en esta parte, sino
que aparece una vez que ya hice la atribución de significado, y entonces
tengo mi proposición, y la resultante puede tener una forma lógica tal
que yo puedo representar formalmente, independientemente de la fuente
con la que le atribuí el significado; las técnicas de interpretación
jurídica son técnicas de atribución de significado, es decir, de generación
de proposiciones a partir de enunciados lingüísticos, pero la lógica
no se mete en esa primera parte, no discute esto. La lógica parte del
supuesto: una vez que construiste tu proposición, si se puede formalizar,
o si no, qué inferencias lógicas se siguen de ello.
Aquí podríamos tener que el resultado de
esta interpretación fuera si P entonces Q, y podría ser que el
resultado de esta interpretación fuera A y B, y el resultado
de esta interpretación si y sólo si A entonces B. Como vemos,
la lógica puede formalizar distintas proposiciones que pueden ser obtenibles
a partir de distintas atribuciones de significados.
Vamos a ver este ejemplo fíjense
además qué raro era Hegel para redactar-: En un pueblo no concebido
en un estado de carencia de leyes y desorganización, sino como una totalidad
autodesarrollada y verdaderamente orgánica en tal pueblo, la soberanía
es la personalidad del todo, y ésta se haya representada en la realidad
por la persona del monarca. En lugar de decir en un estado sin
leyes, en un pueblo no concebido, en un estado de carencia de leyes.
Eso es rizar el rizo. ¿Qué función predominante tendría? Prescriptiva,
¿y qué está prescribiendo?, ¿es una apología de qué? De la monarquía.
Nos está diciendo organícense en la monarquía, y desde luego aquí
puede entrar otra vez un contrargumento que nos diga que la soberanía
no radica en la persona del monarca, sino en el pueblo. Entonces,
en función de una construcción alternativa presentamos un argumento
diferente, alternativo.
Vamos a ver si en estos enunciados encontramos
algún elemento que nos indique que hay una relación metalingüística:
Los animales concretamente son objetos
y no sujetos de Derecho. Así
se desprende de varios artículos del Código Civil. Como tales, están
el 753, que se refiere a bienes semovientes (sic), el
854 y el 855 y siguientes, previsores de la protección de animales.
Según lo dispuesto por el artículo
330, fracción I de la Ley Federal del Trabajo de 1931, la prescripción
de las acciones derivadas de riesgo profesional, empieza a correr
desde el momento en que se determina de manera definitiva el grado
de incapacidad que haya quedado al trabajador.
¿Hay alguna relación metalingüística? ¿Cuál sería el lenguaje objeto?,
el artículo 330, fracción I de la ley fulana de tal, efectivamente,
y todo esto es metalenguaje. Siendo tal, ¿de qué carácter es: descriptivo,
prescriptivo, preformativo o expresivo? No es prescriptivo, es descriptivo
¿qué nos está describiendo? Según lo dispuesto por el artículo
fulano de tal, la prescripción
está describiendo que lo
dicho por el artículo 330 es: lo siguiente. Igual que en el caso
anterior, podríamos evaluarlo como verdadero o falso, contrastándolo
directamente con el artículo 330, fracción I.
¿Qué significa describir en el Derecho?
Hay una manera muy trivial de hacer descripción del Derecho, y particularmente
estaríamos hablando de que el discurso de la dogmática jurídica es un
metalenguaje sobre el Derecho Positivo.
Cuando un autor repite exactamente lo que
dice un artículo de la ley, está haciendo una descripción. Si algún
autor nos dice: según lo que dice el artículo 10 del Código Penal,
a quien comete homicidio se le sancionará con pena de diez a veinte
años de prisión, es un metaenunciado de carácter descriptivo que
podemos evaluar como verdadero o falso, contrastándolo con lo que dice
el Código Penal. Será verdadero si efectivamente dice que a quien cometa
homicidio se le sancionará con pena de 10 a 20 años, y en caso contrario
será falso, pero no todas las ocasiones que decimos que describimos
el material normativo se limita a repetir lo que dice el Código. En
muchas ocasiones, lo que hacemos son trabajos de reformulación a partir
de los enunciados del Derecho Positivo y hacemos complejas reconstrucciones
normativas.
En ese caso, solemos hacer pasar como si
fuera descripción, el producto de una interpretación y lo que determinará
si es verdadera o falsa la propuesta que estamos dando, de que nuestro
enunciado sea descriptivo de lo que dice el Derecho Positivo.
Aquí nos estaría diciendo: debe interpretarse
de esta manera, pero fíjense que no lo hace, porque yo así lo interpreto.
Según lo dispuesto con el artículo fulano de tal, alguien podría hacer
una interpretación alternativa y encontrar entonces que a su juicio
lo que dice este artículo es otra cosa. ¿Y Cómo podría rebatir a la
Corte? Diciendo lo que estás diciendo es falso, porque no es cierto
que en la ley se diga lo que tú dices que dice, sino que la ley dice
otra cosa, y esta descripción la obtengo a partir de una interpretación
alternativa.
De la misma manera que podemos generar
argumentos alternativos, podemos generar definiciones o interpretaciones
alternativas que se presentan como contrargumentos a descripciones que
se presentan desde una interpretación distinta.
Existe una falacia que se llama falacia
por autoridad, en la que hacemos una inferencia de la siguiente manera:
A dice B, luego entonces B, y eso es una falacia. No podemos seguir
de que el hecho de que A precisamente diga B, porque ella lo haya dicho,
se siga B. Es decir, B se debe seguir por la fuerza del argumento, no
por el hecho de haber sido dicho por A.
Ya sabemos que en Derecho tenemos la interpretación
auténtica de lo que nos hablaba Quelcin (sic), que la interpretación
de las instituciones, pero desde un punto de vista de teoría de la argumentación,
el hecho de que la Corte haya decidido en un sentido determinado, no
la exime de haber podido construir argumentos falaces. Aunque ella sea
la última palabra, desde un punto de vista de técnica de la argumentación
yo podría mostrar, por ejemplo, como teórico, como doctrinario, que
un argumento de la Corte no es consistente y puede ser que la pueda
derrotar desde el punto de vista de la teoría de la argumentación, aunque
no desde el punto de vista de la creación de estados de derecho finales.
En principio ya habíamos concluido con
la parte de semántica. Ahora veríamos la segunda parte, que sería la
lógica de la argumentación, y vamos a ver algunas nociones de lógica
formal, de lógica matemática, para después tener alguna idea de cómo
se utiliza para la formalización de argumentos.
El lenguaje lógico es de carácter sintáctico,
es decir, que únicamente considera las relaciones entre los símbolos,
sin tomar en consideración los contenidos que éstos puedan tener.
Vamos a ver la definición de un lenguaje
al que vamos a llamar lenguaje L. Un lenguaje lógico, lenguaje formal,
que no tiene ninguna interpretación, se constituye al igual que cualquier
otro, por tres elementos fundamentales: un primer elemento, que es el
léxico del lenguaje, que podemos definirlo como el conjunto de todos
los símbolos que integran el lenguaje.
Así como en el español tenemos el conjunto
de todas las palabras que forman parte del lenguaje, que están integradas
en un diccionario, de la misma manera podemos decir que en el caso del
léxico de la lógica tenemos un conjunto cerrado de símbolos, que serían
los símbolos del lenguaje L.
En segundo lugar, así como en el lenguaje
hay reglas de gramática, reglas para la formación de oraciones bien
estructuradas, en el caso de la lógica tenemos también reglas para la
formación de proposiciones bien elaboradas.
De la misma manera que en un lenguaje como
el español, a partir de una proposición podemos derivar otras tantas,
también en el caso de la lógica tenemos reglas de transformación.
El léxico de nuestro lenguaje L consta
de los siguientes elementos:
Primero, unos símbolos lógicos, llamados
funtores y cuantificadores. Vamos a hacer un resumen de lógica profesional
de primer orden, de lógica cuantificacional y de cálculo de predicados.
Los funtores lógicos son los siguientes:
este símbolo que se llama conjunción, cuyo equivalente aproximado en
español sería Y. Este símbolo se llama disyunción, y su equivalente
aproximado en español sería O. Este símbolo, esta flechita, se
llama condicional, y se lee si
entonces.
El condicional tiene dos partes: antes
de la flechita, a la que se le llama antecedente, y después de ella,
al que se le llama consecuente. Ya hemos visto algunos ejemplos de este
condicional: si P, entonces Q, por ejemplo, donde P sería el
antecedente y Q, el consecuente. Que si A, entonces B, por ejemplo.
Éste se llama bicondicional y se lee: Si y sólo si A por
ejemplo-, entonces B.
Por último tenemos la negación, que equivaldría
en español a no. Además tenemos los cuantificadores, que son
dos: esta A de cabeza, que se llama cuantificador universal, y esta
A al revés, que se llama cuantificador existencial. El primero se lee
para todo. Ya vimos ejemplos en para todo X, si X es A, entonces
X es B. El cuantificador existencial se lee existe al menos una
X tal que.
Entonces tenemos símbolos lógicos funtores
y cuantificadores, y además tenemos símbolos no lógicos que son letras
enunciativas: de la p a la w; letras predicativas: de
la P a la Z, y letras individuales que pueden ser de dos
clases: variables X, Y y Z, o constantes, A, B
y C.
Utilizamos las constantes X, Y y
Z cuando no vamos a individualizar una formalización lógica;
por ejemplo, para todo X, y X es A, entonces X es B, estamos
utilizando la variable X.
Cuando queremos individualizar, utilizamos
constantes, que son letras minúsculas, entonces podemos decir: para
todo x, si x es a, entonces x es b, se puede convertir en x es
a, donde a es igual a Pedro por ejemplo-, entonces
x es b, donde b sería , por ejemplo es mortal. En
ese caso utilizamos constantes.
Además de esto tenemos como símbolos auxiliares
a los paréntesis. Más adelante vamos a ver qué funciones tienen, cómo
se conectan, etc.
Nuestros símbolos DL pueden dar lugar a
fórmulas de dos tipos: atómicas y moleculares. ¿Cuál es nuestra definición
de fórmulas? Una letra enunciativa es una fórmula atómica, entonces
P, por ejemplo, es una fórmula atómica; Q, también; R, igualmente. Una
letra predicativa, seguida de una constante individual, es una fórmula
atómica. Por ejemplo: PA, QAB.
Siguiendo un símil con la química, podemos
hablar de combinación de las fórmulas atómicas en estructuras más complejas,
que dan lugar a las fórmulas moleculares.
¿Cuáles son las reglas de formación de
las fórmulas que pertenecen al lenguaje L? Así como hay ciertas oraciones
que pertenecen al español si están bien formadas y hay otras que no,
si no siguen las reglas de la gramática; en el caso de la lógica, si
respetan ciertas reglas, las fórmulas pertenecen a L y si no respetan
ciertas fórmulas en ciertas reglas, entonces no pertenecen a L.
La regla uno: sólo reglas bien formadas
son fórmulas de L. Es decir, las combinaciones de los símbolos que hemos
visto que no respetan ciertas reglas de combinación no forman parte
de L. ¿Cuáles son? Una fórmula atómica es una fórmula bien formada,
lo cual quiere decir que una letra enunciativa o una letra predicativa,
seguida de una constante individual son fórmulas bien formadas y por
lo tanto forman parte de L.
Si A es una fórmula bien formada,
entonces no A es una fórmula bien formada. Es decir, también
formarán parte de L las negaciones de fórmulas bien formadas.
Si A y B son fórmulas bien
formadas, entonces A y B, A o B, si A entonces
B, si y sólo si A entonces B, son fórmulas bien formadas. Por ejemplo,
fíjense dónde está el lugar del funtor lógico: se encuentra en medio
de las dos fórmulas bien formadas. En los casos de la conjunción, de
la disyunción, del condicional y en el del bicondicional, siempre tenemos
que la regla es que el funtor lógico se encuentra en medio de las dos
fórmulas bien formadas.
Esto significa que si, por ejemplo, yo
escribo P y Q, es una fórmula bien formada, porque el funtor
lógico está en medio de las fórmulas bien formadas, pero si yo escribiera
P y Q, es decir, primero la disyunción y después P
y Q, ya no sería una fórmula bien formada, porque la regla
es que esté en medio de las dos preposiciones. Si yo escribiera P,
Q y después el funtor, ya no sería una fórmula bien formada. Si
escribo P o Q sería una fórmula bien formada.
Si escribo la disyunción P,Q ¿sería
una fórmula bien formada? No. Si escribo, por ejemplo, condicional
P, Q no es una fórmula bien formada. P, Q y el signo del
bicondicional, tampoco es una fórmula bien formada.
Ya sabemos que las fórmulas bien formadas
son las letras predicativas: de la p minúscula, en adelante,
o las letras mayúsculas de la P en adelante, seguidas de una
constante individual; las letras a,b,c, etc., minúsculas. Ahora
veremos cómo se aplica.
Una fórmula molecular es aquélla que incluye
uno o más símbolos lógicos. Ya sabemos que una fórmula atómica puede
ser, por ejemplo, sólo P, o Pa, pero una fórmula molecular
implica la presencia de por lo menos un símbolo lógico. Por ejemplo
P y Q es una fórmula molecular, porque ya tiene incluido el funtor
lógico y; P o Q también lo es, porque tiene al menos un
funtor lógico.
Y así podemos escribir larguísimas cadenas
que constituyan fórmulas moleculares, a través de la combinación de
fórmulas atómicas con los funtores lógicos. Si P y Q o R, entonces
S, es un ejemplo de fórmula molecular. Si P o Q si y sólo si
P o Q, entonces R y S, también lo es; no tenemos límite para hacer
la construcción de este tipo de fórmulas.
Hay una cierta jerarquía de los funtores:
hay algunos que tienen más peso que otros. El bicondicional es el que
tiene más peso de todos, seguido del condicional, la conjunción, la
disyunción, y el más débil de todos es la negación. Vamos a dar ejemplos
de esto.
Si yo tengo P y Q, es una fórmula
molecular, porque tiene por lo menos un funtor lógico. Decimos que puede
tener largas cadenas que constituyan fórmulas moleculares muy complejas,
no tengo límite en ello. Podré escribir P y Q entonces R. Fíjense
que aquí tengo dos funtores lógicos, el de la bicondicional y el de
la conjunción. Esto se podría leer: P y si y sólo si Q entonces R;
o podría leerse: si y sólo P y Q entonces R.
En el primer caso, la fórmula completa
sería una conjunción; en el segundo, un bicondicional. Como tengo pesos
en mis funtores lógicos, y el que más peso tiene es el bicondicional,
entonces yo sé que esto es una fórmula bicondicional, porque el bicondicional
tiene más peso que la conjunción. Esto equivale a, si uso los paréntesis,
si y sólo si, si P y Q entonces R. Si yo tengo P y Q entonces
R, como tengo el condicional, y éste tiene más peso, yo sé que esta
estructura completa es un condicional, que éste es el antecedente y
éste el consecuente.
Tenemos un caso problemático: el de la
conjunción y el de la disyunción, que tienen el mismo peso. En este
caso, para resolver problemas de ambigüedad sintáctica, utilizo los
paréntesis. Si yo escribo esto, puede tener dos lecturas, puede querer
decir P y Q o R, o puede querer decir (P y Q) o R. Para
resolver la ambigüedad, utilizo paréntesis. Si yo quiero que esto diga
P y Q o R, entonces pongo (P y Q) o R, y si yo quiero
que diga lo otro, pongo P y (Q o R). Entonces, para el caso de
la disyunción y de la conjunción, las ambigüedades sintácticas son resueltas
a través del uso de los paréntesis.
Respecto al lenguaje, la lógica nos sirve
para formalizar proposiciones lingüísticas que hemos visto, las propiedades
de las palabras, estas estructuras en proposiciones lingüísticas, distintos
tipos de proposiciones, y ahora vamos a ver cómo estas últimas pueden
ser transformadas en fórmulas lógicas, y una vez hecho esto, podemos
ver la solidez de las inferencias que hacemos a partir de ellas, de
una manera que no podríamos ver si estuviéramos manejando simplemente
lenguaje.
Para ello tenemos que dar alguna convención
muy simple: hay algo llamado lógica de predicados, que utiliza las letras
predicativas. Si podemos sustituir proposiciones lingüísticas por nuestras
letras enunciativas. Si escribo, por ejemplo Si alguien comete homicidio
se le sancionará con pena de 10 a 20 años de prisión, tenemos dos
proposiciones: cometer homicidio y sancionar con pena de 10
a 20 años de prisión. Yo puedo transformar esta proposición lingüística
en una proposición lógica, y le puedo asignar valores a cada una de
las proposiciones, en términos de letras enunciativas.
Entonces, si digo P es igual a cometer
homicidio, y Q, a sancionar con pena de 10 a 20 años de prisión,
puedo hacer mi formalización que quedaría si P entonces Q. Así,
si alguien comete el delito de homicidio será sancionado con una
pena de 10 a 20 años de prisión, lo transformo en términos de lógica
proposicional: si P entonces Q.
También puedo hacer la formalización de
expresiones en las que se predica algo de un sujeto; para esos casos
utilizo las letras predicativas, que son las mayúsculas, seguidas ya
sea de variables o de constantes, según sea el caso. (...) La
letra predicativa me servirá para formalizar el predicado que estoy
haciendo acerca de un sujeto.
También podemos hacer fórmulas con este
tipo de letras predicativas: Si Juan es inteligente, entonces Juan
es brillante. Si sustituimos B por es brillante, tendríamos:
si Juan es inteligente, entonces Juan es brillante.
De esta manera vemos cómo podemos forma
proposiciones moleculares, utilizando también representaciones de predicados,
cálculo de predicados.
Las reglas para hacer formalización lógica
son muy simples; la primera es considerar el enunciado o el discurso
lingüístico; la segunda, identificar cuáles son las proposiciones implícitas;
tercera, hacer la asignación, las variables de las letras predicativas,
etc., y hacer la formalización lógica, a continuación.
Para poder identificar las proposiciones,
hay que buscar en el discurso expresiones que sean equivalentes a aquéllas
que son nuestros funtores lógicos. Vamos a ver un ejemplo muy simple:
si usted está en Madrid o en México, entonces su reloj no debe marcar
la hora de Japón. El primer paso es identificar qué proposiciones
tenemos; para distinguirlas una pauta puede ser identificar las palabras
que sean equivalentes a nuestros funtores lógicos: conjunción, disyunción,
condicional, etc: si, entonces nos hablan de que hay un condicional.
Q, nos habla de una disyunción, y no, de una negación.
Las proposiciones lingüísticas, es decir, lo que se encuentra en los
funtores lógicos serían: Está en Madrid; Usted está en México; su
reloj no debe marcar la hora de Japón. Hay una regla fundamental
cuando formalizamos: debemos hacerlo siempre en afirmativo; ponemos
las negaciones en el momento de hacer la representación simbólica, pero
al identificar las proposiciones, las ponemos siempre en afirmativo.
Asignándoles ya valores de letras enunciativas,
las proposiciones serían: P, igual a usted está en Madrid.
Q, igual a usted está en México. R, igual a su reloj
debe marcar la hora de Japón. Recuerden la regla que acabamos de
mencionar: cuando identificamos las proposiciones, las ponemos en afirmativo;
la negación viene al momento de la formalización.
Vamos a la parte de la formalización: la
estructura lógica de este texto, combinando P,Q y R con
funtores lógicos sería C,P,O,Q entonces no R.
Esto fue un ejemplo de formalización en
lógica proposicional de primer orden, pero existe otro tipo de lógica:
la cuantificacional, que sería de la siguiente manera: la expresión
todo padre tiene hijos quedaría formalizada así: primero debemos
identificar cuáles son los predicados, que en este caso serían es
padre y es hijo, lo cual definimos con P,X, si sólo X es padre,
Q,X, si sólo X es hijo, y la formalización quedaría: para todo
X si para cualquier sujeto, si X es padre, si sólo X tiene hijos.
Aquí sería más bien: tiene hijos, para todo X si sólo X es padre.
Entonces X tiene hijos.
Podemos hacer una sustitución, y aquí vemos
la diferencia entre el uso de las variables y de las constantes. Ya
no estar hablando únicamente de X, es decir, de toda la clase universal,
sino que podemos sustituir, por ejemplo, Pedro por X,
en cuyo caso cambiamos la X por una constante individual, y si Pedro
es igual a A, entonces tendríamos la formalización si y sólo
si Pedro A es padre, entonces Pedro tiene hijos.
Al momento de aterrizar en un sujeto concreto
en la predicación, dejamos de utilizar variables, y utilizamos constantes
individuales, y al hacerlo desaparece la cuantificación universal. Vamos
a ver ejemplos de cómo se aplica en la realidad:
La realidad puede mutar; nuestra pregunta
no es si cambia, esto no es algo que la congele, sino que nos permite
formalizar el lenguaje. Si el discurso cambia, éste es susceptible de
ser formalizable, y lo podremos formalizar en cualquiera de las etapas
de su evolución. Desde luego que tiene limitaciones, y desde luego que
no podemos formalizar todas las características del lenguaje natural
en términos de lógica formal, pero también lo es que constituye una
herramienta muy poderosa que nos permite hacer muchas más cosas que
no podríamos llevar a cabo si nos quedáramos simplemente con el lenguaje
coloquial.
Tenemos ciertas reglas para atribuir valores
de verdad a las proposiciones moleculares; fundamentalmente me interesan
dos: la primera, una proposición molecular P y Q ¿es verdadera?, ¿si
y sólo si P es verdadero y Q es verdadero? Si una de ellas es falsa,
entonces P y Q es falso. Una proposición molecular P y Q es verdadera,
si y sólo si P es verdadero y Q es verdadero.
Una proposición molecular de disyunción
P o Q es verdadera, si el caso que P es verdadera o Q es verdadera o
ambas lo son, si es suficiente que una lo sea para que sea verdadera
P o Q, con más razón es verdadero si son verdadero P y además Q.
Además de esta regla, hay otro tipo de
disyunción, llamada disyunción excluyente, que se representa con otro
signo que no estamos viendo aquí. Esto se los comento nada más de paso,
que significa que P o Q es verdadera, si sólo si P es verdadera o Q
es verdadera; si ambas lo son, entonces P o Q es falsa, en este segundo
tipo de disyunción que menciono.
Estas dos son las que me interesan, porque
son las más intuitivas, las que más utilizamos. Les comento las otras
dos, las del condicional y las del bicondicional: si P entonces Q es
verdadera, si sólo si P es verdadera y Q es verdadera, o si P es falsa
y Q es falsa, o si P es falsa y Q es falsa. Es decir, si P entonces
Q es falsa, únicamente si P es verdadera y Q es falsa, en todos los
demás casos es verdadera, y si sólo si P entonces Q es verdadera, si
P es verdadera y Q es verdadera, o si P es falsa y Q es falsa. Esto
es obvio para garantizar la relación bilateral, la relación bicondicional.
Si una es verdadera, la otra tiene que serlo también; para que la bicondicional
sea verdadera, o las dos tienen que ser falsas, si no respetaríamos
el sentido de la equivalencia entre P y Q.
La lógica sería realmente muy trivial si
se concretara únicamente a repetir en lenguaje formal lo que podemos
expresar en lenguaje natural. La lógica nos permite hacer otras cosas
a partir de la formalización de proposiciones; nos garantiza la consistencia
de nuestras indiferencias, es decir, nos garantiza si aplicamos ciertas
reglas de inferencia lógica; si tenemos ciertas proposiciones, nuestra
inferencia va a ser totalmente consistente; esto es, que nos garantiza
que en un argumento, si nuestras premisas fueran verdaderas, no existe
ninguna posibilidad, es absolutamente imposible que las conclusiones
fueran falsas.
Eso nos garantiza la lógica, que nuestras
estructuras inferenciales, si la premisas fueran verdaderas, no habría
ninguna posibilidad de que las conclusiones fueran falsas, lo cual no
quiere decir que pueda haber inferencias verdaderas a partir de proposiciones
falsas, sino que si las proposiciones fueran verdaderas, las conclusiones
lo serían también, y no habría posibilidad alguna de que fueran falsas.
Existen ciertas reglas de inferencia lógica.
Vamos a ver algunas de ellas y el cómo son bastante más intuitivas de
lo que pudieran parecer: Tenemos primero una regla de inferencia llamada
modus ponendo ponens, que nos dice que si la premisa mayor es
un condicional que dice si P entonces Q y P, y la premisa menor
es P, ¿qué puedo inferir? Pues Q, y es el caso que P,
luego entonces infiero Q. La explicación larga sería que si tenemos
una estructura, un argumento, esto ya es un argumento que tiene como
premisa mayor un condicional, y como premisa menor el antecedente del
condicional de la premisa mayor; entonces infiero el consecuente.
Existe otra regla de inferencia llamada
modus tollendo tollens: si P entonces Q y es el caso que no
Q, ¿qué infiero? No P, que se leería: si tengo un argumento
que tiene una estructura tal en la que la premisa mayor es un condicional
y la menor es la negación del consecuente de la premisa mayor, infiero
la negación del antecedente de la premisa mayor.
Tenemos otra que es modus tollendo ponens,
que nos dice: P o Q, pero es el caso que no P, entonces
infiero Q, pues es la única alternativa que me queda, y lo mismo
pasa a la inversa: Q y no Q, entonces infiero P; manzanas
o melones y no hay melones, pues manzanas.
Nuestras reglas de la lógica son muy parecidas
a las de las matemáticas, y seguimos de manera formal las reglas de
la lógica para obtener las inferencias. La garantía que tenemos es que
así como aplicando las reglas de aritmética vamos a poder generar operaciones
que nos permiten modelar el mundo, pues de la misma manera construimos
aquí un modelo acerca del lenguaje. Esa es la relación que existía entre
matemáticas y lógica; otra muy importante es que la lógica se ha convertido
en el fundamento de la matemática, y no a la inversa. Cuando los matemáticos
quieren fundamentar sus axiomas y sus teoremas, utilizan la lógica,
pero en es sentido sí tiene un paralelo con la matemática.
La negación de una negación es igual a
la afirmación. Desde aquí tenemos la regla de la doble negación: si
tengo P puedo inferir no no P, y si tengo no no P,
infiero P. Si tengo P, que es una afirmación, puedo inferir
la doble negación de P, que es lo equivalente. No no vayas
al parque es igual a ve al parque.
Tenemos que hacer la distinción del no,
no vayas al parque, y no no vayas al parque. Una cosa es
decir no, no vayas al parque, en donde estoy repitiendo dos veces
la misma negación, a decir no no vayas al parque. Te estoy
negando que no vayas al parque. En ese caso sería equivalente a
ve al parque; puede tener esas dos lecturas, la enfática, en
la que estoy subrayando solamente la primera negación, repitiéndola,
y la otra lectura, en la que estoy negando la negación. La lectura de
negar la negación es la equivalente a la doble negación.
El lenguaje coloquial presenta ese problema
de ambigüedad, pero ya sabemos qué nos resuelve la lógica, nos permite
resolver ese problema de las dobles negaciones. No es cierto que
no me debes 100 pesos, luego entonces me debes 100 pesos.
Así como la lógica sirve para hacer modelos
econométricos, nos sirve para modelar argumentos; es decir, para transformarlos
en modelos formales y, por ejemplo, revisar la consistencia de sus inferencias.
También podemos decir que tiene una segunda función: nos sirve como
recurso metodológico o como técnica para construir argumentos consistentes.
Ésas serían las finalidades que tendría
la aplicación de la lógica en la argumentación.
Ahora, no necesariamente tenemos que pensar
que el discurso retórico más persuasivo es lógicamente el más consistente.
Es más, el discurso lógico puede ser bastante árido, pero en su aridez
se puede demostrar la consistencia superior a un argumento muy retórico.
Es decir, quien maneja tener la argumentación, puede poner en entredicho
muy fácilmente las falacias de un argumento retórico, y en ese sentido
romper el carácter persuasivo del argumento retórico a través de la
utilización de las técnicas de argumentación.
Tenemos reglas de simplificación: si tengo
P y Q, si tengo melones y manzanas, infiero entonces P,
o puedo inferir Q. Si tengo melones y manzanas, puedo inferir
que tengo melones o que tengo manzanas, porque tengo las dos.
La ley de la transitividad no tiene nada
que ver con corrupción. Si P entonces Q y si Q entonces R, si P entonces
R. Muchas de nuestras inferencias lógicas presuponen largas cadenas
inferenciales de esta naturaleza. Si P entonces Q, si Q entonces
R, si R entonces S, si S entonces T, entonces si P, entonces T.
Si tengo P hago directamente toda mi cadena inferencial y llego a
la última conclusión.
Ley de la adjunción: tengo por un lado
P y por otro Q, melones aquí, manzanas acá. Entonces puedo
inferir que P y Q en este caso, porque tengo los dos, tengo A
por un lado, y tengo B por el otro, pues tengo A y B, PQ y
Q, infiero P y Q.
La ley de la bicondicionalidad: si y
sólo si P , entonces Q, puedo inferir que si P entonces Q,
pero también que si Q, entonces P, por la relación bicondicional.
También podría inferir si P entonces Q y si Q entonces P, las
dos en una conjunción.
Curso de Técnica Jurídica
Sesión del 14 de marzo del 2002
(Clase 3/3)
La lógica nos debe permitir mostrar con
toda certeza, que una inferencia lógica es una inferencia correcta,
para lo cual hay un procedimiento mecánico, que consiste en poder mostrar,
que cada una de las inferencias que se van siguiendo aplicando las reglas
de inferencia, el modus ponem, el modus tolent, etc.. nos permite justificar
cada uno de los pasos de las inferencias que estamos haciendo.
No todo sistema proposicional es un argumento,
un argumento es un sistema constituido por distintas proposiciones que
entre sí tienen una relación tal, que de algunas de ellas se sigue,
como consecuencia o como inferencia, otra proposición que sería la conclusión.
Eso es a lo que denotamos con la palabra argumento.
Un argumento se puede expresar, o varios
argumentos pueden ser expresados a partir de distintas argumentaciones,
la argumentación sería la manera externa en la que se presenta un argumento.
(Una argumentación es una manera en la
que se expresa un argumento y un argumento puede ser expresado a través
de distintas argumentaciones). De la misma manera que ocurre con respecto
a los enunciados y a las proposiciones o los significantes y los significados.
Hay una relación entre un argumento y algo
que podemos llamar la forma argumental.
La forma argumental es la estructura lógica
de un argumento, si por ejemplo escribo: todos los hombres son mortales,
y Sócrates es hombre, luego entonces Sócrates es mortal.
Entonces nos encontramos con que un argumento
o dos argumentos distintos pueden ser instancia de sustitución de la
misma forma argumental y que un mismo argumento puede ser expresado
a través de distintas argumentaciones.
La validez de un argumento, es determinada
por su forma argumental, por la forma argumental de la cual ese argumento
es una instancia de sustitución.
Puede haber argumentos inválidos, también
argumentos en los cuales no serían instancias de sustitución de ninguna
forma argumental que garantizara que si las premisas fueran verdaderas
la conclusión también fuera verdadera.
Pude haber algo que nos de la impresión
de que es un argumento, pero que en realidad no lo sea, además de las
falacias, puede ser también que algo esté afectado de petición de principio,
es decir que pareciera que hay una inferencia lógica, pero en realidad
lo único que tenemos es que la misma proposición está siendo expresada
de manera distinta.
Un argumento es sólido cuando sus premisas
son verdaderas y además el argumento es válido, si tenemos que el argumento
es la instancia de sustitución de una forma argumental que nos garantiza
que si las premisas fueran verdaderas, las conclusiones serían verdaderas,
pero además, resulta que las premisas del argumento en cuestión son
verdaderas, entonces estamos ante un argumento sólido.
El argumento sólido es el que, es válido
pero además de serlo, sus premisas son verdaderas. Si se cumplen estas
dos condiciones, validez y la verdad de las premisas, el argumento es
sólido.
Inferir implica ir de algo que está establecido
en las premisas a una conclusión que es distinta a las premisas, y si
lo único que hago es repetir en un enunciado distinto la misma proposición,
en realidad no estoy concluyendo nada nuevo, simplemente estoy repitiendo
de manera distinta lo mismo, por eso se llama petición de principio.
En principio hay dos clases de argumentos,
que son las estructuras deductivas y de estructura inductiva. Los de
estructura deductiva, son los que tiene una premisas o conjunto de premisas
de las cuales se infiere una conclusión.
Los argumentos deductivos, de un conjunto
de premisas dadas, se pueden inferir una conclusión, que en principio
suele ser generalizaciones. El argumento inductivo está basado en la
probabilidad.
Analizo mi generalización, busco un contraejemplo,
presento el contraejemplo y echo por tierra el valor de la generalización.
Si el argumento es de carácter deductivo y está apoyado en la generalización,
luego entonces, tumbo, por tierra el argumento completo.
Algunas de las palabras que nos permiten
identificar donde están las conclusiones y diferenciarlas de las premisas,
serán las siguientes, se sigue que, de ahí que, por eso C, donde C es
la conclusión, P en consecuencia C, P, luego C.
También tenemos indicadores de premisas,
por ejemplo, c, puesto que P, c, porque P, c, ya que P. Estas palabras
nos permiten distinguir dónde están las premisas de dónde están las
conclusiones, que es el primer paso para identificar o reconstruir argumentos,
podemos hacer reconstrucción de un argumento a partir de un texto.
Lo importante es ver, primero, como tenemos
que distinguir las premisas de las conclusiones, y segundo que en muchas
ocasiones el argumento es el resultado de una reconstrucción, ya que
no nos está esperando etiquetado con una diferencia nítida entre conclusiones
y premisas, sino que tenemos que reconstruirlo.
En ocasiones los argumentos no tienen indicador
o la conclusión se encuentra al principio, puede suceder que no haya
indicador argumentativo, o que la conclusión se encuentre en otra parte
del texto, no necesariamente al principio. La reconstrucción debe tomar
en cuenta estos elementos, analizar el texto buscando algún indicador
argumentativo y si no tratar por el contexto de identificar dónde está
la premisa y donde está la concusión.
Se pueden evaluar de verdaderas o falsas
a cada una de las proposiciones e incluso la relación supuestamente
lógica de consecuencia entre las premisas y las conclusiones.
Una de las principales dificultades para
la reconstrucción de argumentos puede ser que parte de las premisas
no estén declaradas.
Pude suceder que en un texto determinado
podamos inferir una conclusión que no esté tan claramente o tan explícitamente
derivada de premisas establecidas en el texto. Lo que tenemos que hacer
en ese caso es reconstruir el argumento que nos está permitiendo llegar
a esa conclusión, tendremos que ver de dónde sacas la conclusión de
esa premisa.
Una de las dificultades que más nos encontramos
en la reconstrucción de argumentos puede ser que las premisas no están
todas dentro del texto, lo que tenemos que hacer es identificar cuales
son las premisas presupuestas, explicitarlas y reconstruir el argumento.
Los argumentos inductivos, son aquellos
en los cuales obtenemos una generalización a partir de la consideración
de una serie de casos individuales.
Una argumentación inductiva y una argumentación
deductiva, pueden estar vinculadas o pueden estar conectados, es decir
puede ser que la generalización a partir de la cual yo hago una deducción,
haya sido obtenida por vía inductiva. El tipo de argumentación de carácter
inductivo está basada fundamentalmente en probabilidad.
En el caso de la argumentación deductiva
tengo la certeza absoluta de que la conclusión se sigue de las premisas,
en el caso de la argumentación inductiva la conclusión no me garantiza
que en el próximo caso que se observe se vaya a refutar la conclusión,
lo cual no sucede con las deducciones, en las cuales tenemos una conclusión
clara incontrovertible.
El peso de la argumentación está dato por
la autoridad que lo emite. Cuando hacemos análisis de los textos con
los que nos enfrentamos diariamente, nos podremos encontrar con que
lo que tenemos es un rompecabezas en el que simplemente se ensamblan
proposiciones, una proposición tras otra, una afirmación tras otra y
que en realidad no hay una ilación lógica entre ellas tampoco hay un
argumento.
Los procesos de argumentación y contra
argumentación tienen que ver con acuerdos y desacuerdos, podemos tener
acuerdos en las creencias, acuerdos en las actitudes o acuerdos bidireccionales,
un acuerdo en las creencias tiene lugar cuando dos o más sujetos coinciden
en que un hecho determinado ha ocurrido. Puede haber acuerdo también
en las actitudes esto tiene lugar cuando dos o más sujetos coinciden
en la valoración que hacen de algo que aconteció.
Puede haber un acuerdo bidireccional, es
decir, que pueden coincidir tanto en las creencias como en las actitudes,
pero también puede haber desacuerdos. Puede haber desacuerdos, en términos
de disputa verbal, que esto es muy frecuente en los debates parlamentarios.
Una disputa verbal es aquella que tiene
lugar cuando los interlocutores están utilizando una misma expresión,
pero la están empleando en sentidos diferentes, entonces, creen estar
hablando de lo mismo, pero en realidad están hablando de cosas totalmente
distintas.
Puede haber auténticos desacuerdos, por
ejemplo los relativos a las en las creencias, que se dan cuando dos
o más sujetos no coinciden en que algo aconteció, equivale a decir que
mientras uno asignaría valor de verdad a un enunciado que sostuviera
que el hecho "x" aconteció, el otro le asignarían valor de
falsedad.
También podemos tener actitudes en las
actitudes puede ser que dos personas coincidan en los hechos, en las
creencias, pero que no coincidan en la valoración de las creencias.
Podemos hablar de ciertas estructuras que
parecen argumentos pero que en realidad no lo son, estas se conocen
con el nombre de falacias, las de carácter formal, son las de lógica
matemática y las no formales son las que a continuación se describen.
Falacia adominem, la cual es moneda de
curso corriente en los procesos parlamentarios, y se da cuando no me
meto a analizar el argumento, no contra argumento, sino que descalifico
al emisor del argumento y por un peculiar efecto psicológico, mis interlocutores
asociarán la descalificación del emisor y la van a transferir a la descalificación
del argumento exactamente.
No puedo inferir la falsedad de su argumento
por la descalificación del sujeto, lo que tendría que considerar es
la solidez o no del argumento, independientemente de si él lo emite
o no.
En el caso de la falacia adominem circunstancial,
se descalifica también al emisor del argumento, la diferencia con el
anterior es que en esta situación no se le descalifica por las características
intrínsecas del emisor del argumento, sino se le descalifica por una
circunstancia en la cual se encuentra.
Ejemplo, en el supuesto de que formemos
parte de los socios de una empresa y la empresa tiene problemas económicos,
ninguno de los socios, salvo uno, tiene la posibilidad económica de
comprar acciones, pero él es quien sugiere, que la única manera de salvar
la empresa es emitiendo más acciones para llegarse recursos. Alguien
podría decir que eso es incorrecto, por que él es el único que puede
comprarlas y convertirse en socio mayoriatario.
El argumento ad baculum o apelación a la
fuerza, en este caso el poder persuasivo del argumento no proviene de
la estructura lógica del argumento en sí, sino que proviene de una relación
de poder del emisor sobre el receptor, es decir se acepta el argumento
por la relación de poder que tiene el emisor y no por el argumento en
sí.
El argumento ignorantian, se refiere a
que del hecho de no poder probar la verdad o falsedad de un enunciado,
no puedo inferir la verdad o falsedad de la negación del enunciado.
En el caso del derecho, utilizamos por ejemplo, en la interpretación
a contrario sensu, en donde tenemos un argumento falaz, del hecho de
que yo no pueda probar A no puedo seguir que se hubiera dado B, en absoluto,
si no puedo probar A lo único que puedo hacer es no probar A y nada
más.
El argumento al misericordian, llamado
también la piedad, se refiere al caso de cuando no se esta argumentando
para demostrar que una conclusión se siga de las premisas, sino que
estoy apelando a la misericordia del auditorio para que el auditorio
acepte una conclusión determinada.
Ejemplo, en los casos de juicio con jurado
popular donde los abogados, defensores deben hacer una caricatura, una
descripción dramática de la situación en la que se encuentra el inculpado,
para conmover a los jurados y que los jurados entonces tomen una decisión
favorable al mismo.
Argumento ad derecundian o apelación a
la autoridad, en el caso del derecho apelamos mucho a la autoridad,
hay que acostumbrarnos, más bien a analizar los argumentos independientemente
de quién vengan, como si le pusiéramos un anónimo de la procedencia,
y analizar el argumento nada más.
Otro tipo de argumento es el llamado argumentum
populum, que apela a los sentimientos del auditorio, no necesariamente
mediante la misericordia, sino por otras razones como la simpatía de
la gente hacia determinada postura o bien manipulando sus posiciones
ideológicas.
Ejemplo notorio de lo anterior es el caso
de Hitler, quién apeló a los sentimientos nacionalistas o a los sentimientos
patrióticos.
La falacia por accidente es la que se lleva
a cabo cuando se hace la aplicación inadecuada de una regla general
a un caso especial.
Ejemplo, en algunos de los tratados de
Platón decía, supongamos que hay una regla que nos dice que si alguien
nos da a guardar algo y es de supropiedad, cuando nos lo pida tenemos
que devolvérselo, sin embargo podría haber un caso en el cual por ciertas
circunstancias especiales, esta regla sería incorrecto aplicarla.
Supongamos que Cayo me presta sus armas
o de da sus armas para que se las guarde, pero resulta que se vuelve
loco peligroso, cuando me pida las armas sería inadecuado hacer la inferencia
de que me está pidiendo las armas y yo tenga que entregárselas, siendo
inadecuado, pues no considero un elemento relevante, que cambian las
circunstancias originales en las cuales sería aplicable la regla, al
estar loco ya no procede entregárselas porque sé que puede hacer daño
al resto de la gente.
La falacia por generalización inadecuada,
es una generalización que se hace a partir de casos atípicos no relevantes,
es decir cuando se toman casos aislados como regla, cuya inferencia
de ellos es incorrecta.
Falacia por falsa causa post oc ergo propter
oc, se refiere a la consideración del hecho de que algo sea causa de
otra cosa y de que A sea causa de B y B sea causa de C, entonces infiero
que A también es causa de C y esto no necesariamente es así, puede ser
que haya una relación causal entre A y B y que haya una relación causal
entre B y C, pero que entre A y C no haya ningún tipo de relación causal.
Un ejemplo lo tendríamos, en la extrañísima
teoría penal, que decía que la causa de la causa es la causa de lo causado,
entonces resultaba que alguien mataba a otra persona, entonces teníamos
que buscar y sancionar a quien había vendido la pistola, al que la había
transportado, al que había sacado el metal de la mina, al que lo había
fundido, al que había hecho la bala, por que si no se hubiera dado alguno
de esos elementos de la cadena casual entonces no hubiera ocurrido el
homicidio.
La falacia de petición de principio, significa
que las premisas y las conclusiones se complican, por ejemplo Chanel
5 es en mejor perfume por que lo usa Claudia Schiffer, ¿ y por que lo
usa Claudia Schiffer? Pues por que es el mejor perfume. Lo anterior
da origen a este tipo de falacia.
Por otra parte existe algo que no es directamente
una falacia, pero que nos llevan a razonamientos falaces, que se conocen
con el nombre de preguntas complejas, que pueden ser; las que implican
que cualquier respuesta asuma admitir un enunciado implícito; o bien
aquellas que reducen las alternativas a un cierto número de calificativos
posibles.
Las falacias por equívoco, se refieren
a cuando una palabra es policémica y resulta que la utilizo, en un sentido
en una premisa y en otro como una conclusión.
Por ejemplo, todas las leyes son descripción
del universo, el Impuesto Sobre la Renta es una ley, por lo tanto el
Impuesto Sobre la Renta es una descripción del universo, con lo cual
se advierte, que utilizar la palabra ley en dos sentidos distintos nos
lleva a una conclusión inadecuada.
La falacia por anfibología, es cuando hacemos
una inferencia inadecuada a partir de una expresión que sintácticamente
puede tener más de un significado.
La falacia por énfasis, se lleva acabo
muchas veces cuando dependiendo del énfasis que pongamos en ciertas
palabras, podemos inducir que se lleven a cabo ciertas inferencias.
Ejemplo de este tipo, es el del famoso
chiste, de cómo amaneciste poniendo énfasis en una parte ¿cómo? ¿amaneciste?.
La falacia por composición es aquella en
la que se parte del supuesto de que de las propiedades de los miembros
de un conjunto, se pueden traducir a las propiedades del conjunto en
sí, y puede suceder a la inversa, es decir que del conjunto de las propiedades
de un conjunto considerado globalmente, tratemos de hacer una transposición
a los miembros del conjunto, lo que sería la falacia por división.
Por ejemplo en el caso de que el jugador
"A" de fútbol, el jugador "B" de fútbol, el jugador
"C" de fútbol, sean excelentes jugadores, de ahí tratamos
de hacer una inferencia diciendo, "el equipo debe ser maravilloso"
lo cual es incorrecto, ya que no podemos hacer una inferencia directa
transfiriendo las propiedades de las partes al todo, por que puede suceder
que aunque todos sean tan buenos jugadores, sean tan personalistas que
no sepan jugar en equipo.
La falacia por atinencia es cuando no existe
ninguna relación lógica entre una premisa y una supuesta conclusión,
no tiene nada que ver, de una cosa no se sigue la otra.