Coordenadas / El Sheraton, las leyes y la apertura energética



Reforma

(08 Febrero 2006).-

¿Qué relación existe entre el Sheraton, la seguridad jurídica y la apertura energética?

Respecto al caso del Hotel Sheraton y la expulsión de los funcionarios cubanos se han vertido muchas opiniones, pero no se ha abordado un tema que tiene implicaciones económicas: la inseguridad jurídica que el precedente puede acarrear.

Más allá de que los expulsados hayan sido cubanos o que haya existido un trato discriminatorio, el tema de la inseguridad jurídica tiene que ver con la legislación que reconocen las filiales de empresas extranjeras.

Si la expulsión de los cubanos hubiera derivado de que le cayeron gordos al gerente del hotel o que algún directivo menor quería molestarlos y hacerles una mala jugada, el tema sería diferente.

En este caso, el hecho de que la administración del hotel haya invocado la instrucción recibida por sus oficinas centrales en Estados Unidos y que las propias autoridades de Estados Unidos hayan señalado y reiterado que como empresa estadounidense el hotel no tenía otro remedio que acatar las indicaciones, es un precedente riesgoso.

El pequeño detalle es que independientemente del origen de la propiedad de las empresas que operan en México, cuando se instalan en el País se convierten en firmas reguladas por la legislación mexicana.

Eso es el principio más elemental que sabe cualquier empresa transnacional y con lo que la recibe cualquier abogado corporativo.

Existen en México firmas provenientes de decenas de países, pero en el momento en el que salen de sus territorios y se establecen en otras naciones deben aceptar el acatamiento de las leyes nacionales. Así funciona la inversión, literalmente aquí y en China.

A los bancos norteamericanos o europeos establecidos en México los vigila y regula la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, independientemente de que los reguladores en sus países de origen hagan lo propio con sus corporativos.

Las firmas extranjeras tributan conforme a lo que el sistema fiscal mexicano tiene establecido para su caso y tienen que contratar a sus empleados conforme a la legislación laboral nacional.

Incluso, cuando se negoció el Tratado de Libre Comercio se estableció el término de "trato nacional" para las empresas de los países integrantes del acuerdo. Esto significa que, en la medida en que las firmas norteamericanas y canadienses están reguladas por la legislación mexicana, en México deben ser tratadas como empresas mexicanas, salvo en los casos en que haya exclusiones explícitas en la ley.

Así que valdría la pena que simplemente se aclararan las cosas porque el vocero del Departamento de Estado de Estados Unidos insistió ayer en que la ley de Estados Unidos se aplica "a cualquier corporación o subsidiaria estadounidense, sin importar donde esté".

Mi impresión es que, en este caso, algún funcionario norteamericano metió la pata y ahora con el ánimo de no reconocerlo se andan enredando en un problema que puede ser mayor.

Francamente, el tema no son los cubanos, nos gusten o no nos gusten, el problema es el criterio jurídico que debe ser precisado porque si no, cualquier empresa extranjera podrá invocar la legislación de su país para saltarse la de México.

 

 

¿Y la energía?

 

 

En este asunto, que detonó el fin de semana pasado, había un fondo que casi ha quedado oculto en medio del escándalo.

Se trataba de un grupo de empresarios estadounidenses que platicaban con una delegación de funcionarios cubanos para explorar la posibilidad de hacer inversiones en el sector energético de la isla.

Cuba, el país que frecuentemente se toma como referencia de un Estado con una economía cerrada, tiene abierto su sector energético.

Cuente usted a las empresas canadienses Sherit International y Pebercan, y desde luego a la empresa española Repsol YPF y la china China Petroleum and Chemical Corporation, entre las que han hecho mayores inversiones en el sector energético de la isla.

Así que con todo y el escándalo, resulta que los cubanos andan en busca de inversionistas... incluso norteamericanos.

¿Y en México? Andamos viendo porqué los norteamericanos se han sentido tan seguros como para pedir la aplicación extraterritorial de la ley.

 

 

Como nadie

 

 

El Presidente Fox ya había dicho que le disgustaba que se anduviera comparando a México con otros países, especialmente con China. Ayer lo repitió.

¿Será acaso porque China creció el año pasado casi al 10 por ciento y México no llegará al 3 por ciento?

No, como cree. Al Presidente Fox igualmente le disgustaría que nos comparáramos si México hubiera crecido al 10 por ciento y China al 3 por ciento...

Lástima. La insatisfacción productiva está en el principio de los cambios positivos y si al Presidente le repugna, pues ya sabemos que esos cambios no empezarán con él.

 

E-mail: enrique.quintana@reforma.com




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