Que
reforma diversos articulos de la Constitucion Politica de los Estados Unidos
Mexicanos, en materia laboral, presentada por la diputada Beatriz Patricia
Lorenzo Juarez, del PAS, en la sesion del jueves 24 de abril de 2003
La suscrita diputada federal, Beatriz
Patricia Lorenzo Juárez, de la representación parlamentaria del Partido Alianza
Social, y con fundamento en los artículos 71, fracción II, 72 y 135 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y 55, fracción II, del
Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos
Mexicanos, somete a la consideración de esta soberanía la siguiente iniciativa
de decreto, por el que se reforma el primer párrafo de los artículos 5º y 123
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de conformidad con
la siguiente
Exposición de Motivos
Todos los días se habla de la
necesidad de capacitación, de calidad, de productividad y de competitividad en
el ámbito laboral, pero todo esto poco importa al ciudadano común si éste no puede encontrar empleo por ser mayor de
30 años.
Desgraciadamente,
hoy día, al cumplir los 30 años la ciudadanía comienza en el ámbito laboral a
sobrevivir, cuando en la realidad comienza apenas a fundar y consolidar una
familia.
Hoy vivimos los efectos
desastrosos que han originado las políticas neoliberales impuestas en nuestro
país en las últimas décadas, efectos que son realmente delicados y
preocupantes.
Por otro lado, el cierre de
empresas y, por ende, la pérdida de miles de empleos son un fenómeno que
amenaza con deteriorar aun más la ya precaria economía doméstica de millones de
familias en México.
La angustia que produce necesitar
y no encontrar empleo entre la población joven del país, abarca a todas las
clases sociales del país.
El
empleo es una necesidad y un derecho básico de todo ciudadano, el empleo lo
necesitan todas las personas, sin excepción alguna, y precisamente por ello la
crisis de desempleo por la que hoy atraviesa nuestro país, debe dar lugar a
acciones que eviten el que en solo unos cuantos años este problema se vuelva
inmanejable, con las graves consecuencias sociales, políticas y económicas que
ello implicaría.
A pesar de que cada año, aumenta
el número de personas que buscan un lugar en el mercado de trabajo, estas
mismas, pasan a ser automáticamente desempleadas, por los irracionales
requisitos que exige la oferta de empleo, como es en el mayor de los casos, ser menor de 30 años.
Actualmente, la preparación
académica, sin importar su grado, no asegura un empleo digno y mucho menos
justamente remunerado a ninguna persona.
En la sociedad se está dando el
fenómeno de que gran cantidad de personas piensa que ganar dinero fácilmente es lo mejor que puede pasarle a uno, y para
otros la forma más fácil de obtener
dinero es mediante actividades ilícitas. Esto es realmente preocupante, y
no tomarlo en cuenta sería una irresponsabilidad por parte del Gobierno
Federal.
Independientemente de que se
busque una economía sin inflación o con una tasa de inflación estable y
crecimiento razonable por medio de una disciplina fiscal, sin duda, en México
se ha sobrepasado la tasa natural de desempleo.
Ante
lo anterior, el desbordante optimismo de algunos funcionarios en cuanto a la
generación de empleo y mejoramiento en las condiciones de trabajo, no es de
ninguna manera compartido por miles de personas, para quienes el exitoso
desempeño gubernamental en materia laboral, son sólo palabras que oscilan entre
la burla y la omisión.
Se
estima que la población económicamente activa (PEA) esta compuesta por
aproximadamente 55 millones de personas, y por otro lado a la fecha se
contabiliza que existen en México 1 millón 192 mil personas desempleadas, las
cuales podrían tardar en encontrar un nuevo empleo entre una y nueve semanas en
el mejor de los casos.
El crecimiento económico de México
en el 2002 fue de 0.9 por ciento, muy inferior a la meta oficial de 1.7 por
ciento, aunado a ello en el presente primer trimestre del año son muy pocas las
actividades productivas en expansión, la demanda de bienes y servicios no
repunta y el conflicto bélico en medio oriente hace todavía más incierto el
futuro económico, no sólo de México, sino de otras naciones.
Por otra parte, debemos tener
presente que las instituciones bancarias hoy día no cumplen con su función principal:
transformar el ahorro en financiamiento y con ello reactivar el mercado
interno.
De todos es conocida la Agenda
Económica 2003, mediante la cual se busca entre otras cosas estimular la
generación de empleo, en el Partido
Alianza Social esperamos que esto no sea, como en otras ocasiones, solo un
cúmulo de buenos deseos.
Despidos, insatisfacción en el
empleo y término de contratos temporales son los motivos por los cuales el
desempleo sobrepasa por mucho a la creación de fuentes de trabajo dignas.
Desgraciada e irracionalmente, las
personas entre los 18 y los 30 años de edad, se enfrentan a dos limitantes al
momento de buscar un empleo digno: primeramente se les pide una “experiencia” que obviamente no se
posee, y por otro lado si se cumple el mencionado requisito se limitan las
oportunidades al dar únicamente oportunidad a personas “no mayores de 30 años”; es decir, la experiencia y la edad no son
como en otras partes del mundo una ventaja, sino todo lo contrario, al ser
estas dos condiciones un freno al desarrollo tanto personal como profesional de
los individuos.
El
artículo 5º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
establece en su primer párrafo: “A
ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria,
comercio o trabajo que le acomode, siendo lícito…” Asimismo, el artículo 123 del mismo ordenamiento, en
su primer párrafo, dice a la letra: “Toda
persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil, al efecto, se
promoverán la creación de empleos y la organización social para el trabajo,
conforme a la ley”.
Al parecer, el Estado de derecho
está muy lejos de cumplirse a cabalidad en el ámbito laboral, en la vida diaria
de las personas comunes, ya que en la práctica estos dos preceptos
constitucionales son violados a diario de forma grotesca en cuanto a las
relaciones laborales.
La
oferta de trabajo en su mayor parte toma como edad máxima contratable a los 35
años, y por otro lado en México existen mas de 8 millones de personas mayores
de 60 años, edad mínima para obtener la ayuda económica oficial del gobierno.
De
lo anterior se concluye que las personas entre 35 y 60 años se encuentran en un
total estado de indefención laboral, en donde son personas de la tercera edad
sin ningún derecho; y en realidad son personas que apenas comienzan a abrirse
paso en esta vida.
Por otro lado, la alta reducción
de nacimientos y el aumento de esperanza de vida entre los mexicanos (75 años)
da lugar a que la sociedad en general “envejezca
colectivamente sin remedio”.
Así,
el número de trabajadores jubilados y pensionados aumenta cada año, lo que
aumenta la cantidad de egresos que los gobiernos deben destinar a estos, lo que
conllevará a futuras e inevitables crisis financieras. Pero contra ello se
permite ilógicamente, que la población que podrían ayudar a sostener a la
población adulta (personas entre 30 y 60 años) sean discriminados y excluidos
del mercado de trabajo.
Olvidémonos
de las definiciones, de los límites: joven, adulto, realmente poco importa
esto, estamos ante un problema que en el futuro podría tener desastrosas
consecuencias políticas, sociales y económicas para la nación.
Sin duda, es necesaria una política nacional de empleo que integre
los esfuerzos de los sectores público, privado y social para evitar que los requisitos para acceder a un
empleo digno no sean tan irracionales como lo son hoy día en nuestro país.
El empleo debe ser un objetivo
prioritario nacional, que dé lugar a un desarrollo económico sostenido.
Actualmente, el promedio mensual
de ingresos que ofrece la oferta de empleo es de 2 mil 700 pesos mensuales para
un empleado con educación superior, sueldo que se encuentra muy lejos de ser el
necesario para cubrir las necesidades básicas de cualquier familia, por pequeña
que ésta sea.
Los niveles salariales en la
mayoría de los empleos son subvaluados, ya que los niveles de ingreso reales en
México son inferiores a los que existían en 1981.
Por otra parte, la cascada de
aumentos en los precios de los principales servicios básicos: como
electricidad, telefonía y gas LP, no ayudan en nada a la economía familiar, ya
de por sí deteriorada.
La percepción del esfuerzo y la
percepción de la remuneración recibida es inversamente proporcional para la
mayoría de la población económicamente activa.
Mientras no se pague lo justo por
el trabajo demandado, mientras la solidaridad y el apoyo entre el ofertante y
el demandante no exista, el sistema laboral en México continuará siendo
decadente.
La
idea de eficiencia, esfuerzo y capacitación que hoy se tiene, no cambiará mientras
el entorno laboral no cambie de manera positiva. No podemos hablar de
competitividad, si no hablamos primero de justicia social.
Al derrumbarse el empleo directo,
se pierden los indirectos y se deteriora el salario (al existir una mayor
demanda y una menor oferta de empleo) dando lugar a que este alcance cantidades
en la mayoría de los casos ofensivas para la población económicamente activa
disponible.
La falta de empleo hace que la
oferta existente empeore las condiciones de trabajo (bajo salario y nulas
prestaciones sociales) ya que la necesidad de un ingreso obliga a miles de
hombres y mujeres a aceptar actividades que en otro contexto no hubieran
tolerado.
Así, las posibilidades de los
núcleos familiares de obtener un mayor margen de ingreso son hoy cada vez
menores, por no decir nulas.
El desempleo y el subempleo dan
lugar a que las condiciones de trabajo y vida de las personas empeoren día a
día cada vez más, y en algunos casos esta situación da lugar a hechos realmente
preocupantes, ya que la principal causa de suicidio o intento de suicidio es la
pérdida de empleo y la imposibilidad de encontrar rápidamente uno nuevo debido a la edad, la cual se convierte
en un “defecto” para la persona
desempleada, aun contando con vastas actitudes y aptitudes.
Mientras no se pongan en práctica
políticas laborales que eviten la
discriminación por edad, en cuanto al acceso al empleo, las perspectivas en
cuanto a mejorar la calidad de vida de las familias mexicanas están muy
alejadas de la realidad.
De la misma manera, la falta de
empleo da lugar a la inseguridad e incertidumbre en el seno de las familias, lo
que da lugar a el deterioro de la paz social, asunto de ninguna manera menor.
Es
innegable que en México existe un incremento de las ocupaciones informales, directamente
proporcional al incremento del desempleo, pero es
justo dejar claro que las personas acceden a esta actividad no por voluntad
propia, ya que más del 80 por ciento de las personas que optan por una
actividad informal lo hacen contra su voluntad. No, la gente no desprecia la oferta de empleo existente, sino las
condiciones en el cual se ofrece éste, y
por otro lado las personas de más de 30 años, no tienen otra opción, esto es
ilógico, pero es real.
Por otra parte, el subempleo es
una opción de sobrevivencia o actividad involuntaria para el desempleado,
aunque esta actividad no sea de tiempo completo, no le genere un ingreso digno
y no le permita utilizar las capacidades intelectuales o técnicas que posee.
Así, es claro que el desempleo, el
subempleo y la informalidad son un reflejo claro de la ineficiencia de las
políticas laborales para generar fuentes
de empleo digno y sin discriminación.
Se
estima que en México 39.6 por ciento de la población ocupada se encuentra en el
sector informal, lo que equivale a 12.8 millones de personas, que si bien no
cuentan con seguridad social, tampoco incrementan la recaudación fiscal vía
ISR.
Mientras no se fortalezca al
sector productivo mediante incentivos
fiscales (por la contratación de personas mayores a 30 años) y se apoye a
la pequeña y mediana empresa como focos de creación de empleos que son, el
repunte de la economía interna y con ello el mejoramiento de la calidad de vida
y condiciones de empleo para las personas, será algo lejano.
Es
necesario y urgente buscar opciones alternativas que solucionen esta grave
problema al cual se enfrenta día con día la mayor parte de la población que
busca un empleo, ya que en el contexto económico actual en México, es obvio que
no podemos ni siquiera hablar de un subsidio o asistencia al desempleo.
Entendámoslo, el diseñar políticas
de impulso al empleo, será la base para hacer de la economía doméstica una
fuente de crecimiento. El fin de la
presente iniciativa es precisamente que el mayor número de ciudadanos que
conforman la población económicamente activa se encuentre en una situación
optima de empleo.
Pero el crecimiento económico no
es suficiente si no se evita que el natural desarrollo humano (el aumento de la
edad) sea un freno al desarrollo psíquico y profesional de las personas, al ser
éste un obstáculo irracional para la obtención de un empleo.
Una nación digna solo podrá
construirse cuando las políticas públicas sean viables, prácticas.
Siempre existirá una meta por
alcanzar, por cumplir; y hacer lo que se tenga que hacer para que la sociedad
sea un mejor lugar para convivir siempre será lo correcto.
Por lo anteriormente expuesto y
fundado, se emite el siguiente
Proyecto
de decreto, por el que se reforman diversas disposiciones de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Artículo
Unico. Se reforman los artículos 5 párrafo primero y 123 párrafo primero de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para quedar como sigue:
Artículo
5.
“A ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión,
industria, comercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos, por ello queda prohibido discriminar a toda
persona por edad o sexo, y con ello limitar su acceso a un empleo permitido...”
Artículo
123.
“Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente
útil, por lo que queda prohibido
discriminar a cualquier persona por edad o sexo, y con ello limitar su acceso a
un empleo lícito, al efecto se promoverán la creación de empleos y la
organización social para el trabajo, conforme a la ley”.
Transitorios
Primero. El
presente decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el
Diario Oficial de la Federación.
Segundo. Se
derogan todas las disposiciones que se opongan al presente decreto.
Salón de Sesiones de la H. Cámara de Diputados.- México, DF,
a 24 de abril de 2003.
Diputados: Beatriz Patricia Lorenzo Juárez, José Antonio Calderón Cardoso
(rúbricas).
(Turnada a la Comisión de Puntos Constitucionales. Abril 24
de 2003.)