Que reforma el articulo 43 de la Constitucion Politica de los Estados Unidos Mexicanos, para adicionar con el de Benito Juarez el nombre del estado de Baja California, presentada por el diputado Jaime Martinez Veloz, en la sesion del martes 26 de marzo de 2002     Versión para Imprimir

Presento ante esta honorable asamblea legislativa, un asunto planteado a esta representación popular, por un número importante de organizaciones políticas, sociales, liberales, sindicales, de profesionistas y educativas del estado de Baja California. Es un tema, que en lo personal comparto plenamente, pero por ser un asunto que por su trascendencia, para el estado de Baja California tiene, solicito que una subcomisión de la Comisión de Puntos Constitucionales, realice en la entidad federativa, las consultas necesarias a través de procedimientos incluyentes y democráticos, para emitir el dictamen correspondiente. Se adjuntan a la presente iniciativa, como anexo, las solicitudes y cartas de apoyo del Comité Pro Baja California “Benito Juárez”, que coordina el ciudadano Javier Heredia Talavera.

Exposición de Motivos

El pasado 16 de enero, los bajacalifornianos conmemoramos el 50 aniversario que el Honorable Congreso de la Unión otorgó al territorio de Baja California la categoría jurídica de estado de la República, para que con sus 71, 627 kilómetros cuadrados y sus casi 230 mil habitantes en 1951, culminara la lucha tenaz que desde el gobierno del presidente patriota General Lázaro Cárdenas del Río, habían emprendido distinguidos bajacalifornianos integrando distintos comités pro Estado Libre y Soberano de Baja California, lucha que culminó finalmente el 16 de enero de 1952, con la publicación del histórico decreto del ex presidente Miguel Alemán Valdez.

Como recordaremos, nuestra península fue dominada por los jesuitas al fundar 22 misiones en el periodo de 1699 a 1766 y asediada continuamente por el imperio inglés, el zar ruso, los piratas de Chile, Filipinas y Japón, y en septiembre de 1846 durante la guerra injusta de los Estados Unidos con el apoyo de su presidente norteamericano James K. Polk, quien en su tercer mensaje al Congreso aseguró que su gobierno “de ninguna manera renunciaría a la conquista de los territorios de Nuevo México y de ambas Californias, por lo que era necesario imponernos un gobierno dispuesto a hacer la paz en los términos más convenientes”; finalmente con el tratado de Guadalupe Hidalgo se logró salvar nuestra península reconociéndose claramente en el artículo V de dicho instrumento el dominio directo de nuestra nación sobre el citado territorio patrio que siempre ha despertado apetitos insaciables de gobiernos imperiales por nuestra ubicación geoestratégica militar, comercial, y por sus enormes recursos renovables y no renovables.

Históricamente Baja California ha recibido varios nombres, el primero fue el de California que le diera Hernán Cortés; también se le llamó Nueva Albión por el pirata inglés Drake, el de Nueva Inglaterra por otro pirata inglés de apellido Gavendish y por último el almirante Isidro Otondo y Antullon la rebautizó con el nombre de Islas Carolina, en honor del rey Carlos II de España.

Hoy, a escasos días de que los mexicanos patriotas conmemoraremos el 196 aniversario del natalicio de Benito Juárez, afirmamos, como lo hizo el maestro Vicente Lombardo Toledano, que los autores del proceso histórico son los pueblos, ellos engendran sus conductores, la grandeza de los hombres depende de las hazañas de sus pueblos, pero los hombres de genio como Benito Juárez, influyen y son determinantes en el proceso general de la historia, no porque el solo y debido a su carácter y a su genio hubiese realizado la obra trascendental que cumplió, sino porque tuvo, como lo expresó Vicente Lombardo Toledano, la virtud de estar a la altura de su tiempo, no sólo del tiempo mexicano, sino del tiempo universal.

Es indudable que Benito Juárez, es heredero de Miguel Hidalgo y de José María Morelos y Pavón, así como la Revolución de Reforma es de la insurgencia y que como un mismo tiempo concibieron un Estado basado en los principios de la soberanía popular, en los derechos del hombre, en el gobierno representativo de los interese populares y que al enarbolar la bandera de la República realizaron la transformación dialéctica y revolucionaria de nuestra sociedad.

Por ello compañeras y compañeros, tenemos que enterrar con montañas de verdades las mentiras divulgadas dentro y fuera del país en contra de una de las figuras más puras universales; Benito Juárez como lo consigna la historia no era anticatólico, era creyente como casi todos los hombres de su generación con excepción de Ignacio Ramírez, el filósofo materialista cuya lucha política estaba dirigida a vencer los cuerpos privilegiados que acaparaban la riqueza nacional y se empeñaban en mantener su fuerza incontrastable dentro del Estado y por encima del propio Estado.

Benito Juárez entregó a México y a los pueblos del mundo los principios de una política exterior justa que nos ha dado respeto, prestigio y reconocimiento, como la autodeterminación de los pueblos, la no intervención, la igualdad jurídica de los Estados; decretó con las Leyes de Reforma la libertad de conciencia, el derecho de creer y el de no creer y la libertad religiosa; creó el sistema educativo nacional fundado en la escuela científica y laica, gratuita y obligatoria; estableció la soberanía absoluta e ilimitada de la que es titular nuestra patria por lo que Juárez y los próceres de la Reforma rebasaron con los hechos el tibio liberalismo europeo de dejar hacer dejar pasar y con toda la energía de sus convicciones emprendieron la construcción integral de una nueva patria derrumbando las caducas estructuras que frenaban el nuevo amanecer como últimos profetas y primeros arquitectos del porvenir histórico.

Benito Juárez, hombre glorioso que hoy los bajacalifornianos reclamamos nuestro derecho a rendirle homenaje permanente adicionándole su nombre al de nuestro estado; fue designado por la historia representando la síntesis de las cualidades de un pueblo que había adquirido conciencia nacional dispuesto a defender su derecho de nación soberana para construir su destino sin opresión de ningún signo; Benito Juárez, con fervor patrio lo constató en la clausura el segundo periodo de sesiones del cuarto congreso de mayo de 1868 que ante el acoso permanente que sufría nuestro territorio peninsular expresó “que el establecimiento de colonias en nuestras fronteras del norte, podría ser el medio eficaz para que se resguarden contra las permanentes incursiones de los bárbaros (incluidos los filibusteros norteamericanos) fomentándose y asegurándose el bienestar en aquellos estados y con el aumento de una población y el desarrollo”.

Benito Juárez, ejemplo de patriotismo, defensor intransigente de la independencia, soberanía y dignidad nacional, fue contundente con su respuesta al príncipe europeo Maximiliano de Hasburgo, al expresarle en 1864: “Dado al hombre señor, atacar los derechos ajenos, apoderarse de sus bienes, atentar contra la vida de los que defiende su nacionalidad, hacer de sus virtudes un crimen y de los vicios propios una virtud; pero hay una cosa que está fuera del alcance de la perversidad y es el fallo tremendo de la historia, ella nos juzgara”; el fallo de la historia compañeras y compañeros, coloca a Benito Juárez como el Benemérito a las Américas y a Maximiliano, los Miramón y los Mejías sólo los recuerdan en el cerro de las campanas con el triunfo de la República.

Benito Juárez, como lo afirma la historia, en las horas más adversas de la lucha y al constatar la afrenta de la derrota en la guerra infame de la invasión norteamericana que nos costo la pérdida de más de la mitad de nuestro suelo patrio, el indio de Guelatao expresó la histórica consigna “No es voluntad de la nación que se hipoteque ni se enajene su territorio si otra nación se apodera de cualquier punto de nuestro suelo y por nuestra debilidad no podemos arrojarlo de él, dejemos siquiera vivo nuestro derecho para que las generaciones que nos sucedan lo recobren”.

Honorable asamblea juarista-bolivariana, en este proceso histórico, varios presidentes de la República de la etapa posrevolucionaria mostraron con actos de gobierno su preocupación por la integridad peninsular en los que destacan Ortiz Rubio, quien incrementó las comunicaciones en la península de Baja California para defender sus enormes recursos que deben ser, afirmó, aprovechados por los nacionales dados los antecedentes históricos por su vecindad con el imperio del norte.

Abelardo L. Rodríguez se preocupó por la colonización, estableció compañías militares y navales; Lázaro Cárdenas se caracterizó por realizar actos de gran contenido patriótico y antiimperialista expropiando grandes extensiones de tierra que detentaban mayoritariamente los norteamericanos; Ávila Camacho, continuó la obra cardenista, y logró la firma del tratado de distribución de agua de los ríos Tijuana y Colorado en 1944, mismo que se ratificó en 1945 a pesar que su gobierno se vio envuelto en la Segunda Guerra Mundial.

El gobierno del Lic. Miguel Alemán Valdez concluyó el ferrocarril Sonora-Baja California; dictó la Ley de Fomento Económico y mediante el decreto del 16 de enero constituyó al territorio norte de Baja California en estado de la República; el gobierno cortinista se ocupó del desarrollo del mar de Cortés, aumentó la fuerza armada y unidades navales en la zona a fin de que continuaran vigilando nuestra península de Baja California, además hizo la histórica declaración de principios sobre el régimen jurídico del mar en la tercera reunión del Consejo Internacional de Jurisconsultos, celebrado en México el 16 de enero de 1956.

El gobierno del presidente Adolfo López Mateos, acercó física y económicamente a Baja California al territorio nacional con múltiples carreteras e incrementó la integración educativa con el resto del país; Gustavo Días Ordaz estableció por decreto el mar territorial del golfo en agosto de 1968; y por su parte el presidente Luis Echeverría Alvarez, realizó actos trascendentales y fundamentales de gobierno para conservar la soberanía de la península al establecer unilateralmente y con base en el artículo 28 constitucional el mar patrimonial de 200 millas, reivindicando con ello a nuestro país de sus riquezas y restaurar el ejercicio pleno del dominio nacional sobre el golfo de California evitando el constante saqueo que con impunidad realizaban modernos piratas japoneses y norteamericanos principalmente y que ahora han sustraído de la soberanía nacional más de 60 millones de metros cuadrados en las costas y playas mediante la figura jurídica de los fideicomisos en la faja que expresamente prohíbe el artículo 27 constitucional con la ocupación física de más de 350 mil extranjeros de Tijuana a Los Cabos.

Por lo expuesto, compañeras y compañeros, es urgente e imperativo que ésta representación juarista-bolivariana por la soberanía y la unidad de los pueblos de América Latina y el Caribe, evoquemos y rescatemos la figura universal de Benito Juárez, ahora que los nuevos conservadores contra una de las figuras más puras de la historia universal Benemérito de las Américas don Benito Juárez; lo denigran, denostan, destruyen y derriban a barrotazos con infame impunidad sus bustos y monumentos para sustituirlo por figuras religiosas; se le expulsa de la Casa de la Nación; se borra su inmortal y glorioso nombre de edificios públicos, plazas, parques, jardines, centros deportivos y culturales, con el inútil afán de borrarlo de la conciencia histórica de nuestro pueblo por ser ejemplo del más puro y acendrado patriotismo en defensa de nuestra dignidad, independencia y soberanía nacional, pretendiendo con ello destruir la nación y transformarla en una entidad subordinada a las empresas transnacionales de gobiernos globalizadores para que los principios juaristas de soberanía y patria dejen de tener sentido.

Sin duda de que la figura de Benito Juárez y Simón Bolívar constructores de México y América Latina representan lo más acabado de la esencia del espíritu indomable de nuestros pueblos, sus altas virtudes físicas, su vocación democrática universal hacia los principios de autodeterminación de los pueblos lo coloca como un torrente de humanismo que como flama prometeica jamás debe extinguirse, como símbolo de unidad patriótica que crea valores universales.

Por lo anterior, es explicable que desde el poder conservador del gobierno gerencial y de la nueva Santa Inquisición plantean una reconciliación histórica afirmando que hay que reelaborar la historia para reencontrar entre las fuerzas opuestas virtudes y defectos, realidades y deslealtades porque afirman han contribuido a la formación de la nación; que ha llegado el momento de darse la mano los luchadores por la independencia y los que luchan por la restauración del viejo orden colonial monárquico de Iturbide, entre los liberales como Benito Juárez y los conservadores como Miramón; entre los revolucionarios como Madero, Villa y Zapata y los dictadores porfiristas; entre Lázaro Cárdenas y Vicente Lombardo Toledano, con los cristeros sinarquistas y el imperio del norte, por que con ideología, afirman, no se come.

Por ello, los bajacalifornianos juaristas-bolivarianos, solicitan el apoyo y solidaridad del H. Congreso de la Unión conceda el alto honor y el privilegio que nuestra entidad federativa de Baja California se le adicione el nombre de Benito Juárez para rendirle un homenaje permanente que constituirá el pacto solemne, el ejército invencible, la muralla imbatible contra quienes como en el pasado no han renunciado a apoderarse de este jirón de nuestra patria.

Baja California Benito Juárez, de aprobarse tal adición al Artículo 43 Constitucional, seremos la única entidad federativa que orgullosamente ostentaremos el nombre del patricio Benemérito de la Américas; así lo reconoció el Gobierno de Colombia en 1872 y el 17 de febrero del mismo año la representación del pueblo mexicano acordaron inscribir su nombre en este recinto mediante el decreto que firmó el Presidente Lerdo de Tejada, declarándolo Benemérito de México, y que el día 21 de marzo de todos los años se enarbole el pabellón nacional en todos los edificios públicos en conmemoración de su nacimiento, además, que el 18 de julio a media asta en señal de duelo por su irreparable pérdida.

Rendir homenaje permanente a Benito Juárez, es reconocer que su acción no fue episódica o transitoria, sino que hizo feliz unión de talento, serenidad, y lealtad a su causa y a la corriente más avanzada de su tiempo, con su voluntad de acero hicieron de Juárez el líder indiscutible contra las amenazas externas y el intervencionismo prepotente que lo revelaron como un estratega excepcional y táctico genial; con las Leyes de Reforma al establecer la división de poderes, la soberanía popular y por primera vez en el derecho constitucional mexicano un catálogo preciso y sistemático de los derechos del hombre como base y objetivo de las instituciones sociales, estableciendo la plena soberanía del Estado mexicano sobre todas las corporaciones, entidades y personas, destruyó los vestigios de la colonia, instituyó la independencia plena del Estado y la Iglesia, decretó la libertad de conciencia, el derecho de creer o de no creer y la libertad religiosa en la que el Estado como tal no deben profesar sus gobernantes en forma pública ninguna religión, es decir, el Estado laico que ahora se ha guardado en los viejos armarios de la moderna “Santa Inquisición”.

Benito Juárez es un impulso que alienta, porque un pueblo sin memoria no es nación, sino conglomerado uniforme y vulnerable. El culto a los héroes es una alianza de generaciones, es el reconocimiento de nuestras mejores posibilidades humanas y es el pacto que compromete a permanecer unidos con nacionalismo revolucionario combatiente y la convicción de que nadie podrá separarlo de lo historia y menos del porvenir en la que el hombre deje de ser el lobo del hombre.

Por todo lo antes expuesto, en base a las consideraciones históricas, políticas, jurídicas y sociales, y con fundamento en los artículos 71, fracción II, y 72 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como por los artículos 55, fracción II, 56, 60, 63, 135, 138, 139, 140, 141, 165 y 168 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, me permito someter a su consideración, la siguiente:

Iniciativa de decreto que reforma el artículo 43 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Artículo 1.- Se reforma el artículo 43 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para quedar como sigue:

Artículo 43.- Las partes integrantes de la Federación son los estados de Aguascalientes, Baja California “Benito Juárez”…

Artículo 2.- Se faculta al Ejecutivo federal por conducto de la Secretaría de Gobernación para dictar las normas interpretativas y aclaratorias del presente decreto a que haya lugar.

Transitorios

I.- Esta reforma no afectará los actos legales, reglamentarios o administrativos que se hayan realizado hasta la promulgación y entrada en vigencia del presente decreto.

II.- Se derogan todas las disposiciones legales, reglamentarias o administrativas que se opongan a las del presente decreto.

III.- El presente decreto entrará en vigor a los 90 días hábiles después de su publicación y promulgación en el Diario Oficial de la Federación.

Palacio Legislativo de San Lázaro,
a 26 de marzo de 2002.

Diputados: Jaime Martínez Veloz, José Narro Céspedes, Juan Carlos Regis Adame, Norma Enriqueta Basilio Sotelo, Fernando Ortiz Arana, Jesús Garibay García, Humberto Mayans Canabal, José Manuel del Río Virgen, Víctor Manuel Gandarilla Carrasco, Rubén García Farías (rúbricas).

(Turnada a la Comisión de Puntos Constitucionales. Marzo 25 de 2002.)

 

Instituciones, organismos y sectores bajacalifornianos que apoyan la iniciativa de ley:

• Comité Pro Baja California “Benito Juárez”;

• Partido Revolucionario Institucional;

• Partido de la Revolución Democrática;

• Partido del Trabajo;

• Partido Convergencia por la Democracia;

• Partido Popular Socialista;

• Partido Auténtico de la Revolución Mexicana;

• Las centrales obreras estatales: CTM, COR, CROM, CROC, FSTSE;

• Las cinco secciones del Sindicato de Trabajadores del Estado y Municipios;

• Federación Estatal de Asociaciones, Colegios y Barras de Abogados;

• Colegio de Abogados Emilio Rabasa, AC;

• Maestros Jubilados y Pensionados de la Zona Norte de México;

• Grupo Vanguardia Política Luis Donaldo Colosio Murrieta, AC;

• Banhidalgo, SM de CV;

• Asociación de Sinaloenses en BC;

• Organizaciones sociales Fraternidad, Grupo Tijuana, Movimiento Nacional Juarista Bolivariano, Jóvenes Universitarios, Asociación de Sinaloenses, Educativo Cultural de Liberales, más de 150 organizaciones, de la CNOP-PRI y la Confederación Estatal de Colonias Populares;

• Ex y actuales senadores y diputados federales y del estado;

• Regidores priístas del ayuntamiento tijuanense;

• Las logias “Valle de Baja California” y con el Acuerdo Nacional del Rito Nacional Mexicano, AC, y Gran Logia del Estado de “Baja California”;

• Jardín de niños estatal Profra. Rosaura Zapata;