De reformas al articulo 4º de la Constitucion Politica de los Estados Unidos Mexicanos, para elevar a rango constitucional el derecho a la alimentacion nutritiva, presentada por el diputado Eduardo Abraham Leines Barrera, del grupo parlamentario del PRI, en la sesion del martes 27 de noviembre     Versión para Imprimir

Con fundamento a lo dispuesto en la fracción II del artículo 72 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de los artículos 55, 56 y 62 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos.

Hago uso de la voz en esta máxima tribuna de la nación a nombre de mis compañeros diputados integrantes de la Comisión de Salud del Partido Revolucionario Institucional de esta LVIII Legislatura, del Honorable Congreso de la Unión.

Respetuosamente, sometemos a su amable consideración un asunto que es de urgente atención nos referimos a la iniciativa con proyecto de decreto a “elevar a rango constitucional el derecho a la alimentación nutritiva“, proponiendo adicionar al artículo 4º. constitucional, un cuarto párrafo, recorriendo los actuales para quedar como sigue:

“Toda persona tiene derecho a una alimentación que le asegure una nutrición adecuada para su desarrollo físico-emocional e intelectual. La ley señalará las medidas para garantizar que a los alimentos se incorporen un mínimo valor de nutrientes”.

Exposición de Motivos

Alimentarse es una acción fisiológica que implica efectos y consecuencias que crean el marco de desarrollo de los individuos. La acción fisiológica de nutrirnos por medio de los alimentos está íntimamente ligada con las condiciones socio-económicas y culturales.

Para sostener la posibilidad de vivir y que los órganos internos lleven a cabo sus funciones. La Acción Dinámica Específica, se refiere a la energía necesaria para convertir los alimentos en energía (proceso digestivo). Las actividades físicas como correr, leer o atender las actividades domésticas llevan al sujeto a una demanda de energía determinada: si la actividad física es fuerte, su demanda aumentará,  por lo tanto su ingesta de nutrientes deberá ser más alta. En contraste quienes realicen actividades físicas de baja demanda energética, requerirán una ingesta de nutrientes adecuada a su actividad.

De una buena o mala nutrición, situación que en todo momento será reflejo de la calidad de nuestra alimentación, van a depender una serie de situaciones que afectan no sólo al organismo como ente biológico, ya que es fundamental, sino que interfieren de manera definitiva en las posibilidades de desarrollo integral de cada ser humano, la desnutrición, es un obstáculo para las oportunidades de desarrollo de quien la padece.

El desbalance entre los nutrimentos requeridos y los ingeridos provoca la desnutrición. Aunque ésta es una enfermedad causada por múltiples factores, la podemos diferenciar en dos grandes ramas: la primaria o social que es la que resulta de la pobreza, que se expresa en la falta de acceso de amplios sectores de la población a los alimentos necesarios; y la secundaria, que es la resultante de otro proceso patológico previo.

La desnutrición social, que es una enfermedad de quienes se subalimentan y ocasiona un círculo vicioso de desnutrición–pobreza–desnutrición, difícil de romper.

Las personas desnutridas se enfrentan a las situaciones cotidianas de la vida con menos instrumentos, con menos capacidades. En general, la persistencia de la desnutrición tiene graves repercusiones sobre los niños, la sociedad y el futuro de la humanidad.

Cabe mencionar que los niños menores de 5 años de edad que se encuentran en pleno crecimiento y desarrollo son los más vulnerables ya que al estar desnutridos, son más susceptibles a enfermarse.

Contrariamente a lo que muchos piensan, el problema de la desnutrición no se limita a si un niño puede satisfacer su apetito. Ese niño puede ingerir una cantidad suficiente de alimentos como para calmar su hambre inmediata, y estar, sin embargo, desnutrido.

La desnutrición es una emergencia silenciosa. Tres cuartas partes de los niños del mundo que mueren debido a causas relacionadas con la desnutrición son niños a quienes los expertos en nutrición califican de leve a moderadamente desnutridos y que a los ojos de un lego no muestran signos o síntomas de problemas. Como fenómeno, esta cantidad de muertes es una proporción que no tiene precedentes en la historia de las enfermedades infecciosas desde la época de la peste negra. Y sin embargo, no se trata de una enfermedad infecciosa.

Cualesquiera que sean las interpretaciones, las dimensiones de la crisis en materia de nutrición están relacionadas con la muerte y la incapacitación de niños en gran escala, con miles de mujeres que aumentan las estadísticas de mortalidad materna debido en parte a carencias nutricionales, y con el costo social y económico que limita el desarrollo.

Su poder destructivo se hace sentir en los millones de sobrevivientes que padecen discapacidades, sufren una mayor propensión a contraer enfermedades durante el resto de sus vidas o quedan mermados intelectualmente.

Se trata de un fenómeno que amenaza a las mujeres y las familias y que, en última instancia, pone en peligro la existencia misma de sociedades enteras.

Como se observa, el consumo de alimentos y la nutrición están estrechamente relacionados con los recursos de que pueden disponer las familias. Por esta razón es relevante conocer el diagnóstico nutricional de los mexicanos, qué alimentos consumen las familias mexicanas según su ingreso, y que nutrientes obtienen de ellos.

En los últimos años, se ha observado el crecimiento de la inseguridad alimentaria. Si en 1990 el 32 por ciento de la población reportaba algún grado de inseguridad, en 2000 la cifra aumentó a 45 puntos porcentuales.

Los resultados del análisis actualizados al 2000, que abarcan todos los estados de la República y con un universo de 99 millones 582 mil 251 habitantes, ubicaron a los grupos poblacionales que padecen problemas de alimentación en las entidades con mayores niveles de pobreza.

Sin embargo hay casos como el del Distrito Federal, que también se integra al mapa de la hambruna y la malnutrición.

Los estados que ocuparon el primero y segundo lugares en la categoría de inseguridad alimentaria extrema fueron los de México y Guerrero, con dos millones 192 mil 715 habitantes y dos millones 477 mil 128, respectivamente.

En tercer sitio se ubicó el Distrito Federal, con un millón 586 mil 706 personas. Le siguieron Oaxaca y Chiapas, con 947 mil 579 y 925 mil 881, en la misma relación.

En el estrato inferior, denominado inseguridad marcada, repiten el Estado de México, con ocho millones 678 mil 293 habitantes; Distrito Federal, dos millones 135 mil 557; Chiapas, un millón 156 mil 223, y Oaxaca, un millón 570 mil 959.

Dichos grupos, que se ubican en diferentes grados de pobreza, gastan alrededor de 60 por ciento de su ingreso en la compra de comestibles.

Entre ellos, los más vulnerables son los niños, las madres lactantes, las mujeres embarazadas, los ancianos, los desempleados y subempleados, además de los migrantes, por citar algunos. Este panorama “de subconsumo y de creciente brote de hambre abierta se convierte en un factor permanente de riesgo y de conflicto social”, de ahí que los especialistas concluyan que la seguridad alimentaria es un asunto de seguridad nacional.

En la problemática de nutrición por entidades se destaca que los estados más críticos son Oaxaca, Chiapas, Puebla, Veracruz, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Yucatán, Michoacán y Guanajuato.

De acuerdo con sus datos, los problemas de nutrición se acumulan en 4.5 millones de familias, de las cuales dos terceras partes, o sea 3 millones, están en las zonas críticas; el otro millón y medio se encuentra en áreas más dispersas, la mayoría, en las zonas periféricas de las ciudades.

Ahora bien, si se considera que el promedio de miembros por familia es de 6, sobre todo en zonas rurales, existen alrededor de 18 millones de habitantes en las zonas más afectadas y 9 millones más que observan problemas importantes de nutrición.

El punto más serio es que estos 4.5 millones de familias siguen teniendo un hijo cada dos o tres años, los que posiblemente formen los hogares del 75 a 80 por ciento de los futuros mexicanos.

Se afirma que salvo sitios aislados del país tanto,  como hambruna, que es la privación total de alimentos, no hay, lo que existe es una “hambre crónica” que se agrava por momentos, sólo que las mismas estrategias de sobrevivencia de la gente enfrentan el problema para que no llegue a una situación de mayor gravedad.

Sin embargo, el Presidente Vicente Fox solicitó a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) que incluya a México en el Programa Especial de Seguridad Alimentaria (PESA), proyecto que se aplica solo a los países incapaces de brindar los nutrientes necesarios a sus habitantes, confirmo Augusto Simoes López, representante de la FAO en nuestro país.

Tal solicitud ocurre en contexto del Día Mundial de la Alimentación (16 de Octubre). Pues según cifras de la Secretaría de Desarrollo Social, once millones de personas están desnutridas, 18 millones viven en extrema pobreza y 40 millones no tienen acceso a un salario digno que les permita tener una adecuada nutrición.

El representante de la FAO en México explicó que con el PESA México establecerá la seguridad alimentaria para quienes tienen bajo nivel de nutrición, pero aclaró que no se trata de “darles el pescado”, sino de enseñarles a pescar.

Explicó que el plan de la FAO será aplicado junto con el programa de las 350 microregiones que aplica el gobierno mexicano y se integrará a los planes que ya se aplican para superar la pobreza, como Progresa, Alianza para el Campo y Procampo.

Por medio de esa estrategia, dijo, se reduciría el número de desnutridos e impulsará la producción, distribución, almacenamiento y transformación de alimentos agropecuarios.

Indicador de sesnutrición social

En este renglón ¿Qué variables podríamos considerar por su vinculación con el fenómeno de la desnutrición, además de las de marginación, déficit de talla y por ciento de población indígena?  Un artículo científico sobre desnutrición infantil menciona “en la desnutrición energético proteica grave se presenta un Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, que a diferencia del de origen viral, es potencialmente reversible”.

En suma cuando los organismos se hayan gravemente desnutridos, que es lo común en las comunidades pobres, sobreviven las enfermedades, la astenia y la anorexia, que junto con la pobreza genera un círculo vicioso de consecuencias graves para el sistema inmunológico que se debilita poco a poco.

De tal manera que las infecciones se desarrollan fácilmente, en un organismo que emaciado por la subalimentación no opondrá resistencia. En las zonas más pobres o marginales del país, el problema se manifiesta en una mortalidad alta por enfermedades gastrointestinales y de vías respiratorias agudas, principalmente de niños en edad preescolar.

Como un enfermo de sida cuyas defensas están disminuidas en nivel crítico, las personas severamente desnutridas, son igualmente personas con su sistema inmunológico gravemente afectado, aunque el origen de su problema nutricional es reversible. A todo este círculo vicioso entre pobreza extrema, desnutrición, morbilidad y mortalidad se le ha llamado Síndrome de Deprivación Social el mismo que otros identifican como el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida por desnutrición energético proteica grave.

Dentro de todo complejo social marginal entonces, la niñez significa el estrato más sensible de la vida del individuo. Por lo que al desarrollo se refiere la etapa infantil en el primer año es el más delicado. Por ello el periodo que se ubica entre los 8 y los 18 meses de edad, es conocido como “El valle de la muerte”.

Para los niños en zonas marginales, representa el mayor escollo  que tienen que salvar, dado que uno de cada cinco menores mueren y tres de cada cinco salen con algún grado de lesión en su desarrollo físico y mental.

En términos sociales significa que la sociedad tiene en la niñez el punto crítico para su desarrollo. Etapa vital que manifiesta de manera fidedigna cualquier impacto social.

A la población infantil por tanto, se tendría que dedicar todo el presupuesto posible para su alimentación, todo el dinero necesario para su educación, no se trataría de un gasto sino de la mejor de las inversiones.

Recordemos que la mayor riqueza con la que cuenta un país es precisamente su población. La niñez cuyo periodo más importante llega a los seis años, en el contexto general de la población es justamente a quien menos se les toma en cuenta. Los niños generalmente a esa edad no se les da importancia, por el contrario no pocas veces son una carga y por consiguiente no tienen la atención debida.

Para el gobierno tal sector social, a pesar de ser el más numeroso; es el menos atendido. Prueba de ello es por ejemplo, que no existen programas de apoyo a la alimentación y nutrición, similares a los desayunos escolares que se imparten a niños de 4 años en adelante, en etapas más tempranas de la infancia. El apoyo debería ser incluso a las madres en gestación y lactancia, que representan justamente los periodos donde los organismos reciben sus primeros impactos al desarrollo.

Ubicación de la desnutrición

El indicador mixto de estado de desnutrición social, ubicó a nivel municipal, las regiones definidas como de “trinchera”, desde donde los grupos de mayor marginación entre los marginados y portadores de las antiguas culturas mesoamericanas defienden su cultura y su forma de vivir ahora más amenazadas que nunca. Ubicó también las áreas suburbanas que conforman considerables cinturones de miseria en torno a las grandes ciudades, principalmente en razón de las migraciones masivas de las áreas rurales en extrema pobreza a la ciudad.

A primera vista en un enfoque general se observa al país partido a la mitad en dos grandes zonas, prácticamente dos “países”, que corresponden al México del norte, donde predominan los problemas de nutrición de moderados a bajos; y el México del centro y sur donde encontramos predominantemente las categorías de desnutrición severa e importante. Entrando en detalle encontramos que de la mitad norte del país, sólo la franja de la Sierra Madre Occidental que corresponde con la Sierra Tarahumara y la Sierra de los Tepehuanes es la que “rompe” con la categorización del norte, dado seguramente por las comunidades indígenas de la zona.

Alimentos que consumen los mexicanos por niveles de ingreso y tipos de nutrientes que les proporcionan

La creciente oferta de comestibles y el hecho de que los avances científicos y tecnológicos hayan incrementado la producción mundial de alimentos, permite que la oferta de comestibles sea tan diversa como las exigencias de los consumidores. Sin embargo en México 31’241,990 personas tienen severa, importante o moderada desnutrición y los restantes 69’507,569 baja desnutrición.

Antes que un asunto de disponibilidad de alimentos, el problema del hambre obedece principalmente a la capacidad económica de las personas para adquirir los nutrimentos necesarios para su subsistencia

Por otro lado, la Universidad Obrera de México (UOM), indica que hasta agosto de 2001 con el salario mínimo prevaleciente en el país, de 40.35 pesos, únicamente se podía adquirir 21.6 por ciento de una canasta básica calculada en 186.49 pesos. Visto así, señala, los sectores de la población que sobreviven con menos de cinco salarios mínimos padecen inseguridad nutricional.

En 1999 había por lo menos 30.6 millones de mexicanos con empleo que percibían de cero a tres salarios mínimos, lo cual indica que este segmento de la población no puede satisfacer los requerimientos mínimos para alimentarse, resalta la UOM.

El nivel y la calidad de la alimentación entre la población ha atravesado por varios altibajos a lo largo del tiempo, sin embargo en la década reciente la malnutrición se ha agravado.

Pero ¿cómo es que esta última ha avanzado?, ¿en dónde se ubican los principales focos rojos? y ¿cuáles son los grupos más vulnerables?

Con datos del XII Censo General de Población y Vivienda, la relación entre participación económica y nivel de ingresos de la población permite saber que de la población ocupada con ingresos, el 68.64% tiene ingresos menores a 3 salarios mínimos; incluye a la población ocupada que no recibe ingresos, (8.35%); y el 20.67%, que recibe de 0 a 1 salario mínimo. El restante 31.46 % recibe 3 salarios o más.

Cabe mencionar que en el estado de Chiapas el 82.48% de la población ocupada recibe menos de 3 salarios mínimos, seguido de Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Yucatán, y Tlaxcala.

El estado que tiene menor porcentaje de población con ingreso menor a 3 salarios es Baja California con 45.83 %

En número de población, este 68.64% representa 23’152,506 mexicanos.

Necesidades nutricionales por etapas de desarrollo

Los nutrientes son elementos químicos que el organismo necesita para desempeñarse adecuadamente. Hasta ahora, se han descubierto 40 nutrientes y se requiere para tres fines:  Proveer energía,  crear y reparar células y regular los procesos orgánicos, estos no se podrían realizar sin los elementos químicos de los nutrientes.

En cada etapa de desarrollo varía la importancia del metabolismo basal. Al nacer es muy alto y después de los dos años empieza a disminuir, declina a partir de los 25 años, y más significativamente después de los 40. Si después de esa edad no disminuye la ingesta de alimentos, se tendrá un aumento gradual de peso, solo por la reducción del metabolismo basal.

Debido a los cambios demográficos que ha presentado el país, los cuales se han reflejado en la participación de la mujer en el mercado de trabajo, la disminución de los miembros de la familia, la reducción del tiempo para preparar los alimentos, la apertura comercial y las modas, entre otras razones, los patrones alimentarios del mexicano se han transformado.

Ahora bien en México existen cinco dietas básicas:

1. Los grupos considerados como pobres, aquellos que no perciben más de dos salarios mínimos y cuyas familias cuentan con cinco integrantes en promedio, consumen tanto productos tradicionales (tortilla, fríjol y chile) como alimentos chatarra (tortas, refrescos, embutidos de baja calidad, frituras y pastas). Como fuente de proteína animal comen vísceras, retazos y huevos. Producto de esta dieta, la gente desarrolla enfermedades crónico-degenerativas.

2. La clase media se caracteriza por adquirir las novedades de la industria alimentaria, de modo que es la principal consumidora de la comida rápida. Asimismo demanda embutidos y derivados lácteos. Empero, este estrato también resiente en sus ingresos los efectos de la oscilación económica, por lo que puede abandonar su dieta o bien reducirla en cantidad y calidad.

3. El patrón light, que básicamente abarca a las mujeres menores de 30 años, incorpora productos que favorecen el cuidado de la estética. Aunque se trata de una categoría bien focalizada, tiende a extenderse a otros grupos sociales.

4. La “ola naturista” integra alimentos con alto contenido de fibras y sin grasas para evitar la aparición de enfermedades crónico-degenerativas; su público objetivo es la gente informada respecto al cuidado de la salud.

5. El tipo orgánico, totalmente natural, atiende a un pequeño grupo de elite, aunque con el tiempo permea a otras capas sociales.

Para responder al cambio en los hábitos de vida y consumo de la población, la industria alimenticia tiene que hacer gala de innovación y creatividad a fin de ofrecer productos nutritivos y atractivos, pero a precios accesibles.

Esta condición ofrece alternativas de negocio no sólo para las compañías procesadoras de alimentos, sino también para los proveedores de insumos primarios y aditivos alimenticios que garanticen la calidad de los alimentos ready to eat, es decir, listos para comer.

Las empresas especializadas en la importación y producción de gomas e hidrocoloides, compite por un mercado valuado en 720 millones de pesos anuales, y de su cartera de 300 clientes destacan Cadbury Schweppes, Jarritos, Derivados de Fruta, Bimbo, Kraf, Unilever, Sabritas, Alpino, Parma, Nestlé, Sigma Alimentos, Gari, Chocolates Turín, Grupo Lorena, Michel y Mazapán La Rosa, entre otros.

Dentro de la industria alimenticia de productos procesados, donde hay seis unidades estratégicas: bebidas y emulsiones líquidas que son todos los refrescos carbonatados, jugos, néctares, bebidas saborizadas, energizantes, isotónicas y funcionales.

Cárnicos, fundamentalmente todo lo que son embutidos como jamones, salchichas, mortadelas, salamis.

Panificación que incluye mermeladas de depósito, de relleno y horneables, así como betunes, crema pastelera y de recubrimiento.

Los lácteos y sus derivados, esto es, yogur, quesos, cremas helados, sorbetes, que se suman a las unidades de postres y confitería, así como a la de salsas y aderezos.

México es uno de los mercados más importantes y estratégicos de Latinoamérica, debido al alto grado de desarrollo tecnológico de las empresas y por los cien millones de consumidores. Para muestra, se cita el consumo per cápita de refrescos, el cual se ubica en 60 refrescos de ocho onzas.

La energía que requiere el ser humano

Para tener datos más precisos  sobre los requerimientos de energía del ser humano, es necesario sumar a las calorías gastadas en el metabolismo basal, las de la actividad física y las usadas en la acción dinámica específica. El metabolismo basal es el monto de energía para sostener la posibilidad de vivir y que los órganos internos lleven a cabo sus funciones.

En la actualidad –como se ha mencionado– la manera de alimentarse del ser humano es resultado de una serie de hábitos acumulados a largo  de su vida. Sus preferencias por ciertos alimentos están determinadas por la cultura y la disponibilidad de alimentos que haya en el sitio en que vive. En ocasiones, los hábitos alimentarios no siempre traen como resultado una alimentación adecuada, algunas veces por no tener a la mano los alimentos y otras por carecer de principios básicos de nutrición.

De cómo se alimentan las personas, los nutrientes que asimilen y las actividades que desarrollen depende una nutrición adecuada, o en su caso la desnutrición.

Las carencias nutricionales

Cuando la ingesta no es la adecuada, se producen una serie de trastornos que afectan al ser humano y que forman parte de las causas de mortalidad dentro de la población de todas las edades en nuestro país.

Las calorías como la medida de la energía presente en los alimentos y la razón de ser del metabolismo energético, son el punto de partida para entender qué es el alimento y cómo lo utiliza el cuerpo humano.

Enfermedades por carencias nutricionales

Como una vertiente de la malnutrición, la desnutrición genera enfermedades según la deficiencia de carbohidratos, proteínas, vitaminas y minerales. Las enfermedades infecciosas aumentan su incidencia al encontrar en los huéspedes desnutridos poca resistencia para defenderse, causándoles mayores impactos que a los individuos sanos.

Respecto a la vertiente de la sobrealimentación, las enfermedades relacionadas, incluyen padecimientos de tipo crónico que afectan a un alto porcentaje de la población adulta y mayor del país.

Sobresalen  un total de 30 padecimientos, todos ellos relacionados a algún trastorno en la nutrición ejemplo: anemias, escorbuto, raquitismo, osteoporosis, diabetes, síndrome de inmunodeficiencia, entre otras.

Indicadores de mortalidad por etapas de desarrollo

Las enfermedades no solo afectan el metabolismo de las proteínas, sino el de todos los nutrientes esenciales.

Así, los niños que sufren de infecciones continuas, tanto intestinales como respiratorias, requieren de un aporte especial de nutrientes. Las variaciones en los requerimientos de los nutrientes, permiten tener información sobre el estado nutricional de la población y las consecuencias en caso de deficiencias de nutrientes, los cuales llegan en última instancia a la muerte.

Según los indicadores de mortalidad general en el país, en 1999 la desnutrición y otras deficiencias nutricionales ocupaba el sitio once de 22; el número de muertes comparadas con la primera causa, enfermedades del corazón, fue 9,776 y 69,278 respectivamente. Sin embargo, si consideramos otras causas de muerte asociadas a problemas nutricionales como diabetes Mellitus, en el tercer lugar con 45,632 muertes, más otras como bronquitis, infecciones intestinales, sida, anemia y tuberculosis, las cifras serían parecidas.

La desnutrición y otras deficiencias nutricionales, sin considerar otras enfermedades asociadas, ocupa diferentes posiciones dentro de las causas de mortalidad, según las diferentes etapas de desarrollo.

En mortalidad infantil, es la séptima causa, con 1,052 muertes; en preescolar ocupa el quinto sitio, con 467 defunciones; en la etapa escolar se ubica en el lugar nueve, con 162 muertes; en la edad productiva se ubica en el lugar dieciséis, con 1,283 decesos; para la etapa postproductiva el lugar es el octavo; con 6,737 defunciones.

En cuanto a los grupos de edad, de 15 a 24 años y de 25 a 34, la causa de mortalidad  en comento se ubica en el lugar diecisiete, con 157 y 178 defunciones, respectivamente. En el grupo de 35 a 44 años sube un poco y se posiciona en el lugar dieciséis, con 206 muertes; en el grupo de 45 a 54 años vuelve a subir hasta la posición trece, con 298 muertes. Finalmente en el grupo de 55 a 66 años baja al lugar catorce, con 444 decesos.

Las carencias nutricionales y los efectos en cuanto a la salud

La desnutrición es el resultado de una compleja interacción de diversos factores que abarcan aspectos tan dispares como el grado de acceso de las familias a los alimentos, la atención materno infantil, el agua potable, y el saneamiento ambiental.

En su nivel más básico, la desnutrición es causa de enfermedades y consecuencia de una ingesta alimentaria inadecuada: combinación debilitante, riesgosa y con frecuencia letal. Pero además de los aspectos fisiológicos, la desnutrición se relaciona también con muchos otros factores, entre ellos los de índole social, político, económico y cultural.

Cada tipo de desnutrición mina y destruye el organismo humano de manera diferente. La carencia de yodo puede afectar la capacidad intelectual; la anemia es una de las causas de las complicaciones del embarazo y el parto causando incluso la muerte tanto de la madre como del producto. La carencia de ácido fólico en las embarazadas puede provocar a los hijos problemas congénitos, como la espina bífida; y la carencia de Vitamina D puede ser causa de deformaciones óseas, incluso de raquitismo; solo por poner algunos ejemplos.

Las investigaciones demuestran que existe una relación entre la desnutrición a edad temprana –incluso durante el crecimiento del feto– y el posterior desarrollo de enfermedades crónicas como las enfermedades coronarias, la diabetes y la alta presión arterial. Esto representa preocupación en aquellos países donde la desnutrición ya es un problema grave.

Los niños desnutridos tienen una mayor tendencia a morir como consecuencia de las enfermedades comunes de la niñez. Entre estas se encuentran las infecciones respiratorias y gastrointestinales, la principal causa de muerte en los menores de cinco años.

Lo más grave es que los efectos nocivos de una nutrición insuficiente no son del todo reversibles. Tal vez un niño afectado por desnutrición en un momento dado pueda recuperar peso y talla, pero la maduración del sistema nervioso, y por tanto del cerebro, ya no se recupera, por lo que los daños son permanentes.

Los efectos en la educación

Las consecuencias sociales de la desnutrición superan el ámbito de la supervivencia infantil y la mortalidad y morbilidad materna. Los niños desnutridos, a diferencia de los que reciben buena alimentación, no sólo padecen incapacidades de por vida y el debilitamiento de su sistema inmunológico.

Los efectos en la educación son graves: los niños desnutridos no tienen la misma capacidad de aprendizaje y de asimilación de conocimientos que los niños que disfrutan de una nutrición adecuada, son apáticos, con dificultades para concentrarse en una actividad y con deficiencias en su maduración intelectual.

En los niños de corta edad, la desnutrición disminuye la motivación y la curiosidad, y reduce el nivel de juego y de actividades de exploración e investigación. Estos efectos limitan el desarrollo mental y cognoscitivo al disminuir las relaciones de los niños con el medio que los rodea y con las personas que los cuidan.

Tratándose de la deficiencia de nutrientes específicos:

• En el caso de las mujeres embarazadas, la desnutrición, y especialmente la carencia de yodo, puede producir en los hijos diversos grados de retraso mental.

En la primera infancia, la anemia por carencia de hierro puede retardar el desarrollo psicomotor y afectar el desarrollo cognoscitivo mediante la reducción del coeficiente intelectual en unos 9 puntos.

Esta carencia afecta la capacidad de los niños para obtener la información más relevante de lo que escuchan o leen; la suplementación del mineral y la corrección de la deficiencia no llevan a la superación del problema.

Los niños aún cuando ya no padezcan anemia les cuesta más trabajo obtener información relevante en comparación con infantes que no hayan presentado la deficiencia. Asimismo, presentan problemas de coordinación y equilibrio y tienen conductas más retraídas y vacilantes. La capacidad de los niños se ve afectada:

• Para relacionarse con el medio ambiente y obtener conocimientos de su entorno, y puede causar la disminución de su capacidad intelectual.

• Refiriéndonos a los niños de edad preescolar que sufren anemia, presentan dificultades para mantener la atención y para distinguir entre diversos estímulos visuales.

• También se ha establecido que existen relaciones entre la carencia de hierro y el desempeño escolar deficiente de los alumnos primarios y los adolescentes.

Como se observa, evitar la anemia por carencia de yodo y hierro, que amenaza a millones de niños, es fundamental cuando se quieren mejorar los sistemas de educación.

La baja resistencia que tienen los niños desnutridos ante las enfermedades reduce la eficacia de los considerables recursos que se invierten en garantizar que las familias cuenten con acceso a los servicios básicos de salud y saneamiento ambiental. Y los perniciosos efectos de la desnutrición en el desarrollo cerebral y el desempeño intelectual comprometen las inversiones del gobierno en la educación básica.

A la larga el resultado es un menor desempeño escolar, menor aprovechamiento y luego entonces pocas herramientas para salir del circulo vicioso desnutrición – pobreza - desnutrición.

Los efectos en el desarrollo productivo

En un entorno de alta competitividad económica, la salud de la población, la cual comienza con una nutrición adecuada, es una condición indispensable.

Los niños desnutridos que superan la infancia son adultos con limitadas capacidades físicas e intelectuales, presentan dificultades para desempeñar eficientemente sus labores y para establecer relaciones sociales; les falta madurez intelectual. Esto genera a su vez niveles reducidos de productividad y tasas elevadas de enfermedades crónicas y discapacidades, que se agravan en sociedades que no cuentan con los recursos económicos necesarios ni siquiera para brindar los más elementales servicios terapéuticos y de rehabilitación.

En muchos puestos de trabajo existe discriminación para las personas con deficiencias físicas o psíquicas, muchas de ellas generadas por problemas nutricionales. Aproximadamente, un 70% de los discapacitados en edad laboral están ausentes del mercado laboral.

En el plano familiar, los crecientes costos y presiones que la discapacidad y las enfermedades relacionadas con la desnutrición imponen a quienes atienden a las personas, tienen resultados devastadores para las familias pobres, especialmente para las madres que reciben poca o ninguna asistencia de unos servicios sociales sobrecargados de trabajo. Cuando esas pérdidas, que suceden en el seno familiar, se repiten millones de veces en el plano social, afectan el desarrollo nacional.

Se calcula que las carencias de vitaminas y minerales cuestan a algunos países el equivalente de más de un 5% de su producto nacional bruto en vidas perdidas, discapacidad y menor productividad.

“Atender su problema nutricional no es tan difícil; -coinciden los especialistas- muchos países como Sri Lanka, China, Costa Rica, Chile y Cuba, entre otros, han tenido buenos resultados con programas técnicamente dirigidos, de detección de la desnutrición y su atención; del enriquecimiento de alimentos básicos a bajo costo, de seguridad alimentaria familiar y no se ve por qué no se pueda hacer en México, un país que tiene la economía número 7 del mundo, pero que ocupa el 55 con relación a la salud”.

Los mexicanos, víctimas del “bombardeo” de productos industrializados o “chatarra” se enfrentan a constantes programas alimentarios, con efectividad sólo política y sexenal, a una limitada orientación en la materia y a la escasez de nutriólogos, lo que impide superar décadas de mala nutrición.

Algunos programas alimentarios han costado a nuestro país entre dos y tres mil millones de dólares anuales y su efectividad ha sido solamente de entre 3 y 18 por ciento en el combate a la desnutrición.

 El Departamento de Asistencia Alimentaria del DIF, acepta que el poderío de redes alimentarias transnacionales, con impacto mercadotécnico difícil de enfrentar con los recursos que se destinan a las instituciones dedicadas a la seguridad alimentaria, causan que “Gansito y papitas maten el desayuno escolar”.

Anualmente 15 mil niños fallecen por desnutrición; además, las zonas detectadas hace 40 años con población mal alimentada tienen todavía el problema y en más de 50 por ciento de los municipios del país, sus habitantes enfrentan una severa desnutrición.

Y mientras el refresco de cola suple a la leche, las papas a las verduras y los pastelitos a la fruta, sólo 10 por ciento de los más de cuatro mil egresados nutriólogos del país atienden las deficiencias alimentarias y desnutrición del 80 por ciento de los mexicanos. Asimismo, no se ha logrado superar los rezagos en materia nutricional, por la lucha desigual que existe con poderosas transnacionales que llegan con sus productos “chatarra” a regiones de difícil acceso y apartadas de la urbanización, con dificultad las instituciones dedicadas al apoyo alimentario llevan frijol y arroz, cuando las papas, los refrescos y otros productos ya están invadiendo las mas apartadas tienditas.

Sin embargo, la urgente necesidad de emprender “una mercadotecnia social”, o campañas de orientación alimentaria, similares a las que se transmiten con los productos chatarra para contrarrestar los efectos que esos mal llamados alimentos tienen en la dieta del mexicano.

Incluso, ya se puso en marcha un proyecto piloto en Hidalgo, Quintana Roo y Coahuila para demostrarle al mexicano que le sale más caro gastar en productos industrializados, que en alimentos que lo nutran.

Conclusiones

En términos de desnutrición el problema fundamental no se encuentra en la disponibilidad de los alimentos sino en su accesibilidad. Así, el acceso a los nutrientes esta en función de la capacidad de compra.

De la relación entre los factores siguientes: Ingreso por deciles de los hogares, tipo de alimentos que consumen las familias, nutrientes que les aportan estos alimentos, enfermedades que producen las carencias de nutrientes (proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales), se encontró lo siguiente:

Tanto las enfermedades como la malnutrición se debe a la ingesta desequilibrada de proteínas, carbohidratos y grasas, vitaminas y minerales.

La ingesta deficiente o desequilibrada de estos nutrientes se observa en el 10% más pobre de la población. En este grupo poblacional se consumen más carbohidratos que proteínas, lo cual está directamente relacionado con el bajo ingreso.

Los efectos últimos son la mortalidad, principalmente en las etapas preescolar y postproductivas, y las deficiencias e incapacidades en los ámbitos de la salud, la educación, y el desarrollo productivo.

Las políticas, programas y en general acciones para abatir los efectos sociales de la falta de alimentación no han logrado los objetivos planteados porque existen otros factores relacionados: sequías, incapacidad financiera de los productores para adquirir tecnología y producir, manipulación del abasto o del mercado entre otros problemas del campo.

De acuerdo al diagnóstico nutricional a nivel de municipio que realizó el Instituto Nacional de Nutrición “Salvador Subirán”: en 667 municipios (27.8%) existen problemas de desnutrición severa; en 534 municipios, ésta es importante; en 283 es moderada y solo en 819 -que representan el 34.1 %- la desnutrición es baja.

Considerando la cantidad de población, un total de 31’241,990 personas tienen severa, importante o moderada desnutrición, y 69’507,569 baja. En síntesis, los efectos graves de la falta de alimentación los sufren los niños y los ancianos más pobres.

Distinguidas y distinguidos diputados

Nuestra obligación política y moral es velar por el bienestar de nuestros compatriotas, en nosotros han confiados gran parte de su porvenir, nosotros somos los que tenemos la responsabilidad de legislar para ofrecer un entorno integralmente equilibrado. Con la aprobación de un cuarto párrafo al artículo cuarto constitucional, nos aseguramos de garantizar que los alimentos que consumamos tengan el mínimo de micronutrientes, estableciendo para esto entre otras las siguientes medidas:

a) Que el Estado se elija como garante de que toda persona tenga derecho a una adecuada nutrición, que los alimentos que ingiera la población en su generalidad contengan los nutrientes mínimos y que permitan estos a su vez, un adecuado desarrollo integral dentro de la sociedad.

b) Que el Estado controle y regule la calidad de lo que consumimos, indicando a la industria alimentaria el cumplimiento de este precepto.

c) Que el Estado garantice la alimentación a los grupos vulnerables, ampliando sus programas existentes y/o creando otros.

d) Que las instancias gubernamentales, áreas científicas, medios de comunicación, agrupaciones civiles e internacionales, entre otras, se corresponsabilicen en dar una  educación dietética permanente.

Con esta propuesta legislativa

Primero.- Nos mantenemos a la vanguardia y actualizados como un país en vías de desarrollo.

Segundo.- Como pueblo aceptablemente nutrido, seremos más competitivos en este mundo cada día más globalizado; recordando que un país sano es un país productivo.

Tercero.- Con esto se fortalece el derecho a la salud ordenado por nuestra Carta Magna.

Basado en estas reflexiones y razonamientos, solicito a los integrantes de este Honorable Congreso la sensibilidad necesaria para aprobar esta iniciativa, ya que con ello quedará de manifiesto nuestro trabajo honesto y responsable que como poder legislativo sustentamos, defendiendo nuestras garantías constitucionales.

El problema de una alimentación nutritiva para el pueblo de México es antiguo, los afanes por enfrentarlo lo son también, en pasadas Legislaturas como en la presente, diversos Grupos Parlamentarios han expuesto diversas iniciativas con la finalidad de superar este rezago que tanto y tan negativamente impacta a la sociedad mexicana, como he tratado de mostrarlo en la exposición de motivos precedente y siendo responsabilidad del Estado ser garante de la satisfacción de las necesidades básicas de la población, se propone en esta iniciativa realizar las reformas legales que las contemplen y hagan efectivo su ejercicio, de forma concurrente de la Federación y las entidades federativas en materia de Salubridad General, de acuerdo a lo que dispone la fracción XVI del artículo 73 constitucional. Y con el marco esencial de la Constitución, desplegar otras iniciativas en los niveles normativos secundario y terciario que den los ordenamientos que guíen y movilicen a las instituciones públicas y privadas  involucradas en la cadena alimentaria nacional.

Finalmente y en base a todo lo anteriormente expuesto, sometemos a esta Honorable Asamblea la iniciativa con proyecto de decreto de “elevar a rango constitucional el derecho a la alimentación nutritiva”:

Articulo Unico.- se propone adicionar al artículo 4º constitucional, un cuarto párrafo, recorriendo los actuales para quedar como sigue:

Artículo 4º.- …

Toda persona tiene derecho a una alimentación que le asegure una nutrición adecuada para su desarrollo físico-emocional e intelectual. La ley señalará las medidas para garantizar que a los alimentos se incorporen un mínimo valor de nutrientes.

Del mismo modo se establecerá la concurrencia de la federación y las entidades federativas en materia de salubridad general, de acuerdo a lo que dispone la fracción XVI del artículo 73 constitucional.

Artículo Transitorio

Unico.- El presente decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.

Diputados: José Socorro Velázquez Hernández, Olga Margarita Uriarte Rico, Enrique Meléndez Pérez, Arturo León Lerma, Policarpo Infante Fierro, Federico Granja Ricalde,  María de las Nieves García Fernández, Samuel Aguilar Solís, Héctor Nemesio Esquiliano Solís, Eduardo Abraham Leines Barrera (rúbricas).

(Turnada a la Comisión de Puntos Constitucionales, con opinión de la Comisión de Salud. Noviembre 27 de 2001.)