Gaceta Parlamentaria, año VII, número 1428, miércoles 4 de febrero de 2004

QUE REFORMA EL ARTICULO 3º, FRACCIONES I, II Y III, DE LA CONSTITUCION POLITICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, Y ADICIONA LOS ARTICULOS 7º Y 8º DE LA LEY GENERAL DE EDUCACION, SUSCRITA POR LOS SENADORES ELIAS MORENO BRIZUELA Y MIGUEL ANGEL NAVARRO QUINTERO, INTEGRANTES DE LOS GRUPOS PARLAMENTARIOS DEL PRD Y PRI, RESPECTIVAMENTE      Versión para Imprimir

Los suscritos senadores, Elías Miguel Moreno Brizuela y Miguel Angel Navarro Quintero integrantes de los grupos parlamentarios del Partido de la Revolución Democrática y del Partido Revolucionario Institucional respectivamente con fundamento en el artículo 73 fracción XXX, 78 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y demás relativos a la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, ponemos a la consideración de esta honorable asamblea la siguiente iniciativa por la que se reforma el artículo 3° fracción I, II, y III de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; adiciona una fracción XIII al artículo 7° y adiciona una fracción IV al artículo 8° de la Ley General de Educación al tenor de los siguientes antecedentes y posteriores consideraciones.

1. Antecedentes:

La prevalencia de enfermedades crónico-degenerativas relacionadas, de manera evidente, con la carencia de una formación educativa adecuada, en cuanto a la nutrición correcta, se ha venido presentando como un fenómeno exponencial, expansivo, que ha tenido un fuerte impacto en las causas Morbimortalidad en el mundo, así como una relación indudable en cuanto a la incapacidad laboral relativa o absoluta y se ha convertido en el mayor consumidor de recursos de los diferentes servicios de salud.

Resulta del todo paradójico el hecho de que los países en vías de desarrollo presenten, en su mayoría, prevalencias equilibradas en lo que se refiere a cuadros de Desnutrición Calórico -protéica y Obesidad, determinado, con ello, de manera automática las consecuencias del profundo desconocimiento que padecen en cuanto a la disposición, valores nutricionales, preparaciones adecuadas y equilibradas de los recursos alimentarios, que si bien, pueden no tener una distribución del todo equitativa, seguramente serían mejor aprovechados al contar con una adecuada instrucción al respecto.

Al llevar a cabo un análisis relativo a los contenidos didácticos que nuestras Instituciones imparten, en la actualidad, referentes a Educación Nutricional, no fue posible localizar, en la descripción curricular de las áreas de educación elemental, primaria, media y media superior, asignaturas obligatorias dedicadas a la instrucción en nutrición, aunque, en la mayor parte de los casos, se encuentran contenidos aislados que tienen como objetivo fundamental la orientación, en este sentido.

En nuestro país, como en la mayor parte del mundo, existe la disposición de Licenciaturas en Nutrición, con desarrollos académicos del todo formales, incluyendo la posibilidad de cursar post-grados de alta especialización en estos terrenos, sin embargo, la revisión curricular nos lleva a pensar que los elementos de prevención de las co-morbilidades de la malnutrición, no se encuentran implementadas como objetivo básico de la mencionada preparación profesional.

La Medicina Mundial ha venido enfrentando, al menos en los 2 últimos decenios la enfermedad crónico-degenerativa, con ofertas fundamentalmente asistenciales, que contemplan la detección, diagnóstico y tratamiento de este tipo de padecimientos, determinando, con ello, una capacidad de respuesta terapéutica cada vez más afortunada, sin embargo, no ha sido posible limitar, con estas medidas la expansión, verdaderamente epidémica y geométrica a la que hemos hecho alusión.

Una revisión de los contenidos del Congreso Internacional de La Sociedad Norteamericana de Investigadores en Obesidad (NASSO), llevado a cabo en octubre 11-15 en la Ciudad de Fort Lauderdale, Florida, USA, refleja que la totalidad de los mismos se dedican a conocer, diagnosticar y tratar mejor el problema de la Obesidad, pero no a prevenirlo.

Algo similar ocurre al revisar los trabajos del 63 Congreso Anual de la Asociación Americana de diabetes (ADA), llevado a cabo entre el 13 y 17 de junio de 2003, donde solamente se dedican a la prevención 2 estudios de un total de 2,485 trabajos. Se hace mención de estas reuniones porque son conocidas como las mayores del mundo, en cuanto a la obesidad y diabetes, respectivamente.

En este contexto resulta más que evidente que de continuar con estas tendencias, tendremos, cada vez, un mejor conocimiento en cuanto a las causas de las enfermedades, una mejor manera de detectarlas y diagnosticarlas y un armamentario terapéutico cuantitativa y cualitativamente más afortunado, sin embargo, las circunstancias que determinan el crecimiento epidemiológico no se modifican, de esta manera.

Los fenómenos de transición demográfica, la modificación alimentaría que nuestro País comparte con otros en el mundo y el aumento de la población geriátrica, también compartido, no son fáciles de manejar y son elementos sociológicos determinados por circunstancias que, habitualmente, se encuentran fuera del control del estado.

Existen modelos sumamente interesantes de progresión epidemiológica rápida en cuanto a obesidad y diabetes tipo 2, como los indios pimas norteamericanos o los nativos de las Islas Nauru, a partir de los cuales se puede establecer el impacto del cambio alimentario para la expresión génica, que había permanecido sin florecimiento patológico hasta la exposición a maneras diferentes de comer, dando lugar a teorías como la del "Gen Ahorrador", en todo caso, en retrospectiva, parece que la lata incidencia de enfermedades relacionadas con la mala nutrición, en estos pueblos podría haberse evitado.

En nuestro País se reconoce, por las Autoridades de Salud, el rápido avance epidemiológico que han tenido las enfermedades de alguna manera determinadas por falta de nutrición adecuada, como la obesidad que aumento en prevalencia de 40.5% en 1993 a 48.6% en 2000 (punto de corte IMC 27 Kg /m2) con un crecimiento aproximado al 310% en 30 años.

Existe además, el reconocimiento de la causalidad o el agravamiento de algunas enfermedades, como la Hipertensión, la Dislipidemia, la Osteoporosis, la Enfermedad Macrovascular o las enfermedades Hepáticas Crónicas, determinado por la Obesidad, resultante, a su vez, de la deficiente nutrición.

Justificación:

El análisis de las principales causas de mortalidad en Nuestro País, parece justificar plenamente la necesidad de implementar, sin demora, una estrategia de control sanitario:

a) Las primeras 3 causas de mortalidad general en México tienen relación con problemas nutricionales, específicamente, encuentran correlación estadística con la aparición de la obesidad.

b) El análisis de la mortalidad en el primer año de vida establece que la desnutrición es responsable del 2.0% de las muertes, en este período, ocupando el 5° lugar de nuestro país.

c) Durante el período pre-escolar (1-4 años de edad), la desnutrición ocupa el 6° lugar como causa de muerte, provocando el 4.7% de las defunciones en este grupo de niños.

d) La revisión de la etapa escolar (5-15 años de edad) refleja que la desnutrición, en esta etapa, determina los fallecimientos del 1.7% apareciendo en el 10° lugar de mortalidad.

e) El grupo de mujeres en edad adulta (16-65 años) presenta diferentes características, ya que las 3 principales causas de muerte y 4 de las primeras 6 tienen, de alguna manera, relación de morbi-mortalidad con problemas nutricionales y se establece la participación de la malnutrición en el 34.5% de la mortalidad, solamente analizando las 6 principales determinantes de la mortalidad.

f) Las cuatro primeras causas de fallecimientos en el grupo de adultos mexicanos se correlacionan con problemas nutricionales, sobre todo con obesidad y constituyen el 36.6% de todas la causas de muerte.

g) Cuando se examinan las 8 principales causas de muerte en la edad post productiva (mayores de 65 años) se encuentra que seis de ellas pueden ser modificadas, de manera sustancial mediante una correcta nutrición. Este grupo el 46.6 % de las defunciones son provocadas por patología que tiene relación con status nutricional.

h) Independientemente del grupo estudiado y eliminando la distinción de género el 16.8% de los fallecimientos en México tienen una correlación clínica directa con alteraciones de la nutrición.

i} En otro contexto, la prevalencia poblacional de anemia, sin distinción del lugar de residencia, en mujeres mexicanas de 12-49 años de edad es de 17.3 %, la deficiencia de hierro en mujeres no embarazadas este mismo grupo es de 66.6% (de moderada a grave) el 29.7% deficiencia de zinc, 29.65% deficiencia de vitamina E, el 39.65% deficiencia de vitamina c y el 4.55% deficiencia de ácido fólico.

j) La desnutrición calórico proteica se refleja en el déficit del desarrollo estatural, esperado, por edades, encontrando un promedio de 16.7% en hombre y de 17.86% en mujeres entre los 0 y 5 años de edad; el grupo de 5 a 11 años muestra una talla baja en el 16.1 de los varones y de 21.5 en las mujeres.

3. Consideraciones Generales:

En el Grupo de adultos las principales causas de mortalidad se correlacionan de manera directa con la aparición y el grado de obesidad presente, por lo tanto este problema merece ser atendido bajo el siguiente análisis:

La obesidad es una enfermedad crónica, recidivante, con una gran heterogeinidad en cuanto a su etiología, lo cual implica que en la mayor parte de los casos sea imposible conseguir la curación y debe señalarse como objetivo razonable del tratamiento, el manejo paliativo que se refiere a la reducción de pesos y el mantenimiento de la mismo con el mayor, tiempo posible. Existen estudios epidemiológicos que apoyan la aseveración de que la obesidad es una enfermedad de alta prevalecía y de incidencia de incremento progresivo. La deficinión objetivo el problema requiere: establecer parámetros , comunes, prácticamente sin costo económico, relativamente sencillos de llevar a cabo y cuya fidelidad estadística permita una apreciación del problema, lo mas precisa posibles, es por estas razones que la comunidad sanitaria internacional, ha adoptado como variable definitoria en obesidad el denominado índice de Masa Corporal (IMC o índice de Quetelet), que resulta de dividir el peso en kilogramos entre el cuadro de la talla en metros, expresando su resultado en términos de kg /M2

El IMC es de utilidad por que ofrece una estimación indirecta pero accesible para el diagnostico de la obesidad, validad por diversos estudios que demuestran un aumento de mortalidad al incrementarse los valores de este índice por arriba de cierto puntos de corte.

Los diferentes grupos de investigación a nivel mundial utilizan valores diverso de IMC para definir su población obesa, los cuales varían entre 27 y 30 kg/m2 . Después de revisar la evidencia publicada tanto a nivel nacional como internacional y tratando de establecer una uniformidad clínica y epidemiológica el grupo de consenso en obesidad de la fundación mexicana para la Salud, recomienda considerar como obeso, (para la población mexicana) a todo sujeto portador de IMC de 27 o mayor.

Esta recomendación ha suido aceptada por autoridades de salud pública del país y publicada en los contendos de la NOM-174 SSA-1-1998 para el manejo integral de obesidad, que en la parte correspondiente a definiciones, número 4.10 señala: "Obesidad a la enfermedad caracterizada por el exceso de tejido adiposo en el organismo. Se determinan la existencia de obesidad en adultos, cuando existe un lMC mayor de 27 y en población de talla baja menor de 25" Para efectos de apreciación de talla baja se recomendó un punto de corte de 1.50 mts.

En nuestro país un trabajo recientemente publicado, muestra que un 59.6% de adultos jóvenes presenta un IMC mayor de 25 y un 23% de IMC > 30 mientras que en el adulto mayor de 60 años presenta un IMC mayor de 25 y un 15.6 % tiene un IMC mayor de 30.

En cuanto a la población femenina las mujeres entre edades de 30 a 59 años presentan un IMC mayor de 25 en un 76.7%, en tanto que un 57.2% mayores de 60 años presentan IMC mayor de 25. El 19% de mujeres mayores de 60 años presentan un IMC mayor de 30.

En lo referente a obesidad severa (IMC mayor de 35), se encuentra presente en el 3.4% de varones con menos de 59 años y un 2.8% de mayores de 60 años. En el grupo de las mujeres se presenta en adulto joven en un 8.5% y en ancianas 5.8%. La prevalencia de obesidad se incrementa con la edad hasta la óta década en ambos sexos y luego disminuye progresivamente.

Los reportes de la Secretaria de Salud en México en relaciona mortalidad en 2001 determinan que las primeras 5 causas de muerte en México, en orden de importancia: diabetes mellitas (tasa 31.65%) Cirrosis y otras enfermedades criónicas de hígado (tasa 27.51%) enfermedades isquémicas del corazón (tasa 18.75%) Accidentes de tráfico (tasa 16.30) y homicidios (tasa 9.66).

Existen amplias evidencias de correlación fisiopatología entre la obesidad y la diabetes, así como las enfermedades crónicas hepáticas, de tal manera que se puede considerar al exceso de peso como un componente de extrema importancia en la generación de muerte en nuestro País.

En cuanto a la diabetes, se considera que existen, en la actualidad entre 8 y 10 millones de mexicanos con diabetes y se pronostica una cifra cercana a los 11.7 millones para el año de 2025, de acuerdo con los cálculos de proyección demográfica.

Como resultado de la Encuesta Nacional de Salud (ENSA) 2000 se encontró que la diabetes estaba presente en 8.18% de los encuestados, el promedio del IMC en esta población era de 29.2 kg/m2, el 75% de los diabéticos presentó IMC>25 kg/m2 y entre lo más importante, el 13% eran menores de 40 años.

La infiltración grasa del hígado o hepatoesteatosis no alcohólica se encuentra fuerte correlacionada con obesidad. Entre el 69% y 100% de los obesos son portadores y en el grupo de diabéticos encontramos prevalencia de esta patología entre el 20 al 81 %.

Existen, así mismo, evidencias de correlación entre diabetes tipo 2 y carcinoma hepatocelular, en el cual se presenta, igualmente con mayor frecuencia en portadores de IMC>25.

En la mayor parte de los Países de Europa y América, los costos económicos directo e indirecto, referente a obesidad, implica entre el 4 y el 10% de los gastos totales de los sistemas de salud por año.

Gradualmente, los médicos, autoridades sanitarias y gobiernos, han empezado a reconocer la importancia de la obesidad como enfermedad crónico degenerativa y recidivante, que requiere manejo a largo plazo.

La correlación proporcional entre el incremento del IMC y las cifras de morbimortalidad en todos los grupos de población ha sido establecido de manera definitiva.

Al analizar las posibles causas del fenómeno epidemiológico geométrico de la obesidad, la respuesta parece radicar en la modificación de los estilos de vida, que se representan de manera notable en los países occidentales y también en otros en fase de desarrollo (occidentalización).

Al parecer la explicación no se reduce a un simple patrón de sobre alimentación, incluso se ha identificado, en muchos Países una declinación en el consumo energético nutricional. Además, en nacionales desarrolladas el consumo de grasas de origen animal se ha mantenido o aún disminuido en los años recientes, lo cuál no parece corresponder al aumentó de la prevalencia de obesidad. Quizá la variable alterada de manera más significativa sea la reducción de la actividad física. La actividad física incrementada, en sujetos identificados como de riesgo potencial para incremento de peso puede ayudar a prevenir tales incrementos, en forma coordinada con la racionalización de las estrategias nutricionales. Además, el ejercicio físico, parecer tener un importante papel en la distribución de la grasa corporal reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular, reduce el impacto de las consecuencias metabólicas de la obesidad visceral y ayuda a mantener el peso corporal en los sujetos que han conseguido reducción previamente.

Entre los factores que más importancia han tenido en la reducción drástica de la actividad física han sido frecuentemente citados 2: el automóvil y la televisión.

La fuerza motriz muscular humana ha sido rápidamente desplazada por el automóvil y los vehículos de tracción motorizada a partir de los inicios del siglo XX. El gasto energético dependiente de la movilización estrictamente muscular y personal ha sido minimizado por la mayor parte de la gente en la sociedades post-industriales.

La televisión fue desarrollada y rápidamente difundida, sobretodo, a partir del inicio de la Segunda mitad del siglo XX alcanzando un nivel de penetración prácticamente universa, inicialmente sobretodo, en los países envías de desarrollo, pero últimamente en todos los países.

Las horas que la población consume en atención al televisor aumenta rápidamente, al grado de alcanzar, en los Estados Unidos un promedio de aproximadamente 3 horas por persona, constituyendo el tercer más importante espacio de tiempo personal después del sueño y el trabajo o la escuela.

Los desarrollos tecnológicos televisivos han aumentado el atractivo. Cada vez se ofrecen más y mejores colores, claridad y canales, a si como conexiones con videojuegos, a través de la red que requieren pro-
gresivamente menos actividad, incluyendo control remoto para el cambio de canales y los niveles de sonido.

Los investigadores en obesidad han mencionado a la televisión como el contribuyente mayor para el incremento de peso corporal.

El tiempo gastado en la televisión ha sido directamente correlacionado con el incremento de peso corporal en estudios de niños y adultos. La televisión influye en el peso corporal a través de la reducción del gasto calórico determinado por la disminución de la actividad física, pero también por el aumento del consumo de nutrientes calorigénicos.

Además de la reducción de la actividad física per se, la televisión desplaza otras actividades que pudieran tener un mayor gasto energético.

El consumo energético se incrementa por que la publicidad televisiva enfatiza el consumo de alimentos de alto contenido graso y energético.

Los niños son la parte de la población más vulnerable a la penetración televisiva. Los niños son los mayores usuarios de la televisión (de 2 a 4 horas diarias, promedio en EU). La televisión programa toda estrategia que tiene como objetivo la niñez, con una verdadera profunsión de anuncios relativos a la comida, particularmente dulces, cereales, frituras y refrescos.

La compra de comida de los niños, generalmente y cuando los medios económicos lo permiten se encuentran fuertemente influenciada por la publicidad televisiva.

El grupo de la Unidad de Investigación en Metabolismo del Hospital Civil "Fray Antonio Alcalde" llevó a cabo recientemente (agosto 2003), una encuesta aleatoria en un grupo de 90 tapatíos con un rango de edades entre 4 y 29 años, con promedio de grupo de 14.6 años de edad, 58 del sexo femenino y 32 del sexo masculino, encontrando un índice de masa corporal IMC (promedio de 23.97, para el grupo, con 23 sujetos (25.55%) con IMC > 25 y 27 sujetos (30%), con IMC> que 25.

Las horas reportadas de observación televisiva fue de 2.66, promedio para el grupo, con 3.06 horas /tv para el grupo con IMC> 27 y 2.42/tv, para el grupo con IMC>de 27, estableciendo, estos resultados, una diferencia de 21.6 % más de horas /tv para el grupo de obesos.

En cuanto al ejercicio físico moderado (bajo rendimiento) el grupo reporta llevar a cabo 1.17 horas promedio de actividad de esta naturaleza al día; en el grupo IMC< 27 se comunica 1.59 horas diarias de actividad, mientras que en el grupo con IMC>27 se encontró que practican 0.44 horas diarias es decir, una diferencia de 76 % desfavorable al grupo de obesidad.

Por otra parte, el mismo grupo (levó a cabo una observación televisiva dirigida, en un día la azar del mes de agosto de 2003 entre las 12:00 hrs y 19:00 hrs (las más socorridas por los niños) encontrando una proyección de 46 comerciales orientados a lamenta de productos para el control de peso corporal, con una duración de 97.5 min. En total promedio de 2.11 min. Por comercial en 11 canales de tv abierta y privada. Ninguno de los productos anunciados llenan los requerimientos establecidos por la norma oficial mexicana NOM-174-SSA-1998 para el manejo integral de la obesidad.

4. Conclusiones:

A partir de los datos expuestos en este documento parece claro que

1.- Las alteraciones nutricionales se4 relacionan, en forma directa con las principales causas de mortalidad en México.

2.- Las características antropométricas, la calidad de vida y el desarrollo social de los mexicanos dependen en gran medida de su forma de alimentación.

3.-La progresión epidemiológica de las actuales principales causas de mortalidad no ha sido modificada por las estrategias sanitarias empleadas hasta el momento.

4.- Las posibilidades de llevar a cabo una prevención efectiva, que permita limitar el aumento de estos problemas de salud pública en nuestro país parece depender, de manera definitiva de la educación nutricional estructurada desde las edades más tempranas de nuestra población.

5. Propuesta de Decreto:

Se reforma el artículo 3° constitucional para quedar como sigue:

Todo individuo tiene derecho a recibir educación del Estado -Federación, estados y municipios- impartirá educación primaria y secundaria, primaria y secundaria son obligatorias.

La educación que imparte el estado tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano, dedicando especial interés al aspecto nutricional y fomentará en él a la vez el amor ala patria y la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia.

Se reforma el inciso D de la fracción segunda del artículo 3° constitucional para quedar como sigue:

d).- Fomentará el correcto comportamiento nutricional en el educando dotándolo de la información necesaria para las correctas prácticas alimentarías, establecidas por el progreso científico y las Normas Oficiales Mexicanas de la Secretaría de Salud relacionadas con la alimentación correcta del ser humano.

Se reforma la fracción tercera del artículo 3° constitucional para quedar como sigue:

Para dar cumplimiento a lo dispuesto en el segundo párrafo II, el Ejecutivo Federal determinará los planes y programas de estudios de la educación primaria, secundaria y normal para toda la República. Será obligatorio incluir, en las estructuras curriculares de la educación pre-escolar, primaria, secundaria y de educación superior, la asignatura de Educación Nutricional, considerando, en sus contenidos, las diferentes etapas y sus particulares características de aprendizaje, teniendo, como objetivo final, la mejoría integral de la Nutrición en la República Mexicana.

Será reglamentada la inclusión de mensajes visuales y auditivos que tengan incidencia en aspectos de salud, en México, respetando respetar, tanto los aspectos deontológico así como legales existentes y que tengan que ver con los referidos mensajes, en los diferentes medios comunicación.

 

Se reforma la fracción XIII del artículo 7° de la Ley General de Educación, para quedar como sigue:

Artículo 7°

Para cumplir cabalmente con la fracción III del artículo 3° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, las Secretarías del Estado, involucradas en este aspecto educativo, tomarán las medidas para su cumplimiento y promoverán los convenios necesarios con las Entidades Públicas y Privadas relacionadas con esta prioridad de Salud Pública.

Se reforma la fracción VI del artículo 8° de la Ley General de Educación, para quedar como sigue:

Artículo 8°. Fomentará el correcto comportamiento nutricional en el educando, dotándolo de la información necesaria para las correctas prácticas alimentarias, establecidas por el progreso científico y por las Normas Oficiales Mexicanas de la Secretaria de Salud relacionadas con la correcta alimentación del ser humano.

Sen. Elías Miguel Moreno Brizuela (rúbrica)
Presidente de la Comisión de Salud y Seguridad Social

Sen. Miguel Angel Navarro Quintero
Secretario