Que reforma diversas disposiciones de la Ley Organica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, para crear una comision ordinaria de asuntos de la familia, presentada por el diputado Francisco Luis Treviño Cabello, del grupo parlamentario del PAN, en la sesion del jueves 3 de abril de 2003.     Versión para Imprimir

Exposición de Motivos

El siglo XX, del cual nos tocó vivir las últimas décadas, ha sido una centuria de dinámicas e importantes transformaciones en todos los ámbitos del quehacer humano. El siglo presente posee el compromiso de implantar los resultados de esas enseñanzas, velando por un mundo más pacífico, humano y solidario.

La conformación de los temas del orden del día en torno a los cuales se sostienen en la actualidad los debates y las votaciones en las Asambleas, Parlamentos y Cámaras locales, nacionales o multinacionales, así como la propia conformación de dichos órganos legislativos, han experimentado también transformaciones sustanciales en comparación con sus antecesoras de principios de siglo.

Una de las transformaciones más significativas en nuestro país, es sin duda, la participación activa de la sociedad en los asuntos políticos y en la toma de decisiones de sus representantes. Es por eso que planteamos en esta iniciativa, poner especial atención al sector que dignifica nuestro actuar y consolida nuestra razón de ser en función del cargo que desempeñamos: “la familia”.

La familia, no sólo para México, sino para el concierto de las naciones, sigue siendo la unidad básica de toda sociedad. En este sentido la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada el 10 de diciembre de 1948 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, recogió en el tercer inciso de su artículo 16 que dice: “La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de ésta y del Estado”.

La familia es el elemento más íntimo e importante de la sociedad y constituye el núcleo central para lograr el desarrollo individual de sus integrantes, es el sitio donde se adquieren las bases para convertirse en ciudadano: la familia es, por excelencia, el lugar donde aprendemos valores, tales como el amor, el respeto, la solidaridad y la confianza.

Su existencia se remonta al origen de la civilización y antecede a la entidad que denominamos Estado. Por lo tanto, el Estado es una institución posterior a la familia, que debe existir por y en función de ella: No hay Estado sin familia; por ende, sus políticas públicas deben estar orientadas a la promoción, al fortalecimiento y al cuidado de la familia.

Es deber y obligación del Estado garantizar la protección de la familia en su constitución y autoridad, como la base necesaria del orden social, indispensable para el bienestar del mismo Estado. Por ser la familia la esencia sobre la cual evoluciona el Estado, surge la importancia de integrar, fortalecer y salvaguardar para siempre sus valores fundamentales, mediante la promoción de su organización social y económica, de la armonía y solidaridad entre sus miembros, con fin de estimular la responsabilidad, energía y objetivos de la familia.

La familia constituye el núcleo central para lograr el desarrollo individual de sus integrantes. La familia es el bastión indiscutible para la preservación del vínculo familiar, el Estado debe establecer mecanismos idóneos para su conservación e integración, resultando de vital importancia combatir con energía, todos aquellos factores económicos, políticos, jurídicos o sociales que vayan en contra o deterioren la institución familiar que necesariamente es el origen de la comunión social.

Es a través de la familia que se da la transformación de valores y tradiciones de orden familiar, social y también muy importante de orden histórico y nacional. Es a través de la familia que el niño o la niña adquieren la noción de su dignidad humana, de su valor y muy importante, adquiere también el conocimiento del valor de los demás integrantes de la familia.

La familia formadora de hombres y mujeres, es la madre de la educación, en ella los individuos aprenden la jerarquía de las cosas, los valores. Es verdadera escuela de humanismo y ayuda a armonizar los derechos personales con las demás exigencias de la vida social.

De la preocupación y del valor que demos a la familia, dependerá el bienestar de la nación, pues en la medida en que contemos con familias más sólidas, habrá menos vulnerabilidad entre sus miembros. Y si queremos buenos ciudadanos, buenos gobernantes, en fin, hombres y mujeres de bien. Porque coincidimos junto con los que sustentan, que si la familia no se halla firme y sólidamente constituida, todo el edificio social se vendrá abajo.

Las conductas positivas y los valores adquiridos en la familia se reflejaran en la sociedad contribuyendo a su desarrollo y permanencia. El desarrollo y bienestar de sus integrantes es a la familia, como el bien común es al Estado.

El Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006 señala que es necesario “fortalecer los ámbitos familiares para que sean el promotor de la convivencia y la solidaridad social” y además señala que es necesario “impulsar programas y políticas públicas que fomenten los valores familiares y propicien la cohesión y la solidaridad social”.

Es importante que se impulsen las políticas necesarias para que la familia se convierta en la generalidad en un lugar de maduración de sus integrantes, de fecundidad y responsabilidad, de crecimiento en la autonomía de esa comunidad de padres e hijos, y donde se promueva la dignidad fundamental de la persona, para que a su vez, cada uno de sus miembros reconociendo su propia dignidad, sepa respetar a los demás.

Un viejo adagio sostiene que cuando la familia se destruye, es la misma Patria la que cae en la destrucción. La familia es la salvaguarda de los derechos del hombre en cuanto a tal, por lo tanto los derechos de la familia, son también los derechos de los pueblos.

Un gran avance a la concepción del tema es la reciente inclusión de la perspectiva de género, que ha traído a la luz pública la necesidad que existe en muchos países de reforzar lo legislado, haciendo uso de esta propuesta como una herramienta para favorecer la consolidación de una sociedad equitativa en nuestro país, donde la igualdad de condiciones y oportunidades de acceso a actividades de superación humana y profesional, independientemente de nuestra condición de mujeres u hombres, ha propiciado que en el ámbito internacional sean varios los Congresos, Parlamentos o ambos que, en concordancia con los compromisos de atender las necesidades de las poblaciones, proponen discernir y profundizar que cuando hombre y mujer libremente se han comprometido a amarse y respetarse con base en su mutua complementación, tienen la magnífica oportunidad de hacer extensiva su realización a otros seres, los hijos.

Hijos que, criados en un ambiente de armonía y aceptación, florecerán en una nueva generación de adultos responsables, de manera que una célula social sana, irradiará sus beneficios en toda la comunidad, de aquí la importancia de que la familia cuente con las condiciones económicas, sociales, políticas y culturales indispensables para el cumplimento de su fin, lo que sin duda puede generarse desde la legislación. La ley y la política pública son un camino para este propósito.

Para Acción Nacional, siempre ha sido especial preocupación desde su fundación el bienestar de la familia. Porque estamos conscientes que desde el origen del hombre, la familia ha sido considerada el núcleo principal de la sociedad y por ende, es necesario que su organización y estructura sea cada vez mejor, debido a que dentro de la familia se adquieren las bases y los conocimientos principales de la conducta humana.

En cuanto al Poder Legislativo como parte integrante de los poderes de la república, emanados de la constitución, esta obligado al igual que sus similares, el poder ejecutivo y el poder judicial a salvaguardar los bienes y valores que la familia representa, a proteger a la sociedad de la crisis moral que la desintegración familiar ocasiona.

En tal sentido, resulta oportuna la iniciativa de reforma que se plantea ya que busca se constituya una Comisión ordinaria de Asuntos de la Familia de la Cámara de Diputados, que precisamente su competencia se circunscriba a participar en el análisis, discusión y aprobación de dictámenes de aquellas propuestas de reforma o adición a las diversas leyes que de una u otra manera infieren en el desarrollo y mejoramiento de la familia, en la protección e integración de sus integrantes dentro del seno familiar: madres, padres e hijos.

En sí, esta Comisión podrá coadyuvar junto con las comisiones unidas que correspondan a enriquecer el debate y el contenido de las reformas que se planteen y que incidan en el desarrollo de la familia en el rubro de la salud, la asistencia social, el trabajo, la educación, la cultura, y otras materias que cambien o modifiquen los factores económicos, políticos, jurídicos o sociales que conserven y protejan la unidad de la institución familiar.

Aunado a la función legislativa que la propia Comisión de Asuntos de la Familia pueda realizar, también podrá participar con la función de estudio e investigación, para lo cual podrá para el cumplimiento de su objetivo, realizar foros, consultas, platicas con especialistas, instituciones públicas y privadas, con organizaciones de la sociedad y cualquier otra acción que le permita pulsar o conocer el contexto social de la familia de hoy, y cuales pueden ser las acciones legislativas para mejorar las condiciones de la institución familiar. E incluso, podrá desde su función política coadyuvar en la realización por parte del gobierno ejecutivo de políticas públicas en la materia.

Como puede observarse, si bien es cierto que el tema de la familia desde el punto de vista de la legislación es un tema que corresponde preferentemente a los órganos legislativos de los estados o del Distrito Federal, a través de sus Códigos Civiles o familiares; tampoco se puede desconocer que también desde el ámbito del legislativo federal se puede incidir en el desarrollo de la institución familiar, mediante reformas a la Ley Federal del trabajo, a la Ley del Sistema Nacional de Asistencia Social, a la Ley General de Salud, a la Ley General de Educación y otras más. Por otra parte, la falta de uniformidad de criterios básicos en la normatividad que directa o indirectamente refiere a la vida de esta institución, ha permitido fisuras que interfieren en la eficaz protección de la familia.

Por tal motivo es nuestro deber coadyuvar a garantizar la protección de la familia, como base necesaria del orden social, indispensable para el bienestar mismo del Estado. Por ser la familia la esencia sobre la cual evoluciona el Estado, surge la importancia de integrar, fortalecer y salvaguardar para siempre sus valores fundamentales, mediante la promoción de su organización social y económica, de la armonía y solidaridad entre sus miembros, con fin a estimular la responsabilidad, energía y objetivos de la familia.

En virtud de lo expuesto y considerando que:

a) Existen sendos compromisos asumidos por México, emanados de distintos ordenamientos internacionales que van desde la Declaración Universal de los Derechos Humanos (ONU, 1948); la Convención sobre el Consentimiento para el Matrimonio, la Edad Mínima para Contraer Matrimonio y el Registro de los Matrimonios (1962); la Convención de la Organización Internacional de Trabajo (OIT), relativa a la Igualdad de Oportunidad y Trato para las(os) Trabajadoras(es) de Ambos sexos; Trabajadoras(es) con Responsabilidades Familiares (1981).

b) Que tanto en el Senado de la República, como en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y varios estados del país, las comisiones homólogas son ordinarias y con facultades de deliberación y dictamen.

c) Que en virtud de legisladores federales y de varios estados de la República y del Distrito Federal, coincidimos en la necesidad de que la revisión del marco legal vigente en el país, así como la promoción de reformas legislativas y de ser necesario de nuevas leyes, debe ser realizada por mujeres y hombres emanados de la familia, que participan, y sobre todo están convencidos, de que la propuesta para conformación de la comisión de asuntos de la Familia es un derecho que nuestro marco jurídico actual nos otorga.

d) Que, de cara a la pretendida Reforma del Estado, una sociedad verdaderamente democrática, equitativa y respetuosa de todos los derechos de las personas, debe ofrecer igualdad de oportunidades a quienes forman parte de ella.

Por las anteriores consideraciones, y dado que en nuestro país los temas de la familia atraviesan toda la gama de actividades del quehacer humano, como son educación, salud, trabajo, derechos humanos y cultura, entre otros, y atendiendo a la necesidad de legislar al respecto, cuidando que las leyes, programas y políticas públicas adquieran una perspectiva de garantizar el desarrollo, así como la protección integral de la familia mexicana, con fundamento en los artículos 4 y 71, fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como los artículos 55, fracción II, y 56 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, las y los suscritos, diputadas y diputados federales, integrantes del grupo parlamentario del PAN representados en esta LVIII Legislatura de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, sometemos a la consideración de esta soberanía la siguiente

Iniciativa de reformas y adiciones a la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos para crear en la Cámara de Diputados una Comisión de Asuntos de la Familia.

Unico. Se adiciona la fracción II al artículo 39 de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, recorriéndose en su numeración los restantes, para quedar como sigue:

Capítulo Sexto
De las Comisiones y Comités

Sección Primera
De las Comisiones

Artículo 39.

1. Las Comisiones son órganos constituidos por el Pleno, que a través de la elaboración de dictámenes, informes, opiniones o resoluciones, contribuyen a que la Cámara cumpla sus atribuciones constitucionales y legales.

2. La Cámara de Diputados cuenta con comisiones ordinarias que se mantienen de Legislatura a Legislatura y son las siguientes:

I. ...

II. Asuntos de la Familia.

Palacio Legislativo de San Lázaro,
a 3 de abril de 2003.

Dip. Francisco Luis Treviño Cabello (rúbrica)

 

(Turnada a las Comisiones de Reglamentos y Prácticas Parlamentarias, y de Equidad y Género. Abril 3 de 2003.)