La ira de los ministros

Carlos Avilés
El Universal
Viernes 11 de febrero de 2005
Nación, página 13

Discuten y abandonan la sesión; sigue pendiente fallo de la Corte

Por cuidar el fondo, algunos ministros de la Corte perdieron, en público, la forma. La discusión del conflicto que enfrenta al Presidente de la República con la Cámara de Diputados por el Presupuesto también dividió a los ministros, los hizo enojarse, ironizar o simplemente abandonar la sesión en la que se debatía el tema.

La votación acababa de cerrarse. Un solo voto había impedido que el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) le diera la razón a la Cámara de Diputados, revocara una suspensión que se le concedió al Ejecutivo y descongelara 4 mil 165 millones de pesos del Presupuesto 2005.

Una ley establece cuatro motivos por los que la Corte no puede otorgar suspensiones en un juicio de controversia constitucional.

El primero es que no se puede conceder cuando lo que se impugna es una norma general. Y los ministros tenían dudas sobre si los puntos impugnados por el Presidente en el Presupuesto eran o no normas generales.

Genaro Góngora, José Ramón Cossío, Juan Díaz, Guillermo Ortiz Mayagoitia y Olga Sánchez consideraron que el Presupuesto es una norma de carácter general indivisible y que, por lo mismo, lo procedente era revocar la suspensión que se le otorgó al Presidente y descongelar las partidas impugnadas.

Pero la mayoría integrada por Sergio Aguirre, José Gudiño, Margarita Luna, Sergio Valls, Juan Silva y Mariano Azuela, consideró que las partidas impugnadas son normas particulares y que, por tanto, el congelamiento de los recursos es correcto.

En este punto ya no había vuelta de hoja. Había que pasar a revisar si la suspensión concedida al presidente Fox cumplía con las otras tres prohibiciones. Faltaban sólo 13 minutos para que culminara la sesión, eran las 18:47 horas. Y todo indicaba que el asunto quedaría pendiente.

Pero no. El ministro Genaro Góngora les dijo a sus compañeros que como en su casa tenía una "bola de cristal" que le había augurado que perdería la votación, ya traía listos sus argumentos para señalar por qué también se habían violado las demás prohibiciones que establece la ley al otorgarle la suspensión al Ejecutivo.

Y les preguntó que si leía sus argumentos en ese momento o hasta la siguiente sesión. En total, les dijo, eran 10 hojas. La mayoría optó, con muestras de resignación, por escuchar de una vez el documento.

Sólo que José Gudiño no esperó, se levantó y salió del pleno. Góngora anunció entonces que suspendería y aplazaría la lectura. El presidente de la Corte, Mariano Azuela, le dijo que Gudiño tenía que atender un asunto urgente.

Góngora continuó. José Ramón Cossío no ocultó su impaciencia al escuchar que Góngora hablaba de los temas de fondo de la controversia, los cuales no eran motivo del debate. Y molesto, le preguntó a Azuela si votarían el fondo, porque Góngora sólo hablaba del fondo y no de la suspensión.

Azuela le pidió escuchar los argumentos de Góngora para saber si tenían razón de ser. Pero no, José Ramón Cossío se levantó, dijo algunas palabras que no se escucharon en el recinto mientras salía, en tanto que Góngora le respondía: "Como lo lamento, lo lloro".

Y Góngora prosiguió con la lectura de su documento. Pero a los pocos minutos lo interrumpió, visiblemente alterado, el ministro Sergio Aguirre, para decirle que continuara "hasta que le plazca", pero que se estaba adelantando al revisar el fondo del juicio.

Aguirre le dijo que él tenía un "profeta a cuestas" que le había dicho que Góngora se alzaría con todo en contra de la suspensión que él había otorgado.

Ya con el ambiente tenso y con las caras de incredulidad entre el público, el ministro Juan Díaz pidió aplazar la discusión del tema.



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