La ira de los ministros |
Carlos Avilés |
Discuten y abandonan la sesión; sigue pendiente fallo de la Corte |
Por
cuidar el fondo, algunos ministros de la Corte perdieron, en público, la
forma. La discusión del conflicto que enfrenta al Presidente de la República
con la Cámara de Diputados por el Presupuesto también dividió a los
ministros, los hizo enojarse, ironizar o simplemente abandonar la sesión en
la que se debatía el tema. La votación acababa de
cerrarse. Un solo voto había impedido que el pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación (SCJN) le diera la razón a la Cámara de Diputados,
revocara una suspensión que se le concedió al Ejecutivo y descongelara
4 mil 165 millones de pesos del Presupuesto 2005. Una ley establece cuatro
motivos por los que la Corte no puede otorgar suspensiones en un juicio de
controversia constitucional. El primero es que no se
puede conceder cuando lo que se impugna es una norma general. Y los ministros
tenían dudas sobre si los puntos impugnados por el Presidente en el
Presupuesto eran o no normas generales. Genaro Góngora, José
Ramón Cossío, Juan Díaz, Guillermo Ortiz Mayagoitia y Olga Sánchez
consideraron que el Presupuesto es una norma de carácter general indivisible
y que, por lo mismo, lo procedente era revocar la suspensión que se le otorgó
al Presidente y descongelar las partidas impugnadas. Pero la mayoría integrada
por Sergio Aguirre, José Gudiño, Margarita Luna, Sergio Valls, Juan Silva y
Mariano Azuela, consideró que las partidas impugnadas son normas particulares
y que, por tanto, el congelamiento de los recursos es correcto. En este punto ya no había
vuelta de hoja. Había que pasar a revisar si la suspensión concedida al
presidente Fox cumplía con las otras tres prohibiciones. Faltaban sólo 13
minutos para que culminara la sesión, eran las 18:47 horas. Y todo indicaba
que el asunto quedaría pendiente. Pero no. El ministro
Genaro Góngora les dijo a sus compañeros que como en su casa tenía una
"bola de cristal" que le había augurado que perdería la votación,
ya traía listos sus argumentos para señalar por qué también se habían violado
las demás prohibiciones que establece la ley al otorgarle la suspensión al
Ejecutivo. Y les preguntó que si
leía sus argumentos en ese momento o hasta la siguiente sesión. En total, les
dijo, eran 10 hojas. La mayoría optó, con muestras de resignación, por
escuchar de una vez el documento. Sólo que José Gudiño no
esperó, se levantó y salió del pleno. Góngora anunció entonces que
suspendería y aplazaría la lectura. El presidente de la Corte, Mariano
Azuela, le dijo que Gudiño tenía que atender un asunto urgente. Góngora continuó. José
Ramón Cossío no ocultó su impaciencia al escuchar que Góngora hablaba de los
temas de fondo de la controversia, los cuales no eran motivo del debate. Y
molesto, le preguntó a Azuela si votarían el fondo, porque Góngora sólo
hablaba del fondo y no de la suspensión. Azuela le pidió escuchar
los argumentos de Góngora para saber si tenían razón de ser. Pero no, José
Ramón Cossío se levantó, dijo algunas palabras que no se escucharon en el
recinto mientras salía, en tanto que Góngora le respondía: "Como lo
lamento, lo lloro". Y Góngora prosiguió con
la lectura de su documento. Pero a los pocos minutos lo interrumpió,
visiblemente alterado, el ministro Sergio Aguirre, para decirle que
continuara "hasta que le plazca", pero que se estaba adelantando al
revisar el fondo del juicio. Aguirre le dijo que él
tenía un "profeta a cuestas" que le había dicho que Góngora se
alzaría con todo en contra de la suspensión que él había otorgado. Ya con el ambiente tenso y con las caras de incredulidad entre el público, el ministro Juan Díaz pidió aplazar la discusión del tema. |
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