Secretaría General

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1	Lic. Joaquín Hendricks Díaz, Gobernador	Mencionó que acudía a esta Soberanía con el espíritu de celebración federalista que embarga a su entidad fronteriza, hogar de un pueblo de mexicanos que dignifican con su vida laboriosa la existencia progresista de Quintana Roo; junto con los hermanos de Baja California Sur, en el año de 1974 se alcanzó el sueño por el que lucharon muchos de nuestros antecesores, de transitar de la categoría de territorios federales, para alcanzar el estatus de estados libres y soberanos; juntos también el día de hoy, bajacalifornianos y quintanarroenses, celebran y reconocen en este Recinto Legislativo, síntesis del federalismo, la visión de todos aquellos que impulsaron la transformación de nuestras entidades y de quienes fueron sensibles a las demandas de nuestros pueblos. Quintana Roo ha sido en su corta historia como entidad federativa, tierra de migrantes y cobijo de pioneros, desde la llegada del Pontón a la desembocadura del Río Hondo, que sirvió como resguardo aduanal de la frontera nacional amenazada por la expansión británica a Payo Obispo, hoy la orgullosa ciudad de Chetumal, capital del Estado, hasta los ires y venires del territorio federal, la colonización rural, la invención magnífica de Cancún y el nacimiento de la nueva entidad federativa; según el censo demográfico de 1970, el territorio federal de Quintana Roo apenas rebasaba los 80 mil habitantes y se dedicaba al comercio de exportación, a la explotación de las maderas preciosas, a la pesca y a la explotación del chicle y de la miel, sobre esas actividades primarias se fincó su cultura fuertemente ligada a la selva y al mar, habituada a la lejanía y en perfecta comunión con la naturaleza; en 1974 la realidad inicial de Quintana Roo se reflejaba en su rostro rural, en su dispersión poblacional, en su escasa infraestructura, todo estaba por hacer y esa era la tarea que se tenía por delante, comenzando la construcción de nuestro inédito proyecto de autonomía, con la definición de nuestro marco legal fundamental, pero también con la inclusión de muchos valiosos mexicanos, apenas llegados entonces a las tareas del nacimiento; al día de hoy Quintana Roo es una identidad plural en fragua cotidiana, un calidoscopio nacional, un entorno cosmopolita y un territorio también de los grandes rezagos y de bizarros contrastes, la demografía es avasalladora y son radicales nuestras asimetría regionales y regionales, el turismo contribuye, de manera importantísima, en el desarrollo nacional, al recibir más de 8 millones de turistas, en una infraestructura hotelera de 150 kilómetros en el Corredor Cancún-Tulúm, que cuenta con más de 50 mil cuartos, y que dejan aproximadamente el 35% de las divisas que ingresan al territorio nacional; esta hora, la de sus 30 años de autonomía, es una hora crítica para Quintana Roo, lo es para el país, y nuestro Estado experimenta de modo particular las incertidumbres y confusiones de la nueva era, las crisis políticas y las complicaciones jurisdiccionales, cuya inercia inhibe el desarrollo institucional, el crecimiento económico sostenido y la oportunidad de la justifica social; el país requiere una profunda reforma de Estado, pero también una radical transformación ética de los representantes públicos de la sociedad; la hora de Quintana Roo es la del país, es la hora de todos; de nuestra soberanía, de nuestra libertad y de nuestro mejor destino posible.