En la
primera década del siglo XX, los mexicanos, a través de la
Revolución buscaron soluciones a sus demandas de justicia social.
Las demandas de los principales sectores encontraron respuesta en
la Constitución de 1917, que hoy nos rige y determina un proceso
legislativo en constante renovación, a través del cual
los mexicanos participamos, de acuerdo con los principios
democráticos que nos rigen, en la creación de nuestras leyes.