El Gobierno Mexicano reconoció ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que la tortura aún es una práctica reiterada en México
El Gobierno Mexicano reconoció ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos,
que la tortura aún es una práctica reiterada en México y la existencia de deficiencias
para investigar los casos en los que se denuncia, informaron organizaciones no
gubernamentales.
Durante las reuniones que se sostuvieron en la CIDH, con sede en Washington la semana
pasada, a las organizaciones se les dio a conocer un informe en el que se revela que
México, ocupa el segundo lugar en casos presentados ante este organismo por violación a
los derechos humanos, tan sólo después de Argentina y también el segundo en la emisión
de medidas cautelares (10) después de Colombia, lo que es señal de la grave situación
que se vive en el país en esta materia.
En conferencia, los representantes de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los
Derechos Humanos y la Acción de Cristianos para la Abolición de la Justicia dieron a
conocer que dos casos mexicanos (Alfonso Martín del Campo, acusado de asesinato de su
hermana y cuñado, así como el de Miguel Orlando Muñoz desaparecido en 1993 en el 26
Batallón del Ejército Mexicano) podrían ser los primeros en llegar a la Corte
Interamericana de Derechos Humanos si el gobierno no cumple con las recomendaciones.
Nahyeli Ortiz Quintero, asesora jurídica de la Acción de los Cristianos para la
Abolición de la Tortura (ACAT), informó que durante la reunión ante la CIDH, el
representante gubernamental de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Juan José Gómez
Camacho, admitió que aún no se cuenta con peritos médicos psicólogos especializados
para investigar las denuncias de tortura.
Con lo anterior, el Gobierno reconoce, puntualizó Nahyeli Ortiz, la gravedad del problema
que representa la tortura en el país.
Y más agregó que tratar de documentar con términos técnicos la
tortura, se cuestionó la práctica y los desahogos de los peritajes. Aquí se planteó el
conflicto existente entre quienes la practican y la investigan por ser las mismas
autoridades.
Se destacó que es la primera ocasión en que se presenta a una audiencia de la CIDH un
representante del Ejército Mexicano para presentar su informe por el caso del soldado
Miguel Orlando Muñoz. En este asunto, dijo, no se tuvo avances, únicamente se ratificó
lo ya establecido, que éste joven militar desapareció en un día franco, por la tanto,
la responsabilidad es de las autoridades civiles que se encargan de la seguridad fuera de
los cuarteles.
Al respecto Sylvia Aguilera de la CMDPDH consideró que aún existe un obstáculo en
México para juzgar a los militares involucrados en violaciones a los derechos humanos,
porque se les aplica la justicia militar y no la civil.
En lo que consideró se obtuvo un avance, es en los trabajos del caso de las mujeres
asesinadas en Ciudad Juárez, en este caso, las autoridades se comprometieron a entregar
un informe mensual del avance de las investigaciones.
De la mesa de trabajo en relación con los sacerdotes Loren Laroye, Riebe Star, Jorge
Garón Guttlein argentino y Rodolfo Izal Elorz expulsados de Chiapas en 1995, se trató,
dijo, que el gobierno mexicano no ha cumplido la totalidad del informe que emitiera la
CIDH en 1999, está pendiente la reparación del daño, lo único que hace falta en este
caso, agregó Nahyeli Ortiz es voluntad política para resolverlo.
Y en el caso de Gregorio Alvarez, un maestro desaparecido hace 6 años en Guerrero, se
logró establecer una mesa de negociaciones con representantes estatales y federales para
tratar de resolverlo lo antes posible.