Superficie: 824.290 km2
Capital: Windhoek
Moneda: Dólar de Namibia
Idioma: Inglés
El Estado
Nombre oficial: Namibia.
División administrativa: 13 distritos.
Capital: Windhoek, 150.000 hab. (1995).
Otras ciudades: Swakopmund, 15.500 hab.; Rundu, 15.000 hab.; Rehoboth, 15.000 hab.; Keetmanshoop, 14.000 hab. (1990).
Gobierno: Sam Nujoma, presidente en ejercicio desde marzo de 1990, elegido por la Asamblea Constituyente en noviembre de 1989, reelecto por última vez en 1999. Hage Geingob, primer ministro desde 1990, reconfirmado en 1999. La Constitución establece un régimen presidencialista y un sistema multipartidario.
Fiesta nacional: 21 de marzo, Independencia (1990).
Fuerzas armadas: 8.100 (1996).
La Sociedad
Pueblo: el pueblo
namibio está compuesto por 11 etnias; los más numerosos son los ovambo (47,4%), los
kavango (8,8%), los damara (7,1%), los herero (7,1%) y otros. Existe una minoría de
origen europeo que representa 4,6% de la población.
Religión: no existe una religión oficial. La mayoría practica cultos
tradicionales africanos, aunque son muchos los fieles luteranos (51,2%) y de otras
denominaciones cristianas. Los católicos constituyen el 19,8%, y los anglicanos el 5%.
Idiomas: inglés (oficial); la población nativa habla el khoisan y el bantú;
también se habla alemán y afrikaaner.
Partidos políticos: la
Organización Popular del Sudoeste Áfricano (SWAPO); la Organización Popular del
Sudoeste Áfricano por la Justicia (SWAPOJ); la Alianza Democrática Turhalle (DTA); El
Frente Democrático Unido y la Acción Nacional Cristiana.
Organizaciones sociales: Unión Nacional de Trabajadores de Namibia.
HISTORIA /ACTUALIDAD
Arido y escasamente poblado, el territorio del desierto de Kalahari no ofrecía grandes atractivos a la colonización europea y permaneció al margen de ella hasta muy entrado el siglo XIX. Cuando el Segundo Reich alemán, de Bismarck y Guillermo I, se lanzó a ocupar los "espacios vacíos" que quedaban en el continente africano, Namibia fue uno de sus blancos.
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Pero el territorio no estaba "vacío" y para conquistarlo los alemanes masacraron a las grandes etnias de pastores hereros y ovambos.3
El país adquirió valor estratégico con el descubrimiento de ricos yacimientos de hierro, plomo, zinc, cobre y diamantes, a los que más recientemente se agregaron metales de interés militar: manganeso, tungsteno, vanadio, cadmio y grandes cantidades de uranio.4
Al estallar en la Primera Guerra Mundial el conflicto entre las potencias imperialistas, los británicos invadieron Namibia desde Sudáfrica.5
Terminada la guerra el territorio quedó bajo el mandato de la Sociedad de Naciones, que encomendó su administración a la Unión Sudafricana como "un encargo sagrado de la civilización" para "promover al máximo el bienestar material y moral de sus habitantes".6
Superando sus conflictos iniciales, los boers sudafricanos y los colonos alemanes de Namibia -entre quienes se encontraba el padre del dirigente nazi Gring- pronto encontraron un interés común: la explotación descarnada de la población negra, de cuyo "bienestar" debían supuestamente ocuparse.7
Pasada la Segunda Guerra Mundial, en 1974 Sudáfrica manifestó formalmente a las Naciones Unidas su intención de anexarse el territorio. La ONU -que heredó de la Sociedad de Naciones la responsabilidad sobre las colonias en fideicomiso- se negó, argumentando que "los habitantes africanos del Africa Sudoccidental todavía no han conseguido la autonomía política". Hasta 1961, la ONU insistió año tras año sobre ese punto y sistemáticamente fue ignorada por los gobiernos del régimen racista de Sudáfrica.8
Entre 1961 y 1968 la organización mundial intentó anular el mandato fiduciario y establecer la independencia del país. Las presiones basadas en argumentos jurídicos fueron infructuosas y el pueblo namibio, organizado en la SWAPO (Organización Popular del Africa Sudoccidental), resolvió iniciar la lucha de liberación, trabándose los primeros combates el 26 de agosto de 1966.9
En 1968 la ONU finalmente proclamó la ilegalidad de la ocupación sudafricana del país que pasó a llamarse Namibia para la comunidad internacional. Se estableció un Consejo de las Naciones Unidas para Namibia, como representante legal del territorio hasta que la soberanía pudiera ser ejercida libremente por su pueblo. Sin embargo, los intentos de la mayoría de la Asamblea General de la ONU por dar vigor a esa condena con sanciones económicas chocaron sistemáticamente con el veto de las potencias occidentales.10
La independencia de Angola, declarada en 1975, cambió radicalmente el panorama de la lucha de liberación en Namibia, al dotar a la SWAPO de una retaguardia solidaria. La guerra de guerrillas se intensificó pese a las presiones sudafricanas contra Angola, y las potencias occidentales comenzaron a presionar a Pretoria para que buscara una solución "moderada" antes de que se instaurara en el país un régimen revolucionario.11
En diciembre de 1978 Sudáfrica realizó elecciones en Namibia con miras a constituir un gobierno autónomo, anunciado como paso previo a la independencia. Pero realizados sin observadores de las Naciones Unidas, con el territorio ocupado por las tropas racistas y sin que la SWAPO pudiera participar, tales comicios carecieron totalmente de credibilidad.12
El peso de las empresas trasnacionales y de los medios económicos sudafricanos es muy grande. Los intereses extranjeros son hegemónicos en los tres sectores principales de la economía: la agricultura, la pesca y la minería, siendo este último el más desarrollado.13
A pesar de la declinación de las actividades tradicionales, los intereses extranjeros aumentaron su participación en la economía del país a través de inversiones en el sector minero, que está controlado por empresas inglesas, norteamericanas, alemanas y sudafricanas. Sólo la Consolidated Diamond Mines, filial de las trasnacional Anglo American, contribuía con 40% del presupuesto de la administración sudafricana en Namibia, a través de los impuestos que paga por la explotación de sus minas.14
El otro gran polo de explotación minera está concentrado en la localidad de Swakopmund, donde se ubica la mina de uranio de Rossing, la mayor mina a cielo abierto del mundo, controlada por la empresa trasnacional británica Río Tinto Zinc. La mina produce dióxido de uranio que utilizan las usinas nucleares de Sudáfrica, Francia e Inglaterra, a pesar de las prohibiciones expresas de la ONU. Otras dos trasnacionales, la ELF-Aquitaine (francesa) y la Anglo American (sudafricana) también poseen concesiones para la explotación de uranio en Namibia.15 Las firmas norteamericanas AMEX y Newmont están asociadas a la Tsumeb Mining Co., que explota las minas de cobre y pirita en Otjihase. Todas estas empresas se beneficiaban de las generosas facilidades concedidas por la administración sudafricana a las empresas extranjeras.
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La administración colonial de Windhoek seguía las orientaciones clásicas de la dependencia. El país producía para exportar e importaba todo lo que necesitaba, especialmente alimentos. Namibia exporta maíz, carne y pescado -fundamentalmente a Sudáfrica- e importa trigo y arroz. Exporta minerales y materias primas e importa todos los bienes manufacturados que necesita, porque no tiene industrias. Noventa por ciento de los bienes consumidos en Namibia provienen de Sudáfrica.17
El statu quo vigente hasta 1990 consagraba asimismo las desigualdades internas, por las cuales 90% de la población consumía 18,8% del PBI, mientras la minoría de origen europeo -10% restante- usufructuaban 81,2%. Al momento de declararse la independencia, tres cuartas partes de la agricultura y de la pecuaria estaban en poder de hacendados de origen europeo. La renta media per cápita era una de las más altas de Africa: 1.410 dólares, pero escondía una enorme desigualdad. Mientras el salario medio de los caucásicos era de 1.880 dólares, el del resto de la población no superaba los 108. Según el libro To be born a Nation, publicado en Londres, la independencia de Namibia representará para Sudáfrica la pérdida de 240 millones de dólares en exportaciones y costos adicionales de 14 millones de dólares de importación de productos extranjeros.18
Por esta razón, además de boicotear los esfuerzos para una solución negociada de la independencia de Namibia, los sudafricanos reforzaron en un 30% el presupuesto militar para la campaña contra el Ejército de Liberación Popular de Namibia, brazo armado de la SWAPO. En los últimos meses de 1982 y comienzos de 1983, la guerra se intensificó a lo largo de la frontera de Namibia con Angola. Los combates se extendieron también hacia el sur donde las fuerzas de la SWAPO realizaron audaces ataques, incluso en el llamado "triángulo de hierro", localizado cerca de la ciudad de Grootfontein, lugar de concentración de las principales unidades militares sudafricanas.19
En el campo diplomático, después del fracaso del plan de cinco puntos propuesto por el llamado Grupo de Contacto -Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania Occidental y Canadá- se produjo un estancamiento en la cuestión de la independencia de Namibia. Sudáfrica condicionó cualquier acuerdo al retiro de las tropas cubanas en Angola, al tiempo que exigió garantías de que las inversiones en Namibia no serían tocadas. La SWAPO no aceptó las regalías otorgadas por el proyecto de constitución a la población de origen europeo, ni las limitaciones a la posibilidad futura de reformarla. Sostuvo además, que las elecciones deben ser supervisadas por la ONU, lo que no era aceptado por el gobierno de Pretoria.20
En 1983 el gobierno sudafricano acabó con el gobierno interino liderado por la Democracia Turnhalle Alliance (DTA) porque, pese a que la Alianza estaba sólidamente ligada a Pretoria, sus dirigentes comenzaron a tomar posiciones críticas con relación a algunos aspectos del apartheid. Fue una tentativa de ganar un mínimo de apoyo popular que acabó fracasando. El gobierno de Namibia fue entregado nuevamente a un administrador colonial designado directamente por el primer ministro P.W. Botha. Inmediatamente Francia abandonó el Grupo de Contacto alegando que el ministro no había logrado nada ante las maniobras dilatorias de Pretoria.21
En febrero de 1984 representantes del gobierno de Angola y Sudáfrica se reunieron en Lusaka, capital de Zambia, para encontrar salidas a la guerra de Africa austral. Lograron un acuerdo que preveía la retirada de las tropas sudafricanas del sur de Angola, a cambio de un cese del fuego. En mayo del mismo año, también en Lusaka, delegados de la SWAPO y de otros partidos de Namibia junto con un representante de Sudáfrica intentaron una negociación que no llegó a ningún resultado debido a la intransigencia de Sudáfrica. La retirada sudafricana de Angola no se produjo en el plazo previsto y la situación volvió a estancarse.22 En junio de 1985 Botha instaló un "Gobierno interino", constituido por la Conferencia Multipartidaria, integrada por seis grupos multiétnicos y de europeos, incluyendo una sección del gobernante Partido Nacional. El nuevo régimen tendría una autoridad limitada sobre asuntos internos y Sudáfrica mantendría el control de la política exterior y la defensa territorial. La SWAPO fue excluida.
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A partir de 1987, los Estados intervinientes en el conflicto, comenzaron a dar señales para poner fin al enfrentamiento. Las negociaciones fueron trabajosas debido a la multiplicidad de intereses. La economía de Angola se encontraba al borde del colapso. Se calcula que guerra civil ha costado al país un total de 13.000 millones de dólares. Para el régimen de Pretoria, el hostigamiento permanente a Angola y la ocupación de Namibia resultaban muy costosas desde el punto de vista económico y diplomático. Una última gran ofensiva sudafricana en territorio de Angola, destinada a establecer un gobierno angoleño de la UNITA en "territorio liberado", fue derrotada por las fuerzas cubano-angoleñas en la batalla de Cuito-Cananale (abril de 1988).24
En diciembre de 1988, como resultado de extensas negociaciones con mediación de Estados Unidos, Sudáfrica, Angola y Cuba llegaron a un acuerdo. El mismo determinó la salida del ejército sudafricano de Namibia, y, como contrapartida, el retiro paulatino de los 50 mil soldados cubanos presentes en Angola.25
A lo largo de 1989 comenzó el regreso de miles de exiliados y la liberación de numerosos presos políticos. En setiembre de ese año regresó al país el líder de la SWAPO, Sam Nujoma, luego de 30 años de exilio, para conducir a su organización hacia las elecciones que debían realizarse dos meses más tarde. La SWAPO, que no fue parte de los acuerdos de paz y no se sentía obligada por ellos, intentó sin éxito infiltrar desde territorio angoleño fuertes contingentes militares que fueron detectados y neutralizados -con numerosas víctimas- por las fuerzas sudafricanas. Casi simultáneamente los destacamentos en el exilio del movimiento de liberación se vieron afectados por otros dos grandes escándalos: el descubrimiento de la práctica de torturas contra presuntos dirigentes disidentes por parte de los responsables políticos de los campos de refugiados y la comprobación de que el número de exiliados había sido exagerado enormemente para obtener montos mayores de ayuda alimentaria internacional.26
En noviembre de 1989 más de 710.000 participaron de la elección de los miembros de la primera Asamblea Constituyente. A los comicios, que fueron supervisados por las Naciones Unidas, se presentaron diez partidos políticos. La SWAPO obtuvo una resonante victoria al conseguir el apoyo de cerca de 60% del electorado, lo que representó el control de la Constituyente y el poder designar al sexagenario líder de la organización, Sam Nujoma, como primer presidente de Namibia.27
La independencia fue proclamada el 21 de marzo de 1990, con una guardia presidencial de honor, integrada por efectivos de la SWAPO y de las fuerzas territoriales (SWA Territory Force), que custodiaban al régimen sudafricano, en proceso de constituirse en el nuevo Ejército Nacional (National Army of Namibia).28
El gobierno de la Namibia independiente debió enfrentar en el terreno social las injustas desigualdades inherentes al sistema del apartheid impuesto por la dominación sudafricana, sobre todo en los campos de la salud y la educación. Mientras que en los territorios antiguamente reservados para los europeos existe una infraestructura aceptable para la enseñanza y los servicios sanitarios, las zonas donde reside la población nativa, fundamentalmente en el norte del país, carecen de locales escolares y de dispensarios de salud adecuados.29
Con la independencia, Namibia incorporó el inglés como idioma oficial, en sustitución del afrikaaner. El gobierno organizó un Departamento de Educación Informal para alfabetizar a las mujeres. El trabajo inicial del organismo, en colaboración con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), arrojó como resultado que la población femenina de Namibia debía ser alfabetizada primero en su lengua materna para luego aprender el inglés. En cuanto a la salud, el gobierno ha destinado recursos para la elaboración de un plan de rehabilitación para unos 40 mil discapacitados, la mayoría víctima de 23 años de lucha guerrillera por la independencia.30
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) consideró que la reforma agraria es una de las cuestiones críticas que Namibia debe afrontar en el corto plazo. Tal observación se basa en el hecho de que un 65% está actualmente en propiedad de la población europea y que muchos de ellos son hacendados ausentistas extranjeros.31
A mediados de febrero de 1991 los trabajadores del servicio civil, las municipalidades y la Corporación Paraestatal Namibiana realizaron una huelga para pedir aumentos de salarios, una legislación laboral y protestar contra presuntos acto racistas del gobierno, que respondió denunciando sabotaje económico a su gestión. La desigualdad del nivel de los ingresos de la población de Namibia ha llevado a analistas económicos de distintas organizaciones internacionales a calificar al país de "nación de economía dualista", porque alrededor de 70% de la población vive en este aspecto dentro del Tercer Mundo, 25% lo hace dentro de una economía de transición y solamente 5% se beneficia de condiciones económicas vinculadas al desarrollo.32
Con una economía fuertemente dependiente de la extracción mineral y condicionada por la importación de la mayor parte de los productos manufacturados de consumo, 50% del Producto Interno Bruto del país depende del sector terciario y aunque más de 70% de la población vive directa o indirectamente de la agricultura, este sector sólo representa 10% del PBI total de Namibia. Uno de los problemas de Namibia vinculado a la pesca es la invasión de sus aguas territoriales por pesqueros de otros países, que agrava una situación de litigio existente con Sudáfrica por la soberanía en el mar, y que resulta difícil de solucionar debido al escaso poder militar del país.33
En 1991, el gobierno de Nujoma llegó a un acuerdo con Estados Unidos para aplicar un programa de educación y entrenamiento militar, por el que oficiales de la Fuerza de Defensa de Namibia recibirían sin costo su educación militar profesional. En diciembre de ese año, el ministro de Defensa, Peter Muesiniange, viajó a Brasil a los efectos de recibir asesoramiento para la puesta en marcha de una Fuerza Aérea con criterios modernos.34
Dispuesto a desempeñar un papel importante en Africa austral, el presidente de Namibia donó a comienzos de 1991 alrededor de 3 millones de dólares al Congreso Nacional Africano (ANC) -entonces principal oposición negra al gobierno blanco minoritario de Sudáfrica- suma que fue entregada al líder del ANC, Nelson Mandela, en una visita que éste realizó a Namibia el 31 de enero. La democratización de Sudáfrica y la paz definitiva en Angola, con la que Namibia mantiene una identidad económica importante en la región fronteriza, permitirían un desarrollo económico importante para el país en un esquema regional.35
En setiembre, se acordó con Sudáfrica, la administración conjunta del puerto de Walvis Bay. El acuerdo fijó también como frontera sur el medio del río Orange, lo cual permitirá disminuir los choques armados entre los dos países en esa región.36
Al mes siguiente, Namibia anunció la apertura de un escritorio comercial en Pretoria. Para combatir el contrabando y el tráfico ilegal de drogas, el gobierno instaló en noviembre, puestos de control en la frontera con Zambia.37
En noviembre, el gobierno nombró una comisión para investigar la denuncia de que partidos namibios antiindependencia eran subvencionados por Pretoria. El escándalo impidió que la coalición Alianza Democrática Turnhalle, bajo sospecha, pudiera transformarse en un partido unificado con el liderazgo de Mishae Muyongo.38
El 11 de diciembre de 1991, el primer congreso del SWAPO en la legalidad definió la necesidad de redoblar esfuerzos para la promoción de las relaciones políticas y económicas con la comunidad mundial, especialmente con los países del Tercer Mundo. En esa oportunidad, Nujoma fue reelecto a la presidencia del SWAPO.39
En 1992 Namibia y Sudáfrica acordaron la devolución del puerto de Walvis Bay a Windhoek en 1994. Un año después entró en funciones el Consejo Nacional, la cámara alta del Parlamento. En 1994 el gobierno aprobó una ley de tierras tendiente, entre otras cosas, a limitar la concentración de la propiedad, ya que se estimaba que 1% de la población poseía 75% de las tierras del país.40
En diciembre de ese año Sam Nujoma fue reelecto presidente con 70% de apoyo popular. Sin embargo, en mayo de 1995 la histórica SWAPO, el partido del presidente, sufrió una escisión que condujo a la creación de la SWAPO por la Justicia.41
Tras registrar 5% de crecimiento en 1994, el gobierno estimó la expansión de la economía durante1995 en 3%, mientras que el desempleo afectaba a cerca del 38% de la población económicamente activa.42
En 1996, el gobierno acordó con su par sudafricano la eliminación de la deuda contraída con ese país con anterioridad a su independencia, en 1990. En contrapartida, Nujoma se comprometió a realizar inversiones en el sur de Sudáfrica. El presidente orientó su política económica a revitalizar las exportaciones, ante el desequilibrio de la balanza comercial, y procuró diversificar la economía, así como crear nuevos puestos de trabajo.43 A mediados de 1997, un Congreso de SWAPO proclamó a Nujoma para un tercer período como presidente de Namibia. Ese año, el gobierno rehusó abrir una investigación sobre los crímenes cometidos durante el período que precedió a la independencia. Esta decisión generó tensiones con Sudáfrica.
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Las protestas sociales, sobre todo debidas al desempleo, fueron desoídas por el gobierno. Buena parte de los integrantes del ex ejército de SWAPO continuaban desocupados.45 Organismos de defensa del medio ambiente y de derechos humanos se opusieron a la construcción de una represa hidroeléctrica sobre el río Kunene, al norte del país. Entre otros perjuicios, afirmaban, dicha obra desplazaría a los himba, una numerosa tribu seminómade.
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El número de seropositivos y de enfermos de sida aumentó en forma alarmante. En 1997, la enfermedad provocó 1.539 muertes, lo que elevó a 3.677 el número de fallecimientos registrados desde 1988. Las infecciones sumaban 40.629, desde ese mismo año.47
La industria pesquera dio muestras de recuperación y tuvo un fuerte crecimiento para 1998. En busca de recursos financieros, el gobierno comenzó ese año a promocionar a Namibia como destino turístico, industria nunca desarrollada en el país.48
Después de que pequeña banda de rebeldes intentara tomar la pequeña ciudad de Katima Mulil en agosto de 1999, unas 200 personas fueran detenidas y torturadas hasta que muchas de ellas "confesaron" ser partidarios de la independencia de la faja de Caprivi, un territorio de varios cientos de kilómetros de extensión por apenas cuatro o cinco de ancho que separa Sudáfrica de Angola. De los 200 detenidos al menos 76 serán procesados por traición y otros crímenes; mientras que el resto fue liberado sin cargos. Unas 100.000 personas habitan la franja de Caprivi, principalmente miembros de la etnia lozi, que rechazan ser dirigidos por la mayoría ovambo del país, que también domina a SWAPO.49
A pesar de las protestas de la oposición, la constitución fue modificada para que Nujoma pudiera candidatearse para un tercer período presidencial en las elecciones de 1999, las cuales ganó con el 76% de los votos. Al asumir, en marzo de 2000, el reelecto presidente declaró que los objetivos para el país eran alcanzar un estándar de vida similar al de los países del norte para el año 2030 y, en lo más inmediato, abatir el virus HIV que seguía diezmando a la población namibia.ESTADÍSTICAS
DEMOGRAFIA
Población: 1.695.000 (1999)
Crecimiento anual: 2,7 % (1975/98)
Estimación para el año 2015 (en millones): 2,0 (1998)
Crecimiento anual hacia el 2015: 1,2 % (1998/2015)
Población urbana: 38,9 % (1998)
Crecimiento urbano: 6,2 % (1980/95)
Hijos por mujer: 4,9 (1998)
SALUD
Esperanza de vida al nacer: 51 años (1998)
Hombres: 52 años (1998)
Mujeres: 53 años (1998)
Mortalidad materna: 230 cada 100.000 nacidos vivos (1990/98)
Mortalidad infantil: 57 por 1.000 (1998)
Mortalidad menores de 5 años: 74 por 1.000 (1998)
Consumo de calorías diarias: 2.183 per cápita (1997)
23 médicos cada 100.000 personas (1992/95)
Agua potable: 83 % (1990/98)
EDUCACION
Alfabetismo: 78 % (1995)
Hombres: 80 % (1995)
Mujeres: 77 % (1995)
Tasa de inscripción escolar:
Primaria total: 131 % (1990/96)
Hombres: 130 % (1990/97)
Mujeres: 132 % (1990/97)
Secundaria:
Hombres: 56 % (1990/96)
Mujeres: 66 % (1990/96)
Universidad: 9 % (1996)
USO DE LA TIERRA
Deforestación: 0,3 % anual (1990/95)
Irrigada: 0,9 % de la arable (1993)
Forestadas y bosques: 21,8 % del total (1993)
Arable: 0,8 % del total (1993)
Otros: 77,4 % del total (1993)
COMUNICACIONES
19 diarios (1996) , 144 radios (1997) , 32 televisores (1996/98) y 69 líneas telefónicas
(1996/98) cada 1.000 habs.
ECONOMIA
GNP per cápita: $ 1.940 (1998)
Crecimiento anual: 1,2 % (1998)
Inflación anual: 9,5 % (1990/98)
Indice de precios al consumidor: 124,8 (1998)
Tipo de cambio: 5,5 dólares de Namibia = $ 1 (1998)
Cereales importados: 68.000 toneladas (1998)
Exportaciones: $ 1.951 millones (1998)
Importaciones: $ 1.956 millones (1998)
Ayuda recibida: $ 180 millones (1998) ; $ 108,4 per cápita (1998) ; 5,70 % del PNB (1998)
HDI (ranking/valor): 115 /0,632 (1998)
GASTO PUBLICO
Gasto militar como % de salud y educación: 23 % (1990/91)
Gastos en defensa como % del gasto del gobierno central: 7,3 % (1997)
TRABAJADORES
Mujeres (como % de la PEA): 41 % (1998)
Hombres (como % de la PEA): 59 % (1998)
Agricultura: 49,1 % (1990)
Industria: 15,4 % (1990)
Servicios: 35,5 % (1990)