Población: 81.516.000 (1994).
Superficie: 356.755 Km2
Capital: Berlín.
Moneda: marcos.
Idioma: alemán
Pueblo: Germánicos 91,2%, turcos 2,5%, ex yugoslavos 1%, italianos 0,7%, griegos 0,4%, bosnios 0,4% y otros 3,3% (1995).
Religión: cristiana; con mayoría protestante (30 millones), sobre todo en el norte y el este; los católicos, mayoritarios en la parte occidental antes de la reunificación, son unos 27 millones. Minorías judías y musulmanas.
Idioma: alemán (oficial) y dialectos locales.
Partidos políticos: Unión Demócrata Cristiana (CDU) y Unión Social Cristiana (CSU); Partido Liberal (FDP); Partido Social Demócrata (SPD); ecologistas: Partido Verde ("Die Grünen") de la ex RFA y Alianza-90 de la ex RDA; Partido del Socialismo Democrático, ex PSUA; los Republicanos (REP).
Organizaciones sociales: La poderosa Federación de Trabajadores (DGB), con siete millones y medio de afiliados en Alemania Occidental, está vinculada al partido socialdemócrata. La Confederación Sindical Libre, que tenía nueve millones de afiliados en Alemania Oriental, se autodisolvió en mayo de 1990.
Nombre oficial: Bundesrepublik Deutschland.
División administrativa: La República Federal Alemana es un Estado parlamentario federal compuesto de 16 Länder (estados federados), desde el 3 de octubre de 1990. Once Länder formaban la antigua Alemania Occidental (Schleswig-Holstein, Hamburg, Bremen, Niedersachsen, Nordrhein-Westfalen, Hessen, Rheinland-Pfalz, Saarland, Baden-Württemberg, Bayern y Berlín), mientras que la hasta entonces República Democrática Alemana fue dividida en cinco Länder (Mecklenburg, Brandenburg, Sachsen-Anhalt, Sachsen y Thüringen).
Capital: Berlín (3.471.000 de habitantes en 1995).
Otras ciudades: Hamburgo, 1.707.901hab.; München (Munich), 1.244.676 hab.; Koeln (Colonia), 963.817 hab; Frankfurt/M., 652.412 hab.; Leipzig, 481.112 hab.; Dresden, 500.000 hab.; Bonn, 290.000 hab. (1995).
Gobierno: Roman Herzog, presidente, elegido el 23 de mayo de 1994; Helmut Kohl, primer ministro (canciller), desde el 6 de marzo de 1983. En junio de 1991, el parlamento decidió el traslado de la sede del Gobierno federal y de la Cámara de Diputados hacia Berlín (capital de la Alemania unificada desde octubre de 1990), mientras que la Cámara de los Lander continuará en Bonn. Se estima, sin embargo, que para que gobierno y parlamento puedan funcionar normalmente en la nueva capital alemana se requerirá al menos una década.
Fuerzas armadas: 338.000
Paramilitares: 28.000 (Guardia Frontera Federal).
Población urbana: 86% (1995).
Crec. anual: 0,6% (1991-99).
En al año 2000: 81.000.000.
Hijos por mujer: 1,3 (1992).
Un médico por cada 370 hab. (1990).
Mortalidad infantil (menores de 5 años): 7 cada 1.000 (1994).
Tasa de inscripción escolar: Primaria (1993): 98% mujeres, 98% varones. Secundaria (1993): 100% mujeres, 101% varones. Universidad: 36% (1993).
Docentes de primaria: uno cada 16 estudiantes (1992).
Comunicaciones
45,7 teléfonos cada 100 habitantes (1993).
PNB per cápita: US$25.580 (1994).
Indice de precios al consumidor: 100 en 1990; 146 en Oct.93.
Moneda: 2 marcos = 1US$ (Oct.93).
Cereales importados: 3.533.000 tons. métricas (1993).
Uso de fertilizantes: 2,387 kgs por há. (1992-93).
Importaciones: US$427.219 millones (1994).
Exportaciones: US$381.890 millones (1994).
Consumo: 4.097 kgs de Equivalente Petróleo per cápita anualmente (1994), 58% importado (1994).
El norte del país es una vasta planicie. El litoral del Mar Báltico es accidentado, con golfos estrechos y profundos. El centro está constituido por un conjunto de montañas antiguas, mesetas y cuencas sedimentarias: entre los macizos antiguos se destacan los de la Selva Negra y la Pizarra Renana. La región sur comienza en el valle del Danubio y está compuesta por mesetas (Meseta Bávara), limitadas en la frontera sur por los Alpes de Baviera.
En las cuencas de los ríos Ruhr y Ems se concentran importantes yacimientos de carbón y lignito, que fueron la base del desarrollo industrial. La industria pesada se concentra en el valle del Ruhr, la Renania Media y la Baja Sajonia. En la ex República Democrática Alemana, el sur es rico en yacimientos de carbón, lignito, plomo, estaño, plata y uranio. Allí se concentra la industria química, electroquímica, metalúrgica y siderúrgica. Dicha región ha sido devastada por la contaminación del aire proveniente de las fuentes de energía en base a carbón utilizadas en la industria.
La emisión de dióxido sulfúrico en el este alemán es unas quince veces superior a las emisiones en el oeste. Estas emisiones tóxicas contribuyen al problema de la lluvia ácida. Las aguas sin tratar de los efluentes industriales mezcladas con metales pesados y sustancias químicas tóxicas han devastado los ríos principalmente en el este alemán. Muchos de esos elementos se vierten en el Mar Báltico, altamente contaminado.
LA PRIMERA REFERENCIA sobre la existencia de los germanos aparece durante las campañas del emperador romano Julio César en Galia (al norte de los Alpes y al oeste del Rhin), del año 58 al 51 a.C. No obstante, el origen de los germanos se remonta a los teutónicos y los cimbrios, descendientes de los daneses. Estos pueblos invadieron las regiones mediterráneas entre los años 113 y 101 a.C.
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En el año 9 de la era actual, Arminio, jefe de los queruscos -considerado luego el primer héroe nacional- dirigió una rebelión que derrotó a tres legiones romanas en Teutoburgo. A mediados del siglo III, las tribus originarias se habían fusionado en unidades políticas mayores: los sajones, los francos y los alemanes.3
En el siglo IV, después del retiro gradual de los romanos, la invasión de los hunos de Atila provocó la Gran Migración en el continente europeo. El imperio mongol fue destruido tras la derrota sufrida ante los germanos en el año 455. Germanos y sajones a su vez, fueron sometidos por Clovis y Carlomagno al Imperio Franco.4
De la división del imperio carolingio, en el año 843, por el Tratado de Verdún, surgió el primer reino exclusivamente germánico, bajo Luis el Germánico. Durante el reinado de Otón I, coronado en Roma, en 936, Germania se convirtió por dos siglos, en el más poderoso reino europeo.5
Durante los siglos XII y XIII Alemania experimentó una continua expansión y colonización territorial, estimulada por el crecimiento de la población.6
En ese período, la inestabilidad de las dinastías reales ayudó al fortalecimiento de los principados seculares y religiosos. Los príncipes tenían libertad para construir fortalezas, explotar los recursos naturales y ejercer la justicia en sus dominios.7
En 1356, la autoridad real frente al Papado se afirmó jurídicamente a través de la Bula de Oro de Carlos IV (1346-1378). Esta consagró el derecho de designar el rey sin la sanción de Roma y fortaleció la posición de los principados, de cuyo apoyo dependía.8
En los siglos XV y XVI se mantuvo la inestabilidad interna. El movimiento de la Reforma protestante, iniciado en 1517 con la discusión de las tesis de Martín Lutero, se mezcló con las rivalidades políticas.9
La Reforma canalizó las críticas cada vez más amplias a la creciente secularización y corrupción de la Iglesia alemana, que se había convertido en una próspera institución económica y financiera, cuyas tierras ocupaban un tercio del total en algunos distritos, pero el escándalo se desató por la venta de indulgencias. Al final de una sucesión de guerras internas, incluyendo levantamientos campesinos violentamente reprimidos, en 1555 se llegó a la Paz de Augsburgo, que consagró la división políticoreligiosa entre católicos y luteranos.10
Las diferencias partidarias coincidían con las religiosas; en 1608 se creó la Unión (protestante) y un año después la Liga (católica). La rebelión de Bohemia dio inicio a la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), que envolvió a todo el continente y redujo la población de Europa central en alrededor de 30%. Terminó en 1648 con la Paz de Westfalia.11
En el siglo XVIII, el Reino de Prusia emergió como una unidad económica y política de gran dinamismo, creando tensiones crecientes entre los estados alemanes. Los triunfos de Napoleón contra Prusia, en 1806, y la formación de la Confederación del Rin pusieron fin al sistema político multipolar del Sacro Imperio Romano Germánico.12
En la Europa central del siglo XVIII, la cultura fue una vía de escape para las energías intelectuales que no podían volcarse en la política, dominada por la autocracia de los príncipes. Este es el marco del idealismo y el espiritualismo que caracterizaron el arte y la literatura alemanas, expresado por filósofos como Kant y Herder, y los escritores Goethe y Schiller.13
A la caída de Napoleón, en 1815 los príncipes alemanes crearon una confederación de 39 estados independientes, salvo en el campo de la política exterior. La oposición de las monarquías de Austria y Prusia a formas más amplias de representación contribuyó a aumentar el malestar popular, que se tradujo en las rebeliones de 1830. La respuesta generalizada fue la represión.14
En 1834 Prusia plasmó su creciente peso económico en el ámbito político, al instaurar la Unión Aduanera Alemana de la cual Austria quedó excluída. Tuvo como efecto la duplicación del comercio entre sus socios en un plazo de diez años, y la formación de algunos centros de industrialización, donde emergió una clase obrera. Debido al rápido crecimiento de la población urbana, la oferta de mano de obra superó ampliamente la demanda. El resultante empobrecimiento de trabajadores manufactureros y de artesanos sirvió de caldo de cultivo para las rebeliones de los años posteriores, cuyo culminación fue la ola revolucionaria de 1848/49.15
Por primera vez se logró la elección de una Asamblea Nacional, con sede en Francfort, cuyos representantes pertenecieron mayoritariamente al campo liberal y demócrata. Exigieron la unidad alemana y paralelamente, la garantía de libertades políticas. Sin embargo, su división interna facilitó la recomposición de fuerzas del antiguo régimen, que culminó con la disolución del parlamento en junio de 1849 y la represión de las organizaciones de oposición.16
Aplastadas las tendencias revolucionarias, la disputa de Austria y Prusia por la hegemonía de la unificación alemana se resolvió en 1866, con la victoria de la segunda en la Guerra de las Siete Semanas. La unión se dio en torno de la Confederación Alemana del Norte, ideada por el canciller prusiano, Otto von Bismarck, también como forma de contener el liberalismo. El Parlamento (Reichstag) fue inaugurado en febrero de 1867.17
Tres años más tarde estalló la guerra con Francia. La victoria de Prusia en1871 fue el paso final en el proyecto de Bismarck, de unificar Alemania sobre una base monárquica y bajo dominio de Prusia.18
El imperio enfrentó dos fuerzas internas contrapuestas, la iglesia católica y la social-democracia. Bismarck dictó las Leyes de Mayo, por las que se secularizaban la educación y otras actividades civiles, pero retrocedió después, para contar a la Iglesia como aliado en contra del socialismo. Alarmado por el crecimiento de la socialdemocracia, el régimen aplicó una combinación de represión y reformas sociales, con el fin de neutralizar su potencial.19
El gobierno de Bismarck utilizó el proteccionismo comercial para aumentar el ingreso interno y fomentar la industria nacional. La economía alemana dio un nuevo salto, sobre todo en la industria pesada, la química, la electrotécnica y la de medios de producción. La formación de la Triple Alianza, con Austria e Italia, así como el establecimiento de colonias en Africa y Asia a partir de 1884, evidenciaron la aspiración de convertir al Imperio Alemán en una potencia mundial.20
Sin embargo, sus posesiones en Africa (Tanganica, Camerún, Togo y Africa Sudoccidental) y en Asia (Nueva Guinea, Islas Carolina, Mariana, Marshall y Samoa) le dieron pocos frutos. Al finalizar la Primera Guerra Mundial fueron transferidas a las potencias vencedoras.21
La rivalidad de Alemania con Francia e Inglaterra, por un lado, y con Rusia y Serbia, por otro, desencadenó la guerra en 1914. La capitulación de sus aliados (el imperio austro-húngaro y Turquía), en noviembre de 1918, hizo inevitable la derrota de Alemania. La crisis fue acelerada por la revolución interna, que hizo abdicar al emperador. El gobierno fue entregado al socialista Friedrich Ebert, para convocar a una asamblea constituyente.22
La socialdemocracia alemana se había dividido entre una corriente moderada, partidaria de una evolución gradual hacia el socialismo, y la que propugnaba el cambio revolucionario. El grupo Espartaco, encabezado por Carlos Liebknecht y Rosa Luxemburgo, se identificaba con la revolución rusa de octubre de 1917 y quería instaurar un régimen similar al soviético.23
En diciembre de 1918, el gobierno fijó las elecciones de la constituyente para un mes después. El ejército fue llamado para reprimir los disturbios en las calles y una revuelta popular, promovida por el socialismo radical. En enero de 1919, los líderes de Espartaco fueron arrestados y ejecutados sumariamente. Pocos días después, los electores dieron una amplia mayoría a los socialistas moderados.24
En la ciudad de Weimar, en febrero de 1919, la asamblea designó a Ebert como primer presidente de la República. Tras algunas vacilaciones, el gobierno del socialista Gustav Bauer firmó, en junio de ese año, el Tratado de Paz de Versalles.25
En 1921, las potencias victoriosas impusieron a Alemania el pago de una indemnización de guerra de 132.000 millones de marcos, algo que el país no estaba en condiciones de cumplir.26
Alemania fue declarada insolvente por la Comisión de Reparaciones de las potencias y, en enero de 1923, tropas belgas y francesas ocuparon la región industrial del Ruhr. El mismo año la inestabilidad económica y financiera desembocaron en un proceso de hiperinflación que afectó gran parte de la pequeña burguesía. Tras una reforma monetaria, a fines de 1924, el gobierno alemán había conseguido estabilizar las finanzas del país.27
Tras la muerte de Ebert, en 1925, fue elegido presidente el mariscal Paul von Hindenburg, cuya preocupación mayor era situar de nuevo a Alemania entre las grandes potencias. Apoyó la aspiración de la vieja oligarquía terrateniente del este del país de volver al poder.28
La economía alemana creció hasta la quiebra de la Bolsa de Nueva York, en 1929, cuando entró en recesión debido a la falta de créditos externos. En 1930, Hindenburg disolvió el Parlamento y, en las elecciones de ese año, comunistas y nacional-socialistas (nazis) obtuvieron un gran incremento de votos. El Partido Nazi, liderado por Adolfo Hitler, se convirtió en la segunda fuerza política después de la socialdemocracia.29
La promesa del nazismo de reconstruir la Gran Alemania, humillada por los tratados de posguerra, y la campaña en la que se responsabilizaba a judíos y comunistas por la crisis económica, fue ejerciendo cada vez más atracción en la clase media y las masas empobrecidas. Comunistas y socialistas, enemigos desde 1918, no se unieron contra Hitler mientras eran mayoría en el Parlamento y percibieron demasiado tarde el peligro que representaba.30
En las elecciones de 1932, en medio de violentos enfrentamientos con los comunistas, el Partido Nazi duplicó su votación, llegando a 37% del total. El presidente, que había prohibido los actos públicos nazis, ofreció a Hitler una participación en el gobierno de coalición dirigido por el derechista Franz von Papen. Sin embargo, todavía no aceptaba la exigencia de Hitler de ocupar la jefatura del gobierno.31
Entre 1932 y 1933, en las negociaciones internacionales, Alemania intentaba resarcirse de las pérdidas de guerra y recuperar su derecho al rearme. En lo interno se sucedieron las crisis, y el número de desocupados rebasó la marca de seis millones.32
En enero de 1933, a instancias de representantes de la alta burguesía, el presidente entregó el gobierno a Hitler, quien en febrero disolvió el Parlamento y convocó a elecciones, en las cuales el NSDAP obtuvo la mayoría absoluta.33
En Potsdam, en marzo de 1933, el nuevo Parlamento cedió a Hitler, por un período de cuatro años, las facultades para implantar leyes al margen de la Constitución y sin la aprobación del Legislativo o del Presidente. Podía fijar el presupuesto anual, hacer empréstitos y establecer acuerdos con otros países, reorganizar el gabinete y el mando supremo de las fuerzas armadas y proclamar la ley marcial.34
En julio de 1933, Hitler abolió el sistema federal de Alemania e instauró un poder central absoluto, disolvió todos los partidos excepto el suyo, ilegalizó los sindicatos y las huelgas. En el exterior, Alemania se retiró de la Conferencia del Desarme y de la Sociedad de Naciones.35
El régimen instaló los primeros campos de concentración para recluir miles de opositores políticos, gitanos (Sinti y Roma) y homosexuales e inició un programa de eliminación física de discapacitados. Protestas de las iglesias, cuyo apoyo aún fue considerado importante por parte del régimen, lograron interrumpir esta acción.36
Desde la muerte de Hindenburg, en agosto de 1934, el gabinete fue obligado a prestar juramento de lealtad personal al canciller. En 1935, Hitler inició el rearme alemán, en abierta violación del Tratado de Versalles. Las potencias europeas protestaron, pero no pusieron mayores obstáculos.37
Con las «leyes de Nuremberg» de 1935 el régimen formalizó jurídicamente su ideología racista, creando la base para su posterior política de exterminio de minorías étnicas y religiosas.38
En octubre de 1936, Alemania e Italia firmaron un acuerdo de cooperación, que incluyó la intervención en la guerra civil española en apoyo al general Franco. En noviembre, Alemania y Japón formalizaron un acuerdo de intercambio militar. Un año después, Alemania, Italia y Japón (las tres potencias del Eje) firmaron, en Roma, el Pacto Anticomunista.39
En marzo de 1938, tropas alemanas invadieron Austria y Hitler proclamó su anexión. Ese mismo año, por presiones de Hitler y de nacionalistas alemanes, en el Acuerdo de Munich las potencias europeas cedieron los Sudetes checoeslovacos a Alemania. En la llamada «noche de cristales» del 9 al 10 de noviembre de 1938, el gobierno instrumentó la destrucción sistemática de comercios e instituciones religiosas y culturales judíos.40
En 1939, aprovechando las contradicciones entre checos y eslovacos, las tropas alemanas avanzaron sobre Praga. Bohemia, Moravia y Eslovaquia fueron convertidas en protectorados.41
Inglaterra dio garantías a Polonia, Rumania, Grecia y Turquía de preservar su independencia. A la vez, junto con Francia, intentó una alianza con la URSS. En agosto de 1939, Alemania y la URSS firmaron un pacto de no agresión, y el 1º de setiembre, Alemania invadió Polonia. En respuesta, Inglaterra y Francia dieron un ultimátum a Hitler. Había comenzado la Segunda Guerra Mundial.42
En 1940, Alemania había sometido a Noruega, Dinamarca, Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Francia. En junio de 1941, Hitler decidió el ataque contra la URSS, pero las tropas fueron detenidas a pocos kilómetros de Moscú y derrotadas en el sitio de Stalingrado (Volgogrado), en 1943.43
Desde el inicio, la agresión de las tropas alemanas a los países vecinos fue acompañada de una sistemática política de exterminio de la población judía en campos de concentración, ubicados mayoritariamente en Polonia. El número de víctimas superó los seis millones, a los que hay que agregar alrededor de un millón de personas pertenecientes a otros grupos étnicos.44
El avance del Ejército Rojo, que culminó en la toma de Berlín, por un lado, y el desembarco aliado en Normandía en 1944, precedieron la rendición de Alemania, que finalmente se produjo en mayo de 1945.45
Cuatro millones de alemanes, de las naciones vecinas y de los territorios anexados por Polonia y la URSS, se tuvieron que trasladar a una de las cuatro zonas en que fue dividida Alemania, mientras permaneció ocupada por Estados Unidos, Francia, Inglaterra y la URSS. El desacuerdo entre los ex aliados sobre el futuro gobierno determinó la creación, en 1949, de la República Federal de Alemania (RFA), en el Oeste, y la República Democrática Alemana (RDA), en el Este. Ambas Alemanias fueron punto neurálgico de las tensiones de posguerra entre Estados Unidos y la URSS.46
La soberanía de ambas Alemanias fue reconocida en 1955 por sus ocupantes respectivos. En el contexto de la Guerra Fría, la RFA se integró a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y la RDA al Pacto de Varsovia. Tropas extranjeras continuaron en el territorio de las dos repúblicas, sujetas todavía a limitaciones en sus fuerzas armadas y con prohibición de poseer armamento nuclear.47
El Partido Socialista Unificado (PSUA), surgido en 1946 de la unión de comunistas y socialdemócratas, asumió el gobierno de la RDA e implantó un régimen similar al soviético. La URSS compensó pérdidas de guerra con dinero, equipos y ganado de la zona alemana oriental. En 1953, la situación económica y política de la RDA provocó protestas, que fueron reprimidas por las tropas soviéticas. Al mismo tiempo se incrementó la emigración hacia la RFA.48
Entre 1949 y 1961, unos 3 millones de alemanes orientales emigraron hacia la RFA. En agosto de 1961, la RDA prohibió la emigración a Occidente. Para hacer efectiva la decisión, cerró sus fronteras y construyó un muro en Berlín, entre la parte oriental y la occidental. El Muro de Berlín se convirtió en símbolo de la división alemana y europea, y fue a menudo escenario de tensiones políticas. En 1971 Erich Honecker sucedió a Walter Ulbricht en la dirección del partido y más tarde la jefatura del gobierno.49
Entre 1949 y 1963, el canciller Konrad Adenauer, demócrata cristiano conservador, dirigió la reconstrucción de la RFA, bajo el lema de establecer una «economía social de mercado». Con el apoyo de Estados Unidos (Plan Marshall) y de grandes inversiones extranjeras, la RFA se convirtió en una de las economías capitalistas más desarrolladas y contribuyó a fundar la Comunidad Europea (CE).50
Con la victoria del Partido Socialdemócrata (SPD) en las elecciones de 1969, el gobierno del nuevo canciller, Willy Brandt, inauguró una política de deshielo hacia Europa Oriental y la RDA. En 1970 se iniciaron las primeras conversaciones formales entre la RFA y la RDA, y en 1971 las potencias ocupantes acordaron el libre acceso de ciudadanos de la RFA a la RDA. Un Tratado Básico de relaciones bilaterales fue firmado por ambas Alemanias en 1973. En setiembre fueron admitidas como miembros de la ONU.51
En los años 70, en la RFA se intensificó el uso de la tecnología nuclear para la generación de energía. En respuesta se formó un fuerte movimiento ecologista en base a cientos de grupos a lo largo del país.52
En 1974, al descubrirse que su secretario particular era espía de la RDA, Brandt renunció a la jefatura del gobierno, y fue reemplazado por Helmut Schmidt. La modernización de cohetes nucleares soviéticos de mediano alcanze en la RDA y la discusión previa a la decisión de la OTAN de diciembre de 1979, de hacer lo mismo con su arsenal en la RFA, dieron un fuerte impulso al movimiento antinuclear en ambos estados. En la RFA se produjeron manifestaciones masivas.53
El SPD dejó el gobierno en 1982, cuando, después de 13 años, el Partido Liberal se retiró de la alianza de gobierno. Lo sucedió el actual gobierno de coalición liberal-conservador(CDU/CSU, FDP), encabezado por el canciller Helmut Kohl (CDU). En las elecciones de 1983 el partido ecologista «Los Verdes» logró por primera vez una representación parlamentaria a nivel nacional. Aproximadamente la mitad de sus representantes en el parlamento fueron mujeres.54
A mediados de 1989, Hungría liberó el tránsito a través de su frontera con Austria y, en pocas semanas, unos 350.000 alemanes de la RDA emigraron a la RFA. Al mismo tiempo, las manifestaciones en las calles reclamando cambios desencadenaron la crisis en la RDA. En agosto, Honecker renunció y fue sustituido por Egon Krenz. El 9 de noviembre la RDA abrió la frontera y cayó el Muro de Berlín.55
De inmediato, Kohl propuso crear una confederación. En diciembre de 1989, en su primera visita a la RDA, Kohl reafirmó la propuesta y se crearon comisiones para desarrollar las relaciones bilaterales en todos los planos. Mientras tanto, se sucedieron manifestaciones en favor de la unificación de la RDA y la RFA.56
En febrero de 1990, el gobierno de la RDA aprobó la unión alemana y el retiro de las tropas extranjeras de su territorio. Kohl propuso iniciar las negociaciones después de las elecciones previstas para marzo en la RDA. El triunfo de la democracia cristiana, que basó su campaña en la unificación inmediata, aceleró el proceso. En julio se efectuó la unión monetaria, a una tasa favorable para los alemanes orientales.57
La fusión se consagró en agosto de 1990, con el nombre de República Federal Alemana. La unión política fue posible cuando la ex URSS aceptó el ingreso de la ex RDA en la OTAN. La única disposición de importancia mantenida en el Este, sólo por dos años, fue la ley del aborto, más liberal que en el resto del país.58
A fines de 1990, el cierre de numerosas industrias, por funcionar con tecnologías anticuadas y provocar altos índices de contaminación ambiental, generó varias huelgas del lado oriental. En el momento de la unificación, en la RFA trabajaban fuera del hogar 50% de las mujeres, mientras que en la antigua RDA el empleo femenino llegaba a 83% del total.59
En las primeras elecciones parlamentarias de la nueva RFA, en diciembre de 1990, la coalición gobernante de demócrata-cristianos y liberales obtuvo 54% de los votos. La socialdemocracia llegó a 35%, los ecologistas bajaron de 8% a 5% y el socialismo democrático (ex PSUA) obtuvo también 5% de los votos. La representación legislativa femenina quedó en 20,5%, 4,5 puntos más que en la ex RFA y 12,5 puntos menos que en la ex RDA.60
A partir de 1991, la extrema derecha obtuvo avances importantes a nivel estatal, como en Brema (Bremen), donde superó el 7% de los votos. El hecho tuvo como trasfondo manifestaciones de racismo y xenofobia cada vez mayores. Las víctimas fueron sobre todo ciudadanos del Tercer Mundo, pero también del ex bloque socialista europeo, que emigraron en grandes proporciones hacia Alemania (más de 100 mil sólo en 1991).61
Durante 1992, se produjeron 2.280 atentados contra extranjeros y monumentos judíos, que dejaron un saldo de 17 muertos. Tras un ataque que causó la muerte de una mujer y dos niñas turcas, el gobierno ilegalizó a tres organizaciones neonazis.62
Grandes manifestaciones contra la violencia racista y antisemita tuvieron lugar en todo el país. El incendio intencional de una casa en la occidental ciudad de Solingen, en el que murieron tres niñas y dos mujeres turcas, mostró una vez más la fuerza de la extrema derecha en Alemania.63
En mayo de 1993, la Corte Suprema anuló, por considerarla inconstitucional, la ley de liberalización del aborto, una de las pocas disposiciones heredadas de la RDA. El cierre de gran parte de la industria en el este del país, la recesión económica --la más fuerte desde 1945-- y el aumento de la productividad, causaron un aumento constante del desempleo. En marzo de 1994 más de cuatro millones de personas estaban sin trabajo.64
Ese mismo mes, un ataque a la sinagoga de la ciudad de Lübeck recordó que la violencia antisemita estaba lejos de haber desaparecido. El 23 de mayo, el conservador Roman Herzog, apoyado por Kohl, fue designado presidente de Alemania por una asamblea electoral especial, tras derrotar al socialdemócrata Johannes Rau.65
En el segundo semestre se inició un ciclo de expansión económica, lo que permitió llegar a un crecimiento de 2,8% en todo el ejercicio 1994. Ya hacia fin de año, el desempleo había bajado a 3,5 millones de personas.66
Kohl volvió a triunfar en los comicios generales de octubre, aunque su mayoría legislativa se redujo a 10 votos sobre un total de 672 en juego (en la anterior legislatura, la diferencia entre gobierno y oposición era de 134 bancas). La alianza conservadora que respalda a Khol, la CDU-CSU, obtuvo 41,5% de los votos, a los que se suman 6,9% de sus aliados en el gobierno, los liberales del FDP. Por su parte el socialdemócrata SDP obtuvo 36,4%, los ecologistas 7,3% y los ex comunistas germano-orientales del PDS 4,4%, gracias a sus buenos resultados en varias regiones de la ex RDA.67
En 1995, el constante debilitamiento del FDP a través de diversas elecciones locales provocó la renuncia del ministro de Exteriores, Klaus Kinkel. En el plano social, el parlamento adoptó una nueva ley que, pese a autorizar nuevamente el aborto durante las 12 primeras semanas de embarazo, es en los hechos más restrictiva que la anulada en 1993, ya que obliga a las mujeres a "asesorarse" antes de someterse a la intervención.68
El descontento de muchos extranjeros residentes en Alemania llevó a la formación del Partido Democrático de Alemania, el cual defiende un mayor acceso de los descendientes de inmigrantes a los padrones electorales y a la ciudadanía alemana, en muchos casos limitada a las personas de origen germano.69
La expansión económica prosiguió, con un crecimiento evaluado en 3% para 1995, lo que dio lugar a la reaparición de reivindicaciones salariales por parte de los sindicatos. El 16 de junio de 1996, una gigantesca manifestación en Bonn, la ex capital de Alemania Occidental, se pronunció contra los planes de Khol de "racionalización" de la economía y pidió mayor participación de los asalariados en los "frutos del crecimiento".70
En el plano internacional, el reacercamiento entre Berlín y Moscú se vio perturbado por la guerra en Chechenia, si bien este aspecto parece ser uno de los más estables de la política exterior alemana. Por otro lado, la movilización sindical cuestiona la imposición de hecho a los aliados de la Unión Europea de la política monetaria alemana, cada vez más criticada dentro de sus propias fronteras.