Resumen ejecutivo
El poder Legislativo, como órgano bicameral -porque está integrado por dos Cámaras: la de Diputados o Cámara Baja, y la de Senadores o Cámara Alta-, adquiere gran importancia en las sociedades modernas, pero sobre todo en aquellas en las que los gobernantes y los ciudadanos pretenden llevar la democracia a lo más elevado que la sociedad demande. La representación política, dada por el legislador o representante popular, es una figura que implica una condición primordial de los regímenes democráticos, en los que se supone que el poder del Estado proviene del pueblo, y es ejercido a través de representantes o funcionarios cuya investidura procede de una elección popular, en la que las mayorías decidieron.
Por otra parte, la sociedad mexicana ha adquirido en los últimos años una visión, y una cultura más completas y profundas de las implicaciones que conlleva que en el país se viva dentro de una democracia cada vez más plena.
Dentro de todo esto, el papel del Congreso y de los elementos que lo componen, que son los legisladores, deberán modificar de manera radical su comportamiento y forma de trabajar como representantes de los sectores sociales o grupos de la población que lo eligieron. Afortunadamente, los recientes acontecimientos de las elecciones del dos de julio pasado, deberán provocar los cambios necesarios para dar entrada a la participación de verdaderos representantes populares y de partidos políticos que tengan como principio el contacto con la población y se conviertan en los portavoces auténticos en cada una de las Cámaras en las que participen.
Se debe considerar que la labor del legislador entraña una virtud importante: la capacidad para negociar sus propuestas, ya que el enfrentamiento de ideas y proposiciones enriquece enormemente las iniciativas individuales o de grupos de la sociedad, en la búsqueda de obtener beneficios para el conjunto de la población
Tenemos el escenario propicio para que los legisladores tomen de manera seria e integral la labor para la cual fueron elegidos, esto es: representar los intereses de la sociedad y defenderlos hasta sus últimas consecuencias dentro de un marco de legalidad y cordura política y social que el país necesita.
"¿Qué hace un legislador?:
Además de calentar la curul y levantar el dedo de vez en cuando, y cobrar todo lo más que se pueda."
Vox populi
PROPUESTA ESPECIFICA
Independientemente de que los diputados y senadores que integran el Congreso fueron elegidos por distintos sectores de los electores o de las entidades federativas, una vez que se han integrado a su respectiva Cámara, deberá considerárseles como representantes del pueblo en general y no solo de quienes votaron por él, ya que debe prevalecer el interés por toda la nación y su pueblo.
Para que el Legislativo adquiera el prestigio y la fuerza que merece el órgano fundamental de representación del pueblo de México y que el país necesita, por la importancia de su función, y para que al mismo tiempo el Ejecutivo se convierta en lo que realmente debe ser: un órgano de administración que tenga como característica principal la honestidad y la competencia esenciales para que ambos poderes cumplan cabalmente su encargo, estos son: que realmente las Cámaras estudien, analicen, discutan, negocien y aprueben o desaprueben con plena conciencia, con las pruebas correspondientes, pero sobre todo, con la mira puesta en el interés nacional todas las propuestas de iniciativa presentadas a cada Cámara.
En el caso de la Ley de ingresos se debe cuidar de no cargar demasiadas contribuciones inútiles y ruinosas al pueblo ya de por sí pauperizado, y que fijen técnicamente y bajo estricto orden y austeridad los presupuestos de gastos para dar fin a la bancarrota fiscal, a la burocracia insaciable y a concluir con los inflados presupuestos de contratistas y funcionarios a través de enormes comisiones, con subsidios extraordinarios que no llegan al consumidor final objeto de los programas y con los contratos de servicios públicos amañados.
Además, el Congreso deberá cumplir estricta y enérgicamente con la facultad de revisar únicamente a lo estipulado por la Constitución a investigar la veracidad de los gastos, si éstos están o no de acuerdo con las partidas presupuestales programadas.
Lo más importante es tener claro ¿qué se debe hacer para que los diputados cumplan con sus obligaciones? ¿Qué mecanismos existen para que los propios ciudadanos vigilen el cumplimiento de su representante ante el Congreso?
Lo que necesitamos es que los diputados asuman su papel de representantes de la sociedad y participen en el Congreso de una manera integral, es decir: sean transmisores de las necesidades de los ciudadanos; participen realmente en el análisis y las negociaciones de las propuestas que se realizan al interior de las comisiones de trabajo; negocien, o lo que es lo mismo ejerciten su función como parlamentarios con sus similares de otros partidos políticos; pero sobre todo, que a la hora de decidir su voto, sea a favor o en contra de determinada propuesta, lo hagan con los elementos de juicio verdaderos y no con el principio partidista alejado de la sociedad.