RESUMEN EJECUTIVO Y PROPUESTA ESPECÍFICA

Los partidos políticos juegan un papel determinante en la conformación de los Estados, pues son estos quienes promueven con sus tendencias ideológicas la manera de pensar de los distintos sectores sociales; entonces, la relación existente entre el Estado y la población se logra mediante la intervención de los partidos políticos, por ello es que este tipo de organizaciones representan una gran importancia en la vida política de cualquier país.

La aparición, el origen y el desenvolvimiento de los diferentes tipos de partidos políticos en el mundo han generado un sistema político difícil de igualar, ya que son los partidos, sin importar sus tendencias, quienes han conformado las estructuras de gobierno en cada país, y al mismo tiempo han enriquecido al Estado por presentar propuestas de gobierno distintas e incluso contrarias a las existentes en un régimen determinado, por lo que la presencia de los partidos políticos ha representado un mayor acercamiento entre los sectores gubernamentales y los sectores sociales al manifestar las diferentes opiniones políticas populares ante el Estado.

La nacionalidad es un término sumamente importante dentro de la doctrina jurídica, ya que cada país debe de proporcionar a sus habitantes una nacionalidad, y con ello sus leyes deben forzosamente contemplar los medios necesarios para que cada persona pueda gozar de su nacionalidad, esto es, todo Estado esta obligado a atribuir una nacionalidad a cualquier individuo que nazca o radique en su territorio, por lo que las leyes o reglamentos que regulen la vida social y política de dicho Estado tienen que indicar bajo que condiciones se proporciona o niega la nacionalidad a una persona. De esta manera la nacionalidad adquiere un carácter universal, pues en cada país debe de existir un medio legal para determinar la nacionalidad.

La ciudadanía es un término ampliamente relacionado con la nacionalidad, tanto por sus similitudes teóricas, como por la utilidad de ambos términos para las actividades de difusión de los partidos políticos, es decir, los partidos utilizan a la nacionalidad como un elemento para integrar a la ciudadanía dentro de sus esquemas de acción, para obtener su apoyo y sus votos, y a la ciudadanía como el medio en que los votantes pueden participar en las contiendas y apoyar al partido, ya que es la ciudadanía la que le da a los individuos la facultad de decidir con voz y voto en los asuntos políticos en que participan los partidos; es así que estos promueven dentro de sus programas tanto la nacionalidad como la ciudadanía entre la población.

Los partidos políticos son por si mismos integradores ideológicos en todo el mundo, es decir, de acuerdo con la forma de pensar de un grupo determinado de personas puede conformarse un partido político, el cual, mediante sus documentos básicos de acción es capaz de incorporar nuevos integrantes que tengan una ideología similar a la del grupo original, o en caso contrario, el partido puede convencer a los distintos sectores sociales de pensar de una manera afín en determinados asuntos; así sus seguidores gradualmente se integrarán a su ideología central, siguiendo sus programas de gobierno. Por ello no es difícil suponer que la integración social generada por un partido pueda relacionarse con cualquier concepto político como la nacionalidad; de esta manera: Los partidos políticos son verdaderos integradores de la nacionalidad, lo han sido durante gran parte de la historia política de México, y lo son actualmente, en esta época de auge democrático y globalizador. Con ello se corrobora positivamente la hipótesis planteada al principio del presente trabajo, y se cumple con los objetivos del mismo.

Los partidos políticos mexicanos actuales promueven una verdadera integración social con sus postulados referentes a la nacionalidad, pues todos ellos contemplan dentro de sus programas de acción sistemas para que todos los ciudadanos mexicanos fortalezcan sus lazos nacionales, tanto de carácter étnico como con la identidad general mexicana, es decir, además de promover un mejor trato hacia los grupos indígenas, los partidos consideran fundamental impulsar la cultura política sustentada en los valores del nacionalismo, la soberanía y la identidad nacional. Por este motivo no puede considerarse a los partidos políticos mexicanos como desintegradores de la sociedad, ya que todos ellos, sin importar sus tendencias políticos concuerdan en que el mejor medio para mantener una nación estable y en desarrollo es la integración; es decir, cada partido fomenta entre sus seguidores el respeto por la nacionalidad mexicana; desde este punto de vista no se mantiene una división tangible entre los seguidores del PRI, del PAN o del PRD, simplemente todos se consideran mexicanos y como tales, unidos deben contribuir al crecimiento del país.