RESUMEN EJECUTIVO
Aplicando los conceptos e ideas que se han venido exponiendo al caso concreto de México, queda establecido que las declaraciones consagradas en la Constitución federal, no se han cumplido al pie de la letra, ya que como lo confirma nuestra historia y nuestro entorno jurídico, político y económico, de hecho son solamente los grupos que detentan el poder económico (principalmente), los que a su vez detentan el poder político.
Las actuales políticas implementadas por el gobierno en los distintos ámbitos de la vida nacional pisotean y soslayan aquellas decisiones fundamentales que el constituyente quiso legar a las futuras generaciones y van flagrantemente en contra de las decisiones e intereses nacionales.
La representación política tal y como se consagra en nuestra ley suprema, es una institución necesaria dentro de nuestra concepción de la democracia, pero mientras siga siendo manipulada por grupos que defienden intereses particulares y se cierre en el ámbito de una partitocracia elitista, jamás podrán hacerse cumplir los designios populares constitucionalmente establecidos.
La estructura estatal y el camino que significa la "representación" deben dejar de ser la mampara tras la que se ocultan intereses que explotan a la nación entera; debe buscarse la solución a ello de manera racional, pero con la suficiente contundencia que no permita la eclosión de nuevas formas manipuladoras que tengan sumida a la nación mexicana en un profundo abismo de autoritarismo e irrealidades democráticas.
Propuesta Específica
Por lo que se refiere a nuestro régimen representativo liberal en estrecha relación con la institución de la representación política, debo enfatizar y aclarar mi punto de vista: ésta ha servido para mantener un sistema, más que democrático, oligárquico; esto porque mientras existan detrás del escenario político aquellos grupos y clases dominantes que detentan el verdadero poder, se dará una relación entre desiguales (debe recordarse que la igualdad y la libertad son presupuestos indispensables para la existencia de un régimen auténticamente democrático), porque esos grupos dominantes siempre terminarán por imponer sus decisiones al pueblo entero.
Es entonces recomendable volver a establecer instituciones de democracia semi-directa -ahora que se promociona y publicita tanto la llamada "transición democrática"- tales como la iniciativa popular y el referéndum para tratar de contrarrestar o aunque sea equilibrar los designios del pueblo, titular en teoría de la soberanía, con las imposiciones de los grupos reales de poder, y así reducir el amplísimo margen de actuación de dichos grupos.
PROPUESTA ESPECÍFICA
Aplicando los conceptos e ideas que se han venido exponiendo al caso concreto de México, queda establecido que las declaraciones consagradas en la Constitución federal, no se han cumplido al pie de la letra, ya que como lo confirma nuestra historia y nuestro entorno jurídico, político y económico, de hecho son solamente los grupos que detentan el poder económico (principalmente), los que a su vez detentan el poder político.
Las actuales políticas implementadas por el gobierno en los distintos ámbitos de la vida nacional pisotean y soslayan aquellas decisiones fundamentales que el constituyente quiso legar a las futuras generaciones y van flagrantemente en contra de las decisiones e intereses nacionales.
La representación política tal y como se consagra en nuestra ley suprema, es una institución necesaria dentro de nuestra concepción de la democracia, pero mientras siga siendo manipulada por grupos que defienden intereses particulares y se cierre en el ámbito de una partitocracia elitista, jamás podrán hacerse cumplir los designios populares constitucionalmente establecidos.
La estructura estatal y el camino que significa la "representación" deben dejar de ser la mampara tras la que se ocultan intereses que explotan a la nación entera; debe buscarse la solución a ello de manera racional, pero con la suficiente contundencia que no permita la eclosión de nuevas formas manipuladoras que tengan sumida a la nación mexicana en un profundo abismo de autoritarismo e irrealidades democráticas.
Por lo que se refiere a nuestro régimen representativo liberal en estrecha relación con la institución de la representación política, debo enfatizar y aclarar mi punto de vista: ésta ha servido para mantener un sistema, más que democrático, oligárquico; esto porque mientras existan detrás del escenario político aquellos grupos y clases dominantes que detentan el verdadero poder, se dará una relación entre desiguales (debe recordarse que la igualdad y la libertad son presupuestos indispensables para la existencia de un régimen auténticamente democrático), porque esos grupos dominantes siempre terminarán por imponer sus decisiones al pueblo entero.
Es entonces recomendable volver a establecer instituciones de democracia semi-directa -ahora que se promociona y publicita tanto la llamada "transición democrática"- tales como la iniciativa popular y el referéndum para tratar de contrarrestar o aunque sea equilibrar los designios del pueblo, titular en teoría de la soberanía, con las imposiciones de los grupos reales de poder, y así reducir el amplísimo margen de actuación de dichos grupos.