P R O P U E S T A E S P E C I F I C A .

 

 

La propuesta que se expone para el presente trabajo es que los Parlamento y Congresos deben ser el centro motor en la creación de leyes sujetas en el estado de derecho y en las necesidades de las instituciones que sirven al pueblo.

En México como en el mundo se han dado cambios económicos, políticos, sociales muy importantes, los cuales han quebrantado esquemas tradicionales de la vieja vanguardia del poder absoluto de un Estado. Esta antigua figura es representada por el presidencialismo que ha dominado las últimas décadas a nuestro país; sin embargo los cambios en la política-económica han obligado a declinar sobre los grandes inversionistas en nuestro país. El Congreso debe tener en ése sentido una amplia disposición para someter o ser más fuerte que aquél inversionista que tal vez su proyecto de expansión o inversión extranjera dañe en algún sentido la ecología, la población, la economía, la cultura o la política de ésa región de nuestro país la Cámara de Diputados y Senadores tendrán la suficiente autoridad facultativa para impedir el deterioro o destrucción de x región.

Las facultades de control que se añaden al Congreso de la Unión de nuestro país sería la respuesta a tanto abuso por parte de la autoridad y los servidores públicos en una forma más severa y objetiva donde no importando la investidura pública que gozan o su partido político al que pertenezcan o sean simpatizantes; simple y llanamente son llamados en su oportunidad para dar cuentas de su ejercicio de sus funciones y en un dado caso ser sujetos a un juicio político, sin que exista favoritismos o desviaciones de sus faltas.

El Congreso debe ser más enérgico en que se cumplan todas las leyes de que él emanen, sin dejar lagunas de la aplicación de la ley, llevando un seguimiento especial en cada caso. El Congreso debe ser un órgano regulador del estado de derecho, sin caer en exageraciones, pero tampoco en un desinterés por las iniciativas o cumplimiento de las leyes. Es por ello que se debe ampliar el tiempo del ejercicio de los diputados, ya que no es posible muchas veces dejar incompleto el trabajo de investigación, de proyectos e iniciativas por falta de tiempo. Ya que es una verdadera pérdida de tiempo que los nuevos diputados entrantes empiecen a tener una idea y conocimiento del trabajo que se dejó inconcluso, arriesgándose en no tener el mismo criterio o interés en resolver o dar el seguimiento de los primeros interesados. Es por ello que se ve que muchos de los casos se resuelven no de la manera original, de fondo para lo cual fueron llevados al Congreso si no serán vistos con otra perspectiva jurídica, política, social y económica cambiando el curso de la resolución del problema, iniciativa o propuesta.

 

En otros de los casos serán olvidadas o descontinuadas por no tener el interés de ser resueltas. Esto ocurre cada vez que concluye una legislatura, cada tres años afectando la secuencia del legislador.

Es por lo que se sugiere que sea cada seis años lo que dure el cargo de Diputado Federal, para llevar una secuencia, de su trabajo llevando hasta las últimas consecuencias que es la verificación de la aplicación de la ley y los resultados de facto en la sociedad.

La especialización profesional en cada uno de los postulantes a diputado o senador debe ser esencial. Por que no es posible que personas que no tienen una carrera profesional tengan el privilegio de legislar o resolver problemas a nivel federal cuando no tienen, ni la más mínima idea de cómo se encuentra estructurada una ley; el conocimiento universitario es mínimo para ser u obtener un cargo público de ésta naturaleza. Es por ello tantas deficiencias en las leyes, por tener verdaderas lagunas jurídicas de aplicación por no ser emanadas de una persona que tenga el suficiente criterio jurídico. La responsabilidad y la organización es inculcada desde la escuela y a un nivel profesional debe ser base para el ejercicio de todas las actividades del ser humano. Situación que en la mayor parte de las personas que no tienen una licenciatura no tienen por ende una ética profesional que los conduzca al buen manejo de decisiones que son tan delicadas al ser acreditado como diputado o senador. No es lo anterior una forma generalizada pero si en muchos de los casos es una gran brecha que aleja la buena formación jurídica de una ley por no tener el suficiente criterio jurídico para ser de la norma un excelente resultado de la demanda social. Es por eso la reiteración de que forzosamente se debe tener una licenciatura para desempeñar un cargo de ésta naturaleza teniendo un Congreso de altura, especialista y conocedor de las distintas materias de las cuales se va a legislar.