CON PUNTO DE ACUERDO PARA QUE LOS CONGRESOS DE LOS ESTADOS ESTABLEZCAN COMISIONES DE CIENCIA Y TECNOLOGIA, PRESENTADA POR LA DIPUTADA SILVIA ALVAREZ BRUNELIERE, DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PAN, EN LA SESION DEL MIERCOLES 14 DE NOVIEMBRE DE 2001

Los diputados integrantes de la Comisión de Ciencia y Tecnología sometemos a la consideración del pleno de esta H. Cámara de Diputados, con fundamento en lo dispuesto por el artículo 58 del Reglamento para el Gobierno interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos el siguiente:

Punto de Acuerdo

A través del cual, los diputados integrantes de diversas fracciones parlamentarias de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión exhortan a los Congresos de los estados para que conformen en su interior una comisión ordinaria de ciencia y tecnología, a fin de incrementar el desarrollo en esta materia, al tenor de las siguientes

Consideraciones

Desde ya varias décadas atrás, los avances científicos y tecnológicos revolucionan al mundo a una velocidad vertiginosa. Los márgenes del conocimiento se presentan cada vez más distantes de los parámetros culturales del ciudadano común, especialmente entre aquellos pueblos o sectores desfavorecidos.

No obstante, una vez que las bondades de la ciencia y la tecnología llegan a manos de las naciones, éstas asimilan rápidamente sus ventajas y comodidades, paralelamente las naciones sufren de una dependencia cada vez más profunda, así como también de un ensanchamiento mayor entre las diferencias educativas, tecnológicas, económicas y sociales en comparación con los países más industrializados del orbe. No debemos interpretar esta idea como una deificación del conocimiento, sino por el contrario, pretendemos evidenciar en su justa medida el importante papel de la ciencia y la tecnología como factor de desarrollo que, conjuntamente con la economía y la política, bien pudiera catalogarse como factor de soberanía nacional.

Los recientes hechos mundiales en torno a actos terroristas y bélicos, aunados a otros de aparentemente menor importancia como los difundidos hackers cibernéticos, nos llevan a pensar en el papel de la ciencia y la tecnología, ya que avances como los mencionados han puesto a la humanidad en una espiral de miedo, angustia y desconcierto.

¿Cabe entonces cuestionar el papel de la ciencia y la tecnología?

O en todo caso, ¿se requiere eliminar los desfases existentes para su mejor comprensión y manipulación, a fin de enfrentar y utilizar de manera eficiente la disparidad de resultados que este sector arroja de manera cotidiana?

Ciertamente, la ciencia y la tecnología, se constituyen como un elemento constituyente de lo económico, lo político y lo social, que en los últimos años ha ido ganando terreno y hoy se le empieza a reconocer como motor que impulsa el desarrollo integral de las sociedades. Por otra parte, la ciencia y la tecnología debieran ser concebidos, como el mismo Plan Nacional de Desarrollo considera, áreas prioritaria del desarrollo de la Nación.

El resultado es que vivimos en un México de fuertes contrastes económicos y sociales, y evidentemente, científicos y tecnológicos también, dado en parte por una tradicional centralización de instituciones, recursos humanos y financieros que dan lugar a un desarrollo desigual, tanto a lo largo como a lo ancho de nuestro territorio.

Efectivamente, la atención que se ha prestado en nuestro país al impulso de la ciencia y la tecnología, es débil aún. La preparación científica y la introducción, producción y dominio de la tecnología es insuficiente. Ciertamente se han hecho esfuerzos para formar un núcleo científico de calidad, sin embargo, sigue siendo reducido el interés del sector privado y de la industria por la generación de conocimiento e innovación.

Y aunque el gasto en investigación y desarrollo registró un incremento de 28% entre 1977 y 1999, pasando del 0.34% del PIB al 0.4%, esto representa una cifra muy por debajo del promedio registrado por los países con los que tenemos más relaciones comerciales. Lo cual coloca a México en la posición competitiva número 36 en relación con otros países. (España, 0.9%, Brasil 0.91%, Canadá 1.58%, EUA 2.65%).

La innovación es otro de los indicadores que nos revela el estado de la ciencia y la tecnología en el país. Tenemos que el número de patentes solicitadas y concedidas en México por nacionalidad de los titulares en 1999 fue: México 120, Alemania 351, EUA 2,324, España 152, Francia 209.

Estos indicadores son muestra clara que en México no se ha logrado establecer una política para hacer que la ciencia sea parte de la cultura nacional.

En este escenario, el Poder Legislativo ha jugado un papel apenas incipiente. Tenemos que la función legislativa se materializa a lo largo de un proceso creativo de normas jurídicas destinadas a reglamentar la organización del Estado, el funcionamiento de sus órganos y las relaciones entre el Estado y sus habitantes y de estos entre sí.

Ahora bien, si tenemos en cuenta que de los 31 estados del país y el Distrito Federal, tan sólo 5 Congresos estatales y la Asamblea de éste último cuentan con una Comisión de Ciencia y Tecnología, nos daremos cuenta del poco interés o información de la materia a nivel nacional. Entre los estados con este tipo de Comisión legislativa se encuentran: Chihuahua, Coahuila, estado de México, Zacatecas y Yucatán.

¿Cómo entonces daremos cumplimiento al mandato constitucional y legal que en materia de ciencia y tecnología señala en su artículo 73, XXIX-F, como una facultad del Congreso la de expedir leyes tendientes a la generación, difusión y aplicación de los conocimientos científicos y tecnológicos que requiere el desarrollo nacional?

Las características geográficas, ecológicas, climatológicas, de riqueza natural, de diversidad biológica, de población, etc., hacen que cada estado de la República sea diferente a los demás y, por ende, su problemática lo sea también. Así, cada estado tiene su propio perfil de situaciones particulares y especiales que requieren de acciones específicas para su resolución. Por ello, en muchas acciones, las actividades científicas y tecnológicas dirigida hacia la solución de urgentes problemas nacionales tienen poca o ninguna incidencia en los problemas locales y estatales. Estos requieren de un enfoque y énfasis diferente, dirigido a la problemática puntual y que es de gran importancia y relevancia para el estado correspondiente. De aquí que debe existir a nivel de Congreso estatal, la estructura adecuada para abocarse a la solución a través de la creación de instrumentos legales y formar parte de la solución de estos problemas. Esa estructura corresponde a las comisiones de ciencia y tecnología. Así, la sociedad de cada estado contará con el instrumento adecuado para la creación de leyes acorde a la realidad de cada estado, así como de los medios para definir y jerarquizar la problemática y retos y dirigir los instrumentos requeridos para su estudio y solución.

Lo que no hagan los estados para resolver los problemas científicos y tecnológicos específicos que tienen y, consecuentemente, no identifiquen sus necesidades y demandas específicas, tampoco será observable para otras entidades que no tienen conocimiento de ello, lo peor es que no podremos hablar de una cooperación regional para la resolución de problemas concretos de las entidades federativas, esos problemas que tendrían un aliado determinante en la ciencia y la tecnología, tales como la pobreza, la alimentación insuficiente, la falta de salud y de las tecnologías que pudieran proveerla o la educación parcial o deficiente.

La creación de comisiones de ciencia y tecnología en los Congresos locales apoyarán fuertemente la descentralización del ejercicio científico y tecnológico; fortalecerán las comunidades académicas y técnicas locales; reforzarán los lazos de entendimiento y confianza entre academia, sociedad, aparato productivo y gobierno estatales y serán una demostración real de la federalización de la ciencia y la tecnología.

Por lo expuesto y con fundamento en el artículo 58 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, los suscritos legisladores presentan el siguiente:

Punto de Acuerdo

Artículo Unico. Se exhorta, con respeto irrestricto a la soberanía de los Estados, a que los Congresos Locales favorezcan la creación de Comisiones Ordinarias de Ciencia y Tecnología, para que a través de sus tareas de dictamen, información y control, brinden un mayor impulso a este sector tan importante para el desarrollo de su entidad y en consecuencia del desarrollo de la Nación.

Palacio Legislativo de San Lázaro, noviembre 8 de 2001.

Diputados: Silvia Alvarez Bruneliere, José María Tejeda Vázquez, Juan Alcocer Flores, Celita Alamilla Padrón, Jaime Salazar Silva, Francisco Patiño Cardona (rúbricas).

(Túrnese a la Junta de Coordinación Política y a la Comisión de Fortalecimiento del Federalismo. Noviembre 14 de 2001.)