"Horario de Verano. Efectos de su aplicación."
1. Consideraciones relativas a la aplicación
del Horario de Verano.
- El discurso sobre la aplicación del
horario de verano se ha centrado en los ahorros de energía. Por un
lado el Ejecutivo manejando cifras genéricas, por otro lado la ciudadanía
argumentando que el discurso oficial sobre el ahorro no se refleja
a nivel específico.
- Existen otras razones de peso como los
Acuerdos Internacionales y la necesidad de realizar intercambios con
otras naciones, en cuanto a comercio, cultura, turismo, etc.
Lo que hace muy inconveniente cambiar
el horario de verano es algo mas sencillo y mucho más fácil de explicar
.. necesitamos cambiar de horario porque nuestros principales
socios comerciales en Estados Unidos, Canadá y Europa lo hacen,
porque el cambio de horario es una práctica tradicional en el mundo
industrializado para aprovechar mucho mejor la luz en países o regiones
que no gozan de nuestro privilegio geográfico en este sentido,
y en donde las diferencias en la luz natural entre una y otra hora
es determinante para la propia calidad de vida y producción.
.. lo que ocurre es que somos
parte del mundo globalizado, donde nuestras relaciones principales
se dan con el norte y con las principales naciones industrializadas,
particularmente con Estados Unidos, relaciones de las que depende
en grado altísimo nuestro propio desarrollo. El caso de Sonora es
clarísimo, al respecto: esa entidad no modifica por la sencilla
razón de que el único Estado de la Unión Americana donde tampoco
lo mueven es en Arizona y a nadie le cabe duda de la simbiosis económica
y social que existe entre ambos estados. 5
- El consumo y ahorro de energía según
se muestra en la información analizada cuenta con la validación de
fuentes confiables - Instituto de Investigaciones Eléctricas -. Asimismo,
es lugar común históricamente y a nivel internacional, que se generan
efectos ambientales positivos. Sobre todo en cuanto al efecto invernadero
y al cambio climático.
- Es importante que la política de aplicación
del Horario de Verano sea incluyente en cuanto a las opiniones de
los diferentes Estados ya que a algunos conviene y a otros no. Por
ejemplo, Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Durango, no solo no lo
rechazan, sino que han solicitado que se aplique.
- Una cultura del ahorro de energía o
de la cooperación gobierno- sociedad, debe fundamentarse en información
sobre acciones y política como la presente. Quizá sea más conveniente
centrar el discurso en torno a las necesidades de intercambio y comunicaciones
o en las ventajas en algunos estado en cuanto a seguridad pública.
- Una razón de rechazo a la medida es
que las personas aducen que su actividad es mayor. En este sentido
cabe hacerse la pregunta siguiente:
¿El organismo se adapta armónicamente al
Horario de Verano?. Al respecto se encontró que:
Diferentes estudios médicos comprueban
que el organismo humano tiene la capacidad de adaptarse a los cambios
del Horario de Verano en un tiempo máximo de 72 hrs. O en una semana
en caso de sensibilidad extrema. Según consideraciones del Instituto
Nacional de Neurología y Neurocirugía, fisiológicamente lo más adecuado
para la salud y el buen rendimiento neurológico del ser humano es
ajustar de la mejor manera posible sus actividades más importantes
al ciclo natural de luz/obscuridad. Así, con el Horario de Verano
el organismo se adapta a los ritmos naturales, al aprovechar al máximo
posible los tiempos de luz solar diaria. El que una vez al año se
lleva a cabo un ajuste de una hora menos, y otra vez al año el ajuste
sea de una hora más por el Horario de Verano, no representa alteración
orgánica alguna, antes bien, representa un mecanismo ocasional que
induce un buen acoplamiento fisiológico con las condiciones ambientales
generadas por las estaciones del año.6
5FERNÁNDEZ
MENÉNDEZ, JORGE. Politizando el tiempo. Milenio, 30 de marzo
de 2000, pag. 8
6HORARIO
DE VERANO 2000, Por una cultura del cuidado de la energía. Documento
proporcionado por la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados del
H. Congreso de la Unión, 29 de Marzo de 2000, pag 6
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