La Mujer en el Plano Internacional4

 

"... La acción directa de la mujer al probar en la práctica su valía, ha sido motor fundamental en los cambios que se han realizado a nivel mundial en la concepción de su naturaleza y de los derechos que la acompañan. Asimismo su involucramiento en la lucha feminista es, a nivel mundial, fenómeno muy reciente; sin embargo, es el único que probaría ser definitivo para lograr que la transformación alcance las conciencias y las acciones de toda la humanidad.....

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La influencia benéfica, aunque indirecta, que a través del Estado empezaría a sentir la mujer, proviene inicialmente del movimiento internacional en contra de la esclavitud y a favor de la defensa de las minorías étnicas o religiosas. Más tarde, a inicios del siglo XX, la trata de blancas llamaría la atención de algunos Estados europeos dada la extensión e importancia de la red internacional que trafica con mujeres alemanas y austriacas. Estos tratados, específicamente protectores de mujeres europeas blancas, hacen caso omiso del tráfico de que son víctimas mujeres de otras razas.

A partir de entonces, los tratados se yerguen como los documentos internacionales por excelencia para la defensa y reivindicación de los derechos femeninos así como ejemplo a seguir para las legislaciones nacionales. Las luchas por el reconocimiento de la dignidad de la mujer se encuentran enmarcadas en un amplio movimiento reivindicador que comprende movimientos nacionales e internacionales con mutuas y continuas influencias. En este complejo proceso, paralela a la lucha feminista se distingue la batalla en contra de la discriminación racial. Cada victoria sobre el racismo facilita el avance de aquellos que promueven la nueva concepción de la naturaleza femenina. Duro es reconocer, sin embargo, que mientras la mujer negra pone su mejor esfuerzo para lograr que la dignidad de los de su raza sea aceptada, el hombre negro, sólo por excepción, lucha por que la dignidad de las mujeres fuera y dentro de su grupo sea reconocida. Las grandes revoluciones del siglo XX, la mexicana, la rusa y la cubana, impulsan, aunque de manera diferente, una legislación que favorece la mujer. Esta nueva normatividad no llega, como se esperó, a transformar de manera definitiva a estas naciones. Cierto es que ha habido avances, más éstos aparecen todavía muy por debajo de las expectativas que inicialmente se generaron a través de la nueva legislación, en muchos sentidos verdaderamente revolucionaria.

La Sociedad de Naciones y las Naciones Unidas han sido los más importantes foros estatales permanentes con vocación universal. Sin estas dos instituciones, la difusión internacional del pensamiento reinvidicador de la mujer y de las diversas experiencias nacionales sobre la materia nunca habría sido posible. Desde la época de la Sociedad de Naciones sobresale la labor de la Organización Internacional del Trabajo. Los tratados para mejorar las condiciones del trabajo femenino constituyen los primeros documentos internacionales que inician, más que la protección de la mujer como sucedió con aquellos de principio de siglo con relación a la trata de blancas, la reivindicación de sus derechos. En los primeros, el destino de la mujer quedaba en manos de funcionarios y organizaciones públicas o privadas, éstos evitarían que ellas fueran dedicadas al infame tráfico. Ahora la OIT lanzaba documentos que reconocían derechos a la mujer como trabajadora y le proporcionaban mecanismos legales para hacerlos valer....

... A principios de siglo, la lucha por los derechos políticos parece ser la llave maestra que liberaría a la mujer de sus cadenas; las feministas la acogen con singular ilusión. Países Europeos son pioneros en otorgarle el voto a sus mujeres. Estados Unidos les sigue muy de cerca en la segunda década del siglo XX, (más la organización internacional constata que estos resultados favorables han sido excepciones); la mayoría de las naciones del mundo mantienen a la mujer sin derechos políticos. Un tratado que inducirá a reformas y adiciones en muchas constituciones nacionales, es el tratado elaborado en las Naciones Unidas que concede los derechos políticos a la mujer. Este es el primer eslabón de una cadena de documentos formulados en la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer. Reivindicaciones internacionales a través de los tratados se suceden: la mujer casada logra los mismos derechos dentro del hogar que su esposo, el derecho a la educación sin distinción de sexo le es reconocido, se producen avances en materia laboral que la igualan con el hombre al grado de sólo conservarse algunas medidas protectoras indispensables en caso de maternidad y demás.

Los tratados que en forma particular reivindican derechos, son de suma importancia, pero no lo son menos aquellos elaborados por las Naciones Unidas como consecuencia de la Declaración Universal de Derechos Humanos. El Pacto de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales constituyen avances muy significativos en la promoción femenina; sin la amplia concepción de aquellos derechos que les deben ser protegidos a todos los seres humanos, hubiera sido imposible que se produjera un documento como la Declaración sobre la Eliminación de la Discriminación Contra la Mujer. Es precisamente en la etapa inmediatamente previa a la Década de la Mujer cuando se intenta poner en práctica la Declaración y se inicia el movimiento internacional que pretende la incorporación de la mujer al desarrollo. Desarrollo es el nuevo nombre de la paz, se ha afirmado y el feminismo internacional está de acuerdo en que sólo integrando plenamente a la mujer al proceso social del desarrollo, puede lograrse su acceso a todos los valores sociales.

La mujer común y corriente cuenta por lo tanto en la actualidad con leyes precisas que reconocen y protegen sus derechos surgidos en el área internacional y en la nacional y con una serie de programas que intentan hacer efectivos los preceptos legales a través de estrategias políticas, económicas, educativas, informativas, de bienestar social y demás. Difícil es encontrar Estado que no esté en la actualidad implantando alguno de los planes o programas que surgieron del impulso de la década así como contando con el apoyo de aquellos organismos encargados de llevar a buen fin esos planes y programas......

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4  González de Pazos, Margarita. “La Mujer y la Reivindicación Internacional de sus Derechos”. Universidad Autónoma Metropolitana. México, 1989. págs. 115-122.